Desde Ecos de Asia proponemos a nuestros lectores un interesante menú fantástico para pasar una noche de Halloween de miedo, de la mano del director japonés Takashi Shimizu y la terrorífica saga Ju-on. En la primera parte de este reportaje hicimos una introducción a esta saga cinematográfica, explicando brevemente algunos aspectos generales de la misma. En esta segunda parte nos disponemos a adentrarnos en las precuelas, es decir, en los dos cortometrajes y en las dos películas anteriores a La maldición o Ju-on: The Grudge (Ju-on, Takashi Shimizu, 2002), conocidas como Ju-on: The curse (Ju-on, Takashi Shimizu, 2000) y Ju-on: The curse 2 (Ju-on 2, Takashi Shimizu, 2000). Halloween es el momento perfecto para contar historias de fantasmas, adentrémonos en la trágica historia de la familia Saeki y su casa maldita.
1.- Cortometrajes:
Como comentábamos en el número anterior, Ju-on comenzó su andadura en dos cortometrajes titulados Katasumi (o In a corner) y 4444444444, incluidos en la película Gakkô no Kaidan G (Kiyoshi Kurosawa, Tetsu Maeda y Takashi Shimizu, 1998). En ellos ya hay una aparición de los fantasmas principales que nos van a acompañar a partir de ahora, pero ninguna explicación de los sucesos que estamos presenciando. A pesar de la pobreza de medios técnicos, estos cortos consiguen resultar inquietantes, especialmente Katasumi, donde la actriz japonesa Takako Fuji interpreta a Kayako Saeki en el papel que le hará famosa posteriormente. Ambos pueden visionarse en youtube.
Katasumi comienza con dos colegialas japonesas que están cuidando a los conejos de su escuela. Mientras están inmersas en la tarea, una de ellas se hace un corte y la otra chica se marcha dentro del colegio en busca de algo para curarla. Sabemos que están siendo espiadas por alguien porque se utiliza el recurso de la cámara subjetiva. Cuando la chica vuelve para curar a su amiga Kanna, se encuentra con un escenario terrorífico: Kanna ha desaparecido, pero una de sus zapatillas está tirada en el suelo, las jaulas de los conejos están abiertas y sólo hay sangre y pelaje de los animales por todas partes. Temiéndose lo peor, la muchacha llama a su amiga mientras es observada desde los arbustos. Tira lo que lleva en las manos para coger una pala de jardinería como arma, dispuesta a usarla en caso de necesidad. En ese momento una silueta aparece al fondo del patio: es una mujer, vestida de blanco, que se arrastra por el suelo haciendo un extraño e inquietante sonido. Tiene el pelo largo y negro y la piel extremadamente pálida. Gatea con dificultad hasta llegar a nuestra protagonista, que ha caído al suelo, justo en unos cubos y bolsas de basura, y sostiene la pala en las manos con el filo en dirección a la extraña mujer. En ese momento, de los cubos y las bolsas surge Kanna, ensangrentada y con la ropa rasgada, con el mismo aspecto pálido que la mujer. Ambas hacen ese sonido extraño, estertoroso, como si se ahogasen. El cortometraje acaba con un fundido en negro.
