Revista Ecos de Asia

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This article was written on 12 Sep 2018, and is filled under Cultura Visual.

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“La balada del viento y los árboles”: el nacimiento del género Boys’ Love.

Kaze to ki no uta es considerado, sin lugar a duda, el manga que dio origen al nacimiento del género Boys’ Love y, como dirían varios fujoshi y fundashi, esta obra supuso “el principio del fin”, pero esto no es del todo cierto, puesto que La balada del viento y los árboles, traído a España de la mano de Milky Way Ediciones, no se trata de la primera serie BL publicada, sino de la segunda.

Primeros tomos de Thoma no shinzô y Kaze to ki no uta en japonés.

Tal y como ya se expuso en los artículos de El género del yaoi en España, Keiko Takemiya, autora de Kaze to ki no uta, fue, junto a Môto Hagio, la creadora del género Boys’ Love, pero a diferencia de lo que muchos creen, fue la segunda quien publicó la primera serie yaoi.

El BL se gestó en Tokio, concretamente entre los años 1970 y 1973, que fue cuando Keiko Takemiya y Môto Hagio convivieron. Fue en esos años cuando Takemiya entró en contacto con Norie Masuyama, gracias a la cual conoció la revista Barazoku, una publicación mensual que estuvo activa desde 1971 hasta 2004, convirtiéndose así en una de las más antiguas del archipiélago nipón en cuanto a temática gay se refiere. Debido a ello, Hagio y Takemiya empezaron a realizar historietas cortas para diferentes medios, siendo finalmente la primera quien, en 1974, comenzó a publicar Thoma no shinzô, que se podría traducir como “El corazón de Thomas”. Este manga, que comenzó a publicarse en la revista Shôjo Comic, contó con tres volúmenes que fueron recopilados por la editorial Shôgakukan entre 1974 y 1975. Además, contó con una precuela, que vio la luz en 1980, una película, Summer Vacation, de 1999, y diversas interpretaciones en teatro.

Keiko Takemiya, por otro lado, comenzó a publicar Kaze to ki no uta en 1976 en la misma revista y editorial que su compañera. Esta serie fue recopilada en Japón en diecisiete volúmenes entre 1976 y 1984, siendo así uno de los mangas Boys’ Love más largos de todos los tiempos. Además, en 1987, Yoshikazu Yasuhiko dirigió una OVA de sesenta minutos, aproximadamente.

Todo esto convierte a Môto Hagio y Keiko Takemiya en las creadoras del género Boys’ Love. De este modo, las miembros del Grupo del 24, no sólo ayudaron a innovar el shôjo, sino que incluso dieron lugar a un subgénero dentro de él. Esta nueva creación, que tomó al principio el nombre de yaoi, se acabó convirtiendo en un fenómeno mundial que, hoy en día, ha encandilado a millones de personas.

Môto Hagio y Keiko Takemiya.

Hasta ahora era un sueño que las dos primeras obras Boys’ Love de la historia se pudieran disfrutar en España, pero Milky Way Ediciones ha logrado lo imposible, y es que en agosto de este 2018 publicó el primer tomo de La balada del viento y los árboles, de Keiko Takemiya, siendo la primera vez que esta obra se publica fuera de Japón.

Publicidad de La balada del viento y los árboles, de Milky Way Ediciones.

Kaze to ki no uta, al igual que Thoma no shinzô, tiene como elemento esencial un internado. De este modo, La balada del viento y los árboles nos sitúa en la Francia del siglo XIX, donde se encuentra el Instituto Lacombrade, donde estudian y conviven niños y adolescentes descendientes de familias adineradas, ya sean de origen aristócrata o burgués. Es allí donde se encuentra el protagonista de esta historia, Gilbert Cocteau, quien es descrito en el manga de la siguiente manera:

