En su visita a la capital aragonesa hace unos años, el embajador nipón comentaba que “en Zaragoza parece que existe desde hace tiempo de manera permanente un pequeño Japón”. Esta sensación de que la temática japonesa inunda, cada vez más, las propuestas culturales de la ciudad, se ha visto especialmente presente esta primavera, durante la que actos como la ya tradicional Semana Cultural Japonesa de la Universidad de Zaragoza ha sido complementada por propuestas más novedosas, como la exposición de Mari Ito y sus actividades relacionadas.[1] Además, otras exposiciones más reducidas, aunque interesantes, han venido a añadir pinceladas al complejo panorama del arte y la cultura japonesa en nuestra ciudad (a pesar de que, como veremos, ninguno de los dos artistas utiliza precisamente el pincel).
La primera de ellas es una pequeña muestra organizada en la poco conocida sala de exposiciones de la Biblioteca Cubit para jóvenes, que, por otro lado, es un destino muy recomendable para todos aquellos –jóvenes o no- que disfruten del cómic y el manga, ya que la biblioteca cuenta con una buena y actualizada colección. Ubicada en el barrio del Picarral, algo a desmano del centro de la ciudad, lo que no debería ser excusa para conocer el peculiar edificio, uno de los mejores ejemplos de patrimonio industrial intervenido y reutilizado con los que contamos en Zaragoza, aprovechado a partir de una antigua harinera. Además de la biblioteca, en el edificio se realizan diferentes programas de carácter social y ciudadano, como un semillero de ideas o un novedoso “Campus Booktuber”. De hecho, la iniciativa de la exposición que aquí reseñamos, “Colores de Japón”, partió del propio personal de la Biblioteca, que conocieron la obra del joven artista zaragozano Miguel Martínez (aquí bajo el nombre artístico de Miguel Mars) a través de las redes sociales y le propusieron hacer una exposición. El artista se decantó por el tema japonés (que no es el único que trata en su obra) por su vinculación personal con el tema –mantiene amistad con una familia japonesa desde pequeño-, pensando también que este podría atraer a todo ese sector que acude a la biblioteca en busca de manga y anime.
Estudiante de matemáticas, el autor compagina esta tarea con el aprendizaje de lengua japonesa y con la pintura, siendo esta su primera exposición individual. Miguel pertenece a esta generación que conoció Japón desde muy pequeño gracias a franquicias como Dragon Ball o Pokémon, completando más adelante este conocimiento gracias al cómic y al cine e incluso con un viaje a Japón. Aunque la muestra es pequeña (apenas cuenta con dieciséis obras), es variada en técnica y temática, siendo Japón el tema en común. Técnicamente, en la muestra se exponen tanto óleos –sin duda, lo más vistoso de la sala- como pequeñas obras realizadas en tinta china, una técnica por la que el artista tiene un gran apego. “Me gusta trabajar con tinta china porque ofrece mucha fuerza, tanto en los propios trazos en tinta como en las luces que deja ver el soporte en las zonas sin cubrir.” – comenta el autor.
En cuanto a la temática, en algunos casos, encontramos escenas que tienen un gran valor personal para el artista y que son escenarios que conoce de primera mano:
“La estación de Nagoya tiene un significado especial para mí, ya que durante mi visita a Japón en 2006 pasaba por allí todos los días. Es el nexo que ha unido la mayor parte de mis experiencias en Japón.”
Así pues, en la exposición se combinan los paisajes urbanos de ciudades visitadas (con escenas como el cruce de Shibuya, el distrito de Ginza, un restaurante de ramen, calles con karaokes o una casa con un Shiba Inu, etc.) con otros más tradicionales (como el castillo de Hirosaki, templos, kimonos o el Monte Fuji, que dejan ver la importancia de la naturaleza y el paso de las estaciones).
En definitiva, esta pequeña muestra se trata de una forma más de amenizar y poner al servicio de la ciudadanía el increíble proyecto cultural que desde hace unos años se lleva realizando en la Biblioteca Cubit. ¿Os acercáis a conocerla?
Notas:
[1] Para aquellos que se perdieran el arte y los talleres impartidos por la artista japonesa, el mes de julio se celebrará otra edición dentro de un Curso Extraordinario de Verano dedicado al Arte Contemporáneo de Asia Oriental. Más información aquí.
Estupenda exposición que te acerca de forma plástica a Japón, lugar que no deja indiferente y que Miguel Mars consigue con su obra que podamos apreciarla en toda su diversidad cultural.