Revista Ecos de Asia

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This article was written on 03 Abr 2014, and is filled under Cine y TV.

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Khal Drogo: un Gengis Khan del siglo XXI.

Artículo escrito en colaboración con María Galindo. 

Obtenida en http://www.imdb.com/

Obtenida en http://www.imdb.com/

Ante el inminente estreno de la cuarta temporada de Juego de Tronos, desde Ecos de Asia queremos analizar algunos componentes de esta saga televisiva y literaria para mostrar que, incluso en éstas, Asia y su percepción se hacen parte fundamental.

Canción de Hielo y Fuego es la hija bastarda de los relatos occidentales históricos medievales y literarios decimonónicos. Obra nacida en 1996 gracias a la pluma de George R. R. Martin; se ha convertido, para sus fans, en la definitiva fantasía medieval del siglo XXI. Tamaña empresa se basa en tres fuertes pilares: la tradición fantástica  “tolkiana”, el realismo descarnado (que en la serie televisiva de la HBO se ha visto fuertemente rebajado en pos de la aceptación por parte de un público más amplio) y el imaginario histórico medieval.

De esta forma, podríamos decir que Martin recoge hechos ocurridos en nuestra historia, ambientes, ideas e incluso geografías. Estas últimas  podemos observarlas en el mapa de su tierra legendaria, donde se equipara una gigantesca Gran Bretaña a Poniente, la cual comunica mediante las Ciudades Libres (similares a las ciudades-estado italianas bajomedievales) con Essos, el continente al oriente, que es un reflejo de Asia Menor.

Foto extraída de www.lossietereinos.com

Foto extraída de www.lossietereinos.com

Dentro de estas tierras podemos ver pueblos que imitan aquellos que poblaron la Edad Media. Las Islas del Hierro tendrían a los hijos del hierro, véase vikingos, las Islas del Verano a unos africanos muy poco definidos… Y en el centro del continente de Essos nos encontramos con el pueblo guerrero más feroz de la saga y nuestro objeto de estudio hoy: los dothrakis.

Típica boda dothraki.

Típica boda dothraki.

Para nosotras, y según declaraciones del propio autor, éstos tienen una fuerte raigambre mongola que se manifiesta tanto en los libros como en la serie.  El objetivo de este artículo es hacer una comparación entre los dothrakis  y la visión que en la Europa bajomedieval se tenía de los mongoles (y que aún perdura en el imaginario colectivo occidental) a través de obras literarias como el Libro de las Maravillas de Marco Polo.[1]

La primera similitud que podemos observar es su ubicación geográfica: los dothrakis viven en los vastos pastizales del llamado “Mar Dothraki”, que podríamos comparar con el momento de mayor extensión del pueblo mongol durante los siglos XIV y XV. Otra coincidencia geográfica la podríamos observar en la gran ciudad de ambos pueblos, llamada en la ficción Vaes Dothrak y en el caso histórico Karakorum, un lugar construido para reunión de los diferentes grupos tribales que, a diferencia de los campamentos itinerantes de ambas tribus nómadas, contaría con arquitectura permanente, incluida una puerta monumental compuesta por dos caballos en el caso de la ficción de la HBO. Aquí se realizarían pactos, celebraciones y transacciones comerciales.

Entrada a Vaes Dothrak.

Entrada a Vaes Dothrak.

Pese a que en la ficción Martin no da demasiada importancia a la actividad comercial de del pueblo dothraki (ni siquiera tienen moneda), los mongoles posibilitaron una de las primeras grandes rutas comerciales intercontinentales: la “Ruta de la Seda”, viable gracias al protectorado de los mongoles durante la conocida como Pax Mongolica (1210-1350). Esta paz tuvo lugar tras un periodo de conquistas posibles gracias a su sistema militar, en el que se inspirarán las novelas para retratar al pueblo nómada de los dothrakis.

Especializados en las incursiones a caballo a modo de razzias, ninguno cuenta con armaduras metálicas al estilo occidental o armas de asedio (aunque los mongoles desarrollaron estas técnicas mediante el contacto con otros pueblos, como son  los musulmanes, que sí conocían la catapulta, y tras la conquista de China se extendió el uso de cañones entre sus filas), destacando ambos en el uso del arco –en el caso mongol–[2] y en la cuerda o látigo para los dothrakis.  

