En un artículo anterior, al analizar la película Beautiful accident de Ho Wi Ding (China, Taiwán, Corea, 2017) expresamos la idea de que existen anhelos en la vida que, de no ser cumplidos, dejan un sentido de remordimiento para los que no los cumplen en etapas posteriores de la vida. Son aquellas aspiraciones que hicieron que la joven abogada de dicha película exigiera a la administración del más allá ser devuelta a la vida, con la amenaza de ponerles un pleito. Asombrosamente, hay muchas películas asiáticas que ponen de relieve un tipo especial de remordimiento al final de la vida que exige venganza. También resaltamos la película City of Last Things de Ho Wi Ding (2018, Taiwán), un filme asiático distópico del estilo de Blade Runner, cuyo personaje central solo desea vengarse antes de morir.
La película en la que se centra este artículo es una mezcla de comedia y romance fantástico del director chino Lin Jie (China, 2016). Han traducido el título original de la película como Ghost Votive Master, pero el fotograma que anuncia la película pone primero “Cuatro bestias sagradas”, seguido por una frase que explica que se trata de un “maestro” (espiritual, como en el sentido de un monje intercesor o iluminado) que ayuda a “cumplir los últimos deseos de unos fantasmas”. Las “cuatro bestias sagradas”, en cambio, hacen referencia a cuatro monstruos divinos de la mitología china, de los cuales sólo se menciona a Suzaku[1], un dios protector del fuego, comúnmente representado como un fénix rojo, que en la película es el que otorga al protagonista la capacidad para ver a los fantasmas del drama.
Del director se sabe que trabaja mayormente en teleseries. Entre sus trabajos destacados merece la pena mencionar una teleserie que se podría traducir como Escena de la muerte (China, 2014), algo que recuerda al norteamericano CSI, pero con los efectos digitales con un retraso de unos veinte años y Mis colegas están enfermos (China, 2013), que parece un ensayo del presente filme, al tratar con temas como el deseo y cómo encontrar el amor verdadero. Un trabajo, sin embargo, bastante rudimentario en cuanto a calidad técnica.
El argumento
A diferencia de otras películas que hemos comentado, en Ghost Votive Master no contamos con un único tipo de remordimiento, sino con cuatro. Los deseos frustrados son vocalizados por cuatro fantasmas. El personaje principal, actuando como narrador, explica que, según un mito, las almas de las personas recién fallecidas solo pueden pasar a una especie de paraíso celestial si, en el plazo de siete días, pueden resolver todo lo que los mantiene atados a su existencia terrenal. Si no, volverán a la vida con ira, presumiblemente reencarnados como una persona malvada. Cuentan con la ayuda de un trabajador de crematorio, Chen Bo que es un elegido de Suzaku, lo que implica que no sólo es inmune a los efectos del fuego, sino que recibe el don de poder comunicarse e interactuar con estas fantasmas. A partir de ese momento será su labor satisfacer sus anhelos frustrados de la manera que sea para que pueden partir al más allá en paz. Una vez que ha superado el choque inicial de la aparición de los cuatro fantasmas, su valor, empatía, idealismo, y espontaneidad, serán cualidades que le harán idóneo para poder ayudar a los fantasmas a resolver sus problemas.
El chico que busca venganza, el codicioso y la chica reprimida
Uno de las fantasmas, en vida, fue víctima de un grupo de matones que le daban una paliza cada vez que lo veían, por lo que desea venganza. Otro fue camarero en un buen restaurante, pero nunca había podido disfrutar de la comida que servía, de modo que ahora desea satisfacer su apetito frustrado. Sin embargo, son las chicas las que generan toda la fuerza dramática de la obra. Si una de ellas podría llamarse la fantasma que busca amor (loveghost), la otra se resiste una clasificación sencilla. Todas las fantasmas tienen algo enfermizo en su comportamiento. Cabe pensar que Chen Bo, con su ejemplo y forma de pensar y actuar, les sirve de referente y guía. Irónicamente, mientras la cinta se centra en la resolución de las neurosis de las fantasmas desquiciadas, su intervención se ve eclipsada por unos personajes secundarios que no son fantasmas. A pesar de tener papeles con menos protagonismo, son más memorables porque anuncian lo que es posible en la vida si uno no tiene una visión enfermiza de la realidad. Hablamos del personaje que hace de estrella de cine, He Ling Ling, el ídolo de Chen Bo, y una pareja de adolescentes enamorados que pueden dar una idea de cómo es el primer amor.
