Introducción – la relación intertextual con Painted Heart de Gordon Chan (2008)
En el presente artículo, volvemos al tema de cómo se representa el amor en el cine chino. Con ello retomamos el tratamiento de espíritus en la mitología china, visto por primera vez en la película Ghost Votive Master de Lin Jie (China, 2016), pero también indirectamente en Impossible (2015) de Sun Zhou donde aparece un extraterrestre que tiene un extraño parecido con un dragón del folklore chino. Este análisis se divide en dos partes. En la primera explicamos las idiosincrasias del trasfondo mitológico de la película y en la segunda se procede a un análisis de sus temas principales con referencia especial a las escenas primarias que generan la tensión dramática.
En esta ocasión, se trata de una súper producción con una clara intencionalidad comercial, dirigida por Wu Ershan (10 de junio de 1972, Hohhot, China), un graduado de la Academia de Cine de Pekín y de la Academia Central de Bellas Artes de China. El director ha revelado en una entrevista parte de su intención al hacer esta película, diciendo que forma parte de un proyecto para filmar algunas cintas inspiradas por “nuestra propia memoria nacional”.[1] La obra funciona a dos niveles distintos. En un primer nivel, las representaciones de la mitología china funcionan como una alegoría para expresar una realidad social actual, en este caso la unión de fuerzas opuestas, el Yin y el Yang, la masculinidad y la feminidad. En un segundo nivel, mantienen su significado latente y se integran en los relatos míticos que forman parte del inconsciente de la memoria colectiva.
La película fue elogiada por sus efectos especiales y premiada por la actuación de Zhao Wei y Chen Kun, además de ser una de las cintas que más ha recaudado en territorio nacional en la historia del cine chino. Forma parte de una saga iniciada por Painted Heart de Gordon Chan (China, 2008) que comienza en algún momento de la última dinastía Qin (221 a. C. – 206 a. C.) o la primera dinastía Han (206 a. C. – 220 d. C.). Esta segunda parte se sitúa cronológicamente quinientos años después de la primera, lo que la ubicaría en la época de la dinastía Han (206 a. C. – 220 d. C). Los protagonistas se relacionan con la corte de dicha dinastía, pero se crea un mundo de fantasía propio de un cuento de hadas en el que tanto los lugares como los personajes no se corresponden con un momento histórico concreto. Tenemos, por ejemplo, la “Ciudad Blanca”, un lugar fronterizo con otro reino rival potencialmente hostil llamado Tianliang.
En la primera parte de la saga los actores Zhao Wei y Chen Kun son un matrimonio formado por el general Wang Sheng y su mujer Peirong. Se reencarnan en la segunda parte, pero al principio el personaje de Zhao Wei (la princesa Jing) sufre un amor no correspondido por el personaje de Chen Kun (el general Huo Xin). La actriz Zhou Xun vuelve a interpretar a la doncella Xiaowei en la segunda parte, excepto que esta vez logra seducir al nuevo personaje del general del que estaba enamorada en la primera parte. A lo largo de la acción, ella se revela como un espíritu demoníaco en forma de zorro, una versión china de la femme fatal que en su caso se da un festín con los corazones humanos para mantener su belleza. En síntesis, la relación entre las dos películas es tentativa, pero tienen una raíz común que es la indeterminación de la muerte y el trasfondo mitológico que se desarrolla mucho más en la segunda parte.
El trasfondo mitológico de la película
Para entender mejor la película, merece la pena comentar todo el trasfondo del imaginario popular del que forman parte las representaciones mitológicas. Este comentario se basa en los resultados de una investigación sobre una guía práctica de demonología escrita para la gente de la calle en pueblos primitivos chinos entorno al año 220 a.C., en bambú. Es la sección conocida como Chieh de una obra más extensa llamada “Daybook” (Jih-shu), que contienen además información sobre leyes, astrología y consejos para días y horas propicias para hacer determinadas actividades, encontrado en una tumba Ch`in a Shui-hi-ti [2] en la provincia de Hupei en 1975.[3] Donald Harper ha descrito el Chieh como una “antología de creencias populares sobre demonios”.[4] Lo que se expone a continuación es una síntesis de las ideas principales de este texto y una comparación con la literatura demonográfica posterior.
