Un año más (y ya van cuatro), noviembre se ha convertido en sinónimo de cine asiático en Barcelona gracias al festival organizado por Casa Asia, que debido a su crecimiento ha actualizado su nombre a Casa Asia Film Festival.
Gracias al esfuerzo conjunto de numerosas entidades, capitaneadas por Casa Asia y por los Cines Girona, principal sede del evento, ha sido posible disfrutar nuevamente de una amplísima oferta de cine asiático que recoge, como es seña de identidad del festival, numerosas muestras del cine menos comercial, así como de ejemplos de cinematografías emergentes o que, por circunstancias, resultan desconocidas en España.
“El cine asiático no es una categoría ni un género, sino un espacio de espacios en el que conviven culturas con raíces comunes e identidades transfronterizas.”
Con estas palabras, Menene Gras, directora del festival, define en el sitio web del mismo el espíritu del evento, especialmente importante en esta edición, que ha visto una serie de ampliaciones destacadas. En primer lugar, al hilo de esta cita, se han incorporado nuevas cinematografías al festival, que conviven con las que son habituales en este tipo de eventos. Si el objetivo del festival es que cada espectador trace su propio recorrido para adentrarse en un viaje por Asia a través de las películas, en esta ocasión las posibilidades se han diversificado, en los cerca de veinte países participantes.
El segundo aspecto en el que se materializa un crecimiento es en las secciones. Este año, ha habido un total de cinco agrupaciones de películas, a los que deben sumarse las proyecciones de inauguración y de clausura. De este modo, además de la Sección Oficial y la Sección Panorama, se ha podido disfrutar de una Sección Especial y de un espacio para Descubrimientos, así como un Ciclo de cine filipino, en el que se han proyectado varias obras de diferentes cronologías para conocer con algo más de profundidad la cinematografía del país sudasiático.
Además, el festival ha visto multiplicarse su duración y sedes. A los Cines Girona, que acogen el grueso de la programación, se ha incorporado el Caixaforum, donde se han llevado a cabo algunas de las proyecciones más destacadas, como pueden ser los casos de Redha (una película malasia sobre el autismo que ha recibido un premio especial dentro del propio festival por sus valores universales) o 2045 Carnival Folklore (esta última con la participación del director y acompañada de un concierto). Por otro lado, a los cuatro días principales del festival (con maratonianas jornadas de proyecciones desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche –y hasta las doce el sábado–) se ha añadido una larga previa, de prácticamente una semana de duración.
En Ecos de Asia hemos tenido nuevamente la oportunidad de acudir al festival (tal como hicimos en 2014) y dejarnos llevar por las diferentes propuestas, sorprendiéndonos con los títulos y, como ya resulta habitual, lamentando no poder dividirnos para acceder simultáneamente a las tres salas de los Cines Girona y (en esta ocasión) a la sala del Caixaforum. Pero, desafortunadamente, tuvimos que escoger, dentro de la amplia oferta, y a continuación comentaremos las películas que pudimos contemplar. A diferencia de la ocasión anterior, en esta edición el criterio que hemos seguido para seleccionar las películas no ha sido su pertenencia a la sección oficial, sino una combinación de disponibilidad horaria y, obedeciendo al espíritu del festival, el dejarnos sorprender por las distintas propuestas. A continuación, vamos a realizar un pequeño resumen de lo que fue nuestro recorrido, en estricto orden de programa.
The day before the end y An Kubo Sa Kawayanan
https://www.youtube.com/watch?v=aF9yv5bfico
Tráiler de The day before the end
Comenzamos acudiendo a una sesión doble, formada por el cortometraje The day before the end (Filipinas, 2016), del prestigioso realizador Lav Diaz, y la película An Kubo Sa Kawayanan (Filipinas, 2015).
En The day before the end, Lav Diaz ofrece un retrato de la Filipinas más urbana, con unas imágenes muy poderosas combinadas con diferentes sonetos de Shakespeare, recitados en inglés y tagalo indistintamente por habitantes de barrios humildes y de clase media, representando distintos momentos de distintas vidas que no dejan de ser una única vida, la de la propia ciudad. Además, Lav Diaz juega con los recursos a su alcance para transmitir una imagen potente y preciosista. Rodada en blanco y negro, juega con el volumen del sonido ambiente, las posiciones de la cámara y el enfoque de los distintos elementos que aparecen en pantalla para crear este retrato coral y complejo.
