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Mujeres y movimientos sociales en China: desde el Imperio hasta la actualidad IV – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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Mujeres y movimientos sociales en China: desde el Imperio hasta la actualidad IV

Este es el cuarto de una serie de artículos dedicados a las mujeres en China y su participación en los principales movimientos sociales del país. Una vez hecha la introducción y analizados los periodos correspondientes a la época imperial y a la etapa nacionalista, en esta entrega se trata contexto social de las mujeres chinas durante la etapa comunista (1949-actualidad), así como algunas figuras y obras relevantes.

Mujeres en la etapa comunista china: figuras relevantes

La etapa comunista en China se inicia en 1949 con la fundación de la República Popular China (RPC) y permanece hasta la actualidad. El Partido Comunista Chino se fundó en 1921 y convivió con el partido nacionalista, donde cada uno tenía sus zonas de influencia, llegando a aliarse en el Frente Unido en determinados momentos como pudo ser la invasión japonesa de Manchuria en 1937 o la unión para la unificación china en 1925.

Los teóricos del partido pertenecían a la generación del 4 de mayo,[1] al igual que el KMT:

Sin embargo, los comunistas no creían en el cambio gradual de una sociedad que consideraban feudal, hacia una moderna, sino que aspiraban a crear un país socialista eliminando relaciones feudales en la producción y al mismo tiempo en la vida familiar.[2]

Mao Zedong hablaba de los 3 sistemas de autoridad que esclavizan al pueblo: la autoridad política en el sistema estatal, la autoridad del clan ligada al complejo sistema de parentesco y la estructura patriarcal de la familia, y la autoridad religiosa a través de las supersticiones. Pero, además, incluía una cuarta, la autoridad marital, ya que las mujeres eran las más oprimidas, puesto que soportaban todas las autoridades; se consideró la inclusión de su movimiento de emancipación en los postulados del partido.[3]

Movimiento femenino asociado al Partido Comunista Chino (PCC)

Según Sáiz, los comunistas compartían la lucha por los derechos de la mujer pero, a la vez, no podían estar del todo de acuerdo con algunos planteamientos liberales, considerados burgueses y de influencia extranjera. En 1922, se estableció un organismo para la defensa de los derechos femeninos; a su cargo se encontraba Xiàng Jǐngyǔ única mujer miembro del comité central del partido. Su objetivo era atraer mujeres al partido y apoyar las reivindicaciones laborales de las mujeres obreras. Aunque tras la primera alianza con el partido nacionalista y su posterior disolución, este organismo en defensa de las mujeres quedó relegado.

Las leyes que se iban declarando en las zonas controladas por el PCC como el soviet de Jiangxi o Yan’an, no eran del todo aceptadas, puesto que se situaban en zonas rurales y más tradicionales, aunque sirvió como un primer paso a las que se promulgarían tras el advenimiento de la República Popular China. Entre ellas destacaremos la ley del matrimonio de 1950 y la reforma agraria.

La Ley de Matrimonio de 1950 tiene su base en las leyes promulgadas previamente en las zonas dirigidas por el PCC como era el soviet de Jiangxi. Esta ley presentaba un matrimonio libre: libertad en la elección de pareja, no matrimonios concertados, igualdad de derechos de ambos sexos, posibilidad de divorcio por ambas partes, no sólo la del marido, así como protección legal de mujeres y niños. La edad mínima se fijaba en 20 años para los hombres y 18 para las mujeres respecto a los 16 para hombres y 14 para mujeres que había en época imperial. Asimismo, solo se impedía el matrimonio si eran parientes consanguíneos o uno de los dos era impotente o con alguna enfermedad mental o incurable.

Por otro lado, la reforma agraria venía a complementar la ley del matrimonio, ya que otorgaba derechos de propiedad y herencia a las mujeres, lo que las hacía independientes económicamente de sus maridos. Esta medida sirvió para ganarse el apoyo de gran cantidad de mujeres, no así de muchos propietarios de tierras, no muy contentos con la redistribución que esta ley hacía de las mismas.

