Además de definirse como editorial de cómics, Diábolo Ediciones posee una interesantísima línea editorial que ofrece ensayos divulgativos sobre muy diversos temas de cultura popular, entre los cuales hemos tenido ocasión de reseñar ya varios títulos centrados específicamente en temas japoneses: Antes de mi vecino Miyazaki, de Álvaro López y Marta García, Anime! Anime! Cien años de animación japonesa, de David Heredia, o ¡Luz, fuego, destrucción! La gran aventura de Dragon Ball, de Miguel Martínez y Néstor Rubio. A ellos se suma El lenguaje del anime. Del papel a la pantalla, de Antonio Horno, una de las más recientes publicaciones en esta línea.
La obra comienza con un primer capítulo dedicado a la contextualización histórica del anime dentro de la vasta tradición pictórica y visual de la cultura japonesa. En este apartado, quizás Horno fuerza en ocasiones una serie de símiles entre algunos productos culturales de la antigüedad japonesa con casos concretos o con planteamientos que tienen lugar en la industria del anime, sugiriendo una serie de conexiones de ideas que tienen relación más por el hecho de pertenecer a una misma tradición cultural que por estar realmente conectadas. Prosigue el capítulo centrándose en el precine japonés en relación con la animación, así como en el origen de la palabra anime, lo que supone un apartado extremadamente interesante.
A partir de aquí, el libro se centra en la producción de un anime, mostrando tanto los procesos tradicionales como el cambio que estos han sufrido gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, que permiten avances al tiempo que obligan a modificar incluso las formas de expresión propias del medio. También habla de estética, abordando los diferentes estilos que puede presentar el anime y rebatiendo aquellas teorías (de las que todavía adolece el gran público y un considerable sector académico) que aluden a la baja calidad, fuertes limitaciones y grandes carencias de dinamismo y originalidad de estas producciones.
Los distintos capítulos que conforman esta obra constituyen una radiografía hacia los aspectos más técnicos y teóricos de la producción de anime. Ofrece detalles y desarrolla aspectos que a cualquier aficionado le resultarán llamativos, e incluso es posible que el lector ni siquiera haya llegado a plantearse que existan pautas que determinen cómo realizarse algunos de estos aspectos. Así pues, se convierte en una lectura necesaria a la par que muy interesante, en la que se pueden ver aspectos como las influencias mutuas entre el anime y la animación occidental, o el desarrollo de los procesos más técnicos de la producción.
La obra se completa con un detallado glosario de terminología específica dentro de la producción de anime, así como con una interesante bibliografía, en la que se recogen algunos títulos fundamentales para el estudio de la animación japonesa en España. No en vano, el autor, Antonio Horno, se doctoró con una tesis dedicada al análisis de obras de anime, y en la actualidad dirige un posgrado titulado Animación Japonesa. Historia, estética y proceso de producción.
Así pues, esta edición supone una presentación vistosa, atractiva y colorista de una obra rigurosa y, en ocasiones, muy técnica, sobre el lenguaje y los procesos de producción del anime. La combinación de ambos rasgos, decididamente, le sienta muy bien al producto final, que se convierte en una obra imprescindible para los amantes de la animación (no exclusivamente japonesa) y del ámbito audiovisual. Sin embargo, este no constituye su único público, ya que el tono divulgativo del texto, que presenta con sencillez y claridad los aspectos más complejos, hace que resulte atractiva para todo tipo de lectores.