En artículos anteriores ya nos hemos referido a la primera entrega de este título publicado en nuestro país por la editorial Fandogamia, pero es que las dudas siguen y las respuestas absurdas también, por lo que desde Ecos de Asia queremos traeros la reseña de la segunda entrega de ¡Cuéntame, Galko-chan!, de Kenya Suzuki.
Al igual que comentábamos respecto al primer volumen, en este caso también vamos a encontrarnos una mezcla entre momentos de consulta, con preguntas de muy diversa naturaleza, y otros que desarrollan la trama de los personajes. Bien es verdad que en este volumen el matiz sexual de las preguntas queda un poco más de lado para abordar otras cuestiones referentes al género o incluso a aspectos personales de los propios personajes y la manera en que se relacionan entre ellos.
El carácter humorístico y de parodia está igualmente asegurado, aunque nos vamos a encontrar otros momentos más solemnes o incluso tristes, nuestras tres protagonistas mantienen su esencia y su buen humor. De nuevo, nos encontramos a la despampanante Galko y la aparición estelar de su hermana mayor; Ôno, la chica de buena familia con una concepción peculiar de las costumbres mundanas y Otako, que cada día parece ampliar sus conocimientos acerca de diferentes aspectos referentes a la educación sexual. A estas pintorescas protagonistas se les une un elenco de secundarios que nos muestran diversidad tanto de personalidades como de cuerpos, porque sí, por fin huimos de las representaciones exageradas y estilizadas dentro del manga para dar un paso más allá, que ya era hora.
Hay que decir que, como ya hemos señalado, en este caso las consultas y la historia propiamente dicha se enfocan en un sentido más personal, abordando nuevos temas y situaciones que nos permiten profundizar más en cada uno de los personajes, tanto conocidos como por conocer, y abordar algunas dudas que, en un momento u otro, nos han asaltado (o nos asaltarán, que eso nunca se sabe), siempre con un matiz positivo y con humor, que buena falta nos hace. Todo ello, por supuesto, en una edición rústica con sobrecubierta y páginas con tintas de colores donde predomina el azul así como pinceladas de rosa y amarillo, lo que no hace sino dotar de mucha más belleza y personalidad a la obra que tenemos entre manos.
Otra joyita más que añadir a nuestras estanterías y que salió a la venta el pasado mes de febrero.