Revista Ecos de Asia

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This article was written on 13 Abr 2016, and is filled under Cine y TV.

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De Japón a Tatooine en doce parsecs (II) La influencia de Kurosawa en una galaxia muy lejana

Cuando los seguidores de Star Wars comenzamos a investigar sobre los orígenes del film es fácil encontrar inmediatamente una gran influencia de la obra de Akira Kurosawa. Si bien algunos opinan que las similitudes son exageradas, incluso por parte del propio George Lucas, encontramos también algunas diferencias entre varias de sus producciones y el universo en expansión creado por Lucas. Tal y como ha reconocido en numerosas entrevistas, Kurosawa se había convertido en uno de sus principales referentes en su período de formación, lo que hizo que mostrara un especial interés, entre otras, por su obra de 1958 La fortaleza escondida.

De izda. a dcha.: Ron Howard, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Brian de Palma, George Lucas, Robert Zemeckis y Francis Ford Coppola en la celebración del 50 cumpleaños de Lucas.

De izda. a dcha.: Ron Howard, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Brian de Palma, George Lucas, Robert Zemeckis y Francis Ford Coppola en la celebración del 50 cumpleaños de Lucas.

Ya en la década de los setenta, Kurosawa se había labrado un reconocimiento social y académico en el contexto japonés gracias a la atención que se prestó sobre su obra Rashomon (1950), una película en tono de thriller que le permitió obtener reconocimiento internacional en el Festival de Cine de Venecia en 1951. Así, este autor  pudo, gracias a la influencia que había recibido de autores como John Ford, calar en una sociedad todavía algo reacia a las producciones extranjeras, facilitando un primer contacto entre el público occidental y el cine asiático. Sin pretenderlo, Kurosawa había influido en muchos de los jóvenes cineastas que estaban formándose en Hollywood por aquel entonces, como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Steven Spielberg, además del propio George Lucas, que quedaron prendados del tratamiento estético, técnico y filosófico de su obra. No es necesario mencionar que muchos de ellos pasaron establecerían los pilares de la narrativa y la estética del cine norteamericano contemporáneo.

Aunque pudiera parecer paradójico, muchos de ellos no se limitaron únicamente a dejarse influir por la filmografía del director japonés, sino que trataron, en cierta manera, de rehacer sus largometrajes en clave occidental. Podemos ver así cómo muchas de sus obras recibirían una relectura en clave de wéstern, haciendo que Los siete samuráis (1954) se convirtiera en Los siete magníficos (1960), de John Sturges, o Yojimbo (1961) se occidentalizara en Por un puñado de dólares (1964), de Sergio Leone. Este mismo poso quedó en el concepto general de la obra de George Lucas, lo que ha hecho que, en muchas ocasiones, Star Wars haya sido considerada como una ópera de Wagner retratada en clave de wéstern espacial, aunque, por el momento, dejaremos de lado esta nueva “retratística filmográfica” para retomarla en artículos posteriores.

Sin embargo, como ya se ha mencionado, si una obra de Kurosawa marcó especialmente la producción en la gran pantalla de Lucas fue La fortaleza escondida. Gracias a ella, el director norteamericano pudo restablecer las bases de un universo sobre elementos como la acción de la batalla, el honor de los duelos o la comedia sencilla

Si bien la evolución técnica es apreciable, a nivel conceptual, George Lucas (centro) y J. J. Abrams (inferior) supieron mantener la esencia de Kurosawa (superior).

Si bien la evolución técnica es apreciable, a nivel conceptual, George Lucas (centro) y J. J. Abrams (inferior) supieron mantener la esencia de Kurosawa (superior).

Uno de los principales motivos que parece enlazar estas dos obras sería la perspectiva narrativa, la cual escoge relatar una historia desde el punto de vista de dos de los personajes tal vez menos relevantes en comparación con el resto del reparto: en el caso de Kurosawa, con campesinos Tahei, interpretado por Minoru Chiaki, y Mataschichi, a quien dotó de vida Kamatari Fujiwara. A través de ellos podemos ver el avance de esta guerra civil ambientada en el siglo XVI en Japón. La principal semejanza la encontramos en la relevancia que Lucas decide dar a los droides R2-D2 y C-3PO, a los cuales vemos caminar, casi de manera icónica, por el desierto tras una batalla. Esta misma composición escénica, aunque más bien referenciando a la obra previa de Lucas, la vemos de nuevo en El despertar de la fuerza, aunque en esta ocasión con las figuras de Rey y el droide BB-8. En la película de Kurosawa, estos campesinos se separan antes de volver a reunirse, y son de nuevo arrastrados hacia el conflicto principal, en el cual deben ayudar al General Makabe Rokurôta a escoltar a la Princesa Uki hacia su tierra natal, tal y como los droides de Star Wars ayudan a Ben Kenobi a proteger a la Princesa Leia para llegar a la base rebelde. Sin embargo, la principal diferencia reside en que Tahei y Mataschichi no son sirvientes leales, sino una pareja de oportunistas que buscan el beneficio propio, pudiendo asemejarlos también en cierta medida a la personalidad de Han Solo y Chewbacca. No obstante, aunque son numerosas las veces que se ha hecho referencia a estos personajes, tiende a dejarse de lado la vertiente más cómica de los droides, la cual bebería de productos totalmente occidentales como Laurel y Hardy o Abbott y Costello.