https://www.youtube.com/watch?v=TaQm2YhPAPc
4444444444 tiene como protagonista a un chico joven que pedalea en su bicicleta. No sabemos a dónde se dirige, pues el sonido de un teléfono móvil le hace detenerse. El silencio, sólo interrumpido por el timbre del teléfono proporciona una atmósfera muy sugerente. El chico encuentra el móvil abandonado entre unas cajas, pero el número que está llamando (el mismo que da el título a este corto) no podría ser más desconcertante. El 4 es el número de la mala suerte en Japón (se pronuncia como el kanji que significa “muerte”), así que el espectador sabe que la llamada no puede augurar nada bueno. Cuando el joven descuelga el teléfono, sólo oye un maullido de gato y decide colgar, pero el móvil vuelve a sonar. Cansado, nuestro protagonista se sienta en unos escalones y vuelve a descolgar. Piensa que es una broma, porque al otro lado del teléfono vuelve a escuchar el mismo maullido lastimero. La tensión va en aumento, pero sin efectos musicales como en el cine americano de terror, simplemente se utiliza la confusión del muchacho y el extraño maullido en una escena en la que predomina el silencio, sólo roto por el sonido del viento, y el contraste entre planos generales que nos indican que el chico está completamente solo en la calle y primeros planos en contrapicado que producen angustia al espectador, incluso se realizan planos en el interior del edificio delante del cual está el protagonista sentado. La aparente soledad del muchacho y el sonido del viento que mueve las hojas al que luego se suma el goteo de agua de un grifo generan tensión al personaje, transmitida también al espectador. Los segundos se hacen eternos, pero por fin el chico hace la pregunta que todos nos estamos temiendo “¿Me estás observando?”. La voz de un niño responde afirmativamente, pero no al otro lado del teléfono. Aparece a su lado, desnudo y exageradamente pálido. El espectador sabe perfectamente que junto a este personaje no había nadie pero, sin embargo, ahí está el niño, tocándose las rodillas. El cortometraje termina con un primer plano del niño, maullando con la boca abierta, de la que gotea una sustancia negra y viscosa.
https://www.youtube.com/watch?v=zPxuXP3BMwA
Estos cortometrajes pueden parecer un poco ingenuos hoy en día, pero resultaron terroríficos y muy sugerentes en su momento, sirviendo así de precuelas para el resto de la saga, que aún estaba por llegar.
2.- V-Cinema:
Las dos primeras entregas de la saga fueron estrenadas directamente para video. En ellas se retoman las historias contadas en los cortometrajes, que se dan por sabidas por el espectador, mientras se desarrolla la historia de estos dos fantasmas. Desde la primera película, el director muestra los rasgos que caracterizarán toda la saga:
Ju-on: The curse
La película se divide en seis capítulos titulados “Toshio”, “Yuki”, “Mizuho”, “Kanna”, “Kayako” y “Kyoko”. Cuenta la historia del asesinato sucedido en casa de los Saeki y el hallazgo de los cuerpos por el profesor Kobayashi, luego prosigue con la historia de los nuevos inquilinos, la familia de los Murakami, y culmina con una especie de epílogo en el que una mujer, Kyoko, con una sensibilidad especial para los fenómenos paranormales, aconseja a su hermano Tatsuya que no venda la casa de los Saeki a quien pueda perjudicarle la maldición que ha caído en el lugar. Sin embargo, al acudir a la casa, ve a los nuevos inquilinos, los Kitada. Por los gestos de Kyoko y la imagen de la esposa del matrimonio en una ventana con un vestido blanco podemos deducir que Kayako ha podido poseer a esta mujer y, por tanto, la maldición volverá a repetirse.
En esta película, los diálogos apenas son importantes. Se sugiere más con un gesto o con una mirada que con la palabra. Se retoman las historias contadas en los cortometrajes y descubrimos quiénes son las chicas de los conejos de Katasumi. Una de ellas es Kanna Murakami, por eso las jóvenes son asaltadas por Kayako en el colegio. El chico de 4444444444 es Tsuyoshi Murakami, el hermano de Kanna, que había quedado con su novia Mizuho pero, como sabemos, es atacado por Toshio en el cortometraje. Como vemos en el capítulo titulado “Mizuho”, encuentran su bici en el colegio, pero no hay ni rastro de Tsuyoshi. Su novia recibirá la misma llamada, un número de teléfono compuesto sólo por cuatros. En ningún momento se explican las muertes de Kanna o de Tsuyoshi, así que si el espectador no conoce los cortometrajes encontrará confusa la desaparición de ambos personajes.
Se exploran los miedos comunes del ser humano, fundamentalmente el terror a la oscuridad, aunque, como bien sabemos, los fantasmas también pueden atacar a la luz del día. Se hace incluso una alusión a las fobias particulares, como al número 4 o el miedo irracional de Yuki a los gatos, lo que la lleva a ser conducida irremediablemente por un gato negro al armario que comunica con el ático en el que está Kayako esperándola. Esto no excluye una violencia desmedida en dos momentos especialmente desagradables. En uno, Kanna aparece subiendo las escaleras de su casa, ensangrentada y con la mandíbula arrancada, un motivo que aparecerá en La maldición. Por otro lado, en el capítulo titulado “Kayako”, Takeo Saeki llama a Kobayashi mientras el profesor está en su casa para decirle que puede quedarse con su hijo Toshio porque ahora la hija de Kobayashi le pertenece. El espectador puede deducir que Manami, la esposa del profesor, ha sido brutalmente asesinada y que el feto de la niña está en la bolsa de basura que Takeo golpea y arrastra por el suelo, poco antes de que el fantasma de Kayako le atacase. Kobayashi tampoco saldrá bien parado, pues el amor obsesivo que Kayako sentía por él no impide que después de su muerte él también sea consumido por la maldición de la casa.
