Revista Ecos de Asia

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This article was written on 06 May 2020, and is filled under Arte, Historia y Pensamiento.

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Fûrin, el sonido del verano – Parte IV

Empezando por el extremo norte del archipiélago nipón, peregrinamos por la zona de Kantô, pasamos por el área de Chûbu y en esta entrega llegamos al área de Kansai, en el extremo sur de la isla principal de Honshû.

Kioto

La antigua capital imperial de Japón, y su centro cultural por excelencia, realiza principalmente dos tipos de campanillas. El primero son las kiyomizu-yaki fûrin, fabricadas con la cerámica kiyomizu, también conocida como kyô-yaki, que actualmente se sigue produciendo en los barrios de Higashiyama y Yamashina. Es una de las artes tradicionales más valoradas de la ciudad cuyo origen se sitúa en el periodo Nara (710-794), en los hornos construidos alrededor del templo Seikan-ji, en las premisas del templo Kiyomizu-dera. El principal artífice de esta artesanía fue Nonomura Ninsei, un ceramista del siglo XVII originario de la región de Tanba (actuales prefecturas de Kioto y de Hyôgo) que, al llegar a la capital, se especializó en la fabricación de artículos para la ceremonia del té famosos por sus coloristas decoraciones. El otro tipo de campanillas son las take fûrin o campanillas de bambú, producidas en el barrio de Arashiyama y utilizadas principalmente para decorar en verano el tren de Sagano, un ferrocarril que antiguamente se utilizaba para transportar mercancías y que en la actualidad es una atracción turística que permite disfrutar cómodamente de los paisajes de la ciudad.

Fûrin de Kioto, kiyomizu-yaki fûrin (izquierda) y distintos modelos de take fûrin: take-naruko fûrin (centro izquierda), bonbori fûrin (centro derecha) y marutake fûrin (derecha).

Osaka

Puerta de entrada del comercio y turismo internacionales en la región de Kansai, también fabrican dos tipos de campanillas. Una de ellas son las izushi-yaki fûrin, que utilizan como base la porcelana izushi, célebre por la pureza de su color blanco. Aunque existen varias teorías sobre su origen, una de ellas sostiene que su promotor fue el ceramista especializado en porcelana procedente de la región de Bizen (actual prefectura de Saga) Hyôzaemon, quien pasó una temporada trabajando en Izuya. A pesar de que en la región era tradicional trabajar con arcilla, Hyôzaemon consiguió producir porcelana utilizando material importado de la ciudad de Izushi, iniciando esta artesanía. Las otras son las ôsaka kawachi fûrin, producidas en la ciudad de Higashi-Ôsaka con cristal reciclado de botellas de sake, frascos de cosméticos…y otros materiales reciclados, un proyecto apoyado por el gobierno local de la prefectura. Empezaron a fabricarse en el año 2000 por iniciativa de Kan Tsugihiro, quien había instalado en su casa un horno para fabricar cristal cuando su hija decidió especializarse en esta artesanía.

Fûrin de Osaka: izushi-yaki fûrin (izquierda) y ôsaka kawachi fûrin (derecha).

Hyôgo

Prefectura donde se ubica el castillo de Himeji, considerado el más bello de Japón, fabrican dos tipos de campanillas. El primero de ellos son las myôchin fûrin o hibashi fûrin, campanillas de metal elaboradas por la familia de herreros Myôchin, cuyo linaje se remonta al periodo Heian (794-1185/1192); en un principio se dedicaban a fabricar armaduras para los daimyô y sus samuráis, pero con la caída del régimen feudal y la llegada de tiempos más pacíficos decidieron aplicar sus conocimientos a la manufactura de hibashi, palillos largos de metal utilizados para atizar el fuego; en los años sesenta, sin embargo, estos artículos cayeron en desuso, lo que obligó a la familia a adaptarse una vez más a los nuevos tiempos, en este caso, fabricando campanillas de viento. La otra tipología son las kôbe fûrin, campanillas de cristal soplado producidas en la ciudad del mismo nombre, concretamente en el taller Kabutoyama Garasu Kôbô, que poco a poco están ganando fama como una de las nuevas artesanías de la ciudad.

Fûrin de Hyôgo: myôchin fûrin (izquierda) y kôbe fûrin (derecha).

