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This article was written on 30 Mar 2014, and is filled under Cine y TV, Crítica.

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Crítica: “El Jardín de las palabras” (Kotonoha no niwa, 2013)

Un vago ruido de trueno
cielos nublados
quizás llueva
¿Te quedarás conmigo?
 
Un vago ruido de trueno
aunque la lluvia no venga
me quedaré
Si tú, también, te quedas. [1]

 

Imagen de la película.

Imagen de la película.

Para Takao, el joven protagonista de esta película, la lluvia es un nexo entre el cielo y la tierra. Y como tal le gusta disfrutarla, por ello no coge el metro para ir a escuela los días de lluvia sino que da un paseo. Uno de estos paseos un día le lleva hasta un jardín tradicional japonés, un verde pulmón en medio de la moderna urbe donde vive. Allí conocerá a una misteriosa mujer mayor que él, de la que quedará irremediablemente enamorado.

Algunos críticos de Anime Advocates y Active Anime han señalado a Shinkai Makoto[2] como el nuevo Miyazaki y quizás esto sea una exageración, pero sin duda este sigue de cerca los pasos del gran autor al que reverencia. En esta película veremos algunos de los rasgos que engrandecen a este joven director y lo acercan a su admirado compatriota.

La historia que nos hace seguir a través de un joven y su relación con una mujer mayor puede parecer un relato un poco empalagoso para los espectadores menos románticos, o quizás algo simple para los demás en los momentos iniciales. Pero enseguida vemos como, si atendemos a los detalles, este pequeño cuento crece hacia un nivel más profundo gracias a la excelencia de  una  dirección artística que hace mella en el espíritu del espectador. Este se ve envuelto en un sueño estético cercano al zen donde hablan más fuerte las gotas de lluvia que las palabras. El camino por el que continúan los personajes a través de sus dramas personales está compuesto de leves sonidos cotidianos que resplandecen ante la escucha, el cortar las verduras se torna un acto lleno de alma y el crepitar de la lluvia en una parte indispensable de la banda sonora magníficamente desarrollada por el compositor nipón Kashiwa Daisuke, el cual colabora por primera vez con Shinkai (que hasta la fecha solo había trabajado con el músico Tenmon).

Otro centro simbólico en esta producción son los pies, el acto de andar y los sonidos de pisadas. No es casualidad que el joven protagonista sea un artesano autodidacta de zapatería ya que su misión es este mediometraje será la de enseñar a volver caminar a la coprotagonista en los senderos de la vida diaria de la que ella huye asustada por el mundanal ruido.

Algunas escenas de la película.

Algunas escenas de la película.

Sin embargo no todo en esta producción recuerda al Japón antiguo y su profundidad espiritual sino que la modernidad tiene cabida en ella. Sobre todo en su formato, un mediometraje que fue creado para su contemplación directamente en dispositivos electrónicos personales junto con el lanzamiento de un manga homónimo. Shinkai ya había experimentado con esta duración en su obra de 2002 “Voces de una estrella distante” en la que también experimentaba con el melodrama, eso sí, en este caso mestizado con la ciencia ficción. Estamos ante un formato que se nos presenta con la duración más cercana a un capítulo de una serie televisiva que al de una película al uso, pero que desarrolla una historia completa sin necesidad de un solo minuto más de metraje.

En resumen podríamos decir que se trata de una historia de amor contemporáneo desarrollada en  un ambiente de  belleza significante clásica japonesa, apta para todos aquellos amantes de la animación japonesa adulta.

Notas:

[1] Traducción del tanka (un tipo de poema de origen antiquísimo en el que normalmente dos enamorados se comunican crípticamente para proteger sus secretos de miradas ajenas) que usan en la película:

Narukami no shimashi
toyomite
sashikumori ame no
furabaya
kimiga tomaran
Narukami no shimashi
toyomite
furazutomowarewa tomaran
imoshitodomeba.

[2] Aquí ha sido utilizado el orden japonés para los nombres colocando primero el apellido, luego el nombre. Podéis encontrarlo también como Makoto Shinkai.

 

avatar María Galindo (40 Posts)

Estudió la Licenciatura de Historia del Arte y un Máster de Estudios Avanzados especializándose en Arte Extremo Oriental en la Universidad de Zaragoza. Trabaja como profesora de Historia del Arte, cronista, divulgadora y conferenciante. Actualmente, sigue formándose en la Universidad Complutense de Madrid cursando un Máster de Gestión del Sector creativo y cultural.


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