Tráiler de An Kubo Sa Kawayanan
Por su parte, An Kubo Sa Kawayanan es representativa de una nueva generación emergente de cineastas de Filipinas. Dirigida por Alvin Yapan, cuenta la historia de Michelle, una joven filipina que vive en una cabaña apartada junto a un río. En su pequeño mundo, Michelle subsiste haciendo bordados tradicionales. Mediante el montaje y el uso de planos forzados y muy cortos se construye una atmósfera inquietante y un tanto claustrofóbica, en la que la casa pronto se presenta como un personaje más, tan vivo y complejo como cualquier humano. La película supone una interesante reflexión sobre cómo afecta la emigración al tejido social filipino: las ausencias son una constante (los padres de Michelle emigraron, y no se han vuelto a tener noticias suyas) y el deseo de salir del país para mejorar aparece regularmente en la forma de distintos personajes que, cada uno con sus propias motivaciones, transmite sus deseos a Michelle y termina abandonando la pequeña aldea. Sin embargo, la preocupación última no es tanto la emigración, sino las consecuencias que esta tiene para los que se quedan, personificados en Michelle, que es vista como reaccionaria por negarse a abandonar su hogar. Del mismo modo, la relación sentimental que se plantea entre Michelle y su cabaña puede entenderse en clave de patria. Cabe destacar el desbordante carisma de la actriz principal, Mercedes Cabral, que se convierte en pieza indispensable y sostén de la película, así como algunos alardes visuales, como las escenas que siguen a los troncos de bambú por el río, únicos momentos de respiro que permiten al espectador desplazarse fuera del pequeño mundo de los protagonistas.
(De)construyendo a Apichatpong Weerasethakul
También acudimos a una de las sesiones más novedosas, una conferencia impartida por Enrique Garcelán, de CineAsia, dedicada a la figura del director tailandés Apichatpong Weerasethakul. Bajo el título (De)construyendo a Apichatpong Weerasethakul, la charla se planteaba como presentación del libro homónimo, una monografía coordinada por CineAsia y editada por el Festival Internacional de Cine de Gijón el pasado año, y servía además para dar a conocer y contextualizar la figura de este realizador, que es muy nombrado pero poco conocido. Para ello, se partió de la cinematografía tailandesa, observando cómo ha sido descubierta en España durante la primera década del siglo XXI gracias al género del terror. A raíz de Ringu (1998), el público occidental comenzó a demandar más producciones asiáticas de terror, y a pesar de que el éxito fundamental perteneció al j-horror, esta demanda permitió que se colasen en la cartelera española títulos como Nang Nak (1999) o The Eye (2002), al tiempo que en los principales festivales se exhibían y reconocían obras que se alejaban del terror, como Las lágrimas del tigre negro (2000), la aclamada Ong Bak (2003) o Tropical Malady (2004), la que posiblemente sea la cinta más conocida de Apichatpong Weerasethakul, que llegó a alzarse con la Palma de Oro de Cannes. Sin embargo, este aparentemente creciente interés por la cinematografía tailandesa en realidad fue un efímero romance que, lejos de asentarse, no encontró ningún tipo de continuidad, lo que propicia que el desconocimiento alcance incluso a figuras como el protagonista de esta charla.
Una vez planteado este contexto, Enrique Garcelán comenzó a introducir a los asistentes en la producción de Apichatpong Weerasethakul, repasando su filmografía (siete largometrajes y treinta y cuatro cortometrajes, hasta la fecha), que debe entenderse de manera global, en conjunto. La mayoría de sus filmes se interrelacionan estrechamente, de modo que es difícil abordar su visionado en desorden o de manera aislada. En todos ellos están presentes sus elementos recurrentes. La selva, lo militar y las referencias metacinematográficas son una constante en su filmografía, ya que protagonizan las principales reflexiones y materializan las inquietudes de este realizador, perteneciente a una familia acomodada y con una fuerte formación intelectual. Mediante estos elementos, pretende conocer qué le ocurre a la sociedad tailandesa, algo que queda especialmente de manifiesto en su primera película, Mysterious Object at Noon (2000), para la cual recorrió Tailandia haciendo que la película la construyese la gente con la que se encontró durante el viaje (es por ello que suele presentarse como “obra conjunta de” en lugar de “dirigida por”).
