Revista Ecos de Asia

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This article was written on 29 Mar 2019, and is filled under Cine y TV.

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El auge de la industria audiovisual en China: una cuestión de estado desde comienzos de la última década (I)

En China existe una amplia gama de ministerios y diferentes administraciones o entidades que trabajan en la gestión de la industria audiovisual del país, aunque el principio general que todas siguen, en la era digital actual, es el de mantener el control sobre el contenido de la misma. A lo largo de este artículo, primero de una serie sobre el funcionamiento de la industria audiovisual en China, realizaremos una breve aproximación a la misma desde comienzos de la última década, con especial atención a la distribución cinematográfica, para lo que será indispensable comenzar intentando dar una visión general sobre el complejo entramado ministerial del que este sector depende.

Es la Administración Estatal de Radio, Cine y TV (más conocida por sus siglas en inglés SARFT: State Administration of Radio, Film, and Television,) la encargada de supervisar en China las esferas de influencia de la televisión, la radio y el cine, junto con todo lo que estas abarcan (con excepción de la China Education TV y del Ejército). Igualmente, la SARFT representa al Estado en la implementación y ejecución de la política para la producción, muestra y distribución nacional, coproducciones o cine, y programas importados de radio y televisión. Para los productos de Home Video, el Ministerio de Cultura es el encargado de establecer las políticas, de expedir los permisos de importación y de regular la industria. Por encima de estas dos entidades, es el Departamento de Publicidad el que establece las políticas de orientación general para el sector de los medios de comunicación en su conjunto.

De suma importancia para la industria audiovisual de China en los próximos años va a ser el desarrollo de una estructura reguladora coherente que permita el progreso sin trabas de la explotación audiovisual, incluidos todos los modos de distribución que van desde la televisión tradicional y de IPTV (Internet Protocol Television) hasta los medios móviles de masas y televisión digital terrestre.

En un sentido normativo general, las industrias chinas de medios de comunicación, así como sus contenidos, tienen adjudicada la tarea de educar a las masas en lugar de entretenerlas. Sin embargo, a medida que los medios de comunicación se hacen más diversos y comerciales, este principio es cada vez más difícil de mantener.

Al mismo tiempo, uno de los objetivos principales que el Gobierno chino se ha marcado  es el de impulsar el contenido de carácter asiático en los mercados internacionales. Para ello provee de fondos a sus productoras y proporciona asistencia en los mercados internacionales al tiempo que las coproducciones para cine y televisión se popularizan y hacen más frecuentes. Sin embargo, el contenido audiovisual exportable chino en la actualidad tiene sus limitaciones debido a las barreras culturales y a factores relacionados con la calidad, aunque es probable que esto cambie a medida que la cultura china y sus valores cobren mayor importancia en el resto del mundo.

Con las telecomunicaciones y la radiodifusión administradas por dos entidades separadas (el Ministerio de Industrias de la Información y la SARFT), China carece de un proceso normativo coherente para hacer frente a la difusión de contenidos a través de nuevas plataformas para medios de masas.

Mientras que la importación de contenido foráneo se mantiene, gracias a estrictas regulaciones basadas en un rígido sistema de cuotas (así como limitando lo que puede ser transmitido), el local, como en cualquier entorno en el que los medios de comunicación experimentan un proceso de maduración, está ganando en popularidad y ha superado, en mucho, al importado en términos de índices de audiencia.

Sede de la televisión pública china CCTV en Pekín.

Hasta la fecha, China no está obligada por los tratados internacionales a abrir su mercado audiovisual al extranjero. Sin embargo, el cine y algunas áreas relacionadas con los medios de comunicación son una excepción.

Respecto a la emisión de programas de televisión, existen quince canales comunes que se emiten en toda China y cada provincia y región posee los suyos propios. CCTV cubre, con esos quince canales públicos vía satélite, la mayor oferta del país, cinco de ellos dedicados a deportes.

