Revista Ecos de Asia

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This article was written on 09 Sep 2019, and is filled under Historia y Pensamiento.

“The battleship island” (2017). El buque de guerra de Japón. Parte I

Este artículo es el primero de dos y tiene como contexto histórico el último año del colonialismo japonés (1910- 1945) un poco antes del bombardeo a Nagasaki (9 de agosto de 1945) ordenado por el entonces presidente estadounidense Harry S. Truman. La película que emplearemos es The battleship island o La isla el acorazado (2017) del cineasta Ryoo Seung-wan. Se basa en los hechos acaecidos en la isla japonesa Hashima apodada “el buque de guerra de Japón” donde se obligó a los coreanos (y otros asiáticos como los chinos) a realizar trabajo forzado y lugar donde convergen la traición, la tortura, abusos sexuales, la resistencia, el sentido de unidad nacional, y la esperanza por la independencia.

Imagen de la Isla Hashima (1930).

Algo que toda nación necesita tomar en cuenta es que debe hacerse responsable de su propia historia y cerrar los capítulos inconclusos de la misma, sin embargo, no todos los pueblos aceptan este principio fundamental para el rescate de la memoria histórica forjando verdades a medias o historias negadas y aplastadas por una lápida de silencio; tal es el caso de Japón  quien ha negado sistemáticamente el trabajo forzado al que sometió a los coreanos durante los últimos años del periodo de la colonización, aunque, no debemos negar que Corea se encontraba en una situación similar pues, existieron coreanos que traicionaron a su mismo pueblo, (ya sea por enriquecerse a costa del sufrimiento de su compatriotas para obtener beneficios de Japón o el instinto de supervivencia en medio de la guerra). Est es una verdad que Corea tampoco ha aceptado del todo, pero que, The battleship island deja perfectamente bien al descubierto.

Para entender un poco más debemos remontarnos años atrás, a mediados de la década de los treinta cuando la política del gobierno colonial endureció. Convertirse en colonia japonesa implicó adoptar la cultura de la comunidad colonizadora. Por tanto, esto engendra “una hibridación cultural porque fuerza los colonizados a adoptar el lenguaje y los valores de los colonizadores si quieren participar en la nueva modernidad”.[1]

Japón intervino en todos los ámbitos de la vida coreana y tuvo como objetivo obligar a los coreanos a hablar japonés, considerarse a sí mismos sujetos japoneses, y erradicar la identidad nacional. En 1937 se impartieron las clases en las escuelas sólo en japonés, fue prohibido hablar coreano” y se redactó un decreto que “animaba” a los coreanos a adoptar nombres japoneses; el 84% por ciento de todas las familias coreanas lo había hecho. Japón tomó firmemente a Corea, llevó a cabo un colonialismo organizado […] Políticamente los coreanos apenas respiraban.[2]

Japón comenzó con la transformación del paisaje con vías de ferrocarril, líneas de telégrafo, teléfono y rutas. La nueva infraestructura de comunicaciones unificó los aparatos de control policíaco y militar. El Estado colonial se fortaleció, incrementó la burocracia, la política de dirección administrativa de la economía, el uso del Estado para fundar nuevas industrias y la represión de los sindicatos y trabajadores. En este contexto, el imperio japonés decidió emplear la mano de obra coreana para su beneficio.

Disposición de Hashima.

Durante la década de los cuarenta, varios coreanos fueron trasladaron a lugares donde realizaban trabajos forzados como en el complejo minero de carbón de Mitsui en Miike, Takashima, el campo de prisioneros de guerra # 3 Fukuoka, Yoshikuma y la Isla Hashima (Gunkanjima, en japonés, buque de guerra). Esta última se encuentra ubicada en el Mar de la China Oriental, tiene una longitud de quinientos metros de largo por ciento cincuenta de ancho y se encuentra a unos veinte km del puerto de Nagasaki. Fue hasta 1974 hogar de trabajadores de los yacimientos de carbón.

En 1887 bajo la revolución industrial japonesa de la era Meiji (1868-1912) llegaron los primeros habitantes a la isla, al haber sido descubierta una veta submarina de carbón, que comenzó a ser explotada masivamente por la compañía Mitsubishi en 1890, y su población estuvo conformada trabajadores de la mina de carbón y sus familias que llegaron a ser hasta unos tres mil habitantes. Debido al enorme número de personas, se comenzaron a construir departamentos para que viviesen ahí además de un ambicioso proyecto del residencial Nikkyu en la parte más céntrica de la isla, hasta albergar un total de treinta edificios de departamentos.