Ambos ejércitos proyectan una sombra de terror sobre sus enemigos cuidadosamente creada por ellos mismos,[3] y son la cumbre de sendas sociedades organizadas en torno a la guerra. El carácter hostil se ve reforzado por sus hábitos alimenticios, ya que ninguno ingiere grano o vegetales, sino que se alimentan a base de carne (en el caso dothraki de sus caballos y en el mongol de su ganado ovino) y comparten la elaboración de una bebida alcohólica a base de leche de yegua fermentada, que ambos consumen sin mucha mesura. La fuerza bruta es una de las bazas más importantes de estos pueblos, pero para poder controlarla se requiere de una firme estructura jerárquica y una férrea disciplina.

A todo esto hemos de sumar un físico imponente de dos razas con un fenotipo común: piel cobriza, ojos almendrados, largos cabellos negros y bigotes adornados con anillos de oro (aunque en la ficción televisiva no se ha reflejado este último aspecto).

Campamento dothraki.

Campamento dothraki.

De esta manera, ya ha quedado planteada la importancia del ejército, especialmente en el caso mongol, que se organizaba en unidades decenales y contaba con un servicio de postas y correos muy eficaz que permitía la comunicación a lo largo del imperio. Al mando de los ejércitos se situaban los hombres más aptos para ello, pues entre los mongoles primaba la meritocracia, de manera que los títulos eran asignados en función de la lealtad o del valor mostrado en la batalla. Algo similar ocurre entre los dothrakis, que, además de valorar en extremo la lealtad, exhiben su imbatibilidad en combate a través de sus largas trenzas decoradas con campanillas, que deben cortarse tras una derrota.

Así pues, en estas dos culturas (real y ficticia) que estamos analizando, existía un líder principal, denominado en el caso mongol como Kan (también podemos encontrarlo escrito como Khan), y que George R. R. Martin renombró como Khal. Los mongoles se encontraban divididos en tribus denominadas khanatos, que podrían equivaler a los khalasares descritos en “Canción de Hielo y Fuego”, y a cuyo frente se situaba el Khan. Los khanatos más importantes fueron el de Persia, el de la Horda de Oro (situado al sur de Rusia) y el del Turquestán. Sin embargo, en el año 1206 Gengis Khan unificó las diversas tribus mongolas y se proclamó Gran Khan.

Según la Yassa (el código jurídico mongol), todos los individuos eran iguales ante la ley, con la condición de que fueran nómadas; y esta diferenciación respecto a los pueblos sedentarios de alrededor resulta muy similar a la que se nos plantea en la ficción entre los dothrakis y los que llaman despectivamente “Hombres Cordero”, también conocidos como lazhareenos.

Así mismo, esta importancia del nomadismo hizo que se le diera un papel predominante al caballo, también como símbolo de distinción social: en el caso de los dothrakis, el que no puede cabalgar es considerado débil, de manera que tan solo pueden viajar en los carros las mujeres embarazadas, los heridos y los viejos.

Es digno de destacar la importancia que el caballo tiene en ambas culturas como medio de transporte, alimento, arma de guerra o incluso como condicionamiento, pues los dothrakis desconfían de cualquier líquido que sus caballos no puedan beber, por lo que el mar abierto les inspira terror, y lo llaman “agua envenenada”. Esto mismo puede reflejarse en el ámbito mongol en el hecho de que, al habitar durante mucho tiempo una vasta región pero sin acceso al mar, cuando intentaron practicar la guerra naval no tuvieron éxito, tal y como demuestran los intentos de invasión a Japón por parte de Kublai Khan (en 1274 y 1281).

Tal importancia llega a tener el caballo que, en el caso de los dothrakis, alcanza el papel de divinidad, a la que denominan el Gran Semental, pues no en vano son llamados “Señores de los Caballos”. También le confieren a este animal poderes especiales, de tal manera que cuando la mujer de un Khal está embarazada, debe comer el corazón de un caballo para darle así fuerza al niño que lleva en su vientre.

Fotograma de Juego de Tronos.

Fotograma de Juego de Tronos.