En definitiva, esta sesión-conferencia nos permitió adquirir ciertas nociones para realizar una aproximación a la filmografía de Apichatpong Weerasethakul conociendo sus principales inquietudes y sacando provecho al visionado de sus películas.
The Dog
Tráiler de The Dog
La siguiente película que pudimos disfrutar fue The Dog, una producción china rodada en un blanco y negro muy contrastado, que, siguiendo a un pequeño perro callejero en sus desventuras, muestra la vida de los bajos fondos de Cantón. El perro va cambiando de manos mientras la atención se centra más en los distintos dueños que le acogen que en el propio animal, que únicamente cobra importancia cuando va a producirse uno de estos cambios, así como en determinados momentos en los cuales la cámara adopta la visión subjetiva del animal para mostrar, de forma directa pero desenfocada, escenas íntimas de todo tipo: sexo, onanismo, la atención e higiene a un anciano… La película parece pretenciosa, buscando decir mucho con muy poco y pasándose de introspectiva, si bien el giro final y la estructura circular hacen que esta sensación mute hacia una reflexión sobre la reiteración y monotonía vitales, tanto a nivel individual como a nivel de sociedad, planteando además una reflexión metacinematográfica. Es gracias a la escena final que la película adquiere una dimensión y una complejidad que pasarían desapercibidas si no fuese por la estructura narrativa que se plantea.
Película de apertura: Dongju: the portrait of a poet
Tráiler de Dongju: the portrait of a poet
Tras The Dog tuvo lugar la proyección de la película inaugural, Dongju: the portrait of a poet. Se trata de una producción coreana, rodada en un delicado blanco y negro con una fotografía próxima a la del cine clásico, un biopic centrado en la historia de Dongju Yun, un joven poeta que murió prematuramente en una cárcel japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. La película se centra en la implicación de Dongju en el movimiento independentista coreano bajo la ocupación japonesa, dignificando la figura del poeta como un hombre íntegro, comprometido con su tierra, de fuertes ideales, que realmente no tomó partido activamente en contra de los japoneses, a diferencia de su primo y mejor amigo, Moug-gyu. Sin embargo, la relación de Dongju con Moug-gyu, así como su producción poética, propiciaron que fuese detenido durante su estancia universitaria en Japón y confinado en la prisión de Fukuoka, donde tiene lugar el filme. Allí, un policía japonés le somete a duros interrogatorios que, mediante flashbacks, cuentan la verdadera historia de la implicación política de Dongju, al tiempo que el poeta sufre en su propia piel experimentos médicos a los que los presos coreanos eran sometidos. Visual y narrativamente, la película logra un lirismo que se ve reforzado por la inclusión de algunos de los versos más célebres del poeta, cuya obra fue publicada póstumamente bajo el título de Cielo, viento, estrellas y poesía, uno de los poemarios coreanos contemporáneos más reconocidos internacionalmente.
La película se inserta en la corriente revisionista que se está produciendo en el cine coreano histórico de los últimos años, que reivindican la identidad nacional coreana frente a las opresiones sufridas por Japón en diferentes momentos de su historia. Más allá de las lecturas políticas que puedan extraerse, resulta una película excepcional, tanto en su estructura y ritmos narrativos como en el tratamiento visual. Además, supone un homenaje a las dos figuras protagonistas, algo que se refuerza incluyendo antes de los créditos finales una línea temporal en la que se muestran, en paralelo, los principales hitos de las vidas de Dongju y Moug-gyu.
5 to 9
https://www.youtube.com/watch?v=ew0FYj2KYGw
Tráiler de 5 to 9
5 to 9 es una película ómnibus, que toma como hilo conductor la noche de la celebración del partido de fútbol que enfrentó a Brasil y Alemania durante el Mundial de 2014. Se compone de cuatro historias llevadas a cabo por cuatro realizadores distintos, y cada una se ambienta en un lugar diferente: China, Singapur, Japón y Tailandia.
