Revista Ecos de Asia

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This article was written on 14 Feb 2018, and is filled under Música y escenarios.

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Dubbin in the Land of the Rising Sun: reggae y dub en Japón

Un chiste recurrente que se suele usar cuando se habla de la escena reggae nipona en contraposición a la jamaicana es decir que sólo tienen una cosa en común: ambas proceden de un país insular que empieza por la letra J. Pero, aunque en un principio parezca que Japón y Jamaica, por tradición, idiosincrasia y estereotipos, deberían ser musicalmente antagónicos, lo cierto es el género más celebérrimo surgido de este país caribeño ha venido escribiendo una extraña y fascinante página en la historia musical japonesa. Vamos a hablar de los orígenes del reggae, pero sobre todo de su vertiente más experimental y electrónica, el dub, subgénero creado en los 60′ por los genios King Tubby y Lee “Scratch” Perry, donde la experimentación y el libre albedrío destacan por encima del resto de componentes, y que en Japón ha gozado no de gran popularidad, pero si de bandas y talentos únicos que han ayudado a expandir los límites y fronteras del género a lugares donde nadie se atrevió a llevarlos antes.

Mute Beat.

Aunque la primera vez que se escuchó en Japón el rítmico rasgueo de guitarra y la sección de “drum and bass” jamaiquino parece que fue en el tour de The Pioneers en 1975, el punto de partida hay que situarlo en el crucial viaje que Bob Marley (quién si no) llevó a cabo en 1979, un año antes de su muerte. Al parecer, Bob estaba fascinado por el legendario grupo de rock psicodélico Flower Travellin’ Band y mantuvo una entrevista con su percusionista Pecker. Bob se sintió decepcionado de no poder ver a la banda en acción (se habían separado en el 73), pero de esta reunión nació una amistad crucial para que la introducción de esta cultura en Japón tuviera lugar. Músicos japoneses y jamaicanos del más alto nivel y vanguardia, entre los que se encontraban entre otros Ryuichi Sakamoto, Augustus Pablo o Sly Dunbar y Robbie Shakespeare, fueron invitados a los míticos estudios Tuff Gong y Channel One para grabar una sesiones en Jamaica que culminaron con la creación de dos discos de culto en el que por primera vez se fusionaban los ritmos reggae con la experimentación dub y la sensibilidad japonesa. Pecker Power e Instant Rasta, recopilados en posteriores ediciones como 21st Century Dub, son la piedra de toque de todo lo que surgió después, y sólo fueron la primera colaboración entre la banda de Marley, The Wailers, y los inquietos talentos surgidos de Japón. La química fue tal que el sustituto elegido para tomar el sitio del mismísmo Bob Marley al frente de la banda cuando éste falleció en 1980 fue el antiguo frontman de la Flower Travellin’ Band, Joe Yamanaka. Curiosamente, Joe, además de activista político y actor, era hijo mestizo de un militar estadounidense de ascendencia afrocaribeña con una “mujer de confort”[1], con lo que toda la mitología rastafari de lucha social, racial y resistencia al colonialismo encontraba en él un estandarte en el que mirarse, por primera vez, en un lugar a priori tan alejado de estos temas.

Joe.

Las primeras piedras ya asentaban firmemente algo sobre lo que seguir construyendo. Clubes como el Pithecanthropus Erectus en Harajuku comenzó a dar visibilidad a bandas experimentales de electrónica entre los que el dub comenzó a tener gran influencia, y en 1985 se estableció el primer festival anual dedicado a la cultura y la música jamaicana, el Reggae Japansplash.

Un año más tarde, en el 86, la conjunción de varios músicos que habían pivotado en torno a grupos de new wave y post punk como The Spoil, Plastics o Rude Flower lanzan la primera referencia de su nueva banda, Mute Beat, titulado sencillamente Japanese Dub. Los integrantes de Mute Beat no eran nuevos en esto, pues llevaban moviéndose en el underground tokyota desde los 70, pero lo que sí resultó novedoso fue todo lo que tenían que mostrar en su música. Capitaneados por Yashiki Gota (quien más tarde se integrará en colectivos como Soul II Soul o girará con Simply Red), un chico del rural de Kyoto que desde niño había sido instruído en la percusión tradicional nipona, los integrantes de Mute Beat se habían propuesto crear su propia música, “algo que no fuera ni jamaicano, ni inglés, ni latino, ni africano” según su trompetista Kazufumi “Echo” Kodama. “La música de Mute Beat para mi era algo que no existía más allá de mi cabeza, quería crearla y para ello usé el jazz. Para mi, el jazz no es un género sino un modo de hacer las cosas. Es libertad. Y de ahí saltamos a un género que nos dió aún más libertad, el dub”. Kodama era un apasionado de la 2tone[2] y las posibilidades del dub a la hora de experimentar y conseguir nuevas sonoridades, y estas obsesiones calaron de forma natural en el resto de componentes de Mute Beat, dando lugar a uno de los combos más únicos dentro de la música dub a nivel mundial. Contando con un mixer en directo, Izumi “Dub Master” Miyazaki, en un momento en el que nadie lo hacía, con una estética de brass band y una sección rítmica potentísima, su aportación ha sido no sólo pionera en Japón, si no en el resto del planeta, pese a seguir siendo básicamente una banda de culto. Sin Mute Beat quizás no existiría ni la elegancia de la Tokyo Ska Paradise Orchestra ni el trip-hop de DJ Krush.

likkle Mai.