La chica reprimida
Lo más curioso de la cinta es la representación del deseo sexual femenino en una de las fantasmas. La chica en cuestión, al ser una persona reprimida que ha fallecido sin haber nunca consumado el acto sexual, anda frenéticamente a la búsqueda de un hombre que la pueda satisfacer. Sin embargo, a pesar de su desesperación da la impresión de que no sabe realmente lo que quiere. De no poder decidirse al final de su periodo de siete días de paréntesis, se queda sin haber tenido la experiencia que deseaba.
La chica que busca amor verdadero
En contraste, hay otra chica que se puede definirse como la chica que busca el amor verdadero. Ha tenido muchos novios, pero ningún de ellos la ha querido de verdad, y se siente angustiada por no haber experimentado nunca el amor verdadero. Al contrario, siente que ha sido utilizada. Si el problema de la chica anterior fue la represión sexual de su madre, con esta última lo es una falta de inteligencia emocional, al pensar que la vida real es como en las películas, o una capacidad limitada para involucrase emocionalmente con otras personas.
Como todos los fantasmas, ella puede ocupar el cuerpo de otra persona y experimentar sus sensaciones y emociones. Es muy llamativo que cuando, por recomendación de Chen Bo, ocupa el cuerpo de una joven adolescente que está con su novio, comenta que no ha experimentado nada especial. Da la impresión de que ignora la parte racional del enamoramiento y que es demasiado dependiente de factores externos, como el aspecto físico de su pareja. Esta sensación se confirma, intencionalmente o no, con la falta de expresividad en el rostro de la actriz que desempeña su papel, que hace pensar que es una persona muy superficial.
Chen Bo y la actriz
Caso aparte es la trama secundaria de la breve interacción amorosa entre Chen Bo y He Ling Ling. Él hace el papel del fan locamente enamorado de la estrella. A pesar de aparentar una distancia y superioridad inicial, al final resulta ser una persona sorprendentemente humilde y cercana. Rompe por completo los prejuicios que se podrían tener sobre cómo tienen que ser los famosos en la vida real. A la vez, hay una escena que da sensación de tensión y expectación cuando uno intenta conseguir una primera cita. Contrastando su presencia con la falta de emotividad y frialdad de la loveghost, su personaje encandila. Además la secuencia transmite el sentido de admiración que muchas veces inspira el enamoramiento.
Hay un giro inesperado al final de la película, un poco artificioso, cuando el fantasma enamoradizo se enamora de Chen Bo, y él de ella. Resulta sorprendente que rechace las atenciones de la actriz, una mujer viva y sincera, por la mujer en tránsito entre esta vida y el más allá. Por no hablar de la falta de química entre los dos personajes, y la ya mencionada falta de expresividad en la cara de la actriz que hace de loveghost.
A un nivel subliminal la película parece relatar cómo una manera enfermiza de ver la realidad, consecuencia de una privación sensorial, afectiva, o un entorno o experiencia negativos puede llegar a producir sufrimiento en el alma. Como ejercicio de desapego, de liberación de lo que angustia, los estados emocionales de las fantasmas contrastan con una experiencia normal y equilibrada de la realidad, ejemplificada por la pareja de adolescentes enamorados o la ilusión que tiene Chen Bo para salir con He Ling Ling.