Nara

Famosa por alojar el Buda de bronce más grande de Japón, sus numerosos templos y su parque natural conocido por su población de ciervos sica, sus campanillas más conocidas son las ruri fûrin o campanillas lapislázuli fabricadas en el taller Nara Garasu Kôbô. Uno de los vínculos más llamativos de la prefectura con esta gema es el Shiawase Kairô Nara Ruri-e (“El pasillo de la felicidad – La pintura lapislázuli de Nara” [t.a.]), un evento celebrado anualmente desde 2010 a principios de febrero en el que, por la noche, se iluminan con LED de color azul ultramar los caminos que unen los tres principales templos de la ciudad: Kasuga-taisha, Kôfuku-ji y Tôdai-ji. Este evento es la versión invernal del Nara Tôka-e (La reunión de flores-linterna de Nara [t.a.]), festival de verano inaugurado en 1999 en el que se ilumina la ciudad con cientos de linternas. En la actualidad, el taller también fabrica campanillas de cristal de otros colores, incluyendo rojo bronce, rosa melocotón y ámbar, por mencionar unos pocos.

Fûrin de Nara: ruri fûrin (izquierda) y fûrin de Nara en distintos colores (derecha).

Wakayama

Prefectura donde se ubica uno de los montes más sagrados de Japón, el monte Kôya, tienen dos tipos de campanillas. Las más características son las kishû binchô-tan fûrin, a veces acortadas como binchô-tan fûrin. Con una dureza mayor que la del acero y considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la prefectura, el binchô-tan es un carbón vegetal de alta calidad producido al quemar la planta quercus phillyraeoides. Su origen se sitúa en el periodo Edo, cuando un vendedor de carbón de la ciudad de Tanabe, Bicchûya Chôzaemon empezó a vender su nuevo producto, el binchô-tan (tomando las primeras sílabas de su apellido y de su nombre, respectivamente) en Aomono-chô, zona situada en el populoso barrio de Nihonbashi en la capital de Edo, alcanzando una gran fama gracias a la potencia de su fuego y larga duración. El kishû binchô-tan es una mejora de este carbón fabricado por los artesanos de la ciudad de Akitsugawa. De la misma zona proceden también las kishû fûrin, campanillas de cristal soplado que se caracterizan por sus formas retorcidas y colores brillantes.

Fûrin de Wakayama: kishû binchô-tan fûrin (izquierda) y kishû fûrin (centro y derecha).

Tottori

Esta prefectura es conocida por albergar una de las pocas regiones desérticas de Japón, las dunas de arena de Tottori, siendo sus campanillas más típicas las kazuwa-yaki fûrin, o campanillas de cerámica de Kazuwa, procedentes de la ciudad de Kurayoshi. Empezaron a producirse en la era Hôreki (1751-1764), cuando ya se fabricaba cerámica de calidad en las zonas de Hakushio-san y Hakushû Ôyama, utilizándose principalmente para utensilios de uso cotidiano. Tras un periodo de decadencia, en 1943 hubo una revitalización de esta artesanía construyendo un nuevo horno escalonado y utilizando cinabrio, obtenido en la prefectura, en el vidriado, otorgándoles el llamativo color rojo que caracteriza la mayor parte de estas piezas. Para las campanillas, sin embargo, prefiere utilizarse una decoración más clásica en blanco o azul claro.

Fûrin de Tottori: kazuwa-yaki fûrin.

Shimane

Lugar donde se sitúa el santuario Izumo-taisha, en el que tradicionalmente se reúnen los dioses sintoístas todos los años, su variedad de campanilla más característica son las dôtaku fûrin, que toman su forma de las dôtaku (campanas prehistóricas alargadas con asa y sin badajo fabricadas en bronce ricamente decoradas de uso ritual), si bien para las campanillas de viento utilizan tanto metal como cerámica. Adquirieron especial relevancia en la prefectura cuando el catorce de octubre de 1996 se descubrió en la ciudad de Unnan el sitio arqueológico de Kamo Iwakura, donde se localizaron treinta y nueve dôtaku datadas en el periodo Yayoi Medio (100 a.C. – 100) y Tardío (100-300), el mayor número de campanas halladas en un mismo lugar en todo Japón.

Fûrin de Shimane: distintos modelos de dôtaku fûrin.

