Revista Ecos de Asia

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This article was written on 27 Mar 2019, and is filled under Arte.

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Cerámica tradicional de la prefectura de Kumamoto

En artículos anteriores de Ecos de Asia venimos viendo distintas muestras de la tradición cerámica japonesa. Así, tras realizar un recorrido por las realizaciones del archipiélago de Okinawa y las cerámicas de Onda y Ryûmonji en la isla de Kyushu, en esta ocasión nos vamos a detener en dos interesantes hornos de la prefectura de Kumamoto.

La prefectura de Kumamoto se encuentra en la parte central de la isla de Kyushu, delimitando al norte con la prefectura de Nagasaki, y al este bañan sus costas la bahía de Shimabara y el mar interior de Yatsushiro. La prefectura toma el nombre de la principal y más importante ciudad del territorio, Kumamoto, núcleo urbano que comenzó a desarrollarse entorno al año 1600 alrededor del imponente castillo levantado por Katô Kiyomasa (1561-1611). A pesar de que la fortificación ha sufrido una vida azarosa, fue destruido por un incendio en el año 1877 y la estructura sufrió grandes daños en el terremoto de 2016, sigue dominando la ciudad y supone uno de los principales atractivos turísticos y culturales de Kyushu. En la actualidad, la prefectura de Kumamoto destaca por ser un importante núcleo neurálgico del sur de Japón, con un importante desarrollo industrial, agrícola y cultural.

Castillo de Kumamoto, levantado por Katô Kiyomasa (1561-1611).

La isla de Kyushu ha sido tradicionalmente una zona de encuentro e influencias entre Japón y las culturas del continente, especialmente China y Corea, características que han dejado profunda influencia en las artes, caso de la cerámica. Como señalábamos en el caso de la cerámica de Ryûmonji, la invasión japonesa de la península coreana a finales del siglo XVI bajo las órdenes de Toyotomi Hideyoshi, tuvo múltiples consecuencias en el desarrollo de la cerámica en Japón. De esta manera, tras la retirada de las tropas niponas, muchos señores feudales llevaron consigo numerosas obras de arte y objetos procedentes de Corea, además de tomar cautivos a multitud de ceramistas coreanos, expertos en las realizaciones de cerámica. La cerámica coreana eran muy apreciadas en el Japón de la época, y muchos señores planeaban dar un impulso a la producción de este tipo de piezas, especialmente a las cerámicas destinadas a la ceremonia del té, en sus dominios a través de los conocimientos de estos artesanos coreanos. Este fue el caso de Hosokawa Tadatoshi (1586-1641), señor del dominio de Higo, cuyos límites se corresponderían con la actual prefectura de Kumamoto, y que al asentarse en su nuevo dominio en el año 1632, llevó consigo a una serie de ceramistas coreanos a los que encargó la realización de piezas para la práctica de la ceremonia del té.

En un horno cerca de la localidad de Yatsushiro, al sur de la ciudad de Kumamoto, encontramos el lugar de realización de la cerámica de Kôda, también conocida como Yatsushiro yaki o Hirayama yaki. La cerámica de Kôda remonta su origen a los trabajos de un ceramista coreano, llamado Chon Hae y con el paso del tiempo y dada la importancia de las piezas que se producían en Yatsushiro, el horno fue designado goyôgama[1] en 1669. El trabajo en el horno estaba a la vez supervisado por los descendientes de Chon Hae, que posteriormente tomarían el apellido japonés de Agano, manteniendo la familia el control del taller incluso durante los turbulentos años de la restauración Meiji, y estando en la actualidad dirigido Agano Saisuke (onceaba generación), y que junto con otros hornos de Yatsushiro siguen realizando piezas que entroncan con la tradición cerámica de Kôda.

Piezas de cerámica de Kôda (Yatsushiro yaki o Hirayama yaki.) en las que se puede apreciar el amplio repertorio de decoraciones sobre la superficie verdosa celadón realizadas mediante incrustaciones de arcilla de tonalidades claras, procedimiento denominado zôgan. Fuente: yatsushiro.org

Botella de sake de cerámica Kōda con decoración de diseños florales, periodo Edo (finales s. XVIII- primeras décadas s. XIX)

Como no podría ser de otra manera, las piezas de cerámica de Kôda presentan muchas características en común con los celadones coreanos de la dinastía Joseon (1392-1910). Los celadon coreanas se caracterizan por presentar decoraciones realizadas con barbotina o incrustaciones de color claro que destacan sobre el vidriado de tonalidad verdosa. En Japón este tipo de piezas, que se conocían con el nombre Kôrai, eran muy apreciadas entre las élites japonesas, por lo que no resulta sorprendente que los ceramistas de Yatsushiro intentaran trasladar o se valieran de los modelos de su Corea natal para satisfacer el gusto del señor feudal. La cerámica de Kôda presenta en un cuerpo cerámico que adquiere un color marrón grisácea tras la cocción y un vidriado de hierro y ceniza.