 

La política sobre la distribución de la producción cinematográfica

En relación a la elaboración cinematográfica en China, esta ha estado tradicionalmente bajo el control estricto y directo del Estado. En otras palabras, mientras la producción de películas en sí misma, por no hablar de la distribución o la gestión del teatro, permanezca intervenida por el Gobierno, las productoras cinematográficas tampoco se desviarán de las pautas ideológicas marcadas por el gobierno central.

Hacia la década de 1990 la vigilancia que se ejercía sobre la industria del cine se justificaba en aras de lograr la supervivencia del sector. Uno de los primeros pasos que el Gobierno dio en el año 2002 para liberalizar el cine nacional fue acabar con el monopolio de la producción de los grandes estudios. Así, durante los últimos diez años, China comenzó a desarrollar una industria comercial viable, impulsada principalmente por capital privado. A partir del éxito de algunas películas chinas en festivales internacionales (dirigidas por Zhang Yimou y Chen Kaige[1]), se comenzó a trabajar en algunas de alto presupuesto sin ningún tipo de contenido político. Estas fueron dirigidas a un público local y a conseguir éxito de taquilla a nivel nacional.

Las producciones nacionales, filmadas por empresas locales con inversión china para su comercialización dentro del país, ya no se limitan exclusivamente a los estudios de propiedad estatal. El reglamento sobre inversión privada que permite la producción de películas se aprobó a principios de 2002 y, en teoría, cualquier compañía de producción nacional que presente un esquema de guión aprobado por la Oficina de Cine de la SARFT puede obtener una licencia para realizarla de forma independiente. Las películas producidas de esta manera, por lo general, cuentan con un presupuesto de hasta cinco millones de dólares y por lo tanto, si tienen éxito comercial, pueden resultar muy rentables para sus inversores.

Beyond the Great Revival conmemora el 90º Aniversario del Ideal comunista

Sin embargo, algunas de las películas nacionales todavía se producen a instancias del Gobierno. En 2006, China lanzó una serie de películas para conmemorar el 85º Aniversario de la fundación del Partido Comunista de China, al igual que hizo en 2011 para conmemorar el 90º Aniversario del Ideal comunista, presentando Beyond the Great Revival, con los aclamados actores Chow Yun-fat y Andy Lau. Estas producciones fueron organizadas por la Chinese Film Circulation and Projection Association (CFCPA), la China Film Producers Association (CFPA) y la China City Cinema Association (CCCAC) y apoyadas por la SARFT y por su supervisor, el Departamento de Publicidad del Partido Comunista de China.

Entre las veintiséis películas elegidas para celebrar estos dos aniversarios destacaron The Forest Ranger, una crítica social sobre los círculos de protección ambiental de China, cuyo héroe epónimo muere por la protección de un bosque de propiedad estatal, que ganó el premio al mejor largometraje en el 13º Festival de Cine Estudiantil de Pekín; Legend of Seasons, acerca de un graduado universitario que trabaja como voluntario para educar a los pobres de las zonas rurales; Endless Love, sobre un funcionario del PCCh, que pone todo su empeño en ayudar a la población y La Columna Vertebral, un documental acerca de las siguientes generaciones de líderes del PCCh como Mao Zedong y Deng Xiaoping. Este último fue co-producido por el circuito cerrado de televisión de Jiangsu TV y por el Banco Central Noticiario y Central Newsreel & Documentary Film Studio.Sin embargo, algunas de las películas nacionales todavía se producen a instancias del Gobierno. En 2006, China lanzó una serie de películas para conmemorar el 85º Aniversario de la fundación del Partido Comunista de China, al igual que hizo en 2011 para conmemorar el 90º Aniversario del Ideal comunista, presentando Beyond the Great Revival, con los aclamados actores Chow Yun-fat y Andy Lau. Estas producciones fueron organizadas por la Chinese Film Circulation and Projection Association (CFCPA), la China Film Producers Association (CFPA) y la China City Cinema Association (CCCAC) y apoyadas por la SARFT y por su supervisor, el Departamento de Publicidad del Partido Comunista de China.

