Revista Ecos de Asia

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This article was written on 26 Feb 2019, and is filled under Crítica, Cultura Visual.

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El shôjo “Mi querido Himejima” y una nueva perspectiva del amor idealizado.

La mangaka Kôjirô Narihira arribó en España el pasado 2018 de la mano de Ediciones Babylon. La obra con la que lo hizo lleva por título Mi querido Himejima, manga que fue publicado en Japón en el año 2017 por Hakusensha, una de las más grandes editoriales de shôjo, pero Mi querido Himejima es algo más que un simple “manga para chicas”.

Portada del manga autoconclusivo Mi querido Himejima, de Ediciones Babylon.

Kôjirô Narihira nos ofrece una historia estudiantil que tiene como centro de acción un instituto, algo que es muy habitual en el manga para adolescentes. En él es donde tenemos a nuestros protagonistas: Himejima, la chica más popular y deseada del centro, y Koga, un estudiante que pasa más bien desapercibido. Cualquier manga shôjo no dudaría en provocar entre ellos un romance estudiantil que, tras una serie de vicisitudes, acabara con un final feliz, pero Mi querido Himejima no sigue esta tónica.

Es cierto que Himejima es la mujer más ambicionada por los hombres heterosexuales del instituto, pero también es la más odiada por sus compañeras, provocando que los primeros quieran jugar con ella y usarla, mientras que las segundas le hacen bullying, pues ellas también quieren que el resto del elenco masculino en edad hormonal les presten atención. Pero esto parece ser justamente lo que busca nuestra protagonista, pues en realidad Himejima no es una mujer, sino un hombre que se trasviste para jugar con el instituto y tenerlo a sus pies, o al menos eso es lo que aparenta.

Koga será quien descubra, de manera accidental, que su idealizada Himejima no es una mujer. Él estaba enamorado de la imagen que ella proyectaba, pero al darse cuenta que es un chico, esta se romperá, pues resulta que su querida Himejima no es la guapa, inocente y amable chica que todo el mundo piensa, sino que en realidad se parece más a un demonio que a una simple humana. Pero, aun así, él querrá defender el honor de la imagen de Himejima, por lo que incluso llega a salir con ella (o él, depende como se mire) para defender su honor, a pesar de que le horroriza la idea de que sea un chico que juega con los sentimientos del alumnado el que se encuentre debajo de esa apariencia angelical. Koga, a pesar de descubrir la verdadera identidad de Himejima, seguirá enamorado de la imagen idealizada que tiene en su mente, viendo entonces a un personaje bastante peculiar.

Escaneo de la página 143 de Mi querido Himejima, de Ediciones Babylon.

De este modo, no se trata de un simple manga shôjo, pues en caso de que existiese una relación entre nuestros protagonistas el manga sería calificado como Boys’ Love; no es la típica historia de amor en un instituto lleno de dramas de adolescentes que sufren por cualquier cosa. En Mi querido Himejima lo que tenemos es una historia de comedia, aunque a Koga seguramente le hubiese gustado que esto fuese un simple shôjo. Pero el toque cómico que le da Kôjirô Narihira también pretende resaltar una realidad que se puede ver en los centros educativos nipones (aunque también se puede ver en los de nuestro país), y es el hecho del bullying por parte de las mujeres hacia otras mujeres, y el abuso que los adolescentes hormonados cometen con sus compañeras. De este modo, se podría percibir a Himejima como una especie de superheroína que lucha contra las maldades de los adolescentes (pero no os dejéis engañar, realmente lo único que quiere este joven es divertirse).

Pero, ¿qué hay de malo en el travestismo de Himejima? Es algo que a él le hace feliz, y si dejamos fuera de juego el hecho de que manipule y engañe la gente (aunque hay que decir que son personas que bien podrían merecerlo), no hay ningún motivo para tener nada en contra de Himejima, algo que el propio Koga acabará comprendiendo. Así, la obra también nos quiere decir que hay que llevar a cabo las acciones que nos hacen realmente felices, sin tener que entrometernos en la vida de los demás.

Escaneo de la página 55 de Mi querido Himejima, de Ediciones Babylon.

En cuanto a al formato del manga, no hay mucho que reseñar. Se trata de una obra con las medidas estándar de un B6 con una edición rústica con sobrecubierta; todo ello en blanco y negro (salvo las solapas). Pero sí que hay una cosa reseñable: no utiliza el típico papel que usan el resto de las editoriales (que suele ser blanco de un gramaje alto), sino que emplea papel reciclado de alta calidad. Se trata de todo un acierto por parte de Babylon, pues además de conseguir resaltar más el negro de la tinta, se contribuye a sostener el medio ambiente.

Portada y contraportada de la solapa de Mi querido Himejima, de Ediciones Babylon.

Con todo esto, únicamente queda decir que se trata de un manga autoconclusivo muy recomendable para todo aquel que quiera salirse un poco de lo habitual. Kôjirô Narihira y Ediciones Babylon nos han traído una obra donde la comedia manipula nuestros sentidos, haciendo de Mi querida Himejima un manga realmente especial y diferente que merece la pena leer.

avatar Daniel Rodríguez (208 Posts)

Profesor de Geografía e Historia. Graduado en Historia del Arte en la Universidad de Oviedo, con un Máster Universitario en Estudios en Asia Oriental cursado en la Universidad de Salamanca y otro Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en la Universidad de Oviedo. Ha trabajado para el Museo Arqueológico de Asturias, la sala de exposiciones LAUDEO, la Universidad de Salamana, Satori Ediciones y la Academia Formación Sagan.


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