La decoración de las piezas se realiza mediante la técnica conocida como hakeme, consistente en pinceladas de barbotina sobre el vidriado de hierro, así como también son frecuentes las incrustaciones de arcilla de tonalidades claras sobre la superficie, procedimiento denominado zôgan, siendo muy llamativas las de arcilla blanca o hakudo-zôgan, aunque también son frecuentes las incrustaciones con pastas de tonalidades rojizas u oscuras. Si bien en la cerámica realizada en Corea, en las que las incrustaciones de pasta blanca destacan profusamente sobre el tono verdoso, en el caso de la cerámica de Kôda las tonalidades que se obtienen tienden más al más azul y al gris. Como hemos señalado, este tipo de piezas estaban orientadas en un principio a la practica de la ceremonia del té por parte del entorno del señor feudal, pero en época más reciente se amplió el repertorio con piezas destinadas al servicio del día a día de las clases populares, pudiendo encontrar en la actualidad piezas de cerámica de Kôda con incrustación zôgan para el consumo de té, sake así como distintos modelos de jarrones y recipientes.

El segundo tipo de cerámica característica dela prefectura de Kumamoto tiene su origen cerca de la localidad de Arao, a los pies del monte Shôdai, por lo que sus piezas se denominan cerámica de Shôdai o Shôdai yaki. Sus orígenes datan, como ocurría en el caso de la cerámica de Kôda de otro grupo de ceramistas coreanos instalados en el territorio por el señor Hosokawa Tadayoshi en 1632. De esta manera, las familias Hin´nokôji y Katsuragi comenzaron realizando una serie de piezas de loza vidriada, conocida en un principio como cerámica de Higo o Higo yaki en relación al dominio en que se producían, siendo conocida desde mediados del XVIII como Shôdai yaki.

Cuenco para el té o chawan de cerámica de Shôdai. La aplicación de los barnices de paja de arroz se realiza mediante técnicas de salpicado (técnica uchigake), o mediante goteo (nagashigake).

Las piezas de cerámica de Shôdai que se realizaban en un primer momento estaban destinadas a la ceremonia del té de té y servicio de mesa, y presentaban un cuerpo de una pasta de tonalidad rojiza y sobre el que se disponía un vidriado de hierro (tetsu-yû) y de paja de arroz y de ceniza de bambú (hakudaku-jû) de tonalidad blanquecina. La popularidad de este tipo de piezas y la demanda que se generó por sus realizaciones destinadas al día a día fueron reforzadas por la administración del dominio con la creación de más hornos en la zona durante las primeras décadas del XIX, iniciativa que no tuvo una larga pervivencia, viéndose obligados muchos de estos hornos a cerrar en época Meiji (1868-1912), siendo algunos abiertos de nuevo en 1917.

En la revitalización de la de cerámica de Shôdai cobra importancia el ceramista Fukuda Hôsui (1928-1998). Hôsui, descendiente lejano de las familias que comenzaron realizando esta cerámica de Shôdai e inspirado por el movimiento Mingei,[2] retomó la producción y realizó significativos avances en la recuperación y técnicas de los vidriados tradicionales, pudiendo reabrir el horno en el año 1973. En la actualidad una serie de hornos en las inmediaciones del monte Shôdai así como en la vecina Kumamoto siguen realizando este tipo de piezas tradicionales.

La arcilla de la cerámica de Shôdai, de aspecto rugoso, es rica en hierro y se emplea para realizar toda una serie de piezas para el servicio de mesa y la cultura del té, así como jarrones para ikebana. Durante la cocción en un ambiente de reducción, los barnices reaccionan con el hierro de la arcilla, produciendo unas gradaciones de sombras en tonalidades azul, blanco o amarillo, características de este tipo de piezas del monte Shôdai. En el año 2003 la cerámica de Shôdai fue designada nacionalmente como un Producto Artesanal Tradicional.

De esta manera, hemos realizado un breve recorrido por algunos de los hornos más característicos del sur de Japón, donde podemos comprobar como la cerámica del país nipón sigue contando con ejemplos que conservan cualidades y características profundamente arraigadas con los procesos tradicionales. En futuros artículos continuaremos con nuestro recorrido por algunos de los hornos más característicos del archipiélago japonés.

 

Para saber más:

Crueger, Anneliese; Crueger, Wulf y Saeko Ito. Modern Japanese Ceramics: Pathways of Innovation & Tradition. Nueva York, Lark Books, 2007.

Simpson, Penny; Sodeoka, Kanji y Lucy Kitto. The Japanese Pottery Handbook. Nueva York, Kodansha, 2014.

 

Notas: 

[1] Categoría que durante el periodo Edo (1616-1868) adquirían los horno bajo patronazgo de los dominios feudales en Japón y cuyas cerámicas estabas destinadas al disfrute de la familia del señor feudal o a ser intercambiadas como presentes con otros dirigentes, nobles o la familia imperial.

[2] El movimiento Mingei surgió con el fin de revitalizar el arte popular japonés y como una forma de reacción al proceso de industrialización del país. Este movimiento, basado en el Arts and Crafts inglés, contaba entre sus ideólogos con Yanagi Sôetsu (1889–1961), En Japón adquirió una gran relevancia en la recuperación y desarrollo de multitud de manifestaciones tradicionales, cobrando una especial importancia la conservación de la cerámica tradicional. Gómez Pradas, Muriel. “La mirada de Eudald Serra. El artista a través de las colecciones de cerámica japonesa del museo etnológico de Barcelona,” Archivo español de arte. nº 343, 2013, pp. 221-236.

avatar David Lacasta (76 Posts)

Soy Licenciado en Historia del Arte y actualmente estoy cursando el máster en estudios avanzados, en la modalidad de Asia Oriental. Estoy trabajando en la cerámica Satsuma, y el fenómeno de su coleccionismo en occidente.También me interesa mucho todo lo relacionado con las armas y armaduras de los samurai, así como la historia militar de Japón.


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