La Ley del Trabajo, a su vez, incorporó en mayor medida a la mujer al mercado laboral, incluso en profesiones no consideradas femeninas, como en la construcción o el sector industrial. De ahí la famosa frase de Mao Zedong “las mujeres sostienen la mitad del cielo” y “lo que un hombre puede hacer, una mujer también puede hacerlo”. Si bien hubo algunos momentos de recesión en los que se instaba a las mujeres a que dejaran sus puestos de trabajo a hombres, además de considerar el trabajo doméstico como revolucionario y que contribuía a la causa socialista.

Imagen de carteles que promocionan la incorporación de la mujer al mercado laboral. “Estamos orgullosas de participar en la industrialización de la nación, 1954”. Fuente: Chinese Posters.

La Federación Democrática de Mujeres se constituyó como un órgano del partido comunista que se encargaba de todas las actividades relacionadas con las mujeres, como eran la promoción de la educación, sobre todo en zonas rurales, la incorporación de la mujer al trabajo… Posteriormente, pasó a conocerse simplemente como Federación de Mujeres y se basaba en las asociaciones que se habían dado con anterioridad a la fundación de la República Popular. La FDM representaba a todas las mujeres chinas, sin importar que no fueran de la etnia mayoritaria Han.[4]

Según Sáiz:

El análisis realizado por la FDM de la situación de la mujer, que mostraba su desigualdad respecto al hombre, explicaba las diferencias entre los géneros en clave cultural y no biológica, redundando en la necesidad de la participación política de las mujeres para demostrar su capacidad en los asuntos públicos.

Además, señala que la Federación tenía una revista propia (Zhongguo Funü) Mujeres de China, en ella se ofrecían debates sobre la nueva situación de la mujer en China así como la presencia de elementos gráficos para instruir a las analfabetas en el conocimiento de sus nuevos derechos y obligaciones con el partido.

Sin embargo, Montiel afirma que:

En la actualidad la Federación busca nuevas herramientas y mecanismos para afrontar las crecientes necesidades que afectan a la mujer contemporánea. No obstante, las críticas hacia esta continúan, pues muchas feministas chinas señalan que se ha resistido a modernizarse y adaptarse a las actuales y apremiantes necesidades de las mujeres en China. Críticos/as de la Federación señalan la importancia de abrir el feminismo “oficial” a la participación de instituciones y organismos más diversos, ya que, a pesar de la existencia de otras asociaciones feministas dentro de China, la legitimación del movimiento y acción sigue perteneciendo a la Federación.

Algunas figuras destacables dentro del partido comunista en cuanto al movimiento de liberación de la mujer son Dîng Líng, Xiao Hong y Li Xiaojiang.

Dîng Líng

Imagen de Ding Ling. Fuente:  Everyday Life in Mao’s China.

Dîng Líng fue una de las escritoras chinas más relevantes del siglo XX, destaca por ser ganadora del premio Stalin en 1951 y por su compromiso con el partido comunista. Se formó en centros comunistas como la Escuela Femenina del Pueblo (Píngmín Nǚxiào) y la universidad de Shanghái. En estos círculos de literatura conocerá a Hu Yepin, su marido hasta que fuera detenido y ejecutado por el partido nacionalista en 1931. Esto motivó que en 1933 Dîng Líng se uniera a la Liga de Escritores de Izquierda y al Partido Comunista, a donde había pertenecido su ahora difunto esposo.[5]

Entre sus obras destaca El diario de la señorita Sofía, que constituye el relato de una joven enferma en un apartamento y los sentimientos que le producen sus visitantes, llegando a dudar de si ama a uno de ellos o es tan solo deseo. En esta obra confluyen los nuevos ideales y modelos de mujer, cuestionando las ideas tradicionales y reflejando ese clima de cambio que se da en este periodo. Asimismo, tras su adhesión al partido, sus obras se fueron encaminando a los objetivos de este, llegando incluso a renegar de sus escritos anteriores, como el anteriormente mencionado, por presentar ideas burguesas y occidentalizantes de cómo debía ser una mujer.

No obstante, hubo voces críticas contra el partido, que deseaban que la liberación de las mujeres fuera la prioridad, entre estas se hallaba Dîng Líng. Escribió un artículo para el día internacional de la mujer de 1942, publicándose al día siguiente, 9 de marzo de 1942 en el Jiefang Ribao. Según Botton:

Dîng Líng señala en él la contradicción que existe entre lo que se le pide a las mujeres como revolucionarias y lo que también se les exige como responsables únicas del manejo del hogar y el cuidado de los niños. Al no lograr mantener un equilibrio entre los compromisos que deben cumplir, las mujeres son criticadas por su falta de participación en la actividad revolucionaria y por descuidar a sus hijos y maridos, quienes se sienten con derecho de abandonarlas.

