Revista Ecos de Asia

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This article was written on 23 Ene 2017, and is filled under Música y escenarios.

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Dangdut: la música que mueve Indonesia

Quien se aventure a conocer la cultura indonesia pronto descubrirá que existe un ritmo que lo impregna todo: el dangdut. La música de la calle, que anima las paradas de comida de las grandes avenidas y calles, se escucha tanto en los vecindarios más aposentados de Yakarta o Surabaya como en los poco iluminados karaokes en las calles dedicadas a la prostitución. Desde Occidente se ignora la relevancia que este estilo musical tiene no solo para la gente de Indonesia, sino para gran parte del Sudeste Asiático. La información sobre este género musical solo nos llega distorsionada y malentendida a través de noticias morbosas, como la muerte el pasado año de la cantante indonesia Irma Bule, mordida por una cobra real mientras realizaba uno de sus espectáculos.[1]

Cantante de dangdut en medio de las calles de Yakarta

Cantante de dangdut en medio de las calles de Yakarta.

La cantidad de influencias musicales exteriores ha generado una dificultad en detallar los orígenes de este género musical. Dentro del debate existe una división en la que una parte de los cantantes y expertos culturales, consideran que el dangdut poco tiene de local, sino que es fruto de una constante oleada de influencia de música extranjera, especialmente de la música india, pero también de Oriente Medio y Occidente. Por otro lado, otros resaltan que el origen se encuentra en la música malaya de Deli, el norte de la Península de Sumatra. La música del Sultanato pre colonial de Deli (desde el siglo XVII), derivó en los años cincuenta del siglo XX en las “orquestras malayas” (orkes Melayus), que a su vez en los sesenta y setenta evolucionaron al dangdut que existe hoy en día. Esta última corriente, legitima y ensalza el dangdut como perteneciente natural a la cultura, mitología e historia propia del Archipiélago malayo, además, de ser una música ligada desde un inicio a la a la cultura islámica.

Incluyendo las dos teorías, lo más acertado es afirmar que los orígenes del dangdut se encuentran en la música malaya, pero solo podemos entender a esta, como fruto de una hibridación cultural, del intercambio cultural entre población de distintas etnias y procedencias que tuvo lugar en los principales centros urbanos del Sudeste asiático. Las orkes Melayu, que evolucionarán en la música dangdut, tendrán su origen en las orquestras que viajaban de Malaya a Java a finales del siglo XIX e inicios del XX. Los fuertes lazos culturales y económicos entre Malaya, Singapur, Batavia (Yakarta), Surabaya, Deli y las Islas Riau, eran aprovechados por estas orquestras y grupos de espectáculos artísticos para buscar oportunidades comerciales. Estas orquestras tenían un repertorio musical de canciones chinas, malayas, occidentales, de Oriente Medio y de la India. Es pues, fácil de entender el gran número de influencias externas de las orkes Melayu. Un ejemplo es como se fueron incorporando más instrumentos para acompañar a la voz solista: el saxofón y la trompeta, para embellecer las melodías; el gambus, instrumento de cuerda procedente del Yemen; el piano, el bajo o el gendang, tambor propio del Sudeste Asiático. Las características musicales de las orkes Melayu fueron totalmente permeables a los cambios.

El nacimiento del dangdut  se sitúa en los años cincuenta del siglo XX, evolucionando de forma paralela a la creación de la República de Indonesia independizada de Holanda en diciembre de 1949. El término dangdut apareció en esta época y era utilizado por las clases acomodadas para referirse a la música que salía de los suburbios. “Dang-dut” pretendía imitar despectivamente el ritmo  del tambor, elemento dominante en las “orquestras malayas” (orkes Melayu). Este género musical se convirtió en la música de las calles y de los espacios abiertos, en oposición a la música pop y rock que se escuchaba en hoteles, clubs de noche y bares y de la cual se asociaba con las clases burguesas, educadas, urbanas y más privilegiadas de la sociedad indonesia. Hasta los años ochenta la gente que escuchaba dangdut ocupaba un estrato social bajo, siendo descrito los fans de este género como “pequeña gente” (rakyat kecil), “gente común” (rakyat jelata), “grupos marginales” (kaum marginal) o “aquellos que han sido dejados a un lado” (pinggiran).