A finales de los 80, pues, el dub y el reggae estaba convirtiéndose en algo muy interesante para músicos que buscaban algo distinto con lo que poder expresarse. Algunos se lanzaron de lleno dentro de la cultura del sound system y construyeron los suyos propios, destacando por encima de todos Mighty Crown, que se convirtieron en legendarios al ser los primeros no jamaicanos en vencer en el World Clash de soundsystems en el 99 (curioso que los nipones sean rompedores en estos temas, pues la primera mujer no jamaicana en ganar el certamen de baile Dancehall Queen fue otra nipona, Junko Kudo, en Montego Bay en el 2002). El modo de cantar a la jamaicana, conocido como deejaying o toasting también fue introducido en esta época, teniendo a su máxima influencia en Rankin’ Taxi, un artista de Yokohama que saltó a la fama en 1989 con su canción 誰にも見えない、匂いもない (you can’t see it, you can’t smell it) en la que clamaba contra el peligro silente que representaba la proliferación de energía nuclear. El tema se tornó profético tras el terremoto de Tohoku en 2011 y, tras el desastre de Fukushima, Rankin’ decidió regrabarla junto a la Dub Ainu Band de Oki, un músico de ascendencia ainu que ha ganado fama en los últimos años al recuperar la tradición norteña de los antiguos habitantes de Hokkaido y remezclarla con influencias dub y world music. Es en esta época en la que también se forma uno de los combos de dub, reggae y rock más potentes de la historia de Japón, Dry and Heavy, creados en el 91 por el percusionista Shigemoto Nanao (Dry) y el bajista Takeshi Akimoto (Heavy) junto al dúo vocal Likkle Mai y Ao Inoue, dando visibilidad a las mujeres en un género en el que su presencia siempre suele estar ensombrecida. Dry and Heavy, en la tradición instaurada por Mute Beat, también incorporaban un dub mixer en sus directos, Naoyuki Uchida, pero su éxito no se encuentra únicamente ni en ello, ni en el sonido denso de sus fundadores, ni en la interpretación vocal original de su componente femenino. Si Dry and Heavy son aún hoy uno de los grupos más emblemáticos del fenómeno dub reggae en Japón es simple y llanamente por su capacidad de componer canciones enormes y su innato talento para la melodía. De no ser así, no habrían recibido alabanzas y colaboraciones por parte de artistas tan totémicos como Primal Scream, Adrian Sherwood o Mad Professor. El colectivo de Dry and Heavy también fue de los primeros en su género en tocar fuera de su país, en el festival de Reading en el Reino Unido, nada más y nada menos. Tras la marcha de uno de sus fundadores, Takeshi Akimoto, la banda decidió incorporar a Pata, otro veterano de la escena dub, para poder llenar su enorme hueco y seguir tocando y grabando discos.

Y hablando de Pata, podemos remontarnos hacia el primer grupo en el que militó, curiosamente fundado también con Takeshi “Heavy” Akamoto, y que supuso a principios de los 90 una de las demostraciones de que el dub en Japón había encontrado un nicho de posibilidades que la ortodoxia jamaicana no permitía explotar con tanto ahínco. Hablamos de Audio Active, un proyecto que nace en 1987 por iniciativa del multiinstrumentista Masa, el cual ya había visto las limitaciones del ska y el reggae clásico y quería explorar las infinitas posibilidades del estudio de grabación, la música electrónica emergente y la capacidad del dub de darle la vuelta al sonido. Audio Active fue el primer grupo del estilo en publicar discos fuera de Japón, al amparo del legendario sello On-U Sound del británico Adrian Sherwood, quien producirá gran parte de su obra y en su momento de máxima popularidad llegarían a tocar en Glastonbury. Los miembros de Audio Active no sólo eran transgresores del género musical, incorporando en sus dos primeros discos Tokyo Space Cowboys y el aún más atrevido The way in is the way out, referencias espaciales, sci-fi, versiones lisérgicas de Hendrix, spoken word, techno, imaginería relativa a estados de conciencia alterados, o colaboraciones con el ambient y new age de Laraaji; si no que además se posicionaron políticamente en contra de las leyes policiales que perseguían a los clubes de baile en Japón[3] o que prohibían el consumo de estupefacientes. Sin ir más lejos, su primer sencillo fue el honestamente polémico Free the Marihuana. Hay que tener en cuenta que, si bien la cultura rastafari ha tenido poco que ver en el desarrollo de estas músicas por Japón, la apropiación cultural que supone el reggae tomó trazas de movimiento alternativo real y subersivo en si mismo, pues desde el dancehall hasta la apología de la hierba, elementos que son intrínsecos a este movimiento, suponen rupturas con el modo de vida nipón, contraponiéndo la espontaneidad, el consumo de una sustancia aún vista por las autoridades como potencialmente peligrosa o el baile sensual a los tiempos y usos de la rígida sociedad japonesa. Como vemos, los grupos nipones de este estilo tienen personalidad propia suficiente como para considerarlos algo más que una mera anécdota. Y si aún no es suficiente, podemos añadir que entre los proyectos paralelos de Audio Active se encuentran cosas tan diversas como musicales tributo a iconos pop como Godzilla o Spawn.