Consideraciones técnicas
En cuanto a la calidad de la fotografía y otros aspectos técnicos, esta película subsana por completo los defectos de los trabajos del director para la pequeña pantalla. Para empezar, introduce un gran nivel de sofisticación en los ángulos de cámara. Especialmente magistral es la secuencia mencionada arriba en que la actriz nos sorprende cuando da su número de teléfono a Chen Bo. Cambiamos de planos subjetivos con gran profundidad de campo que transmiten los anhelos del personaje mientras la contempla en la distancia actuando, y después una vez que se ha entristecido porque todavía no la puede ver, tenemos primeros planos de su cara que profundizan en su sufrimiento. Esto se acopla con angulaciones muy variadas de cámara, ya que se desorienta y no sabe a dónde ir. Finalmente, cuando decepcionado y perdido en sus pensamientos está mirando el suelo, de repente se escucha su voz fuera de plano. La tensión dramática en esta conjetura es tremenda, porque sólo con escuchar su voz, y la forma tan dulce en la que habla, intuimos que algo va a pasar.
Asumimos las limitaciones técnicas en sus efectos especiales porque China todavía se encuentra al menos veinte años por detrás de Hollywood en este aspecto. Sin embargo, emplea muy bien la técnica de proyectar muchos planos diferentes a pocos intervalos de tiempo y con gran calidad en los planos detalle, junto con travellings, presumiblemente con la cámara llevada en la mano, para transmitir la idea de la emoción de la fiesta al inicio de la película.
Conclusiones
Como base de un argumento para un guion de película, la idea de utilizar aspectos de la mitología china en un contexto moderno parece bastante original. Entre los personajes destacan las mujeres. La fantasma de la mujer reprimida resulta interesante porque juega un doble papel. En un momento dado se presenta como elusiva y pudorosa, rechazando cualquier avance, pero en otro, cuando alguien le motiva, se disfraza como un objeto de fantasía masculino para seducir. Aunque es verdad, desgraciadamente, que la mujer es cosificada por los hombres, parece ser que las mujeres a veces “se cosifican a sí mismas”[2] como parte del ritual de la seducción para satisfacer sus deseos. Queda sobreentendido, sin embargo, que ella puede abandonar el juego en cualquier momento, sin perjudicar su imagen. Es decir, no se trata de un juego de poder o sumisión.[3]
En cuanto a la fantasma que busca el amor verdadero, la loveghost, su caracterización es algo confusa. No se sabe si es un fallo del guion, la falta de expresividad de la actriz, o la poca química que existe entre ella y el actor que hace de Chen Bo, pero no genera mucha simpatía. Más bien parece un personaje frío, artificial y eclipsado por personajes femeninos secundarios como la mujer reprimida o la estrella de cine. Como experiencia subjetiva al ver la película, una vez que se ha terminado su visionado, el espectador casi se olvida por completo de ella y uno se queda con una sensación de decepción porque Chen Bo no acabó con la actriz. Es como si al final nos decantáramos por reafirmar los valores positivos de la vida, rechazando los planteamientos enfermizos de los fantasmas. De modo que la película apenas funciona como historia romántica. Además, el final rebuscado en que el trabajador del crematorio acaba con la chica cuyo cuerpo sin vida ve en el crematorio al principio de la cinta deja muchos cabos sueltos. Aun con todo, está claro que tiene unas secuencias descomunales que hace que este filme sea excepcional. La gran versatilidad del actor principal que hace de Chen Bo facilita que nos identifiquemos con los personajes. La película entretiene además de aportar momentos de sosiego cuando contemplamos vistas panorámicas del mar con gran profundidad de campo. Engancha desde el principio hasta el final y deja con ganas de conocer más de la filmografía del director y de otros trabajos del elenco de grandes estrellas que participan en la obra.
Notas:
[1]Guerra, Francisco José, “Suzaku, Byakko, Seiryu y Genbu – Las cuatro bestias sagradas”, en Sendas del Viento, blog. Disponible aquí
[2]Slavoj,Zizek–“Feminismo, MeToo y la Cosificación de la Mujer”, Disponible aquí.
[3]Analizando la cuestión desde un punto de vista biológico evolutiva, la actividad sexual es altamente deseable tanto por el macho comopor la hembra porque asegura lasupervivencia de los genes por la descendencia. Desde esta perspectiva, no es muy lógico pensar en juegos de poder, aunque ambos pueden adoptar un rol dominante o sumiso en un momento determinado, ya que la finalidad de la interacción es la procreación.