A lo largo de estos primeros años, el género musical popular evolucionó a partir de un diálogo global de carácter cultural, en el que los estilos musicales procedentes de la India, el Próximo Oriente, Europa y los Estados Unidos fueron mezclados, traducidos y adaptados en los centros urbanos de Yakarta y Surabaya para una sensibilidad indonesia. El laboratorio de creación del dangdut se encontraba en los barrios urbanos marginales en los años sesenta y setenta: Bangunrejo (Surabaya), Sunan Kuning (Semarang) o Planet Senen (Yakarta). El cantante Meggi Z describe el ambiente que se respiraba en Planet Senen como un derah hitam, un lugar oscuro, sin ley ni autoridad. En sus actuaciones en el suburbio presenciaba cadáveres tirados al lado de las calles sin que nadie los retirara.  Era un mundo nocturno frecuentado por un variado colectivo formado por prostitutas, mendigos, vendedores ambulantes, obreros, criminales, jugadores y artistas; allá, cada noche, los músicos se reunían en un pequeño escenario de madera para entretener: “cualquiera podía venir y tocar, y cualquiera podía venir y escuchar”.[2] Estos espacios eran lugares donde se establecían relaciones de mutua necesidad: los músicos necesitaban dinero y un lugar donde tocar, las prostitutas necesitaban trabajar, las pequeñas tiendas de comida necesitaban gente y la gente necesitaba entretenimiento. Las grandes estrellas del dangdut de los años setenta y ochenta como Rhoma Irama, Meggi Z o Hussein Bawafie fueron a esos lugares en busca de inspiración.

Al crecer en estos espacios marginales y populares, no es extraño que la vasta mayoría humilde y sin poder de la sociedad indonesia escogiera las canciones del dangdut como sus himnos vitales, donde no solo cantaban temas de amor y desamor, sino también sobre los deseos y esperanzas de millones de indonesios. Las letras del dangdut narran las realidades diarias de las vidas de la mayoría de indonesios. El poeta y líder religioso indonesio Emha Ainun Nadjib, habla del dangdut como la “música del alma”, y como se opone a la modernidad, representada por los productos y valores occidentales que esconden los problemas diarios de la mayoría de indonesios.

El año 1969, con la llegada del “Nuevo Orden”[3], supuso la apertura de Indonesia al capitalismo Occidental. Esto posibilitó la intensificación de los intercambios culturales con Europa y Estados Unidos, y representó en el ámbito musical un aumento de la influencia rock de los Estados Unidos y del Reino Unido en la música indonesia, así como la aparición de la cultura del consumo impulsada por el nuevo formato casete, facilitando la expansión del dangdut y su consolidación como música hegemónica de las clases populares.

Además, a causa de su origen fruto de la fusión musical de varios géneros, el dangdut a lo largo de los años ha estado fuertemente influenciado por los distintos estilos musicales que han ido apareciendo en la segunda mitad del siglo XX, con fuertes influencias de la música norteamericana, británica y la salsa en los primeros años, al house y al remix hoy en día, estilos de música de baile que han surgido respaldados por canales musicales como MTV o por la influencia internacional de los artistas de pop occidentales.

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Portada del casete “Begadang” de Rhoma Irama, (1975), una de las principales estrellas de la industria musical del dangdut.

A finales de los ochenta, el Estado indonesio empezó a promover el dangdut como la música de todos los indonesios. Asociado con anterioridad a la clase baja de la sociedad, en estos años su audiencia se amplió a las clases medias y altas, siendo un  sinónimo de modernidad, glamour y éxito social. El dangdut empezó a ser habitual en los programas musicales de televisión, la vida de las estrellas del dangdut rellenaba las múltiples publicaciones de prensa rosa y alrededor del país se promovían múltiples conciertos, a menudo relacionados con candidatos políticos u organizaciones sociales y religiosas.

Para el Estado indonesio, el dangdut fue una herramienta privilegiada que le ayudó a crear una distinción nacional en una sociedad pluricultural, aportando nuevos valores e identidades a la cultura nacional indonesia.

Actuación de artistas de dangdut para animar la campaña electoral del PDIP

Actuación de artistas de dangdut para animar la campaña electoral del PDIP.