En  el artículo de Pisani[6] se destaca el siguiente fragmento:

…no se alentaba a las mujeres a asumir nuevos roles como activistas, pero si lo hacían, se esperaba que mantuvieran también sus obligaciones y roles familiares tradicionales. El resultado fue que las mujeres se enfrentaron a contradicciones insolubles y fueron vistas con desprecio sin importar cómo actuaran. Si las mujeres no se casaban, eran ridiculizadas; si se casaron y tuvieron hijos, fueron criticadas por dedicar tiempo a actividades políticas en lugar de atender a sus hombres e hijos; si se quedaban en casa, eran despreciados como “atrasados”. El problema no era, como afirmaban algunos líderes, simplemente las deficiencias y debilidades de las propias mujeres, sino la sociedad dominada por los hombres en la que vivían. El Partido había proclamado teorías elevadas sobre la igualdad de género, pero no se ocupó de las condiciones y actitudes reales. que mantenía a las mujeres en una posición inferior.

El partido criticó duramente a la autora, además recibió acusaciones de proponer un feminismo burgués y contrario a la ideología marxista-leninista que promulgaba el partido. Se llegó a censurar su obra durante periodos como la Revolución Cultural (1966-1976), caracterizados por la represión y el conservadurismo ideológico, sin oportunidad de expresar las diferencias respecto a la línea del partido.

Xiao Hong

Xiao Hong (1911-1942) fue una escritora china cuyo nombre real era Zhang Naiying. Realizó sus estudios en la escuela femenina de Harbin y destacó por su oposición al orden tradicional, llegando a rechazar un matrimonio concertado por su padre. Se inspiró en escritores de la época como Mao Dun y Lu Xun, este último llegó a ser su tutor y le ayudó a publicar sus escritos. Destaca su obra Tierra de vida y muerte, en ella retrata la situación que viven unas mujeres campesinas en el contexto de ocupación japonesa del país. Falleció en Hong Kong en 1942 a causa de la tuberculosis.[7]

Su obra fue censurada durante varios años por el Partido Comunista por considerarla inapropiada, es a partir de los ochenta cuando se ha vuelto a publicar y redescubrir. Esto ha dado lugar a una ola conocida como “La locura por Xiao Hong”, ya que no solamente se han vuelto a publicar sus escritos, sino que, además, se han editado biografías y publicaciones analizando su obra. Ha recibido especial atención de las escritoras feministas, que la reivindican como una de las grandes autoras de la literatura china y que merece más reconocimiento tras haber estado censurada algunas décadas.

Li Xiaojiang

Li Xiaojiang (1951-) es una académica china cuya especialidad son los estudios de la mujer. Destaca por dar relevancia a estos estudios en la China posmaoísta. Ha impartido clases en varias universidades, destacando los estudios de género de la universidad de Dalian. Fundadora del primer centro de investigación de estudios de la mujer y un museo de antropología cultural de la mujer, ha escrito numerosas obras feministas como Brecha entre sexos o ¿Mujer o feminismo?, entre otros. Asimismo, es crítica con la Federación de Mujeres Chinas, a la que acusa de carecer de Teoría de Identidad de Género en sus postulados.[8]

Según Yifei:

Para contrarrestar los puntos de vista marxistas sobre las mujeres, una nueva generación de feministas liberales, representada por Li Xiaojiang, trató de reconstruir la identidad de género de las mujeres deconstruyendo la imagen de las chicas de hierro: “Teóricamente, separaron la liberación de la mujer de la liberación de clase; académicamente, separaron los estudios de la mujer de la producción tradicional de conocimiento de las ciencias sociales; estratégicamente, separaron los movimientos feministas del modelo moldeado y controlado por el poder estatal”. A medida que crecían las ONG de mujeres y los estudios de la mujer se convertían en una disciplina de pleno derecho, las mujeres chinas adoptaron un nuevo enfoque voluntario de la participación política y crearon un nuevo espacio social. [9]

Como expone Montiel, Li Xiaojiang considera el caso chino como un movimiento independiente del feminismo occidental:

Dedicó gran parte de su trabajo a explicar las divergencias históricas de las mujeres señalando las normas culturales establecidas en la China socialista. De la misma forma argumentó que las diferencias lingüísticas y culturales entre oriente y occidente hacen poco favorable un entendimiento entre las visiones feministas de estas regiones, donde la ideología occidental puede incluso convertirse en una amenaza para establecer una teoría feminista china independiente.