El segmento ambientado en China cuenta la historia de un joven que ahorra buena parte de su sueldo para poder pasar la noche con una prostituta de mediana edad. Con un ritmo pausado y contemplativo, el espectador asiste a los preparativos del joven, subrayando la idea de la importancia de las apariencias dentro de la sociedad china.
El segundo segmento muestra a una pareja de Singapur que se dirige a una colina tranquila donde contemplar los fuegos artificiales. Parados en un punto del camino, comienzan a hablar sobre su situación, descubriéndose que son amantes y que él está casado. Mientras charlan sobre su futuro, un taxista se detiene para preguntarles una dirección, aunque inmediatamente le cancelan el servicio, y comparte un cigarrillo con la pareja, ajeno al tenso e incómodo ambiente que se ha instalado entre ellos. Durante este segmento, el partido de fútbol tiene un mayor peso argumental: da pie a una conversación al inicio, presentando a los personajes, y vuelve a aparecer al final, adquiriendo una relativa trascendencia. Ante la tristeza de separarse de su amante, y convencido de la victoria de Brasil, el hombre le hace una promesa a la mujer: “si gana Alemania, no nos separaremos nunca”.
El tercer segmento ocurre en Japón, y comienza con un ajuste de cuentas entre un occidental y un japonés, que se ve interrumpido por la aparición de un personaje misterioso que parece actuar como justiciero. Dosificando la información que otorga al espectador, incrementa la tensión progresivamente en torno a la identidad del misterioso hombre de la moto, intercalando la incertidumbre con escenas de acción que adquieren un tinte casi surrealista al tener lugar durante una proyección en un cine porno.
El último segmento tiene lugar en Tailandia, donde un director de cine trata de terminar a marchas forzadas una película de ciencia ficción que protagonizan su esposa y un actor, amantes que mantienen en secreto su relación. Sin embargo, su complicidad es tal que incluso el propio director alaba las brillantes interpretaciones que tienen lugar durante el clímax de la película, cuando ambos personajes dialogan sobre el futuro, ya que sus líneas les permiten, crípticamente, plantearse el propio futuro de su relación.
Qazaq Eli
https://www.youtube.com/watch?v=vQsGjE7xlKo
Tráiler de Qazaq Eli
Posiblemente una de las propuestas más llamativas del festival, por sus características. Se trata de una película de animación procedente de Kazajistán. Los asistentes tuvimos la fortuna de contar en la sala con Datyrkhan Daurenbekov, el director, que hizo una breve introducción a la proyección. Habló de que pretendía reivindicar el pasado del país, mostrando la infancia de los grandes héroes del país y cómo crecieron como patriotas, amando a su país. Preguntado sobre el público al que se dirigía la película, especificó que era una película principalmente infantil, ya que, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la independencia del país, se había realizado otro filme, de imagen real, que sería el equivalente para adultos de esta película. La principal preocupación de Daurenbekov era poder desarrollar otra forma de enseñar Historia a los niños. Concluyó su presentación expresando su agradecimiento por poder estar en el festival y transmitiendo que, a pesar de que, debido a las diferencias idiomáticas (únicamente hablaba kazajo y ruso, fue traducido para la ocasión por el cónsul de Kazajistán en Barcelona) no podíamos entendernos, confiaba en que a través del cine podíamos llegar a hacerlo.
La película es un encargo oficial del Ministerio de Cultura, que cuenta la historia de los jóvenes Kerey y Zhanibek, hijos del Gran Khan Barak y de su consejero. Ambos muchachos se crían como hermanos, y, bajo la tutela de Batyr Ata (un gran guerrero, cuya valentía le valió el título de “Batyr”, que significa “héroe”), comienzan su formación militar. En la película puede verse la muerte del Gran Khan Barak (asesinado por unos bandidos a las órdenes de Karabek) y la sucesión del nuevo Gran Khan, Abul Khair, quien ha sido embrujado por Karabek, uno de los líderes de las tribus que componen el kanato. Durante la cinta, Karabek intenta en repetidas ocasiones deshacerse de los muchachos, puesto que al ser sucesores naturales del difunto Gran Khan podían poner en peligro su poder. Por supuesto, fracasa en todos sus intentos, gracias a las habilidades de Kerey y Zhanibek y a la misteriosa ayuda que reciben de un anciano de barba y ropas blancas.
