Sexo en Nueva York es una de esas series de culto que marcó una época y cuya protagonista, Carrie Bradshaw, sigue en las memorias de muchos televidentes como un icono de estilo. Varias son las ficciones televisivas y cinematográficas que han tratado de imitar este exitoso producto de la HBO, aunque con resultado variable, incluso en el mercado asiático. Si en un artículo anterior ya comentamos la película india Veere Di Wedding (2018), hoy le toca el turno a Sexy Central, una serie hongkonesa emitida entre julio y agosto de 2019 y ahora disponible en Netflix.
Sexy Central no trata de ocultar en ningún momento la influencia debida a la serie original americana, muy al contrario, imita de forma descarada detalles en apariencia secundarios, como por ejemplo la música empleada en la cabecera de cada capítulo de los doce que conforman su primera temporada.
En lo que respecta a su argumento, la serie sigue las aventuras y desventuras (fundamentalmente amorosas y sexuales) de un grupo de cinco amigas que viven en el lujoso centro de Hong Kong y que se llaman a sí mismas “el quinteto del Distrito Central”. Sunny, Annie, Olivia, Priscilla y Francis son mujeres jóvenes, atractivas, ricas hasta el punto de creerse princesas, y que se reúnen con frecuencia para beber champán a cualquier hora del día, ir de compras o hablar sin tapujos de sexo, rodeadas de lujosos rascacielos. De nuevo, podemos ver las similitudes con Carrie, Miranda, Samantha y Charlotte.
Al igual que en la serie original, cada capítulo (que dura en torno a media hora) se centra en un aspecto diferente de las relaciones amorosas de sus protagonistas en sus distintas correrías, si bien hay ciertos argumentos subyacentes de mayor peso que se desarrollan de forma lineal a lo largo de la temporada. Así, por ejemplo, iremos viendo cómo la infidelidad da paso a un triángulo amoroso en la vida de Priscilla, a la vez que Annie se reencuentra con su crush del instituto quien, aparentemente, no ha superado a una antigua novia que tuvo por Messenger… todo ello mientras las amigas hacen frente a parejas sexuales de lo más diverso, desde aquellos que no llegan al clímax, hasta auténticos “sementales”, pasando por fiestas sadomasoquistas.
Un detalle importante y que supone un elemento diferenciador de esta producción, es que al final de cada episodio se incluyen unos minutos de tono documental, en los que varias mujeres son entrevistadas en un club y comparten sus experiencias reales, relacionadas con el mundo de las citas o la vida nocturna hongkonesa. Esta parte de la serie, que al principio puede desconcertar al espectador, resulta verdaderamente interesante porque, al margen de la ficción, nos muestra testimonios verídicos en los que mujeres diferentes hablan con total naturalidad, exponiéndose ante la cámara.
Como aspecto negativo, podríamos tal vez mencionar el hecho de que tiene un inicio un tanto abrupto, situándonos en medio de la acción sin llegar a entender bien del todo los intereses y dinámicas de cada personaje. Sin embargo, esto propicia que vayamos familiarizándonos con cada una de las historias personales progresivamente, a la vez que desentrañamos el mosaico que compone la vida de cada una de las protagonistas. Sus carreras profesionales, sus romances y encuentros sexuales… todos estos temas estarán presentes pero, sobre todo, es la amistad femenina el elemento que ancla cada episodio, mostrando que pase lo que pase en nuestras vidas, positivo o negativo, todo se sobrelleva mejor si tenemos una red de seguridad en la que confiar… y amigas con las que tomar unos mimosas.
Tráiler de la serie.