Revista Ecos de Asia

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This article was written on 11 Jun 2021, and is filled under Crítica, Cultura Visual.

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Crítica: “HOKUSAI”

Cartel de la película.

El 28 de mayo de este año se estrenó en las salas de cine japonesas la película HOKUSAI, dirigida por Hashimoto Hajime, director con una filmografía muy diversa que incluye algún trabajo con ambientación histórica, el dorama Byakkotai (2007), pero también sobre la yakuza como Gokudô no onna-tachi: Jôen (2005), de misterio como la miniserie Butler Saionji’s Great Reasoning (2018-2019) e incluso de animación como la reciente Fire Fox Tochionger Seven, the Movie: King of Hell (2018). Tal y como su nombre indica, la película tiene como protagonista al artista de ukiyo-e Katsushika Hokusai (1760-1849), y nos cuenta su vida a través de cuatro capítulos: el primero se centra en los primeros años de su carrera cuando, bajo el nombre de Shunrô, está empezando a trabajar en solitario, lo que sitúa la acción después de que acaba su aprendizaje en el taller de Katsukawa Shunshô (1726-1792), y habla de sus dificultades para encontrar su propio estilo en el competitivo mundo del ukiyo-e, finalizando cuando logra que le reconozca su trabajo el editor Tsutaya Jûzaburô (1750-1797). En la segunda parte Hokusai ya es un artista bien establecido con una importante cantidad de encargos, muchos de ellos de ilustración de libros, y se centra en su relación con su esposa Koto y el nacimiento de su hija Ôi. La tercera parte ya nos presenta a un Hokusai anciano, completamente inmerso en su arte, que tras sufrir un infarto emprende un viaje que le sirve de inspiración para crear La Gran Ola de Kanagawa, cuya compleción sirve como cierre de esta etapa. La última parte toma como foco su relación con su discípulo Ryûtei Tanehiko (1743-1842), y la muerte de este.

Uno de los aspectos más destacables del largometraje es su ambientación, no tanto en relación con la correcta reproducción de la ciudad de Edo, un aspecto muy cuidado que no obstante suele darse por hecho en las películas niponas de ambientación histórica, sino por el variopinto elenco de personajes secundarios, la época en la que se desarrolla la acción y las referencias artísticas.

Empezando por los personajes, tenemos a Kitagawa Utamaro (1753-1806), un hombre intenso y apasionado, completamente dedicado a los placeres de la vida y también a su arte como máximo representante del género bijinga. Sharaku, cuya vida es uno de los grandes misterios del mundo del ukiyo-e, aparece representado como un prodigio, capaz de plasmar en sus yakusha-e el corazón de los actores de kabuki. Por otro lado, el editor Tsutaya Jûzaburô es un hombre estricto pero amable, con una gran intuición para reconocer nuevos talentos. La esposa de Hokusai, Koto, es un constante apoyo para su excéntrico marido y Ôi es una devota hija, preocupada por su padre, y a la vez una artista por derecho propio respetada por los asistentes del taller. Su amigo y colaborador Takai Kozan es comprensivo con la obsesión de Hokusai por su arte, y Tanehiko es un aventajado discípulo que decide morir antes que abandonar su vocación, en parte influenciado por el amor que Hokusai profesa a su arte. Centrándonos en la figura de Hokusai, se contó con el apoyo como supervisor de Kubota Kazuhiro, autor del libro Hokusai Musume – Ôi Eijo-shû (2015) y asesor en el Hokusai Kenkyû-kai en el distrito de Taitô en Tokio, aunque su época de juventud ha sido prácticamente reconstruida para la película debido a la falta de datos fidedignos.

En cuanto al periodo histórico, el Adachi Institute of Woodcut Prints ha publicado un interesante reportaje sobre los detalles de la época que abarca la película, durante las reformas Kakusei (1787-1793) y Kenpô (1830-1843) que afectaron decisivamente a la censura que se aplicaba sobre las xilografías, un tema central a lo largo de todo el filme, que insiste en la universalidad de la pintura y en la capacidad que tiene la expresión artística de mejorar el mundo y liberar a las personas.

Pasando a la dirección artística, corre a cargo de Sôma Naoki, apoyado por los especialistas en ukiyo-e Mukai Daisuke de la Tokyo University of the Arts y Ami Matsubara, artista y ayudante del Arts & Science LAB. de la misma universidad. Como es de esperar, aparecen un importante número de xilografías, la mayor parte de ellas fácilmente reconocibles para los amantes del ukiyo-e. De Hokusai aparecen varias de las estampas que componen Las Treinta y Seis Vistas del Monte Fuji, así como el ukiyo-e Namakubi no Zu (1842) en el que puede verse una cabeza cortada; de Utamaro se enseña cómo podría haber sido la creación del bijinga Awase Kagami no O-hisa, donde una cortesana está mirándose en un espejo de mano dando la espalda al espectador, y de Sharaku se muestra prácticamente toda su obra. Aunque no es el tema principal, también puede verse brevemente el proceso de creación de los ukiyo-e, desde el tallado en madera hasta el coloreado, tomando como ejemplo La Gran Ola de Kanagawa.

Una vez dicho esto, sin embargo, tenemos que tener en cuenta que la película no es, ni tiene intención de ser, un documental. De hecho, en ningún momento se indica ni el año ni el lugar en el que suceden los acontecimientos, lo que permite descontextualizar la acción y evita la necesidad de ser completamente fieles a la época. También, los personajes mencionados, así como las interacciones entre ellos, son versiones extremadamente libres de los datos conocidos. Por ejemplo, la relación de Hokusai con su mujer y con su hija no suele mostrarse de manera tan positiva, considerándose que en general el genio fue un padre y un marido ausente. Por su parte, Tanehiko, tal y como indica el filme, pertenecía a la clase guerrera, pero se cree que murió por enfermedad y no asesinado y, aunque en efecto colaboró con Hokusai en la creación de los cinco libretos que componen la obra Awa no Naruto (1808), no parece que tuvieran una relación tan cercana. Por último, los dos biombos que crean en paralelo las versiones de un joven y un anciano Hokusai, escena con la que acaba la película, no se corresponden con ninguna de las obras atribuidas al artista.

En conjunto, consideramos que la película hace un excelente trabajo para transmitirnos la época en la que vivió Hokusai, los sentimientos con los que estas personas se enfrentaban al mundo y a su arte, así como el proceso artístico que siguió para crear sus obras más emblemáticas, ofreciéndonos una visión de este excepcional artista que, aunque no es la única interpretación posible, sí es una que tiene la capacidad de quedarse con nosotros incluso después de que hayan acabado los créditos.

Para saber más:

Adachi Hanga Kenkyû-sho – Hokusai Ima Mukashi. Disponible aquí.
HOKUSAI Movie Official Site. Disponible aquí.
Hokusai Museum. Disponible aquí.

avatar Claudia Bonillo (77 Posts)

Graduada en Ingeniería Informática con mención en Computación (2016, Unizar), Diploma de Especialización en Estudios Japoneses (2017, Unizar) y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte (2018, Unizar), actualmente es doctoranda del área de Asia Oriental en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza especializada en la transmisión de la historia medieval japonesa, periodo Sengoku (1467/1477-1603), a través de la cultura popular nipona (videojuegos, manga y anime). En el año 2020 ganó la Beca del Gobierno Japonés (MEXT/ Monbukagakushô) para Graduados Españoles para poder hacer una estancia de investigación en la Universidad de Kioto.


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