En primer lugar, lo que se percibe en estos primitivos escritos es que los dioses chinos no tengan el mismo poder que los dioses de la Grecia antigua, por ejemplo. De hecho, según la creencia popular china, los dioses y los espíritus son en cierta manera “mortales” porque se les puede “matar”.[5] Esta paradoja se explica en un primer acercamiento si consideramos que en los textos originales hay poca diferencia entre el concepto de “dios” y “espíritu”. Mientras shen es la palabra normalmente utilizada para referirse a un “dios” y kuei para definir un “fantasma”, la palabra shen también se utiliza como adjetivo en el sentido de “espíritu” para definir una cualidad fantasmagórica. De modo que muchas veces “fantasma” (kuei) y “dios” (shen) son términos intercambiables.[6] En términos generales hay una jerarquía en el mundo espiritual. En el escalón más bajo están los fenómenos naturales como el “viento, trueno, y el fuego celestial”.[7] El escalón más alto está ocupado por las deidades como el Shang- ti (el Señor en los cielos) o el Emperador en los cielos (Shang-huang). Los demonios, fantasmas y espíritus pertenecen a un escalón intermediario. Lo que distingue a todas las entidades espirituales es sus poderes individuales.[8]
En lo que se refiere a los “demonios”, lo primero que hay que resaltar es el hecho de que su poder sea limitado, pero preocupan más a la gente que los dioses. En realidad, no son seres angelicales expulsados del cielo por un Dios Supremo como en la cosmovisión cristiana, por ejemplo. Ni son justicieros que vienen para castigar la infracción de una ley moral o una ofensa en contra de una norma social. Son más parecidos a los demás mortales en el sentido de que actúan según sus caprichos.[9] Lo importante es que dentro de la cosmovisión china son seres con poderes limitados que se puede exorcizar con relativa facilidad si se sigue el manual mencionado antes.
Volviendo a la idea de que se puede “matar” a un dios, esto quiere decir que los espíritus y los seres humanos cohabitan en la tierra. Eso implica que es posible interactuar con un espíritu sin darse cuenta de ello, porque suelen aparecer en forma física. De modo que, como indica Mu-Chou Poo, el uso del término “sobrenatural” en relación con los espíritus es una convención. Tal vez en el caso de la mitología china sería más adecuado hablar de seres con una forma corporal física que tienen poderes especiales o mágicos; lo que Mu-Chou Poo define como “extrahumano” (extra-human).[10]
Hablando más específicamente del tema de los fantasmas, que ya hemos comentado en el artículo sobre la película Ghost Votive Master de Lin Jie (China, 2016), resaltamos que, al contrario de la concepción canónica de los demonios, son “criaturas con necesidades psicológicas y emocionales muy parecidas a las de los seres humanos”.[11] De modo que en la película de Lin Jie, por ejemplo, lo único que quiere el “fantasma hambriento” es satisfacer sus ganas de comer para compensar lo que le ha faltado en vida. Por último, resaltamos que, aunque los fantasmas normalmente tienen una forma antropomórfica, también pueden aparecer como animales, insectos, fuerzas de la naturaleza o incluso de objetos inanimados.[12]
Las representaciones mitológicas de la cinta
Ahora que tenemos una visión generalizada de los espíritus y los demás seres mitológicos, podemos verificar si el director ha hecho alguna modificación en su representación para transmitir una visión particular de la realidad. Por lo que atañe el personaje de Xiaowei, como ya se ha dicho, es en realidad un zorro-espíritu de nueve colas (hulijing). Otras veces se refiere a ella como un espíritu maligno o demonio (yâo). Los zorros de nueve colas aparecen comúnmente en el folklore, literatura y mitología chinas y pueden ser un buen o un mal presagio. Javier Biedma los define de esta manera:
Originarios de China, los Hulijing… son enigmáticos y traviesos zorros con múltiples colas a los que se atribuyen innumerables prodigios. Son extremadamente inteligentes y longevos, y su edad puede medirse en el número de colas que tienen, llegando hasta nueve en la edad adulta. Una de las principales características de estas criaturas, según la leyenda, es la capacidad de cambiar de forma, habilidad que utilizan con frecuencia para engañar a los seres humanos. Asociados tradicionalmente con las fuerzas femeninas y la energía yin, se dice que los Hulijing suelen adoptar la forma de atractivas mujeres para seducir a los hombres y alimentarse así de su energía masculina o yang y que son capaces de someterlos a grandes calamidades y traer consigo la desgracia.[13]
Mientras en el relato hay un gran parecido con esta descripción, es importante tener en cuenta que como imagen tiene identidad propia, concebida especialmente para las exigencias del argumento. Si la consideramos en su configuración tradicional como una criatura capaz de adoptar forma humana y seducir o engañar a los hombres, es evidente que le falta poco para convertirse en humana. A modo de aproximación inicial a la representación, es algo próximo al súcubo de la Edad Media europea. Recuerda incluso a la representación en forma de femme fatal que lleva al personaje de Jonny Depp a la perdición en la película La novena puerta de Román Polanski (Francia, 1999).
