Recientemente, Satori ha editado un nuevo libro (y ya van tres) recogiendo las obras del maestro del misterio Edogawa Rampo. Primero fue su novela El extraño caso de la Isla Panorama, a continuación publicaron Rampo. La mirada perversa, una antología de relatos, y en esta ocasión presentan Los casos del detective Kogoro Akechi.
Se trata, nuevamente, de una obra antológica, que recoge tres relatos cuyo nexo común, como adelanta el título, es la implicación de Kogoro Akechi, un personaje creado por Rampo a imagen de los grandes detectives de la literatura decimonónica, cuyo carisma y capacidades deductivas constituyen sus principales rasgos. No en vano, Akechi es a Rampo lo que Sherlock Holmes a Arthur Conan Doyle o Auguste Dupin a Edgar Allan Poe.
Así pues, el libro contiene tres casos de extraños sucesos criminales y delictivos, cuya resolución se descubre gracias a la extremada habilidad, casi irreal, de Akechi. Sin embargo, presentan un rasgo interesante: en todos ellos hay algún otro personaje que, adoptando el papel de “Watson”, sirve de contrapunto a las pesquisas de Akechi, si bien la mecánica no siempre es la misma que en el clásico británico. Aquí, esta figura recurrente no es siempre la misma persona, sino que son varios personajes corrientes que, de manera azarosa, se ven envueltos en el misterio y tratan de resolverlo por su cuenta, a menudo estimulados por la idea de vencer al archiconocido detective amateur. Así, el desarrollo de los relatos se centra más en estos personajes, secundarios, que ofrecen su punto de vista y una resolución verosímil desde sus perspectivas, solamente para ser deslumbrados con las verdaderas habilidades de Akechi.
Los tres relatos que se recogen son El asesinato de la cuesta D, El fantasma y Pulgarcito. No obstante, cabe destacar que se trata de tres textos muy desiguales en cuanto a su extensión, lo que hace de los dos primeros un atractivo aperitivo para Pulgarcito, que es prácticamente una novela en sí mismo. De este modo, aquellos lectores familiarizados con la obra de Rampo pueden entrar en materia paulatinamente, mientras que aquellos que lo conocen por primera vez pueden, a través de este planteamiento, conocer la personalidad de Akechi y comprender las mecánicas de Rampo antes de sumergirse en este último relato.
Además, esta estructura no solamente permite familiarizarse con la figura de este detective, sino que también permite, a los profanos, conocer los principales temas y estilemas de Rampo. Esa macabra visión del mundo en la que no solamente tienen lugar crímenes y misterios de compleja resolución, sino que también constituyen un muestrario de las perversiones humanas en su más amplio sentido: físico, psicológico, sexual. Quizás lo más fascinante de esta obra es la capacidad de imaginar historias truculentas, no solamente enrevesadas sino también, en cierto modo, escandalosas, puesto que ponen de manifiesto, con absoluta naturalidad, tantas cuestiones que, incluso en este mundo moderno casi un siglo después, siguen siendo tabúes incómodos de mencionar.
Por encima de todo, se trata de una obra adictiva. Los misterios se plantean de una forma tan retorcida, desbordando una imaginación y una fantasía macabra de manera tan magistral, que resulta complicado tomarse un respiro o aparcar la lectura antes de haber concluido cada relato.
Como no podía ser de otra manera, la portada de esta cuidadísima edición corre a cargo de Suehiro Maruo, uno de los máximos exponentes del ero-guro[1] en el ámbito de la ilustración y del cómic. Sus inquietantes dibujos, en los que capta a la perfección el momento del Periodo Taishô (1912-1926) y comienzos del Periodo Shôwa (1926-1989) en los que suceden los relatos, contribuyen también a plantear, de manera simbólica, algunas de las inquietudes de Rampo que se manifiestan en los relatos.
Por último, cabe destacar el epílogo Kogoro Akechi. ¿Cuánto cobra un detective?, escrito por Daniel Aguilar, que supone un interesantísimo colofón a la lectura. Nuevamente, Satori nos ofrece una obra pensada para el máximo disfrute de los lectores, y esperamos con entusiasmo que no sea la última. Si les gusta Rampo, Los casos del detective Kogoro Akechi les entusiasmará. Si no lo conocen, es una elección perfecta para adentrarse en su peculiar universo. Eso sí, con la advertencia de que se trata de una obra, como todas las del autor, quizás no apta para todas las sensibilidades.
Notas:
[1] El ero-guro es una corriente artística, literaria y de los medios de masas consistente en abordar temáticas muy explícitas relacionadas con el sexo, con la violencia y con la muerte, tocando temas tabú como modo de protesta o revulsivo ante el acomodo de la sociedad. Edogawa Rampo sería su máximo exponente literario, dentro del manga destacarían, además de Maruo, Toshio Maeda o Shintaro Kago; y en el ámbito cinematográfico podría relacionarse el ero-guro con el pinku eiga.