Revista Ecos de Asia

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This article was written on 08 Ene 2014, and is filled under Historia y Pensamiento.

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En busca de la tierra del Sol Naciente: migraciones en la Prehistoria de Japón

Asia Oriental, concepto que incluye las regiones geográficas donde se emplazan China, las dos Coreas y Japón, ha sido desde el comienzo de su Historia un lugar de constante cambio social. La proximidad de las islas japonesas con la península coreana y la costa china han favorecido el desarrollo de intensos contactos comerciales donde a la vez que se intercambiaban mercancías, fluían también ideas, tradiciones, arte y cultura. Las principales evidencias de estos contactos son elementos culturales heredados de diferentes épocas de movimientos migratorios, iniciados en el Paleolítico y continuados a intervalos en los siglos IV a.C. y VII d.C., los cuales incluyen tecnología, objetos, sistemas de agricultura, símbolos, lenguajes y rasgos genéticos fácilmente observables. La Arqueología es el método más eficaz para identificar y analizar estos cambios e influencias, así como para obtener los restos materiales e inmateriales que nos hablan directamente de las personas que los crearon, su entorno, su modo de vida y su forma de entender el mundo.

Los procesos migratorios son un fenómeno que se ha dado en todos los continentes, ya que todas las poblaciones y grupos humanos buscan siempre los mejores territorios para desarrollar sus modos de vida y estructuras sociales. Las primeras migraciones claramente visibles en Japón son las de los primeros pobladores de las islas, que se remontan al Paleolítico, cuando grupos provenientes de Siberia llegaron al norte de la isla al final de la era glacial. Por su parte, los grupos provenientes del sudeste asiático (Malasia y Polinesia) llegaron por mar al sur de Japón. Estos grupos raramente se mezclaron entre sí. Los pobladores norasiáticos desarrollarían la primera cultura prehistórica predominante en Japón: la cultura Jômon. En el sur, los pobladores permanecerían separados cultural y genéticamente, aunque con la llegada de los inmigrantes coreanos en el siglo IV a.C. entrarían a formar parte del acervo genético del resto de pobladores de las islas. Junto con los estudios del ADN y la genética, las investigaciones sobre los huesos humanos encontrados de estos primeros pobladores confirman que efectivamente existieron dos focos de origen para las poblaciones prehistóricas japonesas. Además, son evidentes los elementos culturales que aparecen presentes en los cuerpos y en los enterramientos funerarios, que poseen características similares a las de sus regiones de origen como, por ejemplo, elementos decorativos (ennegrecido de los dientes).

Como resultado de estas migraciones de poblaciones con una  economía basada en la caza y la recolección y un modo de vida nómada, se desarrolla una cultura material que se basa en los artefactos traídos por los inmigrantes, tales como útiles de piedra pulimentada, arpones para la caza y la pesca, industria ósea, cerámica, etc. Estos elementos forman parte del instrumental propio de sociedades sedentarias, un modo de vida que, en líneas generales, se desarrollaría mucho más lentamente en otras partes del planeta. Este desarrollo desigual de la tecnología estuvo condicionado por la geografía propia de las islas de Japón, en las que abundan los recursos explotables, como los bosques (plantas y caza) y las costas (pescados y moluscos). Esto contribuyó a una progresiva sedentarización y a la decisión general de no abandonar unas tierras determinadas, ya que daban los recursos suficientes para sobrevivir. La tecnología, traída por los grupos paleolíticos, se desarrollaría de forma autóctona y relativamente rápido.

Comparativas morfológicas entre miembros de las culturas Jomon y Yayoi.

Comparativas morfológicas entre miembros de las culturas Jomon y Yayoi.

Sin embargo, este panorama cambia desde el milenio XI a. C. al milenio X a. C., cuando un cambio climático provocó una menor abundancia de recursos animales y vegetales, y obligó a buscar nuevas formas de subsistencia. Unos grupos, principalmente en Asia continental, optaron por la vuelta a la forma de vida nómada. Por su parte, los pobladores de Japón, se adaptaron a este profundo cambio y desarrollaron una agricultura primitiva para complementar su alimentación. Este paso sería fundamental para que en Japón existiesen las condiciones idóneas que, a posteriori, hicieran posible la asimilación de las innovaciones tecnológicas que los inmigrantes coreanos trajeron consigo en las olas migratorias a lo largo de los siglos IV a.C. y VII d.C.

¿Qué provocó el inicio de nuevas olas migratorias en el siglo IV a.C.? Las razones de este proceso no responden a una única causa, sino que más bien fue consecuencia de varios factores clave. El cambio climático drástico iniciado en el XI milenio a.C. tendría su reflejo en la multitud de campesinos y ganaderos de los reinos del sur de Corea (Ma-han, Chin-han, y Pyon-han) que fueron forzados a desplazarse hacia tierras más templadas, que por cercanía y visibilidad debieron ser las de Japón. Junto con el clima, otro motivo de estos movimientos hacia Japón debe buscarse en la presión demográfica de las poblaciones en suelo coreano. La agricultura del arroz y las técnicas de irrigación no solo se mostraron eficaces para mantener la población, sino que permitieron un espectacular crecimiento demográfico. Sin embargo, las tierras, explotadas al extremo, acabaron agotándose y dejaron de ser suficientes para dar alimento a la extensa población existente, lo que provocó finalmente un proceso migratorio. Esto también explica porqué los inmigrantes del siglo IV a.C. llevaban consigo instrumental agrícola especial. La madera, insuficiente para el cultivo del arroz, fue sustituida por el metal. La agricultura irrigada también fue introducida en las islas dentro del paquete cultural de estas olas migratorias. El cambio climático y el crecimiento demográfico forzaron no solo a moverse, sino también a reestructurar las estrategias de subsistencia y, en consecuencia, las formas de vida y el funcionamiento social. Este periodo de cambios coincidiría con la época de los Reinos Combatientes en China (403-221 a.C.) o los ataques de los nómadas Xiong-un. Es decir, el ambiente de escasez y conflicto habría provocado el aumento del nomadismo en Asia Oriental en el siglo IV a.C. En Europa, al mismo tiempo que en Asia Oriental, ocurrió un proceso similar que afectó principalmente a los pueblos celtas.