Otro ser mitológico recuerda al ave mitológico llamado Fenghuang:
La palabra Fenghuang es compuesta, curiosamente es la yuxtaposición entre el nombre de las aves macho (Feng) y el nombre de las aves hembra (Huang)…. Es conocido también como el “Gallo Augusto”, mientras que en occidente muchos lo conocen como el Fénix Chino. está compuesta por extremidades de varios animales de especies totalmente diferentes, así encontramos por ejemplo el pico de un gallo, la frente de un ave de corral, la cara de una golondrina, el cuello de una serpiente, el dorso de una tortuga, entre otros… Entre las tribus chinas más antiguas, el Fenghuang es un tótem de buena suerte; para algunos teólogos modernos, podría ser la representación de un ave prehistórica… Al Fenghuang se le atribuyen muchas connotaciones positivas, como, por ejemplo, la gracia y virtud; la unión del yin y el yang; es portador de tiempos de paz.[14]
Sin embargo, en la concepción que se le da en la cinta se aleja incluso más de cualquier modelo canónico que el zorro-espíritu. Por eso el cazador de demonios no lo encuentra en su libro de espíritus. Se trata de un extraño demonio llamado Que’er, que toma la forma inicial de un pájaro, pero después aparece como la representación de una chica sencilla de barrio o en forma de serafín, a pesar de carecer de relación directa con la mitología cristiana. Es posible que tenga alguna relación con el mito del fénix en la mitología de la India, ya que lo de ser un pájaro pequeño resulta ser uno de sus estados de metamorfosis. Además, Que’er aparece al final como una llama brillante en forma de fénix. Otra vez está claro que su concepción es de autoría propia y responde a las finalidades del relato.
Conclusiones: las idiosincrasias del trasfondo mitológico de la película
Desde el punto de vista de cómo se representa todo lo relacionado con fantasmas, espíritus, demonios y dioses en la mitología china en el cine, lo que más ha llamado la atención es sus diferencias con la mitología griega o la indoeuropea. La idea de que estos seres, con la excepción de los dioses en el más alto del escalafón, son parecidos a otros mortales con la diferencia de que poseen poderes especiales explica algo del enigma de las películas chinas en general, donde es muy frecuente ver a los personajes cambiando radicalmente de forma o saltando diez metros en el aire. Mientras los espíritus del zorro y del pájaro tienen correlativos en la mitología china, está claro que el cineasta ha querido dotarles de una calidad especial para hacer que se parezcan incluso más a seres humanos. Como veremos en la segunda parte de este artículo, los demonios se parecen más a los fantasmas de personas muertas que añoran volver a la vida porque algo les ha faltado para ser felices. Un tema que ha sido muy tratado en el Romanticismo decimonónico con la figura del demonio en el Infierno de Dante, por ejemplo.
Se recomienda leer Mu-Chou Poo, para entender mejor las supersticiones chinas en tiempos más antiguos acerca de la hora y día en los que es más propicio realizar una determinada acción. Parece ser que se tomaban mucho más en serio las predicciones astrológicas que nosotros. Por otra parte, es divertido leer sobre sus remedios caseros para exorcizar a los “demonios” de sus vidas, que muchas veces confundían con otros seres humanos.
Para saber más:
Notas:
[1] “Painted Skin 2” revela que el póster del personaje es sexy y glamoroso para crear un sabor mágico”, Sohu Entertainment. Disponible aquí.
[2] El propietario de la tumba Hsi era un funcionario local de la Nan Chün (o “Comandancia Sur” en castellano). Fue una comandancia china que existió desde el período de los Reinos Combatientes (siglo V a. C. – 221 a. C.) hasta la dinastía Tang (618 – 907) Sus territorios cubrían la actual provincia central y occidental de Hubei, así como partes de Chongqing. Una “comandancia”, en otros lugares a veces llamada “prefectura”, fue un distrito bajo la administración de un comandante o gobernador militar.
[3] Poo, Mu-Chou, “Popular Religion in Pre-Imperial China: Observations on the Almanacs of Shui-hu-ti”, en T´oung Pao, Segunda serie, Vol. 79, Fasc. 4/5, 1993, pp.225-248. Disponible aquí.
[4] Ídem, p.229. Una traducción literal sería algo como: “un manual de tradiciones sobre demonios” (a manual of demon lore).
[5] Ídem, p.234.
[6] Ídem, p.233.
[7] Ídem, p.235.
[8] Ídem.
[9] Ídem, p.234.
[10] Ídem.
[11] Ídem, p.237.
[12] Ídem, p.232.
[13] Biedma, Javier, “HULIJING, el zorro-espíritu de nueve collas”, 2 de julio, 2015. Disponible aquí.
[14] “Mitología china”, en EcuRed. Disponible aquí.