Fishmans.

Pero quizás el grupo dub más genuinamente japonés sean los Fishmans, fundados en 1987 por Kin-Ichi Motegi, Kensuke Ojima y Shinji Sato (otras incorporaciones fueron viniendo y marchando a lo largo de los años, pero el núcleo creativo siempre lo formarán ellos tres) en el barrio tokyota de Setagaya. Lo que en un principio era un combo de reggae-pop juvenil y pizpireto fue mutando en una indescriptible mezcla de influencias que volaría libérrimo y dejaría una impronta imborrable e incomparable no sólo en la música japonesa, si no, podemos decir, en la música rock a nivel mundial. Si su debut Chappie, Don’t Cry (1991) permanece como su referencia más floja e impersonal, con un ska-reggae casi de chicle, la cosa fue cambiando en el esquizofrénico King Master George (1992) y sobre todo a partir de Neo Yankees’ Holidays (1993), donde el dub era más la excusa rítmica y la coartada experimental. Los Fishmans fueron un grupo inclasificable, con letras alucinadas, melodías construídas a medida de la voz de Shinji Sato, entre lo infantil, lo felino y lo etéreo y una asimilación de influencias que pasaban por My Bloody Valentine, Talking Heads o Brian Eno, que parecían no tener cabida posible dentro del mundo del reggae. El culmen de su estilo llegó en 1996 con la publicación del excesivo Long Season, un disco de una sola canción de 35 minutos dividida en cinco movimientos en la que Pink Floyd se da la mano con la Yellow Magic Orchestra en un viaje lisérgico donde todo es posible, desde sonidos ambientales de goteras hasta un solo de acordeón. Pero ahí no se acababa la cosa, pues en ese mismo año creaban Kucchu Camp y al año siguiente el que sería su último disco de estudio, Ucchu Nippon Setagaya, discos más “convencionales” donde las canciones “sólo” duraban 6 u 8 minutos, contenían reggae, trip-hop y hasta dreampop y en ningún momento daban signos de agotamiento. Pero su historia, como la de demasiadas bandas que han colgado con el indeseable cartel de grupo maldito, iba a acabar de forma trágica. En 1998 publicaban un álbum doble en directo titulado simplemente 98.12.28 Otokotachi no Wakare (básicamente, una despedida con la fecha de la que sería su última actuación juntos). Aquí no sólo repasan toda su trayectoria, demostrando la evolución de su estilo desde canciones sencillamente bonitas hasta la sofisticación y concreción de la versión de Long Season que sobrepasa los 40 minutos. Es el sonido de una banda en estado de gracia, tocando como si fuera lo último que fueran a hacer en la vida. Y es que en realidad era así. Tras más de tres horas de show, su líder, Shinji Sato abandonaba el escenario entre lágrimas. Tres meses después, debido a unos problemas cardíacos que arrastraba desde nacimiento, su corazón dejaba de latir, dejando un legado musical impresionante para alguien que acababa de cumplir los 33 años. Fishmans es un grupo que en Japón cuenta con un estatus de culto, habiendo ensanchado los límites y posibilidades de géneros musicales como el dub o la psicodelia, pero desafortunadamente siguen siendo un misterio por descubrir para gran parte del mundo.

Para saber más:

  • Mute beat biography, disponible aquí.

Notas:

[1]El enlace se encuentra disponible aquí.

[2]Segunda ola musical del ska, música directamente precursora del reggae en Jamaica. El 2tone se desarrolla sobre todo en Gran Bretaña, en estrecho vínculo con el punk, a finales de los 70 con bandas como The Specials, Madness o The Selecter, auténticos responsables de la popularización de este ritmo en el todo el mundo occidental.

[3]Prohibiciones como la de la Ley de Control de la Moral Pública de los Negocios de Ocio, conocida popularmente como Fueiho, que databa de 1948 y ponía su foco en negocios como la prostitución. No obstante, la regulación era muy severa y afectaba a numerosos aspectos y detalles de cualquier establecimiento de ocio nocturno, al punto de  prohibir el baile a partir de la medianoche en gran cantidad de locales que no cumplían unos requesitos específicos. El pasado 2015 se llegó a un acuerdo para suavizarla.

avatar Hector Tome Mosquera (15 Posts)

Se licenció en Historia por la Universidad de Santiago de Compostela, afincado ahora en Barcelona, donde colabora con diversos proyectos literarios, periodísticos y políticos.


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