Okayama

Célebre por ser considerado el lugar de origen del legendario héroe Momotarô, producen las bizen-yaki fûrin utilizando la cerámica de Bizen, también conocida como inbe-yaki, que forma parte de los Seis Antiguos Hornos de Japón. Empezó a producirse en el periodo Kofun (c. 250- 358) a partir de la cerámica sueki de color gris-azulada importada de la península de Corea, aunque se establecería como un estilo independiente en el periodo Heian, cuando se utilizaría para la fabricación de tejas y de cuencos para uso cotidiano. Adquirió su color marrón-rojizo característico en el periodo Kamakura (1185/1192-1333), siendo muy apreciada durante el periodo Azuchi-Momoyama (1574-1600) por el regente Toyotomi Hideyoshi y el gran maestro de la ceremonia del té Sen no Rikyû, llegando a ser una de las cerámicas más queridas por los amantes de esta tradición japonesa gracias a sus propiedades que ejemplificaban los conceptos del wabi y del sabi asociados a esta ceremonia.

Fûrin de Okayama: distintos modelos de bizen-yaki fûrin.

Hiroshima

Considerada la “capital de la paz” del mundo, sus campanillas representativas son las ôdagawa-garasu fûrin, fabricadas por el taller Garasu no Sato con cristal hecho a partir de la arena del río Ôda, que atraviesa la ciudad, y que se caracteriza por su tonalidad pálida verde-amarillenta.

Fûrin de Hiroshima: distintos modelos de ôdagawa-garasu fûrin.

Yamaguchi

Localización de Kintaikyô, famoso puente de piedra de cinco arcos de la ciudad de Iwakuni, produce principalmente dos tipos de campanillas. El primer tipo son las hagi-yaki fûrin, fabricadas con la cerámica Hagi. Su origen se sitúa en el periodo Azuchi-Momoyama, cuando la costumbre de la ceremonia del té estaba en su apogeo. Durante las invasiones de Corea por Hideyoshi en 1592, el gobernante instó a los daimyô a llevar hasta sus territorios a diversos ceramistas coreanos, ya que la cerámica de la península vecina era muy valorada. El señor del dominio de Hagi, Môri Terumoto, invitó a los hermanos Rishakukô y Rikei y les proporcionó un horno, dando así inicio a este tipo de cerámica. El otro modelo son las fugu fûrin, Edo fûrin inspiradas en el manjar local, aunque letal, que es el pez globo. Se trata de una colaboración entre la revista Fugu Magazine y la prefectura de Yamanashi, concretamente con el arte tradicional del fugu chôchin, linternas típicas de la prefectura que se hacen a partir de un pez globo al que se le han extraído las entrañas, hinchado y dejado secar, añadiéndole posteriormente barniz y, en algunos casos, ojos de juguete y otras decoraciones.

Fûrin de Yamaguchi: distintos modelos de hagi-yaki fûrin (izquierda y centro) y fugu fûrin (derecha).

En este artículo hemos repasado las campanillas del área de Kansai, en las que se reflejan largas tradiciones cerámicas (las kiyomizu-yaki de Kioto, las kazuwa-yaki de Tottori, las bizen-yaki de Okayama y las hagi-yaki de Yamaguchi), novedosas técnicas cristaleras (las ôsaka kawachi fûrin de Osaka, las ôdagawa garasu fûrin de Hiroshima o las ruri fûrin de Nara) y la belleza de otros materiales como el carbón (las binchô-tan fûrin de Wakayama), el bambú (las take fûrin de Kioto) o el metal (las hibashi fûrin de Hyôgo). En el siguiente artículo acabaremos nuestro recorrido de las campanillas producidas en el archipiélago nipón visitando las islas de Shikoku y Kyûshû.

avatar Claudia Bonillo (77 Posts)

Graduada en Ingeniería Informática con mención en Computación (2016, Unizar), Diploma de Especialización en Estudios Japoneses (2017, Unizar) y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte (2018, Unizar), actualmente es doctoranda del área de Asia Oriental en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza especializada en la transmisión de la historia medieval japonesa, periodo Sengoku (1467/1477-1603), a través de la cultura popular nipona (videojuegos, manga y anime). En el año 2020 ganó la Beca del Gobierno Japonés (MEXT/ Monbukagakushô) para Graduados Españoles para poder hacer una estancia de investigación en la Universidad de Kioto.


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