Los bosques de Endor muestran cierta composición, flora y frondosidad tomada de algunos de los paisajes recorridos en La fortaleza escondida.

Los bosques de Endor muestran cierta composición, flora y frondosidad tomada de algunos de los paisajes recorridos en La fortaleza escondida.

Además de por los campesinos, Lucas ha dado a entender en varias ocasiones que las similitudes con La fortaleza escondida son simplemente coincidencias, aunque no hace falta indagar demasiado para encontrar planos, tramas o técnicas del director nipón que recorren la trilogía original de la saga. Podemos ver así a un corpulento traficante de esclavos, que bien podría relacionarse con Jabba the Hutt, bosques recubiertos de musgo que anticiparían en cierta medida los paisajes de Endor, o incluso los barridos horizontales que ambos directores utilizan en muchas de sus escenas. Cabe incluso tener en cuenta una referencia mucho más directa como es la opción que barajó Lucas de contratar a Toshiro Mifune, que había interpretado al General Makabe para Kurosawa, para el papel de Ben Kenobi, quien habría sido general durante las Guerras Clon.[1] No obstante, aunque muchas de las referencias al cineasta japonés residen en la trilogía original, su sombra se extendió hasta los episodios I, II y III, pudiendo ver cómo la Reina Amidala, en un intento de pasar desapercibida en La amenaza fantasma, decide disfrazarse como su propia sirvienta, algo que ya podíamos ver en el intento de la Princesa Uki por interpretar a una plebeya muda para llegar a tierras enemigas sin llamar la atención. Incluso en la composición de villanos encontramos esas casualidades con la obra de Kurosawa a las que constantemente alude Lucas, y es que podemos encontrar cómo, al final del largometraje nipón, los héroes son salvados por un villano de rostro cicatrizado que, en el último minuto, decide cambiar la fidelidad de su alianza. Es en este punto cuando uno debe decidir si “spoilear” o no el destino de Darth Vader en El retorno del jedi.

Rey (dcha.) muestra un atuendo de inspiración nipona, influido en cierta medida por los ropajes de Uki en la obra de Kurosawa.

Rey (dcha.) muestra un atuendo de inspiración nipona, influido en cierta medida por los ropajes de Uki en la obra de Kurosawa.

Sin embargo, Lucas siempre ha enfatizado el carácter luchador y valiente de su Princesa Leia frente al de la Princesa Uki de Kurosawa, algo que podría ponerse en duda teniendo en cuenta la personalidad de Uki, que no duda en golpear con una vara a Tahei y a Mataschichi al descubrir a éstos espiándola en el bosque, siendo únicamente el punto de arranque para la muestra posterior de un valor aún mayor. También en contraposición a la obra de Kurosawa, que, a pesar de ser narrada desde el punto de vista de los campesinos, es la historia de la princesa, la trilogía original de Star Wars narra la historia de Luke Skywalker, centrándose casi siempre en la vertiente masculina del relato debido a la escasez de personajes femeninos aparte de Leia. Esta visión parcial del relato parece haber sido subsanada en El despertar de la fuerza, la cual incluye a Rey, una protagonista femenina con un rol más extenso que el de Leia y un atuendo más cercano al de Uki que el de su predecesora. El personaje de Daisy Ridley se muestra como una joven con mayores aptitudes para la lucha que muchos de sus semejantes masculinos, llegando incluso a posar con su bastón o su sable láser en poses que bien pudieran haber sido extraídas de las películas de Kurosawa. Esto nos permite incluso dudar sobre si J. J. Abrams ha retomado los pasos de su antecesor o si, yendo un paso más allá, recurre de nuevo a las fuentes primarias de las que bebió Lucas.

A través de algunos detalles específicos es fácil ver la influencia de una filmografía de Kurosawa mucho más general en la obra de George Lucas.

A través de algunos detalles específicos es fácil ver la influencia de una filmografía de Kurosawa mucho más general en la obra de George Lucas.

Sin embargo, La fortaleza escondida no sería la única obra de Kurosawa que dejaría su poso en la franquicia por excelencia de George Lucas. Una de las escenas más representativas del Episodio IV sería la llevada a cabo en la cantina de Mos Eisley, en la cual se nos plantea de manera más clara parte de la trama y algunos de los principales personajes de la saga. Kurosawa había reflejado en Yojimbo (1961) la pelea entre el personaje de Mifune y uno de los enemigos con actitud desafiante. Si bien la presentación de éste se inicia con un “Soy un hombre buscado”, Lucas retoma esta idea en la que ambos antagonistas se introducen como fugitivos.[2] Ésta bien podría ser una cuestión baladí, casi genérica, aunque queda reforzado por uno de los planos en los que se muestra, de manera casi idéntica, uno de los brazos cercenados de los villanos de la escena.

Si bien en Dersu Uzala aparecen simultáneamente el Sol y la Luna, George Lucas escoge un doble atardecer de soles para su película.

