En Ecos de Asia previamente hemos visto distintas muestras de la tradición cerámica japonesa, con especial atención en las realizaciones del archipiélago de Okinawa o la cerámica de Onda, en la isla de Kyushu. Sin salir de la isla, en su extremo más meridional, encontramos la zona donde se realiza otro tipo de cerámica muy interesante, la cerámica de Ryûmonji.
En la actualidad, en la localidad de Kajiki, prefectura de Kagoshima, se sitúa el horno de Ryûmonji, que remontaría su origen al año 1598, momento en el que se instalaron en la zona una serie de ceramistas coreanos traídos al archipiélago japonés por Shimazu Yoshihiro, señor feudal de Satsuma y que había participado en la invasión de Corea orquestada por Toyotomi Hideyoshi. Era, como sucedía entre gran cantidad de samuráis y señores feudales del siglo XVI, un apasionado de la ceremonia del té, por lo que ordenó que estos ceramistas coreanos se instalaran por diferentes hornos de su dominio de Satsuma, comenzando de esta manera una interesante tradición cerámica en el sur de Kyushu. Como hemos señalado, el horno de Ryûmonji tendrá su origen en estos ceramistas coreanos que se asentaroncerca de Kajiki, ciudad natal de Yoshihiro, caracterizada por la abundancia de materias naturales. A pesar de que el horno estuvo localizado por distintos emplazamientos a lo largo de la historia, sus realizaciones,un tipo de gres oscuro vidriado, se conocían con el nombre de cerámica de Ryûmonji o Ryûmonjiyaki.
Un ceramista importante en el desarrollo de ese estilo sería Kawahara Hôko, que fue un gran viajero, desplazándose y entrando en contacto por algunas de las zonas de producción cerámica más importantes del periodo Edo (1603-1868) como los hornos de Arita, famosos por su producción de porcelana, o los alfares de Seto y Kioto. KawaharaHôko se hizo con el horno de Ryûmonji en el año 1780, donde comenzaría a producir una serie de piezas destinadas especialmente al servicio de mesa. De esta manera, el horno de Ryûmonji permanecería en manos de la familia Kawahara hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, momento en que pasó a ser una cooperativa dirigida por varios ceramistas. En la actualidad el doceavo descendiente de la familia Kawahara, Kawahara Teruo, sigue realizando este tipo de cerámicas en las inmediaciones.
Hoy en día, como sucedía en el periodo Edo, todas las fases de la producción de la cerámica de Ryûmonji se producen en la zona. El acopio y preparación de la arcilla, así como el tratamiento y elección de los materiales de los que se componen los distintos barnices del vidriado, por norma general se siguen preparando a mano y siguiendo los procedimientos tradicionales. Entre las piezas más características que salen del horno de Ryûmonjidestacan especialmente los jarrones destinados al arreglo floral, así como cuencos y tazas de té, servicios para el sake y una serie de recipientes para el servicio de mesa.
Pero si hay algo por lo que verdaderamente destaca la cerámica de Ryûmonji, es en la decoración que se consigue con sus distintos trabajos de esmalte, muchos de los cuales se remontan a los viajes y experiencia de Kawahara Hôko en el siglo XVIII. De esta manera, podemos encontrar un tipo de piezas oscuras, denominadas kuromono, características por su vidriado de color negro realizado a partir de óxido de hierro y ceniza. Este tipo de piezas pueden presentar una sencilla y grácil decoración consistente en una línea de vidriado azul verdoso, denominado Sei-yu. Se trata de un barniz compuesto de óxido de cobre, que destaca sobre la superficie de tonalidad oscura.
Otra de las decoraciones más características es el denominado vidriado de tres colores o sansai. Blanco, verde y marrón de plomo se aplican de manera libre y fluida sobre una capa blanca que oculta el tono oscuro de las piezas. Muchas de estas presentan una decoración incisa sobre la superficie, que hace resaltar el fondo oscuro sobre el blanco y se realiza con la herramienta denominada tobigana, de igual manera que encontrábamos en la cerámica de Onda.
Finalmente, quizás el más famoso y reconocido de los vidriados del horno de Ryûmonji es el denominado samehada o de piel de tiburón, nombre que recibe por el aspecto similar a la piel de escualo que se consigue. Este tipo de vidriado se emplea especialmente en cuencos destinados a la ceremonia del té, y no suele ser común encontrarlo en el resto de Japón. Este curioso y característico efecto se consigue durante la cocción de las piezas, momento en que la cerámica y los distintos elementos que componen el barniz del vidriado se exponen a grandes temperaturas y, al enfriarse, gracias a los distintos grados de contracción de los materiales, se produce un curioso y cuidado efecto sobre la superficie del esmalte, generándose una serie de puntos o de tonalidad marrón muy característicos sobre la superficie del cuenco.
En futuros artículos continuaremos con nuestro recorrido por algunos de los hornos más característicos del archipiélago japonés, donde podemos comprobar cómo la cerámica del país nipón sigue contando con ejemplos que conservan cualidades y características profundamente arraigadas con los procesos tradicionales.
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