Comparación entra las fisionomías Jomon y Yayoi.

Comparación entra las fisionomías Jomon y Yayoi.

Esta ola migratoria, en el contexto de Japón, contribuyó al nacimiento de una cultura de mezcla: la Yayoi. Su cultura material pertenece a los dos mundos: al autóctono y al extranjero. Poseía un utillaje agrícola desarrollado, formas arquitectónicas nuevas y una cerámica en la que el estilo Jômon indígena tuvo un gran peso, junto con las influencias coreanas de cerámicas (planas, bruñidas y rojizas) que aparecen al mismo tiempo en yacimientos Yayoi y coreanos. Desde la Arqueología, se han analizado estos restos materiales y se han comparado los restos óseos de indígenas e inmigrantes, que no sólo confirman estos procesos de cambio, sino que también nos permite reconstruir los procesos migratorios hasta el punto de comprender que, del siglo IV a.C. al siglo IV d.C., se produce un cambio y una mezcla cultural que va creando su propio discurso que se ve claramente en la transformación del uso del espacio (la creación de arrozales), los asentamientos (con la aparición de fosas alrededor de los poblados), el utillaje (el metal y la industria lítica reconvertida en función de la metalurgia), etc. Otro aspecto muy notable en el que se produjeron estos cambios es el simbolismo, en el que se pasa de la adoración de una divinidad agrícola de carácter animista a la sacralización del líder gestor. Esto es perceptible en la traslación de la importancia iconográfica de los animales a las escenas de caza, y, especialmente, del ciervo, el pájaro o el jabalí a las escenas ceremoniales. Todo ello denota que los procesos migratorios configurarían una nueva ritualidad relacionada con las estructuras sociales y la agricultura más que con las creencias precedentes, o de otro modo: las ideas de los reinos y grupos del continente fueron ganándole terreno a las indígenas de Japón.

Representación de las jerarquías sociales de la cultura Yayoi.

Representación de las jerarquías sociales de la cultura Yayoi.

Una nueva ola migratoria, la última en la Prehistoria nipona, acaecería sobre el siglo VII d.C. desde Corea, debido a la expansión del reino de Paekche, las epidemias de peste, las sequías y hambrunas, la desintegración del Imperio chino y los conflictos entre reinos y con los nómadas de la estepa. Es en este momento cuando son introducidos el caballo (principal elemento de expansión de los nómadas hacia China y los reinos coreanos), nuevos objetos culturales y de culto, e ideas acerca de la jerarquía social, lo que conlleva que el líder pase a ser definitivamente un ser sacralizado que, a su muerte, es enterrado en un enorme túmulo o kofun. Estas ideas están relacionadas con el surgimiento del primer Estado japonés: el Yamato. Los campesinos que migraron hacia Japón verían en estas tierras un espacio idóneo en el que refugiarse y sobrevivir, dejando a sus espaldas la oscuridad que reinaba en el continente y contemplando, al final del camino, la esperada tierra del Sol naciente.

Para saber más:

  • HALL, J. W., The Cambridge History of Japan. Cambridge, Cambridge University Press, 1991.
  • HONG, W., “Yayoi Wave, Kofun Wave, and Timing: The formation of the Japanese People and Japanese Language”, Korean Studies, 2005, Vol. 29.
  • HUDSON, M. J., “Rice, Bronze, and Chieftains: An Archaeology of Yayoi Rituals“, Japanese Journal of Religious Studies, 1992, Vol. 19(2-3), pp. 139-189.
  • KONDO, A. Y. y HARA, A. Y. K., Japón: Evolución histórica de un pueblo (hasta 1650). San Sebastián, Editorial Nerea, 1999.
  • OMOTO, K. y SAITOU, N., “Genetic origins of japanese: a partial support for the dual structure hypothesis”American journal of physical anthropology, 1997, Vol. 102, pp: 437-446.
  • Portal de investigaciones arqueológicas de Japón.
  • Página web de la Asociación arqueológica de Japón.
avatar José Mármol (4 Posts)

Graduado en Historia por la Universidad de Murcia, actualmente en el Máster de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. Especialidad en: Arqueología de la Muerte, Arqueología japonesa, Prehistoria, Ritualidad y simbología, Procesos de cambio y Arqueología comparada. Ha excavado en yacimientos en distintos países como España, Reino Unido o Israel, y actualmente coordina diversos proyectos de investigación y difusión histórico-arqueológicos y culturales.


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