Revista Ecos de Asia

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This article was written on 21 Feb 2018, and is filled under Arte, Crítica.

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Crítica de la exposición “Chant Avedissian. Un levantino camino hacia el este”

A pesar de que su obra no es demasiado conocida en España, el artista Chant Avedissian ha sido proclamado por muchos como el “Andy Warhol egipcio”. Aunque sirve para definir una parte de su obra (quizás, la más conocida, sus Cairo Stencils sobre grandes figuras de la cultura popular egipcia), lo cierto es que las aspiraciones, técnicas y estrategias de esta figura exploran muchos otros terrenos a parte del Pop art, y tampoco sería correcto definir su producción como únicamente egipcia, ya que no solo Avedissian es de origen armenio, sino que se ha formado y expuesto en toda una serie de países que ocupan buena parte del globo. Y, por si fuera poco, buena parte de su trayectoria artística ha estado dedicada al aprendizaje y generación de una estética que podríamos definir como transcontinental y pan-oriental.

A pesar de su pequeño tamaño, todo esto (y mucho más), es fácilmente perceptible y comprensible en la exposición “Chant Avedissian. Un levantino camino del Este”, primera exposición monográfica que se dedica al artista en España fuera de galerías privadas,[1] organizada por Casa Árabe en colaboración con la Galería Sabrina Amrani, y visitable hasta el 25 de febrero en el espacio expositivo de esta entidad en Madrid (C/ Alcalá 62).

Ejemplos de obras de Avedissian que podremos encontrar en la exposición.

Ejemplo de instalación audiovisual de la exposición en el que vemos intervenciones de decoración arquitectónica de Chant junto a una pantalla en la que se muestran algunos de sus Cairo Stencils, acompañados de las imágenes que los inspiraron.

Ocupando las dos salas disponibles, la exposición está estructurada a través de una serie de ámbitos temáticos que nos permiten introducirnos en diferentes facetas de la obra de Avedissian. Aunque, en realidad, se exhibe poca obra, toda esta está acompañada de profusas informaciones sobre la biografía, las técnicas y las intenciones del artista. Por ejemplo, un extenso cuadro cronológico da buena cuenta de la completa formación y carrera artística de Avedissian, además de sus numerosos viajes por el mundo; otros paneles, relatan la realización de algunas obras, como uno de los estarcidos que retratan al rey Faruq de Egipto, o del impacto que supuso en la obra del artista el conocer las técnicas artísticas tradicionales de algunos de los pueblos que transitan por la milenaria Ruta de la Seda. Tan interdisciplinares como la formación misma del artista son las obras que encontraremos en la exposición, realizadas con técnicas que provienen tanto del arte oriental como del occidental, y que usan materiales tan diversos como el textil, la madera o el cartón corrugado, acompañados de medios tecnológicos e infográficos para exponer sus resultados y procesos creativos. Además, se expone obra de varias de las décadas y corrientes productivas del autor, desde sus primeros diseños geométricos textiles que realizó en la década de los 80 hasta los más actuales, pasando por algunos ejemplares de los famosos Cairo Stencils.

Como bien relató el especialista en arte egipcio contemporáneo Nigel Ryan en la conferencia inaugural, la obra de Avedissian no debe ser vista como una mera oda a la nostalgia –a aquellos personajes de la época dorada del cine y la música egipcios que aparecen en sus estarcidos- o a las tradiciones decorativas asiáticas y norafricanas, sino que tras esta apariencia ornamental subyace una obra de marcado carácter político e ideológico. Valiéndose de estrategias de numerosas tradiciones artísticas, así como al entroncar con materiales y técnicas del arte popular (desde la propaganda socialista a los estarcidos bereberes), Avedissian basa su trabajo en la descomposición y recomposición de motivos e iconos (tanto geométricos elementales como figurativos). Aunque no es el primer artista que lo hace, su obra tiene un interés añadido al provenir de un artista sumamente cultivado y viajado, capaz de combinar las representaciones de las grandes figuras egipcias de la época del Nasserismo con patrones y texturas provenientes de tumbas antiguas del Alto Egipto, la heráldica panarabista de buena parte del siglo XX, los textiles otomanos, los gazebos festivos del Rajastán, cerámicas uzbekas o los diseños budistas chinos que Tamerlán se trajo hasta Bagdad.

Según Ryan, todo esto niega la posibilidad de interpretar la obra de Avedissian en clave nostálgica o propagandística, resultando más bien la expresión del representante de una minoría que ha construido su razón artística a través de un imaginario que supera con creces los terrenos habituales del arte árabe o egipcio reciente. La deliberada elección de motivos iconográficos premodernos populares, seguramente fomentada por su colaboración con el gran arquitecto Hassan Fathy, otorga cierto tono contestatario y neoprimitivista a su obra, redundando, no obstante, en resultados gráficos que se parecen más a los ensayos de los artistas de la Bauhaus que al de sus contemporáneos medio-orientales.

Ejemplos de obras de Avedissian en las salas de la exposición, de muy diferentes estilos.

Avedissian nace en El Cairo en 1951, en el seno de una familia armenia y cristiana, pero también en medio de un profundo proceso de cambio político y de reelaboración oficialista de la identidad egipcia: apenas unos meses antes del derrocamiento del errático rey Faruq, y de la proclamación de la República Árabe Egipto liderada por Gamal Abdel Nasser. En la obra de Avedissian abundan los personajes de este periodo, como los propios Faruq y Nasser, pero también las grandes actrices y cantantes del momento, como Hind Rostom (otra representante de una cultura popular no árabe) o Faten Hanama, representados a partir de poses e imágenes que Avedissian extrae de fotografías de revistas de cotilleos del momento, y que supusieron una verdadera revolución en la formación de una nueva iconosfera para el movimiento panárabe. Pero, como movimiento político, el panarabismo presentaba toda una serie de contradicciones, especialmente para un egipcio armenio que residía en un país de mayoría árabe y musulmana. Así pues, no resulta extrañó que el artista completara su formación en Norteamérica y Europa, o que se dedicase a realizar numerosos viajes por buena parte del globo. Avedissian, que nunca había tenido una gran exposición en Egipto, pasó a la historia tras que su obra alcanzara precios impensables en una subasta. Armenio en Egipto, egipcio en Europa, y ambos en China, cuando se elimina este supuesto glamour de su obra, no cuesta ver que su obra es producto de las migraciones y de las fronteras impuestas por los diferentes imperialismos (no exclusivamente occidentales): “Tengo que hacer lo que hago, como un armenio nacido en Egipto y contra todas las influencias. No hago arte. Lucho contra las influencias. Pinto, no es arte político, sino una actitud”llegó a afirmar el artista.

En definitiva, a pesar de que únicamente nos ha llegado a través de una pequeña dosis, esta muestra de la obra de Avedissian resulta capital para aproximarse a la figura –cada vez más hermética- de uno de los artistas más singulares de las últimas décadas, a través de una obra que, por lo universal de sus motivos y por lo ambicioso de sus planteamientos, puede resultar del agrado de un público sumamente amplio y diverso. Así que, si todavía no lo han hecho, corran a ver la exposición, porque quizás sea una experiencia literalmente irrepetible.

Para saber más:

  • Conferencia inaugural de Nigel Ryan, donde se mostraron muchas de las obras del artista (en español):

Notas:

[1] Durante los meses anteriores, algunas de estas obras estuvieron expuestas en la exposición “Transfer, Transport, Transit” de la Galería Sabrina Amrani (La Madera 23, Madrid).

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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