Partiendo de un artículo anteriormente publicado, esta vez vamos a exponer brevemente cómo se desarrollaron determinadas chinoiseries arquitectónicas en Europa durante los siglos XVII y XVIII. Este comentario parte fundamentalmente del análisis de los grabados de las obras de Johan Niuehof (Het gezantschap der Neêrlandtsche Oost-Indische Compagnie, 1665) y de Athanasius Kircher (China Illustrata, 1670).
Como bien es sabido, la cultura y el arte asiático tuvieron un gran desarrollo en las distintas manifestaciones artísticas europeas del Barroco y el Rococó, como por ejemplo, en la pintura, la escultura, la cerámica, los tapices, el mobiliario, etc. Estas influencias se produjeron fundamentalmente gracias a los productos importados de Asia Oriental, sobre todo a través de las Compañías de Indias Orientales.
Pero el impacto oriental también tuvo calado en la arquitectura, aunque en este caso, las fuentes en las que se basaban los arquitectos europeos eran principalmente los grabados de los libros de viajes, que se comienzan a imprimir en el siglo XVI, y a ilustrar ricamente a partir del siglo XVII de forma cada vez más habitual.
Aunque, hasta el siglo XVIII, no encontramos obras dedicadas en exclusiva a la arquitectura oriental, los ya mencionados libros de Johan Nieuhof y Athanasius Kircher, hablan a finales del siglo XVII, de asombrosas arquitecturas de grandes tejados con perfiles curvos, construcciones de madera pintadas de colores vivos, decoraciones fantasiosas, etc. Estas extraordinarias descripciones, y las ilustraciones que se hacen de ellas, debieron de impresionar a los arquitectos del momento, en uno de los periodos de mayor experimentación arquitectónica como fue el Barroco, buscando modelos fuera de la tradición clásica europea.
Pronto surgieron en toda Europa nuevos edificios, desde residencias palaciegas a pabellones en jardines, que se inspiraban de alguna forma en las imágenes y descripciones de estos libros, tanto estructuralmente, como en motivos ornamentales y decorativos de estas arquitecturas barrocas.
Entre todas las tipologías de edificios chinos que se describían, una de las que causó mayor impacto fueron las pagodas Estas estructuras fueron conocidas en Occidente gracias a obras como las de Nieuhof y de Kircher, aunque sus representaciones son considerablemente distintas.
En la obra de Kircher se representa una de estas estructuras, con el título de “Turris Novizonia Sinensium”. El jesuita alemán se basa en las informaciones de Martino Martini, y describe una torre de novecientos codos de altura, completamente decorada en porcelana, con mármol negro al interior y guardando un ídolo de bronce dorado. En la representación se muestra una torre de nueve plantas decrecientes en altura, de planta hexagonal. Esta forma de representar una pagoda sirve a Kircher para mostrar su teoría de contactos, comparando estas estructuras con las pirámides egipcias.
Esta ilustración tal vez pudiera ejercer como influencia para la pagoda de Chanteloup, en Amboise (Francia), construida por el arquitecto Louis-Denis Le Camus en 1775, para el Duque de Choiseul,[1] pero la relación no es clara, ni ha aparecido documentación que defienda esta teoría.
Por otro lado, la obra de Nieuhof, parece que tuvo un mayor impacto. En su obra, el autor describe la famosa pagoda de porcelana de Nanking, una gran torre levantada a comienzos del siglo XV, durante el reinado del Emperador Yongle, y destruida a mediados del siglo XIX, durante la rebelión Taiping.[2] Nieuhof dice lo siguiente de esta estructura:
“En medio de la llanura se alza un alto campanario o torre de porcelana, que excede con mucho todas las demás obras de los chinos en coste y habilidad, por lo que los chinos han declarado al mundo la rara ingenuidad de sus artistas en épocas anteriores.
Esta torre tiene nueve niveles, y ciento ochenta y cuatro pasos hasta la cima; cada nivel está adornado con una galería llena de imágenes y cuadros, con luces muy hermosas (como se expresa en la impresión anexa). El exterior es todo vidriado y pintado en varios colores […].”[3]
En ambos casos, tanto Nieuhof como Kircher describen torres de considerable altura ricamente adornadas con porcelana. Estas descripciones debieron de causar un impacto tremendo en la sociedad barroca de finales del siglo XVII.
Centrándonos ahora en la imagen de la obra de Nieuhof, sabemos que ejerció gran influencia por las numerosas copias que aparecen en otros libros publicados posteriormente, desde la obra del historiador y geógrafo inglés Thomas Salmón, Modern History, or the Present State of all Nations, en el volumen sobre Asia publicado en 1736; hasta ya bien entrados en el siglo XIX, en la obra de A. S. de Doncourt, Les Francais dans l’extreme orient, publicada en 1884, por citar unos pocos ejemplos de los muchos que existen.