En el caso de los mongoles, aunque con Gengis Khan conviven diversas religiones gracias a la libertad de culto (nestorianismo, confucianismo, cristianismo, islam, budismo, taoísmo…), tradicionalmente eran animistas chamánicos, con un culto centrado en la naturaleza y los antepasados, y con una especie de monoteísmo abstracto hacia la figura de Nacigoy.[4]

La tendencia al chamanismo puede verse en los dothrakis en el respeto o temor con que tratan a las maegis, una especie de hechiceras de enorme poder; mientras que el culto a la naturaleza se observa en que la Luna y el Sol para ellos son dos divinidades y están casados, y además todos los acontecimientos importantes de la vida de un hombre deben hacerse a cielo abierto, como por ejemplo las bodas, aunque éstas tengan un componente de desenfreno y violencia en nada equiparable al de las festividades mongolas.[5]

Precisamente una de las bodas más célebres entre los dothrakis (con doce muertos antes de ponerse el sol, nada menos) es la que se nos relata en Juego de Tronos: la unión entre Khal Drogo y Daenerys Targaryen. Este enlace debería además haber dado como fruto el “Semental que Cabalgará el Mundo”: Rhaego, cumpliendo así una profecía.

A la izquierda, nuestro teórico Kublai Khan. A la derecha, un retrato del Kublai Khan histórico.

A la izquierda, nuestro teórico Kublai Khan. A la derecha, un retrato del Kublai Khan histórico.

Extrapolando esto a la historia real del imperio mongol, podríamos decir que Khal Drogo sería una especie de Gengis Khan, debido a la preponderancia de su khalasar sobre los demás, en parte equiparable a la unificación llevada a cabo por el Khan mongol; mientras que Rhaego, el hijo no nato de Daenerys, habría sido una especie de idílico Kublai Khan, quien llegó a dominar la máxima extensión del imperio conquistando toda China y haciéndose así con la práctica totalidad de Asia, configurando de este modo un gran imperio a la altura de los mayores conquistadores de la Historia.

Obtenida en http://www.imdb.com/

Obtenida en http://www.imdb.com/

Pese a lo disparatado de algunas de las teorías existentes a este respecto, hemos tratado aquí de recoger lo que creemos una muestra veraz de las grandes similitudes existentes entre los dothrakis y el pueblo mongol. Con todo ello, no hemos querido sino demostrar la innegable deuda que la ficción más fantástica tiene con la realidad histórica, de la cual toma mucho más que su imagen exterior, pues esta influencia se deja ver en aspectos de lo más variados (geografía, religiosidad, ejército…).

No cabe duda de que Asia inunda nuestra parrilla televisiva, de maneras a veces subrepticias, y esperamos que así lo siga haciendo en el futuro, pues el 6 de abril se estrena, por fin, la cuarta temporada de esta serie de enorme éxito que es “Juego de Tronos”.

Momento álgido de la serie donde vemos el renacer de la Khaleesi.

Momento álgido de la serie donde vemos el renacer de la Khaleesi.

Notas:

[1] Libro en el cual se relatan las vivencias de Marco Polo en la corte de Kublai Khan y se describe, entre otras cosas, al pueblo mongol. En esta obra podemos observar una combinación de leyendas medievales,  bestiario, visiones de viajeros…

[2] Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo sexto. De sus armas y vestidos: “armadura de cuero cocido de búfalo o de otro animal que tenga piel dura. Llevan mazas y espadas, pero se sirven preferentemente de arcos y flechas”.

[3] Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo noveno. Del valor, la industria y la fortaleza de los tártaros: “son los tártaros arrojados en las armas y victoriosos en las lides, […] son más duros y dispuestos a soportar penalidades que los demás pueblos del mundo. […] Son hombres de muchísimo esfuerzo y se conforman con poco; saben mejor que nadie tomar fortalezas y ciudades”.

[4] Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo octavo. De su idolatría y plegarias: “veneran a un dios que se llama Nacigoy, que consideran señor de la tierra y vela por ellos, los frutos de la tierra y el ganado.”

[5]  Juego de Tronos cap XII: “ El magíster Illyrio también había hablado a Dany de aquella posibilidad. -Una boda dothraki en la que no haya como mínimo tres muertos se considera aburrida- le había dicho.”

avatar Laura Martínez (173 Posts)

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, con especialización en Cine. Actualmente realiza estudios de Doctorado en la Universidad de La Rioja.


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