Minas de carbón.

La isla fue amurallada en el año de 1907 para proteger a sus habitantes de las olas. Durante la Segunda Guerra Mundial Hashima fue una de las mayores proveedoras de carbón para el imperio japonés, explotando hasta cuatrocientas mil toneladas de carbón al año. Entre quinientos y ochocientos ciudadanos coreanos (y setecientos veintidós chinos) fueron forzados a trabajar en la industria minera de la isla en condiciones inhumanas para llegar a las minas, los trabajadores debían bajar por unas escaleras resbaladizas y muy peligrosas apodadas “escaleras al infierno”.

Los coreanos trabajaban hasta doce horas al día en la mina de carbón y sólo comían patatas dulces secas y residuo de frijol, además existió una tasa de mortandad muy elevada, la mayoría morían por desnutrición y accidentes. Varios fueron los que intentaron escapar pero no lo consiguieron.

Imagen de dos chinos (costados) y un coreano (centro) trabajadores de las minas de carbón.

En la Conferencia de El Cairo de diciembre de 1943, los aliados decidieron despojar a Japón de todos los territorios que había adquirido desde 1894. Para 1945, Japón estaba ya agotado debido a la guerra que mantenía contra los Estados Unidos y sus aliados. El 8 de agosto de ese mismo año la Unión Soviética declaró la guerra a Japón e invadió Manchuria y Corea. Los Estados Unidos, China y Gran Bretaña acordaron que Corea debería ser un país libre e independiente, La Unión Soviética aceptó también este principio.  Estados Unidos dividió la península por el Paralelo 38, el norte del cual quedó ocupado por tropas de la URSS y el sur por tropas estadounidenses.

Departamentos (abandonados) al interior de Hashima.

De esta manera, el paralelo se convirtió en una frontera política entre ambas Coreas aunque las negociaciones para la reunificación continuaron en los meses anteriores a la guerra. El lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 de agosto y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, llevaron al gobierno japonés a rendirse incondicionalmente. Actualmente Hashima es considerada patrimonio de la humanidad reconocida por la UNESCO en el año del 2015.

Cuando la bomba atómica desoló la ciudad de Nagasaki, los edificios de la isla Hashima sintieron la vibración que esta provocó. La imagen del lanzamiento de la bomba en Nagasaki marca el momento final de The battleship island, filme que muestra la cruda realidad  de la colonización japonesa; una película de acción que imagina una rebelión y fuga de la isla en el mejor estilo de los filmes de campos de concentración, repleto de explosiones, violencia, y abusos de todo tipo por parte de los japoneses, a un ritmo acelerado donde conviven la muerte,  la lucha por la supervivencia y la  traición  que en un artículo siguiente analizaremos con mayor precisión.

[1] Robinson, Michael E., Korea’s: Twentieth-Century Odyssey , United States of America, University of Hawaii Press, 2007, p.78.

[2] Cumings Bruce, El lugar de Corea en el sol. Una historia moderna, Córdova, Argentina, Fondo de Cultura Económica, 2004, p.163.

Para saber más:

– HANE, Mikiso, Breve historia de Japón, Alianza Editorial, Madrid, 2006

– LEÓN, Jose Luís, (coord.),  Historia mínima de Corea, México, México, El Colegio de México, Centro de Estudios de Asia y África.2006.

– MIWA, Ralph M., The anatomy of an ideology – Japanese imperialism. Studies on Asia Series I vol. 2. University of Nebraska Press, 1961.

avatar Andrea Elena Ríos (21 Posts)

Licenciada en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha escrito varios artículos para la revista Debates por la Historia de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), México y la publicación de su tesis por el Centro de Documentacion de los Movimientos Armados (CeDeMa) en Valencia, España. Forma parte del seminario de Historia de Corea en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Su línea de investigación gira en torno a los movimientos sociales en Corea durante la ocupación japonesa (1910-1945).


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One Comment

  1. ANESKIS GARZA
    15/09/2019
    avatar

    Buen trabajo, Andy.
    Como vos dice. “verdades silenciadas”

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