Revista Ecos de Asia

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This article was written on 27 Jun 2017, and is filled under Cine y TV, Crítica.

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Gourmet Samurai (2017): la fantasía gourmet de un sarariman jubilado

Desde hace unos meses se encuentra en distribución internacional –a través de Netflix– una curiosa producción japonesa, Gourmet Samurái, protagonizada por Naoto Takenata. Conocedores de su aceptación internacional, las producciones japonesas que tienen que ver con su gastronomía son cada vez más habituales, y en muchas ocasiones son resultan además productos transmedia, convirtiéndose desde mangas a series –ya sea de anime o de imagen real–. Este fue el caso de El gourmet solitario –manga del recientemente fallecido Jiro Taniguchi–, Midnight DinnerTokyo Storiesque ya tuvimos ocasión de reseñar– o de la serie que aquí presentamos, Gourmet Samurái, aunque, como veremos a continuación, esta última difiere bastante de las otras en su planteamiento.

Takeshi Kasumi es un sarariman de manual,[1] bastante introvertido y corporativo, que con sesenta años acaba de jubilarse, y que repentinamente se encuentra descolocado y sin nada que hacer. La liberación de sus ataduras profesionales le resulta más bien un lastre que un premio, y en seguida se encuentra sin tener adónde ir ni saber qué hacer. Amante de las cosas sencillas, pronto descubrirá que lo que realmente le hace feliz es salir a pasear por su ciudad e ir descubriendo pequeños establecimientos gastronómicos, en los que disfrutar de la comida tradicional y, –siempre que se la ocasión lo permita–, de una o varias cervezas. Pero el introvertido Takeshi no siempre tiene estómago para encarar algunas de las situaciones incómodas que le sucederán en sus almuerzos y cenas, por lo que recurrirá a su imaginación y a una de sus pasiones –la literatura de samuráis­– para imaginar realidades alternativas, en las que un decidido samurái –en realidad, un rônin sin señor que vive en un “Japón en guerra” (interpretado por Tetsuji Tamayama)– se atreve a hacer todo lo que a Takeshi le queda demasiado grande, y que a veces resulta tan simple como pedirle unos borrachos que bajen la voz.

Tetsuji Tamayama interpreta al samurái de las imaginaciones de Takeshi

Cada uno de los episodios se centra en un plato y tipo de restaurante, y nos cuenta una historia completa, poniendo de manifiesto una faceta del carácter de Takeshi, o bien una historia de su pasado que nos haga comprender mejor al personaje actual; todas estas historias son autoconclusivas y ligeras, dando a veces la sensación de que durante el episodio no ha pasado nada, y sin dejar claro si se trata en realidad de una serie de humor o dramática. Como otras producciones dedicadas a la gastronomía, esta resulta una mera excusa para relatar fragmentos de la vida e Takeshi y sus allegados, entre los que debemos destacar a su servicial esposa (Honami Suzuki).

Takeshi y su esposa degustando oden

Teniendo esto en cuenta, ¿cuáles son los atractivos principales de la serie?

En primer lugar, es especialmente fácil de ver. La corta duración de los episodios, sumada al esquema de historias cerradas con una estructura similar sin sobresaltos ni sorpresas, la hace compatible con otras actividades –como la comida o la cena–. Si a esto sumamos la relativa sencillez de los diálogos, puede ser una buena opción para aquellos que, conocedores de japonés, o no, se aventuren por primera vez en el mundo de las versiones originales.

No hay nada que a Takeshi le gusta más que comer

Por otro lado –y tenemos la sensación de que a ellos va dirigida­–, esta serie hará las delicias de los amantes de la gastronomía japonesa. Más allá del sushi –“demasiado caro”, nos advierte el protagonista en un episodio– y otros tópicos a los que estamos acostumbrados en Occidente, las aventuras de Takeshi nos harán descubrir diferentes tipos de restaurantes a los que un japonés hambriento y ocioso podría acudir en una ciudad grande, con menús a precios más económicos, y bocados más tradicionales como el ramen, oden, las brochetas o las croquetas. Takeshi no visitará únicamente restaurantes japoneses: nuestro jubilado tendrá tiempo para visitar restaurantes chinos y coreanos –asumidos con total normalidad–, pero también “a la europea” (especialmente, con comida italiana y francesa), poniendo de manifiesto la atracción que el yôshoku todavía causa entre los japoneses más tradicionales.  Más allá del comentario sociológico –verdaderamente interesante–, las secuencias y planos de elaboración y degustación de cada una de las recetas, deliciosamente concebidos y rodados, harán relamerse a cualquier amante de la gastronomía.

Takeshi, desubicado en un carísimo restaurante italiano

Y, por último, y más importante, es que esta serie pone sobre la mesa –literalmente–, muchos de los problemas de una sociedad tan jerárquica como la japonesa, especialmente en lo que respecta a la cada vez más envejecida población. Aunque apenas cuenta con sesenta años, la jubilación deja a Takeshi desplazado no solo físicamente de su zona de confort, sino también de forma moral: todavía no concibe si es adecuado tomarse una cerveza –o varias– durante el almuerzo, o si debería aventurarse a probar determinados platos. La serie trata también muchos otros temas estructurales de la sociedad japonesa, como el deber y la piedad filial, el racismo selectivo o las contradicciones de comportamiento y etiqueta Oriente-Occidente.

Itadakimasu!

En definitiva, Gourmet Samurái se trata de una serie ligera y sin grandes aspiraciones, que no resulta extraña dentro del panorama japonés pero cuyo humor dramático, así como su dedicación formal y conceptual a un tema tan popular y plural como la gastronomía, la convierten en una apuesta segura para todos aquellos amantes –o dispuestos a serlo– de la cultura japonesa.

Para saber más:

Ficha de la serie en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt6304676/

Notas:

[1] Con este término, que significa literalmente “asalariado” se conoce en Japón a aquellas personas que trabajan para en oficinas para grandes corporaciones o para el gobierno, y que habitualmente tienen una dedicación casi completa al trabajo, haciendo muchas horas extra y desatendiendo su vida personal y familiar. Por ello, el término puede ser usado de manera peyorativa.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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