Hoy en día existen cientos de subgéneros dentro del dangdut, pero más que con la clase social, la etnia o la nación, se relaciona generalmente con espectáculos artístico–eróticos y con la representación de las mujeres en las letras de las canciones, imágenes promocionales o videoclips.

Las representaciones musicales se convierten en caóticos espectáculos donde la cantante femenina se muestra seductora y provocativa hacia los cientos de fans masculinos que rodean el escenario. El significado y la naturaleza de este baile erótico en un ámbito público, en el país con mayor número de musulmanes del mundo -225 millones- nos puede ayudar a analizar la relación entre la cultura popular y el Islam en Indonesia.

Para ilustrar la relación de la música dangdut con el Islam es remarcable nombrar el caso que tuvo lugar en 2003. Inul Daratista, una joven cantante de música popular procedente de Java Oriental, fue el objeto de persecución de los sectores religiosos más conservadores de Indonesia. En su baile, bautizado por la artista como goyang ngebor (“danza de perforación”), agitaba todo su cuerpo como si fuera absorbida por un tornado.[4] Para el Consejo de Ulemas de Indonesia su ritmo de baile cruzaba las líneas del comportamiento moral respetable. Vulnerando su fatwa -“pronunciamiento legal” en el Islam- contra la pornografía. El Consejo de Ulemas urgió a las autoridades locales a que bloquearan los espectáculos de Inul en los diferentes escenarios del país y en los programas de televisión. Para el Consejo, como para otras organizaciones religiosas como Hizbut Tahrir Indonesia o el Majelis Mujahidin, el cuerpo y la vestimenta de Inul incitaban a los hombres a realizar actos inmorales como el sexo no marital.

La artista Inul Daratista en uno de sus conciertos

La artista Inul Daratista en uno de sus conciertos

El caso de Inul refleja la creciente islamización de la vida pública en Indonesia desde los años ochenta, ganando el Islam un rol más significativo. En los años ochenta y noventa, cuando Suharto empezaba a percibir ciertas brechas en la estabilidad de su régimen, utilizó la religión para ganar más adeptos al régimen y tener otra herramienta para poder controlar a sus disidentes. Suharto impulsó desde el gobierno organizaciones religiosas como la Ikatan Cendekiawan Muslim Indonesia (Asociación Indonesia de Intelectuales Musulmanes), que tenían como finalidad la creación de nuevas conexiones de poder entre los líderes religiosos, muchos de ellos también hombres de negocios, con las autoridades locales. Esta nueva fase comportó el incremento progresivo de la religión en la vida pública de Indonesia, legitimando los tribunales islámicos con poder sobre ciertos temas o instaurando la religiosidad en las escuelas, como la abolición de la prohibición de usar jilbab –pañuelo de dos piezas- en las escuelas públicas.

El esfuerzo de las autoridades religiosas en censurar las actuaciones de Inul debe  entenderse como un ejemplo más de la ola conservadora en que está sumida Indonesia. Así, con la caída del viejo régimen militar de Suharto en 1998 y la llegada de la democracia en este nuevo siglo, estos elementos de censura social predemocráticos continúan ejerciendo una fuerte presión social.

Pero en un país de 260 millones de individuos existe una gran disparidad de opiniones sobre el Islam en la política y la sociedad. No existió una única posición dentro la comunidad musulmana hacia la cantante, como tampoco la hay en muchos otros aspectos, como la implementación de la sharia –ley islámica-, la posibilidad de que una mujer sea presidenta de la República o la prohibición total de las bebidas alcohólicas. El Islam moderado y los sectores más liberales del país tendieron a defender a Inul, mientras que los sectores más conservadores persiguieron la inmoralidad que para ellos suponían los movimientos, letras y vestimenta de la artista. El dangdut, con el caso de Inul, supuso en los primeros años de la democracia una forma de articular las relaciones de poder y discursos sobre el Islam, la pornografía, el cuerpo de las mujeres, la libertad sexual, la libertad de expresión o las relaciones entre el Estado y la sociedad civil. El dangdut posibilitó que esto no fuera un debate exclusivo de los sectores de poder o intelectuales del país, sino que toda la sociedad civil pudiera participar en la creación de los valores del nuevo sistema político.