https://www.youtube.com/watch?v=0e_YnrBwM4w
Ju-on: The curse 2
La segunda parte de las precuelas no aporta en realidad demasiada novedad. Se repite gran parte del metraje de la primera película: la visita de Kobayashi a su alumno Toshio, la muerte de este profesor a manos de Kayako, el violento asesinato de Manami y su hija no nata por Takeo Saeki y su castigo posterior, y la historia de Kyoko. Es decir, básicamente, son los capítulos que en la primera película se titulaban “Toshio”, “Kayako” y “Kyoko”. Sin embargo, esta nueva entrega nos sirve para profundizar en ciertos aspectos que en la primera parte quedaban confusos, especialmente en lo que al personaje de Kyoko se refiere. En Ju-on: The curse, Tatsuya, el hermano de Kyoko, le pedía que visitase a su hijo, quien, al parecer, estaba actuando de forma extraña, pero del que no se vuelve a comentar nada. Kyoko, al final de la película, también visitaba la casa de los Saeki para ver a los nuevos inquilinos, los Kitada, pero nos quedamos sin comprender por qué razón Kyoko parece aterrorizada al mirar a la mujer del matrimonio Kitada en la ventana.
Ju-on: The curse 2 está dividida en seis capítulos: “Kayako”, “Kyoko”, “Tatsuya”, “Kamio”, “Nobuyuki” y “Saori”. Los dos primeros son los que introducirían metraje ya visto anteriormente, mientras que los otros profundizan en la historia de los nuevos inquilinos (los Kitada), en el personaje de Kyoko y en el hijo de Tatsuya (Nobuyuki). Ninguno de ellos se salva de la ira de los fantasmas, pues todos los que han entrado en contacto con la casa de alguna manera morirán, incluso los detectives que investigan el caso. La película resulta, sin embargo, más confusa que la anterior, pues no sólo muchas de las muertes suceden fuera de campo, sino que directamente tenemos que suponer lo que ha sucedido con algunos personajes, como con Kyoko. El capítulo más llamativo podría ser el de “Nobuyuki”, el hijo de Tatsuya, y la escena en la que Kayako le persigue por el colegio gateando rápidamente por el suelo. Las secuencias de mayor tensión psicológica (sin incluir el metraje de la primera parte) son las protagonizadas por Yoshimi Kitada, la mujer que es poseída por el espíritu de Kayako.
Si el capítulo titulado “Kayako” funcionaba a modo de prólogo, el final, “Saori”, sería el epílogo. En él unas colegialas entran a hurtadillas en la casa maldita, tiempo después de todo lo sucedido con los Kitada, puesto que la casa está deshabitada y vuelve a tener el cartel de “Se vende”. Ellas beben sake que encuentran en la casa, bebida que el espectador puede fácilmente deducir que es el mismo que Kyoko dejó tiempo atrás en la casa bajo la advertencia de que el sake que ha entrado en contacto con los espíritus tendrá mal sabor si la persona que lo prueba puede sufrir algún daño por esa presencia sobrenatural en el entorno. Precisamente, las chicas protestan por el sabor de la bebida y dicen haber oído ruidos extraños en la casa. Esta breve secuencia tiene lugar fuera de campo, sólo vemos un plano general de la casa durante el día y oímos las voces de las jóvenes. Probablemente, este capítulo remite a las colegialas de la siguiente película de la saga que sí fue estrenada en cines (La maldición), concretamente al capítulo titulado “Izumi”, pero de ellas hablaremos en la tercera parte del reportaje.
https://www.youtube.com/watch?v=R1yLPC-ZfhY
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