Finalmente, la historia conduce al enfrentamiento entre el kanato kazajo y los kanatos orientales a los que debía rendir tributo. La importancia de esta batalla se subraya simbólicamente con el enfrentamiento entre el Bien (el anciano de barba y ropas blancas que había ayudado a los protagonistas a lo largo de toda la película) y el Mal (un señor oscuro a cuyas órdenes se había movido Karabek).
Toda la película está planteada como una narración dentro de otra, ya que al comienzo y al final aparecen dos niños jugando en un parque, a quienes un anciano cuenta la historia de los grandes guerreros que en 1465 fundaron la nación kazaja. Precisamente este hecho, unido a que se trate de un encargo oficial del ministerio, hace que el diálogo final entre el anciano y los niños (que exclaman las ganas que tienen de crecer y defender su país, igual que hicieron Kerey y Zhanibek) resulte ciertamente incómodo, al tratarse de una película de adoctrinamiento.
No obstante, obviando esta circunstancia (que no carece de importancia, pero que en el contexto del festival nos puede servir únicamente para conocer la realidad kazaja), se trata de una película meritoria, al llevar a cabo una animación relativamente solvente dentro de un país en el que la industria de la animación está escasamente desarrollada. Quizás adolece, a nivel técnico, de los escenarios generados por ordenador en tres dimensiones, que dan una imagen ligeramente desfasada. Sin embargo, aspectos como el humor socarrón o los animados números musicales son aspectos favorablemente destacados.
El jardín de las flores del melocotonero
Tráiler de El jardín de las flores del melocotonero
También presentado por sus directores, se trata de una coproducción llevada a cabo entre TV3 y China que fue emitido en Cataluña en mayo de 2016, en el programa Sense ficció, y se espera sea emitida allí por televisión. Es un documental que muestra la vida cotidiana en la fábrica de Antex, una empresa ejemplar, haciendo especial hincapié en una de las actividades que pueden realizar los trabajadores: participar en la colla castellera Xiquets de Hangzhou.
El documental comienza con la narración de una historia tradicional de Tao Yuangmin, una fábula sobre un pescador que encuentra una aldea aislada del mundo en la que todos sus habitantes viven en armonía; no obstante, cuando el pescador quiere volver a alcanzar esa aldea, es incapaz de encontrarla.
Esta búsqueda de la sociedad perfecta, junto con las enseñanzas de Confucio, son el motor que movió a Anhua Qian a desarrollar su empresa para tratar de buscar la felicidad de sus empleados. Se trata de una fábrica-colonia, en la que los trabajadores disponen de trabajo, alojamiento y manutención, un modelo frecuente en China. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de fábricas que siguen este modelo, en Antex los trabajadores disponen de gran cantidad de propuestas para su tiempo libre, en su mayoría actividades de ocio en grupo que estrechan los lazos entre los trabajadores y contribuyen a crear comunidad.
Una de estas actividades es la de la colla castellera, nacida en 2009 a raíz de una iniciativa personal de Qian, quien en un viaje por España se enamoró de los castells por su camaradería y la idea de trabajo en equipo que desprendían, que encajaba muy bien tanto con los preceptos filosóficos chinos como con el proyecto que Qian estaba aplicando en su empresa.
El documental se centra en la vida diaria de la empresa, atendiendo a las situaciones personales de algunos de los empleados, y mostrando sus entrenamientos, impulsados por el objetivo de alcanzar la construcción de 3 de 8 para poder viajar a España y participar en el Concurso de Castells de Tarragona, el evento más importante del mundo casteller.
Con esta película, ponemos fin a la primera parte de nuestra crónica sobre el Casa Asia Film Festival de 2016, dejando para una próxima entrega el comentario del resto de películas que pudimos ver, así como algunas conclusiones sobre esta edición.