Este artículo constituye una introducción al movimiento de emancipación de las mujeres en China, con especial atención a algunas figuras relevantes según la etapa histórica. Al tratarse de un estudio general, no se profundiza en todos los aspectos, de ahí, su carácter introductorio y dirigido a la divulgación. En la siguiente entrega se tratará la situación de la mujer china en la actualidad, así como el ciberfeminismo aplicado a China o el caso de las Shengnu.

Para saber más:

  • Barlow, T. The Question of Women in Chinese Feminism. Durham, Carolina del Norte, Duke University Press, 2006.
  • Botton Beja, F.; Cornejo Bustamante, R. Bajo un mismo techo: la familia tradicional en China y su crisis, México, El Colegio de México, 1993.
  • F. Wong, K., “Modernity, Sexuality, and Colonial Fantasy in Ding Ling’s Miss Sophia Diary” (1928), Studies On Asia Series IV, 4(2), 2014, pp. 115-144.
  • Lu, S., “Xiao Hong, la leyenda resucitada”, Las Inéditas: Voces Femeninas Más Allá Del Silencio, 2018, pp. 705-718.
  • Montiel, S., “Reconocimiento de feminismos periféricos: Interpretando la línea oficial del feminismo en China”, Working Paper Series (WPS) – REDCAEM, 12, 2019.
  • Pisani, E., “The Significance of Ding Ling’s Literary Works in Early-Twentieth Century China”, Footnotes, 9, 2019. Disponible aquí.
  • Sáiz López, A., Utopía y género. Las mujeres chinas en el siglo XX, Barcelona, Bellaterra, 2001.
  • Yifei, S.,  “Feminism in China. An analysis of Advocates, Debates and Strategies”, Friedrich Ebert Stiftun Shanghai Office, 2016.

 

Notas:

[1] El 4 de mayo de 1919 es considerado un movimiento social en China, ese día los estudiantes llevaron a cabo una protesta en la plaza de Tiannamen por las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles. Además de esto, se considera que, como movimiento social y literario de cambio, podría situarse entre 1915-1921 aproximadamente. Ligado a este, surgen intelectuales y escritores que ayudarán a consolidar las ideas revolucionarias asociadas al KMT y a la unificación china, así como la fundación del partido comunista con la llegada de las ideas soviéticas.

[2] Botton Beja, F.; Cornejo Bustamante, R. Bajo un mismo techo: la familia tradicional en China y su crisis, México, El Colegio de México, 1993.

[3] Sáiz López, A., Utopía y género. Las mujeres chinas en el siglo XX, Barcelona, Bellaterra, 2001.

[4] Montiel, S., “Reconocimiento de feminismos periféricos: Interpretando la línea oficial del feminismo en China”, Working Paper Series (WPS) – REDCAEM, 12, 2019.

[5] F. Wong, K., “Modernity, Sexuality, and Colonial Fantasy in Ding Ling’s Miss Sophia Diary” (1928), Studies On Asia Series IV, 4(2), 2014, pp. 115-144.

[6] Pisani, E., “The Significance of Ding Ling’s Literary Works in Early-Twentieth Century China”, Footnotes, 9, 2019. Disponible aquí.

[7] Lu, S., “Xiao Hong, la leyenda resucitada”, Las Inéditas: Voces Femeninas Más Allá Del Silencio, 2018, pp. 705-718.

[8] Barlow, T. The Question of Women in Chinese Feminism. Durham, Carolina del Norte, Duke University Press, 2006.

[9] Yifei, S.,  “Feminism in China. An analysis of Advocates, Debates and Strategies”, Friedrich Ebert Stiftun Shanghai Office, 2016.

avatar Cristina Martínez Navarro (4 Posts)

Graduada en Historia por la Universidad de Almería. Actualmente cursando el Master de Profesorado en Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en la Universidad de Almería. Apasionada de la historia de Asia Oriental y sus idiomas, estudia coreano, japonés y chino de forma autodidacta


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