Revista Ecos de Asia

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This article was written on 28 Sep 2014, and is filled under Crítica.

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Crítica: Big tits zombie (Kyonyû doragon: Onsen zonbi vs sutorippâ 5, Takao Nakano, 2010).

Cartel de Big tits zombie.

Cartel de Big tits zombie.

Lena Jodo (Sola o Sora Aoi) es una despampanante chica japonesa que acaba de regresar de México y está desesperada por conseguir dinero como sea. Comienza a trabajar en un local de striptease venido a menos con otras cuatro chicas: Ginko (Risa Kasumi), quien ha estado en la cárcel por asesinato, Maria (Mari Sakurai), una extraña y siniestra gothic lolita apasionada por la literatura que cita a escritores famosos constantemente, Nene (Tamayo), una adivina que se dedica a echar las cartas del tarot a sus amigas, y Darna (Io Aikawa), obsesionada por reunir dinero suficiente para mantener a su familia. Al local de striptease no acude prácticamente nadie, así que lo único que hacen es pasar el rato ligeras de ropa en el camerino.

Mientras esperan aburridas a los clientes encuentran un sótano secreto en el que hay un extraño pozo y libros sobre ocultismo. Uno de ellos, el Libro de los Muertos, despierta la atención de Maria, quien, como ya habrá adivinado el lector, no tiene otra cosa mejor que hacer que recitar pasajes al azar. En un principio parece que su hechizo no ha surtido efecto, pero pronto descubrirán que los muertos han vuelto a la vida, así que todas tendrán que combatir a los zombies si quieren sobrevivir. Maria hallará la manera de controlar a los muertos, creando un ejército muy eficaz compuesto por los personajes más variopintos (una geisha, samuráis, el asesino de la hermana de Ginko que está allí por razones inexplicables, una especie de imitador de Slash…). Las chicas tendrán que enfrentarse a Maria y a su ejército de muertos vivientes mientras una a una van cayendo víctimas de los zombies.

Cuatro de nuestras cinco atractivas protagonistas: detrás Nene y de izquierda a derecha Ginko, Lena y Darna.

Cuatro de nuestras cinco atractivas protagonistas: detrás Nene y de izquierda a derecha Ginko, Lena y Darna.

Hace unos meses, Raquel Carnicer nos hablaba en un estupendo artículo de esta revista del fenómeno de los zombies en Japón para introducirnos en unas películas enmarcadas dentro del género del splatter y el gore, con toques de humor negro y erotismo y Big tits zombie va en la misma línea. Basado en el manga Kyonyû doragon de Rei Mikamoto y en (“tittylicious”) 3D (“Deadly DD-cups”), el título de la película es tremendamente elocuente de lo que nos vamos a encontrar: chicas atractivas y ligeras de ropa enfrentándose a hordas de zombies hambrientos y quizá algún desnudo parcial (efectos de sonido incluidos, esos “boing” inolvidables cuando Lena y Ginko enseñan los pechos), aunque en menor cantidad de lo que uno se esperaría en un principio, sobre todo teniendo en cuenta que dos de las actrices principales, Sola Aoi y Risa Kasumi, son AV Idols famosas por sus pechos naturales. Parte del argumento, unas strippers enfrentándose a hordas de muertos vivientes, y la ambientación recuerdan también a la película Zombie strippers (Jay Lee, 2008), que cuenta con la presencia de Jenna Jameson, la famosa ex actriz porno, y Robert Englund, el Freddy Krueger de la saga Pesadilla en Elm Street.

Lena, nuestra protagonista, armada con una motosierra. Al fondo, el peculiar grupo de zombies del que destaca la geisha con su sombrilla.

Lena, nuestra protagonista, armada con una motosierra. Al fondo, el peculiar grupo de zombies del que destaca la geisha con su sombrilla.

Con este tipo de películas japonesas pasa lo de siempre. A la hora de hacer una crítica tendríamos que decir que es objetivamente mala: efectos especiales muy mejorables con un abuso de la sangre digital que disgusta a muchos seguidores del splatter y el gore, actrices sobreactuadas aunque muy atractivas, diálogos estúpidos, escaso o nulo argumento y otros elementos reseñables. Por ejemplo, el pequeño grupo variopinto de zombies es siempre el mismo. No se molestan en caracterizarlos de una manera diferente o en simplemente hacer que los actores que están en un lugar no aparezcan en la siguiente escena en un sitio distinto y alejado del que estaban como si pudieran teletransportarse mágicamente. Mención especial merece ese zombie ataviado con un sombrero de copa y el pelo rizado que parece una parodia de Slash, el famoso guitarrista. El espectador no tiene que hacer de detective, los fallos están ahí y no se esfuerzan en enmascararlos, de ahí la gracia. De hecho, para que quede más claro, en la película hay una autoparodia muy elocuente. Cuando las chicas ven por la televisión cómo los muertos han vuelto a la vida, Lena dice que eso no es más que una película barata, como esas en las que hay una chica que lucha con una espada contra los zombies, que es justo lo que Ginko hará posteriormente.

Sin embargo, tiene un encanto especial que hace que esta película me gustara más que Zombie strippers, con la que la comparaba anteriormente. La función del cine es principalmente entretener y, por mi parte, Big tits zombie lo consiguió porque, desde luego, me hizo reír. No es para todos los espectadores, como es lógico, y es tremendamente absurda con momentos delirantes que no puedo evitar recordar: los extraños hombres que aparecen en el balneario y hacen que las chicas peleen entre ellas para su diversión que posteriormente aparecen como zombies comiendo tripas con palillos, el sushi que vuelve a la vida y salta a los rostros de las protagonistas mientras las chicas gritan aterrorizadas algo así como “¡los sushi zombies!”, o, por supuesto, la vagina que escupe fuego, momento culmen en lo absurdo de la película. No sé qué tendrá que ver eso con los zombies entendidos en el sentido tradicional, pero ahí no terminan sus habilidades: otra de las chicas se convierte en un extraño monstruo lleno de tentáculos de apariencia fálica que acorrala a Lena.

También hemos hablado de los efectos de sonido cutres, como el “boing” para los pechos liberados de la presión de los tops de las chicas o los golpes que Lena propina a los zombies al más puro estilo kung-fu. Maria, antes de aprender a controlarlos leyendo más hechizos del libro, llega a preguntarles si quieren un dulce y se ofrece a enseñarles los pechos para que no la devoren, lo que les detiene momentáneamente para darle el tiempo suficiente para leer el pasaje que los convierte en su ejército personal. En fin, toda una larga lista de momentos absurdos más o menos cómicos que consiguen mantenernos entretenidos.

Maria consigue controlar a los zombies con el Libro de los Muertos.

Maria consigue controlar a los zombies con el Libro de los Muertos.

En resumen, no es una película para todos los gustos y las hay mejores dentro de este género tan de moda, pero no es ambiciosa y cumple lo que promete. A pesar de eso, tiene un curioso comienzo algo desconcertante con una cita de La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più, Sergio Leone, 1965) y la influencia del spaghetti western es palpable en algunos momentos del film, especialmente en la banda sonora. Recomiendo Big tits zombie a los que les guste el cine bizarro como una película para ver en grupo y pasar un rato divertido y absurdo. Después de todo, tampoco iba a generarnos grandes expectativas el título, así que no saldremos decepcionados.

Para saber más:

avatar Elísabet Bravo (31 Posts)

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza en 2013. Terminó el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte en la misma universidad en 2014, con especialidad en Lenguaje y Cultura audiovisual. Particularmente, le interesa el cine de terror.


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