Sin embargo, la estrategia de los sectores islámicos más conservadores ha sido más eficaz, usando su poder de influencia en las esferas de poder político y policial para presionar la prohibición de conductas que consideran inmorales y tramitar nuevas leyes, como la Ley contra la Pornografía de 2008, donde se sancionan conductas como besarse en público, que las mujeres muestren sus ombligos o el uso de bikinis en las playas. Han descubierto como al movilizar varios grupos religiosos y políticos pueden cambiar la agenda del país e impulsar la instauración de los valores islámicos en las leyes de Indonesia. El dangdut es el blanco constante de sus ataques, a menudo los seguidores y miembros de las organizaciones religiosas de Front Pembela Islam (Frente de defensores del Islam), el Movimiento Anti apóstata o Hizbut Tahrir Indonesia, se desplazan en múltiple camionetas hacia los bares dangdut y los club nocturnos de Yakarta para asaltar y desmantelar las actuaciones. Pero el cierre de pequeños locales de los suburbios no tiene el mismo reclamo mediático que pueden tener las grandes estrellas del dangdut o del pop y rock indonesio. De este modo, múltiples artistas femeninas como Dewi Persik o Julia Pérez, pero también masculinos, como Ariel, cantante del grupo de música pop Noah, han sido el principal objetivo de las denuncias contra conductas indecentes, y, se han visto sancionadas con penas económicas y de prisión por las estrictas leyes contra la pornografía. No obstante, el principal éxito propagandístico de los grupos religiosos extremistas sucedió con el concierto de la cantante de pop norteamericana Lady Gaga, que en 2012 no tuvo más remedio que cancelar su actuación en Yakarta, perteneciente a su gira internacional Born This Way, a causa de las presiones y amenazas de los grupos religiosos más radicales que la consideraban ibu monster (madre de monstruos), mensajera del demonio y una destructora de la moral.

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Actuación del cantante y concursante Danang, en el programa de promesas de dangdut “D’Academy Asia 2”.

Al analizar la historia del dangdut, es imposible desasociarlo de la reciente historia de Indonesia, y, sobre todo, con la relación de este género musical con el poder y la moral. Nacido en un primer momento en un ámbito marginal, como forma de protesta y de expresión de los deseos de la clase popular, acabó convirtiéndose en un símbolo cultural de Indonesia, siendo promocionado por el Estado como el sui generis del carácter indonesio. Aunque el poder estatal, religioso y económico se apropiara del dangdut, este aún representa para las masas populares un medio a través del cual pueden reflejar un deseo colectivo de escapar de las condiciones represivas y rutinarias de sus vidas.

Para saber más:

  • Heryanto, Ariel. “Pop Culture and Competing Identities”, de Popular Culture in Indonesia, Londres y Nueva York, Routledge, 2008, pp.1-36.
  • Weintraub, N. Andrew., Dangdut Stories. A social and musical history of Indonesia’s most popular music, Nueva York:, Oxford University Press, 2010.

Notas:

[1] La cantante Irma Bule murió el 4 de abril de 2016 después de que en una de sus actuaciones con serpientes en Karawang (Java Occidental) fuera mordida por una cobra real. Tras rechazar el antídoto continuó su actuación 45 minutos, hasta que empezó a convulsionarse y vomitar hasta fallecer.

[2] Citado de, Weintraub, N. Andrew., Dangdut Stories. A social and musical history of Indonesia’s most popular music, Nueva York, Oxford University Press, 2010, p.85.

[3] El “Nuevo Orden” es el régimen militar dirigido por el general Suharto desde 1967, después de derrocar a su predecesor Sukarno en un turbio episodio de intrigas políticas y militares. Le siguieron tres décadas de dictadura militar, represión a disidentes izquierdistas, corrupción generalizada, de abusos constantes a los derechos humanos y nepotismo económico; y todo con el apoyo de Occidente. Finalmente, el “Nuevo Orden” terminó con la dimisión del presidente Suharto en 1998, a causa de la crisis económica asiática que sumió al país a un gran descontentamiento social.

[4] Videoclip de Inul Daratista “Goyang Inul”

avatar Miquel Martí (1 Posts)

Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea por la Universitat Autònoma de Barcelona. Máster en relaciones Unión Europea-China en la misma universidad. Especialidad en Cultura indonesia a la Universitas Kristen Petra de Surabaya. Interesado en la cooperación cultural y educativa entre Europa y Asia.


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