El Gobierno continúa viendo ese tipo de producciones como una obligación que la industria del cine tiene con China. De acuerdo con la Oficina de Cine de la SARFT dirigida por Tong Gang, “fue el PCCh el que impulsó a la industria del cine en el país y la llevó a donde está hoy en día. Con anterioridad a la fundación de la Nueva China en 1949, se trataba de una industria débil y de escaso valor”. Las empresas cinematográficas deben ganarse el apoyo de los gobiernos locales para realizar estas películas, prestando especial atención a los mercados rurales y a los medios urbanos. Esta responsabilidad es compartida por Yang Buting, Presidenta de la Junta de la China Film Group (CFG), la mayor productora y distribuidora de películas en la nación, quien señaló que “es un deber de los directores de cine chino rendir un homenaje al PCCh”, en una declaración al periódico China Daily a comienzos de 2011 y con motivo de la celebración del citado 90º aniversario del Partido Comunista.

Al mismo tiempo, la SARFT publicó en 2010 que las cadenas de cines deberán exhibir de cuarenta a sesenta películas nacionales por año y asegurar que los ingresos de las mismas representan al menos el 50% de los ingresos totales de taquilla, aunque no aportó ningún mecanismo para asegurar el cumplimiento de este porcentaje. De hecho, la SARFT comprende el desarrollo de la industria cinematográfica nacional de China como un objetivo clave durante la década actual. La administración ha ido tan lejos como para establecer una financiación para los nuevos directores chinos, algo que anteriormente sólo se realizó para películas de corte patriótico.

Por otro lado, en la Conferencia Nacional de Cine de junio de 2011 celebrada en Pekín, la SARFT proporcionó unos fondos de 500.000 renminbis a un grupo de cineastas menores de cuarenta y cinco años como Lu Chuan, Xiaoshuai Wang, Xu Jinglei, Jia Zhangke, Hao Ning, Ning Cai, Ulantana, Zhang Yang, entre otros. El capital se utilizó para desarrollar las fases iniciales de sus proyectos y como base para poder sacar películas nacionales adelante. De hecho, en 2010 casi la mitad de la taquilla de China se destinó a películas nacionales, aunque atendiendo a la recaudación, sólo dos de las diez primeras eran chinas. Una tendencia que parece que se va a incrementar en el futuro al tiempo que la industria de la producción de cine local se vuelve cada vez más autosuficiente y sigue produciendo películas de éxito cada año.

Chow Yun Fat, Zhang Ziyi y Gong Li, tres de las estrellas más conocidas de China, protagonistas de películas como Tigre y Dragón (2000), La Casa de las Dagas Voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2008).

Se puede ver que la producción continúa en aumento, con una industria nacional cada vez más fuerte, destacando éxitos de taquilla en las últimas décadas como Tigre y Dragón (2000), La Casa de las Dagas Voladoras (2004), La Promesa (2005), Sin Miedo (2006), La Maldición de la Flor Dorada (2008) o Shadow (2018).

 

Para saber más:

Fundación Consejo España-China. La industria audiovisual china hoy. Disponible aquí.

Vela, Alberto, La industria audiovisual en China, 2011. Disponible aquí.

 

Notas:

[1] Zhang Yimou es un aclamado director, actor, escritor y productor de cine chino con una larga trayectoria profesional y referente de la actual cultura de la gran pantalla en el país asiático. Ha sido galardonado con el gran premio del jurado en el festival de cine de Cannes, por To Live. A su vez, Chen Kaige es, junto a Zhang, uno de los máximos exponentes de la 5ª generación de cine chino, director, guionista y escritor.

avatar Alberto Vela Rodrigo (12 Posts)

Alberto Vela es Licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Salamanca y Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se especializó en Estudios Asiáticos por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, lo que le llevó a vivir y trabajar en Pekín durante un año en entornos empresariales y de mercado. Su formación interdisciplinar le ha permitido desenvolverse en distintos ambientes y campos de estudio que abordan la historia material, social y cultural de Europa y Asia.


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