Revista Ecos de Asia

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This article was written on 20 May 2016, and is filled under Arte.

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Cerámica en Corea II. La Dinastía Koryo (918-1392)

Como vimos en un artículo anterior, durante el periodo denominado de los Tres Reinos (57 a.C. – 668 d.C.) se desarrolló una considerable industria cerámica en Corea. Los gobernantes de los tres reinos establecieron un férreo control en sus territorios, con el fin de sacar el máximo partido a sus recursos mediante la creación de distintas agencias que supervisaban la producción y las relaciones comerciales. La posterior unificación llevada a cabo por el reino de Silla siguió con esta tendencia, ya a un nivel global de todo el territorio, legado que pasó a las dinastías posteriores, Koryo (918-1392) y Joseon (1392-1910), manteniéndose vigente durante casi un milenio. La estabilidad de la que gozó la península coreana, debido en parte a la labor de una eficiente burocracia y del tamaño compacto del territorio, ya que Corea alcanzó sus delimitación geográfica muy tempranamente, ocasionó que durante la dinastía Koryo se viviera un momento de gran esplendor en el desarrollo de las distintas artes. A diferencia de las cortes Tang y Song, que ejercían el control sobre una pequeña parte de los hornos y talleres de sus dominios, las dinastías coreanas, valiéndose de los yangbang, una clase de aristócratas literatos, controlaron la producción cerámica a lo largo del tiempo, haciendo que las realizaciones mantuvieran una estética concreta que se prolongó sin apenas cambios durante siglos.

Los oficiales del gobierno supervisaban el trabajo que se llevaba a cabo en los hornos destinados a producir y abastecer a la corte y aristocracia de toda suerte de piezas, como jarrones, incensarios, o recipientes. Estos administradores clasificaban a los artesanos según una serie de gremios y controlaban el abastecimiento de arcilla a los talleres, las provisiones de pigmentos y barnices, así como que los pintores desarrollaran con diligencia las decoraciones. La sociedad Koryo se caracterizó por una clara segregación por clases de sus habitantes, a cuya cabeza se encontraba, como hemos señalado, la élite yangbang, que, constituida por unos mil quinientos oficiales, servían a la corte y sus familias residían en comunidades en las que estaban excluidos los campesinos. La supervisión del gobierno regulaba el acceso a las distintas variedades de cerámicas de acuerdo a la clase: los ciudadanos más privilegiados tenían acceso a las piezas de mayor calidad, mientras que los sectores más desfavorecidos se debían contentar con sencillos platos de bambú, terracotas y lozas de factura sencilla.

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Este riguroso control de las distintas artes y artesanías resultó en una producción de piezas de extraordinaria factura técnica, que estaba restringida casi exclusivamente al mercado doméstico, ya que, a diferencia de las cerámicas chinas, los artesanos coreanos tenían muy pocas oportunidades de vender sus productos al exterior. El patronazgo oficial, sumado a la influencia de piezas Song, ocasionaron que durante la dinastía Koryo, los alfares coreanos desarrollaran unos celadones que fueron objeto de admiración por parte los propios chinos. Es conocido que incluso los hábiles ceramistas japoneses dejaron de imitar las porcelanas Song, debido en parte a que sus imitaciones se quedaban muy cortas en comparación a la fineza de los originales; los coreanos no sintieron tales reparos, y prueba de ello es que la alta calidad que alcanzaron sus realizaciones son comparables a las mejores piezas Song.

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Al mismo tiempo, la alta estima que se tenía por parte de la élite Koryo de sus ceramistas en cuanto a la espontaneidad y vitalidad, significó que los productores coreanos superaran la falta de perfección y brillo de sus homólogos chinos. Los coreanos se decantaron por formas ligeramente desequilibradas, con efectos impredecibles en la superficie, y barnices moteados de gran atractivo, características que pasarían con posterioridad a los alfares japoneses. Los ceramistas coreanos se decantaron por todo un repertorio de piezas inspiradas en la naturaleza; así podemos encontrar botes de agua con forma de pato mandarín, granadas, o tortugas, incensarios que recuerdan a leones, gallos o dragones, así como recipientes con forma de calabaza o flor de loto.

청자_어룡_모양_주전자Una técnica característica y que alcanzó un gran perfeccionamiento durante la dinastía Koryo es la denominada sanggam o de incrustación de madreperla. Esta técnica tal vez debe su origen a la influencia de la laca china con incrustaciones de nácar. Consistía en realizar una serie de diseños incisos en la arcilla grisácea que posteriormente eran rellenados con una mezcla diluida de arcillas blancas u oscuras para después aplicar el vidriado. Esta técnica requería de un perfecto control de los tiempos de cocción y de la temperatura del horno, generando el aspecto de delicados trazos de pincel sobre una superficie ligeramente verdosa. Los ceramistas desarrollaron un amplio catálogo de motivos, entre los que destacan estilizadas representaciones de grullas, nubes, sauces, crisantemos y peonías. Los celadones sanggam, se encuentran entre las más ilustres de las realizaciones de la cerámica coreana, y alcanzaron una alta estima de sus contemporáneos, siendo ampliamente halagados por los emisarios chinos de la época.

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Como hemos señalado, la corte y las élites yangbang ejercieron un control centralizado de la producción cerámica, lo que explica las abruptas transiciones que se desarrollan en el recorrido de la cerámica coreana, ya que las crisis que afectaban al gobierno, tenían su traslado a la producción cerámica. La gran era de los celadones Koryo acabó abruptamente a partir del año 1231, como consecuencia de las invasiones llevadas a cabo por los mongoles. La corte Koryo se instaló en una isla de la costa occidental, dejando de lado la supervisión de los hornos. Tras la conquista de Corea por parte de los pueblos de las estepas en 1259, los mongoles permitieron la vuelta de los monarcas Koryo, siempre que aceptara su nueva condición de soberanos vasallos. La conquista de la península quedó eclipsada tras la gran victoria que supuso la anexión de China, pasando a desempeñar un papel secundario mientras orquestaban el asalto final a los Song del Sur. Cuando la corte coreana envió espléndidas piezas de celadones pintados con oro a Kublai Khan, éste respondió sancionando la realización de este tipo de obras por la opulencia que representaban, así como prohibiendo su producción. Tras la marcha forzosa del último emperador Yuan a las estepas en 1368, la dinastía Koryo se encontraba en una situación extremadamente delicada, tomando el relevo los nuevos gobernantes Joseon que veremos en un futuro artículo.

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Para saber más:

  • Rousset, Huguette. Arts de la Corée, Paris, Office du Livre, 1987.
  • Finlay, Robert. The Pilgrim Art. Cultures of Porcelain in World History, Los Ángele, University of California, 2010.

avatar David Lacasta (76 Posts)

Soy Licenciado en Historia del Arte y actualmente estoy cursando el máster en estudios avanzados, en la modalidad de Asia Oriental. Estoy trabajando en la cerámica Satsuma, y el fenómeno de su coleccionismo en occidente.También me interesa mucho todo lo relacionado con las armas y armaduras de los samurai, así como la historia militar de Japón.


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One Comment

  1. maria castro
    06/09/2016
    avatar

    me parece interesantísimo tu articulo. No sé si me podrías indicar otras fuentes donde se explicara la técnica de elaboracion de estas porcelanas. Estoy estudiando wheelwork ceramics en la universidad de Carlisle , Pensilvania, y me sería de gran utilidad.

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