Si bien en Dersu Uzala aparecen simultáneamente el Sol y la Luna, George Lucas escoge un doble atardecer de soles para su película.

Otro de los largometrajes que dejaría ligeramente su poso sería la obra Dersu Uzala, la cual consagraría a Kurosawa de cara al mercado internacional al ser galardonada con un Oscar. Ésta sería su primera obra de habla no nipona, ya que los diálogos, debido a la naturaleza de sus personajes, se encuentran en ruso. En ella, el cazador Dersu Uzala y el capitán Arseniev recorren la taiga siberiana, mostrando unas vivencias que, a falta de un tauntaun, puede mostrar ciertos paralelismos con las aventuras de Luke en paisajes que incluso pueden recordar a Hoth. No obstante, Lucas se vería mucho más marcado por la composición que plasma Kurosawa en un paisaje donde el Sol y la Luna pueden verse de manera simultánea, algo similar a aquél en el que Luke puede ver, desolado, los dos soles de Tatooine.

Si bien las referencias señaladas a la obra de Kurosawa, al margen de La fortaleza escondida, parecen ser cuestiones puntuales, otro de sus largometrajes puede competir en relevancia con éste: Los siete samuráis (1954). Esta película refleja la historia de un grupo de cultivadores de arroz atemorizados por un grupo de bandidos que exigen parte de sus producciones de manera constante hasta que el pueblo decide contratar a un grupo de samuráis para protegerles. Parte del encanto de este largometraje reside en los diferentes relatos que podemos ver a lo largo de éste, encontrando drama, acción, aventuras, romance, tragedia o comedia a partes iguales. Esto facilita que cualquiera de estos temas se reflejen en la producción de George Lucas, pudiendo ver su influencia en la inocente historia de amor entre Luke y Leia, algunos segmentos de la banda sonora para El retorno del jedi o incluso gestos, la profundidad o el aspecto del maestro Yoda.

Algunos simples gestos de Yoda ayudan a identificar a este personaje con la figura que Kambei Shimada interpreta en Los siete samuráis.

Algunos simples gestos de Yoda ayudan a identificar a este personaje con la figura que Kambei Shimada interpreta en Los siete samuráis.

Aunque, posiblemente, la mayor parte de esta influencia se encuentre en parte del universo expandido a través de algunos de los cómics publicados por Marvel en la década de 1970. El séptimo número de esta serie configura el primero de una trama posterior a la adaptación del largometraje y nos permite ver una trama mucho más cercana a Los siete samuráis al encontrar cómo varios personajes como Jaxxon o Don-Wan Kihotay, con una posible alusión al clásico por excelencia de la literatura española, defienden a un grupo de campesinos de una horda de villanos que pretende saquear el pueblo.

Por su parte, la serie de animación The Clone Wars, en su capítulo The Bounty Hunters nos deja ver cómo Anakin, Obi-Wan y Ahsoka aterrizan en un planeta que necesita protección de unos asaltadores que, al igual que los anteriores, atemorizan y saquean a la población. En esta versión de la historia es Ahsoka quien toma el papel del joven samurái, todavía en fase de entrenamiento, pero vital para el desarrollo de la trama. De la misma manera, los rifles se convierten en un elemento tecnológico contra el que los samuráis no pueden competir en la obra de referencia, algo que vemos reflejado en los tanques de Hondo, que suponen el principal obstáculo para los protagonistas de este capítulo.

Con todo lo expuesto en este artículo, muchos aludirán directamente a la obra de George Lucas como un simple pastiche de las producciones de Akira Kurosawa, como uno más de los productos postmodernos que la industria del cine permite salir a la gran pantalla. Sin embargo, cabe decir que ésta, y no otra, es una de las sagas cinematográficas que mayor repercusión, económica, cultural y social, ha tenido a lo largo de nuestra historia, convirtiéndose en uno de los mayores iconos pop en mundos tan diversos como la literatura, el cómic, el coleccionismo… Star Wars compone, al igual que muchos de sus contemporáneos o sucesores, un universo estéticamente propio, pero plagado de gran cantidad de referencias, no sólo cinematográficas, sino culturales que no hacen sino enriquecer el legado de las influencias que viajaron entre los directores japoneses y norteamericanos desde mediados del siglo XX.

Notas:

[1] El papel fue rechazado por el actor japonés debido, según comenta su hija Mika, al temor que tenía por empobrecer la figura del samurái en el cine de ciencia ficción, que por aquél entonces todavía contaba con medios bastante rudimentarios. No obstante, siempre quedará una duda sobre el tema, ya que debió oír este comentario de boca de su padre bastantes años después de la negativa de Mifune a Lucas.

[2] En inglés se presentan como “I’m a wanted fugitive” y “We’re wanted men” en Yojimbo y Star Wars respectivamente.

avatar Pablo Begué (21 Posts)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte por la misma universidad. Actualmente está realizando su tesis doctoral en torno a los cuentos de hadas clásicos, su ilustración en el siglo XIX y la influencia de estas imágenes en el arte popular y la cultura de masas.


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