La última semana de abril tuvo lugar en la Universidad de Zaragoza la celebración de la XVI Semana Cultural Japonesa, todo un clásico ya entre las actividades culturales de la capital aragonesa. Este año, la Semana estaba dedicada a las lacas niponas, un tema que presentaban bajo el sugerente título de Lacas Urushi, el brillo de Japón. Además, en esta ocasión la Semana Cultural colaboraba con unas Jornadas Técnicas organizadas por la Escuela de Conservación y Restauración, también dedicadas al arte de la laca, en las que se trataba este arte desde una perspectiva mucho más técnica.
Aunque se trata de una práctica artística desarrollada en otros lugares, el arte de la laca se asocia rápidamente a Japón por la gran calidad que alcanzaron a la hora de emplear este barniz como método decorativo. Además de proteger los objetos, impermeabilizándolos e impidiendo su corrosión, las cualidades estéticas de la laca urushi, entre las que destaca un brillo muy característico (gracias a su capacidad para absorber la luz), así como las grandes posibilidades ornamentales que permiten mediante el tintado del barniz o la adición de añadidos como piezas de concha o polvo de oro, hicieron que muy pronto la laca urushi se generalizase en Japón, aplicándose a una multitud de objetos cotidianos y convirtiéndose en una de sus prácticas artísticas más representativas por la maestría y originalidad que alcanzaron en su aplicación.[1]
La inauguración de la Semana Cultural Japonesa tuvo lugar el martes, 25 de abril (ya que el 24 era festivo en Aragón, por la celebración de San Jorge). Tras el acto oficial con las autoridades, la primera actividad propuesta fue la performance llevada a cabo por Dance&Ink, dúo formado por Kumiko Fujimura, artista de sumi-e, y Makiko Sese, traductora de profesión y bailarina. El pequeño espectáculo con el que deleitaron a los asistentes combinaba el recitado de textos en japonés y danza contemporánea con ejercicios de improvisación pictórica, que tenían como hilo conductor la interrelación de la bailarina y la pintora. La combinación de ambas dio lugar a unas bellas pinturas a la tinta, de grandes dimensiones, en las que Kumiko retrataba a Makiko en distintos momentos de su danza. Con unos pocos trazos, más próxima a la abstracción que a la figuración, Kumiko conseguía con la maestría que le caracteriza detener el tiempo en algunos de los movimientos de Makiko, inmortalizando su danza.
Por la tarde, intervinieron en sendas conferencias Elena Barlés y David Almazán, profesores del Departamento de Historia del Arte y organizadores de las jornadas. La primera conferencia llevó por título Colecciones de lacas japonesas en España. Impartida por Elena Barlés, sirvió de introducción y guía para el resto de conferencias de la semana, ya que buena parte de ellas versaban sobre algunas de estas colecciones. Por su parte, el profesor Almazán relacionó el arte de la laca con el fenómeno del japonismo tanto en el siglo XIX como en el XX.
A lo largo de los días siguientes, se sucedieron una serie de conferencias de primer nivel, entre las que podemos destacar la intervención de la Doctora Yayoi Kawamura, profesora de la Universidad de Oviedo, cuya intervención, de duración algo mayor de lo habitual (hora y media, frente a una hora) supuso una clase magistral sobre las técnicas y características de la laca urushi. En la misma dirección, de contenido más técnico, fue la conferencia de José Luis Merino Gorospe, del Museo de Bellas Artes de Bilbao, quien se centró en las problemáticas museísticas de identificación y conservación de laca japonesa en ámbitos occidentales (y, específicamente, el español).
Carmela Gallego, del Museo de Zaragoza, inició una serie de conferencias que presentaban distintas colecciones españolas de laca urushi. En su caso, se ocupó de las lacas presentes en la Colección Torralba, abordando también cuestiones relativas a las problemáticas de conservación y restauración de las mismas, siguiendo la misma línea que José Luis Merino. Ya el jueves, Leticia Pérez de Camino Fernández, del Museo de Artes Decorativas de Madrid, presentó la colección de arte japonés que posee este museo, en el que se encuentran interesantes piezas lacadas, y Muriel Gómez Pradas, de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), se centró en las piezas de laca del Museo Etnológico de Barcelona, unas obras contemporáneas, realizadas en el siglo XX, y muy utilitarias, lo que da lugar a piezas menos ornamentadas pero igual de atractivas visualmente. El viernes, Pilar Cabañas, de la Universidad Complutense, trató las colecciones de lacas existentes en el madrileño Museo de América.
Además, Marcos Sala, colaborador esporádico de esta revista, impartió la que fue la última conferencia de la Semana Cultural, protagonizada por la evocadora figura del samurái, ya que presentó los usos de la laca urushi vinculados a las armas y armaduras en el Japón tradicional.
El viernes se llevó a cabo una mesa redonda, Japón como destino de investigación, en la que se trataron distintas becas y posibilidades para estudiar en Japón. Contó con la presencia de Paloma Valor Bonillo, coordinadora de Cultura y Educación en la Sección de Cultura y Prensa de la Embajada Japonesa en España, y con Nieves Moreno, exbecaria Monbukagakushô e investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid. Esta sesión fue un gran éxito, tanto a nivel de asistencia como de participación, evidenciando el gran interés que tiene Japón para los universitarios aragoneses. Además, esta mesa redonda se completó con una pequeña intervención que pude realizar para exponer brevemente mi experiencia en el Programa MIRAI, otro tipo de beca ofertada por la Embajada de Japón.
Aunque estas conferencias fueron la actividad principal de la Semana Cultural, el programa englobaba una serie de visitas guiadas, tanto al Museo de Zaragoza, donde continúa la exposición temporal Hiroshige y su época, como a la Escuela Museo de Origami. En el Museo de Zaragoza, además de las visitas, se celebró también un pequeño concierto de taiko, a cargo del grupo de taiko de la Asociación Aragón-Japón. El programa se completó con la proyección de una película, Always Sunset on Third Street ’64, una comedia costumbrista que narra las peripecias de un vecindario durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 1964.
Finalmente, la XVI Semana Cultural Japonesa tuvo una clausura por todo lo alto, con un concierto del Dúo Kokeshi (formado por Esther Albalá y Jorge Hernández) que prácticamente llenó el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, a pesar de tratarse de un horario aparentemente incómodo. El Dúo Kokeshi está integrado originalmente por Esther Albalá y Laura Andrés, aunque por motivos personales, Laura tuvo que ser sustituida para la ocasión por el guitarrista Jorge Hernández. En 2013, el grupo saltó a la fama internacional por su victoria en el concurso televisivo We love Japanese songs! de la cadena japonesa NHK, y desde entonces han actuado en distintos eventos dedicados a la cultura nipona. Su actuación en la clausura de la Semana Japonesa incluyó cuatro canciones, Ue wo muite arukou, Nagoriyuki (que fue el tema que les valió el triunfo en el concurso), Hanabi (uno de los endings de la serie de anime Bleach) y Hikouki Gumo (popularizada gracias a la película El viento se levanta, de Hayao Miyazaki, de la cual fue uno de los temas principales).
De esta forma terminamos, un año más, una semana de disfrute dedicada a la profundización en la cultura japonesa, y solo nos queda ya esperar con qué tema nos sorprenderán en la próxima edición.
Notas:
[1] Este tema ha sido pormenorizadamente tratado en esta revista por Daniel Rodríguez, aquí, aquí y aquí.
Las imágenes han sido tomadas del Facebook oficial de la Semana Cultural Japonesa.