También es significativo, como ejemplo del peso e impacto que causó esta imagen, ver como uno de los arquitectos más relevantes del barroco alemán, Fischer von Erlach, la copia para ilustrar uno de los capítulos de su obra teórica Entwurff einer historischen Architectur (1721), junto con otras ilustraciones de arquitecturas chinas de la obra de Nieuhof.
Pero la influencia de la obra no solo es visible en la generación de un modelo visual que se sigue manteniendo por un determinado tiempo, sino que este hito constructivo también tuvo repercusión directa en la práctica arquitectónica del momento. Comenzando por el primer edificio chinesco europeo, el Trianon de porcelana de Versalles, obra diseñada por el arquitecto Louis Le Vau, realizada entre 1670 y 1671, de la que hoy en día solo se conservan grabados y material gráfico y descriptivo, ya que el edificio fue destruido pocos años después de su construcción.[4]
Este pabellón palaciego de los jardines de Versalles se caracterizó por un tejado blanco y azul, manteniendo la idea de un edificio recubierto de porcelana, como nos narraba Nieuhof en sus descripciones.
Más evidente es la influencia que puedo ejercer esta estampa en la obra del arquitecto neoclásico William Chambers, concretamente en su pagoda de los jardines de Kew en Londres, realizada en 1762.[5]
Este arquitecto visitó China en persona,[6] y escribió numerosos tratados sobre el arte chino, junto con repertorios de imágenes decorativas y de arquitecturas chinescas, como Designs of Chinese Building (1759). Pero a pesar de haber visitado el Celeste Imperio, parece que pudo seguir recurriendo a la imagen del libro de Nieuhof, publicada casi cien años antes de la construcción de su pagoda, como un referente asentado en el imaginario colectivo europeo.
Tal fue el impacto de esta construcción, que inmediatamente después fue fruto de inspiración para numerosas vistas de los jardines ingleses, perpetuando de forma secundaria la visión de la gran pagoda, produciéndose de esta manera un fenómeno de continuación de modelos. A la vez, estas nuevas imágenes a raíz de la pagoda de Kew, fomentan la perpetuación del ideal de exotismo sobre las culturas asiáticas, más aún si nos fijamos que en muchas de las imágenes de este edificio, como la vista de William Marlow, se representa a un lado de la torre un pabellón inspirado en la Alhambra de Granada, y al fondo una mezquita turca.
Hoy en día, la pagoda de Chambers se encuentra en un proceso de restauración, comenzado en 2016, y el Real Jardín Botánico de Kew, considera esta magnífica chinoiserie, como una de las principales atracciones de todo su recinto.[7]
Por concluir, es interesante comprobar cómo esta construcción no solo ha constituido un mito oriental en el catálogo de imágenes europeo, y ha generado nuevos símbolos, sino que también ha permanecido el recuerdo de la comunidad china, como uno de sus símbolos más representativos. Al hilo de esta idea, casi siglo y medio después de su destrucción, en 2010, Wang Jianlin, multimillonario chino propietario del Grupo Wanda, ha costeado la “reconstrucción modernizada” de este edificio donando ciento cincuenta millones de dólares,[8] para volver a levantar la torre que una vez maravilló a Europa a través de una estampa.
Notas:
[1] Página web de la pagoda de Chanteloup. Disponible aquí.
[2] Pequeño artículo sobre este edificio con algunos datos históricos básicos. Disponible aquí.
[3] Traducción:
In the middle of the Plain Stands a high Steeple or Tower made of Purceline, which far exceeds all other Workmanship of the Chineses in cost and skill, by which the Chineses have declared to the world, the rare ingenuity of their Artists in former ages.
This Tower has nine rounds, and one hundred eighty four steps to the top; each round is adorned with a Gallery full of Images and Pictures, with very handsom lights (as is exprest in the annexed print). The out-side is all Glazed over and Painted with several Colours […].
Nieuhof, Johan, An embassy from the East-India Company, Londres, John Ogilby, 1670, p. 88.
[4] Jacobson, Dawn, Chinoiserie, Londres, Phaidon, 2007, pp. 33-34.
[5] Página web de la pagoda de Kew, incluye planos de planta, secciones y elevaciones actuales. Disponible aquí.
[6] Jacobson, Dawn, Chinoiserie, op. cit., pp. 19-21.
[7] Página oficial de los jardines de Kew. Disponible aquí.
[8] Noticia sobre la reconstrucción. Disponible aquí.