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This article was written on 20 Abr 2022, and is filled under Cultura Visual.

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‘Death Note’, como nunca la habías visto

Death Note es, sin duda alguna, una de las series más relevantes de los primeros años del siglo XXI, tanto en su medio original, el manga, como en su adaptación a serie de anime. El tándem creativo Tsugumi Ôba (cuya identidad está envuelta en misterio) y Takeshi Obata  debutaba a finales de 2003 en las páginas de la revista Weekly Shonen Jump, con un one shot titulado Kagami Taro-hen (La historia de Taro Kagami), que sería el germen de Death Note

Fue en aquel momento cuando se escuchó por primera vez el nombre de Ôba, a cargo del guion, y quizás para el gran público fuese la trayectoria de Obata lo que aportase un primer voto de confianza. Takeshi Obata venía de una trayectoria de series cortas, de entre dos y cuatro tomos, en las que habitualmente ejercía como ilustrador (y más puntualmente, como autor completo), y en 2003 había finalizado su primera serie larga, Hikaru no Go, que contaba con la mangaka Yumi Hotta al guion y con asesoramiento de la jugadora profesional de go Yukari Umezawa. 

De hecho, hay teorías que consideran que Yumi Hotta es la verdadera identidad de Tsugumi Ôba, entre otros motivos, porque uno apareció cuando la otra desaparecía: el último trabajo conocido de Hotta es precisamente Hikaru no Go, que terminó en julio del mismo año que empezó Death Note (en octubre el one shot y en diciembre la serie regular), y con el que llegó incluso a ganar el Premio Cultural Osamu Tezuka, también en 2003. Reforzaría esta teoría la creencia de que Ôba es en realidad una mujer, ya que suele mostrarse mediante avatares de personajes garabateados que parecen femeninos.  

En cualquier caso, el one shot de Ôba y Obata tuvo una acogida lo bastante positiva como para que, apenas dos meses después, arrancase una serie que ya recibió el título por el que todos la conocemos hoy en día. Death Note se mantuvo en publicación entre diciembre de 2003 y mayo de 2006, alcanzando un total de ciento ocho capítulos que se recopilaron originalmente en doce tomos. 

Después de tener en vilo a los lectores durante tres años con la publicación del manga, en octubre de 2006 llegó a la parrilla televisiva de la cadena Nippon Television el primer episodio de los treinta y siete que compondrían el anime de Death Note. El estudio de animación encargado del proyecto no fue otro que el mítico Madhouse, aquel que había sido fundado por algunos animadores de Mushi Pro y que, desde su fundación en 1972, ha producido gran cantidad de series de anime de gran importancia para la historia del medio y gran acogida por parte de los aficionados. 

Madhouse, que también era la casa de las primeras adaptaciones de Naoki Urasawa (Yawara!, por ejemplo, en los años ochenta) y de las CLAMP (Cardcaptor Sakura, en 1998), por citar algunas; había comenzado el milenio incrementando de manera considerable su producción de series de anime. Tan solo en los años comprendidos entre 2000 y 2005, entre sus producciones encontramos series como Sakura Wars, Hajime no Ippo, Beyblade, Chobits, Ninja Scroll: The series, Paranoia Agent (la única incursión televisiva del malogrado Satoshi Kon), Monster (de nuevo adaptación de Urasawa) o Paradise Kiss, en una tendencia que seguiría creciendo durante la segunda parte de la década y los años siguientes. 

Así pues, salir de la mano de Madhouse en 2006 daba cierta garantía de éxito, al menos en cuanto al cuidado en los valores de producción. Además, venía avalada por su popularidad en papel, lo que hizo que el estudio se volcase, dotando al proyecto de un enorme presupuesto y colocando al frente a una joven promesa Tetsurô Araki, que unos años después terminaría dirigiendo uno de los éxitos más recientes del anime: Ataque a los titanes. Araki venía de dirigir la OVA Otogi Jushi Akazukin (Fairy Musketeer Akazukin), una historia de fantasía que agrupaba a personajes arquetípicos de los cuentos clásicos occidentales, una producción solvente que un año después se convirtió en un anime de treinta y nueve episodios, esta vez dirigido por Takaaki Ishiyama. 

Bajo la dirección de Tetsurô Araki, el anime de Death Note se desarrolló durante treinta y siete episodios, emitidos entre octubre de 2006 y junio de 2007 por Nippon Television. La producción audiovisual fue fundamental en la popularidad internacional de la franquicia, así como en el asentamiento de una cultura otaku internacional. El manga comenzó a publicarse en Estados Unidos en 2005, de modo que cuando el anime se estrenó en Japón, ya existía cierto interés en la obra. Por ello, Viz Media, la empresa que gestionaba la licencia del manga, se hizo con los derechos del anime y lo ofreció en dos opciones de visionado digital (descarga-compra y descarga-alquiler), que estuvieron disponibles para el público norteamericano de manera simultánea con la emisión japonesa. 

Posteriormente, tanto la edición en físico del anime como las emisiones televisivas se sucedieron y multiplicaron a nivel internacional. En España, fue Selecta Visión quien editó por primera vez la edición física en 2009 y, desde entonces, la ha reeditado en varias ocasiones, tanto sencillas como más elaboradas, con extras y otros incentivos. Pero ninguna como la que tienen preparada para este mes de abril. 

Esta novísima edición española consiste en una caja de formato din A4 en la que se incluye el material audiovisual y algunos extras muy variados, pensados tanto para el público fan de la serie como para aquellos que quieran dar el paso y descubrir por qué este thriller ha trascendido las fronteras de los círculos más otakus

La caja contiene la serie en blu-ray, en un estuche con un cuidado y sobrio diseño negro que imita el cuaderno de muerte original y en el que se incluyen además varios discos de extras: los dos especiales de animación para televisión que salieron posteriormente, Relight: La visión de un dios y Relight: El sucesor de L; entrevistas audiovisuales a los principales implicados en la producción (Tetsuro Araki, director, Toshi Nakatani, productor, Chiaki Yamada, director de sonido, y Mamoru Miyano y Keppei Yamaguchi, seiyûs de Light y L respectivamente) y la banda sonora completa de Death Note recopilada en tres cds.

Si los extras audiovisuales tienen ya entidad suficiente como para hablar de una edición muy cuidada (especialmente si tenemos en cuenta la tendencia general del mercado físico de ofrecer ediciones “peladas”), los extras materiales harán las delicias de coleccionistas y curiosos. En primer lugar, no puede faltar un póster reversible con dos carteles de la serie, pegatinas de gran tamaño de los protagonistas y tres láminas en tamaño A4, detalles muy interesantes que sirven de complemento a los platos fuertes de la edición. 

Uno de los puntos fuertes y más interesantes de esta edición son los tres libros que la acompañan. Tal vez el más sencillo sea el artbook, que incluye portadas e ilustraciones de la serie a toda página. Un segundo libro incluye información sobre elementos de la serie: desde el funcionamiento de los cuadernos hasta detalladas fichas de personajes profusamente ilustradas. Finalmente, el tercero de los libros es una auténtica joya para los curiosos de la animación en general: una reproducción completa del storyboard del episodio 25 de la serie, con los esbozos y anotaciones manuscritas del propio Tetsuro Araki. Quizás se echa en falta que fuera una versión que incluyese algunas anotaciones, al menos, de traducción, pero igualmente es un motivo más que suficiente para hacerse con esta edición, que puede presumir de ser la edición definitiva de Death Note.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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