“Kamigawa: Dinastía de neón”, tradición y modernidad nipona en “Magic”

Durante el mes de febrero llegó a tiendas especializadas la nueva colección de Magic: The Gathering, bajo el título Kamigawa: Dinastía de neón. Mediante el presente artículo queremos acercarnos a esta nueva colección, la historia que existe detrás de la selección de cartas y aquellos motivos que se toman de la tradición nipona para dar lugar a una visión futurista y bastante interesante de los mismos. No obstante, antes de hablar de este caso concreto, nos gustaría dar unas breves pinceladas acerca de este juego de cartas.

Una de las imágenes promocionales de Kamigawa. Dinastía de Neón.

Debemos mencionar a Richard Garfield que, desde 1993, es el responsable del diseño de Magic, considerado como el primer ejemplo de juego de cartas coleccionable, y siendo comercializado por la firma Wizards of the Coast tanto en sus inicios como en la actualidad. Como comentamos, desde el momento de su creación, las cartas magic han contado con diversas colecciones que obedecen siempre a un mismo sistema de juego: Dos o más jugadores, cada uno de ellos usando un mazo individual compuesto por cartas de diversa naturaleza y efecto, inspirado todo ello en los juegos de rol clásicos. A la hora de elaborar un mazo completo existen diversos colores que vendrían a representar distintos tipos de magia, lo que influye bastante en el tipo de criaturas, efectos, artefactos y personajes que aparecen en las mismas. A título de ejemplo, el color negro se asocia con la oscuridad, la muerte… con un potente poder de autodestrucción y asociado a criaturas como vampiros, zombis, asesinos y demonios.

Tras estas breves pinceladas acerca del juego, nos centramos en el caso de Kamigawa. Como bien indica su nombre, el rasgo característico de esta colección alude a la tradición japonesa mezclada con un ambiente totalmente futurista lleno de luces, robots y criaturas mágicas. A la hora de contextualizar el ambiente y los personajes que nos vamos a encontrar representados en las cartas contamos con dos elementos: El primero de ellos es un tráiler, originalmente en japonés con sus correspondientes subtítulos, donde se nos presenta al personaje principal, Kaito Shizuki y la región de Kamigawa. Este breve vídeo bebe de elementos como son las flores de cerezo o los grandes rascacielos, todo ello contaminado por las luces de neón y las nuevas tecnologías que vemos en el propio nombre de la colección. Lo cierto es que este vídeo no aporta demasiado acerca de la historia y sus personajes, más bien podríamos considerarlo como un reclamo visual, bastante llamativo y trabajado, con animaciones atractivas. Si bien, lo que nos ha llamado la atención principalmente es el lanzamiento de un capítulo de manga de unas sesenta páginas y en inglés que, ahora sí, nos sumerge de lleno en Kamigawa. A través de esta corta obra conocemos el pasado de Kaito Shizuki y su relación con la emperatriz de la región, desaparecida durante diez años. Shizuki se presenta como una especie de ninja futurista y planeswalker, es decir, tiene la capacidad de viajar entre planos dimensionales. Desde la desaparición de la emperatriz está obsesionado con dar con ella y con el hombre que, según parece, la secuestró, basando su búsqueda en que el delincuente contaba con un brazo mecánico.

El desvelar el desenlace de esta historia lo dejamos en manos del lector, no obstante, sí que queremos comentar algunos elementos del manga, partiendo de la ambientación donde, a pesar de los elementos mecánicos, no se dejan de lado las formas propias de la arquitectura tradicional japonesa, con enormes tejados de aleros ondulados, torii y escrituras que aluden a kanji. Respecto a los interiores, no podemos comentar demasiado ya que la mayor parte de la acción ocurre fuera, aunque podemos ver tatami o al propio Shizuki durmiendo en un futón. Tenemos una serie de viñetas en la casa de Tamiyo (personaje del que hablaremos más adelante) donde se aprecia un exterior con engawa elevado y shōji o puertas correderas así como una sala donde, al igual que en el caso anterior, se aprecian suelos de tatami y, mucho más interesante, un pequeño tokonoma con una pintura colgante a modo de adorno. No vamos a entrar demasiado a comentar los atuendos de los personajes dado que fundamentalmente beben de aspectos visuales que nos permiten pensar en Japón de un solo vistazo, esto es cortes que aluden al kimono, sandalias de madera o gorros cónicos, todo ello, como comentamos, bajo un prisma futurista.

Imagen del castillo de Kamigawa.

Interior de la vivienda de Tamiyo.

La mitología y fantasía están bastante presentes, y, en mayor o menos medida, tienen que ver con el Japón más tradicional, partiendo de una sutil mención a los kami o divinidades con los que se están llevando a cabo una serie de experimentos cuyo aspecto es fantasioso a la par que grotesco. Nos ha resultado curioso el uso de máscaras de teatro Noh incrustadas en robots asesinos, así como armaduras samuráis repletas de luces o un simpático robot tanuki que acompaña a Shizuki y se llama Pompon. Evidentemente, también nos vamos a encontrar otros elementos más abstractos prácticamente inventados, como la mención a la tribu Nezumi, compuesta por personajes que son ratas antropomorfas (de hecho, el término nezumi en japonés significa rata) cuya región ha sido atacada; o la aparición de Tamiyo, otra planeswalker que, según se nos dice, pertenece a una raza procedente de la Luna, tanto ella como sus hijos tienen unas protuberancias en la cabeza que bien podrían ser cuernos o largas orejas de conejo, lo que podría aludir a la leyenda nipona del conejo que vive en dicho satélite.

Viñeta donde aparece Pompon, el tanuki de Shizuki.

En cuanto a las cartas propiamente dichas, podemos ver los distintos colores y cómo los diseños y efectos se adaptan a las características de los mismos. Comentando algunos ejemplos, en las cartas blancas destaca Zarpas Ligeras, un personaje que aparece en el manga y que es una especie de kitsune de siete colas, pelaje blanco y vestida a la manera tradicional, es este mismo color encontramos la carta de la emperatriz desaparecida también. Por último, a modo de curiosidad, tenemos la carta “Repeler a los viles” donde una figura humana se enfrenta a un esqueleto gigante, que bien puede ser una alusión al Gashadokuro representado por Kuniyoshi. En las cartas azules encontramos bastantes alusiones a ese pueblo lunar al que pertenece Tamiyo, todos ellos con sus correspondientes apéndices y su piel blanca. En las negras encontramos bastantes alusiones a yôkai y criaturas mortales, así como la carta de Nashi, perteneciente a la tribu de los Nezumi. En las cartas rojas destacan los guerreros y dragones, vinculados en la mayoría de los casos con el fuego, elemento que la define. Nos resultan quizá las más interesantes las de color verde por beber directamente de la naturaleza y las criaturas que en ella habitan: tanuki, kodama o hasta una especie de kappa samurái. Este es un breve resumen en el que destacamos algunos ejemplos pero todas las cartas se pueden consultar aquí.

Una selección de cartas pertenecientes a la colección Kamigawa.

Así, hemos podido constatar la inspiración en diferentes aspectos de la tradición nipona, todo ello bajo un prisma que favorece la temática de la colección así como el exotismo y la atención que despierta el archipiélago nipón donde conviven modernidad y tradición.

María Gutiérrez (133 Posts)

Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Máster de Estudios Avanzados en Hº del Arte y Máster en Formación de profesorado en Educación Secundaria por la misma universidad. Actualmente se encuentra ultimando su tesis doctoral acerca del coleccionismo de muñecas tradicionales japonesas.