“Gilbert Cocteau: la flor más bella que he conocido y que llegó a mí en su plenitud. Ardientes llamaradas que se alzaban con un rojo cegador, en medio del lejano sueño de la adolescencia… Fuiste el viento que mecía la copa de mi árbol. ¿Puedes oír la balada del viento y los árboles? El rumor de la juventud… Oh, ¿hay cosas que recordar? De aquellos días pasados de mi propia juventud… ¿Puedes oírla? Es la canción de tu propio viento meciendo las copas de los árboles…”[1]

De este modo, el joven de tez blanca, labios rojo carmesí y cabello rubio ondulado tiene encandilado a gran parte del internado, desde alumnos hasta profesores, logrando así manipular todo a su antojo para lograr lo que quiere, pero su poder empezará a menguar cuando llegue Serge Battour.

Este segundo protagonista tiene una ascendencia que generará polémicas allá donde vaya, y es que mientras que su difunto padre era el Vizconde de Battour, título que ahora le pertenece, su madre era una meretriz de etnia gitana, algo que se nota en los rasgos físicos de Serge. Su pasado familiar hará que sea discriminado por varios miembros de la institución.

Imagen del manga La balada del viento y los árboles, de Milky Way Ediciones.

La historia de Kaze to ki no uta comienza cuando Serge llega al Instituto Lacombrade, lugar donde estudió su padre. Este chico, gentil, inocente y con buenas aptitudes académicas, encontrará un gran problema a su llegada, y es que su compañero de habitación es Gilbert, quien no dudará en utilizar sus encantos sobre el recién llegado. ¿Podrá encandilar a Serge al igual que ha hecho con gran parte del internado, o será el vizconde quien logre hacer entrar en vereda al apasionado Gilbert? La balada del viento y los árboles se trata, por tanto, de una gran historia de amor que se acompaña de elementos que no son del todo bien vistos en la sociedad japonesa, como la drogadicción, la prostitución, y, por supuesto, la homosexualidad.

Solapa del manga La balada del viento y los árboles, de Milky Way Ediciones.

Con todo lo anterior se puede entender por qué su publicación en Japón fue una polémica, pues la sociedad nipona de los años setenta no toleraba muy bien ninguno de los temas que se trata en la obra. De este modo, Keiko Takemiya tardó varios años en lograr que su manga fuese publicado, pero al hacerlo desató una oleada que renovó el shôjo, dando lugar a uno de los subgéneros más importantes.

Es todo un logro que Milky Way Ediciones haya podido publicar la obra en España, pero hay que decir que el mimo que la editorial asturiana pone en sus mangas es digno de admiración. Y es que La balada del viento y los árboles ha sido tratada con un gran respeto, conservando las páginas a color de la edición original y traduciendo los textos de un modo excelente. Además, el primer tomo viene acompañado de una especie de cofre con diferentes elementos decorativos que dan a la edición un toque especial y distintivo. La única pega es que la obra no se acompaña del habitual marcapáginas de Milky Way, algo que dejaremos pasar debido al gran trabajo que la editorial dedicó a la realización del cofre.

La balada del viento y los árboles dentro del cofre decorativo, de Milky Way Ediciones.

No hay nada que incite a no comprar La balada del viento y los árboles, y es que tener una de las dos primeras series Boys’ Love en casa es todo un regalo, el cual, además, se puede obtener a un precio idóneo. Milky Way Ediciones ha hecho un trabajo fascinante, y desde Ecos de Asia queremos agradecer su gran contribución al mundo del manga, pues sin la editorial ovetense, jamás habríamos podido ver obras como ésta. Tal vez podamos también tener en nuestras manos Thoma no shinzô, de Môto Hagio, dentro de poco, pero de momento será mejor que nos conformemos con Kaze to ki no uta, de Keiko Takemiya, uno de los mejores Boys’ Love de todos los tiempos.

Notas:

[1]Takemiya, Keiko. La balada del viento y los árboles. Oviedo, Milky Way Ediciones, 2018. Pp.57-59.

avatar Daniel Rodríguez (208 Posts)

Profesor de Geografía e Historia. Graduado en Historia del Arte en la Universidad de Oviedo, con un Máster Universitario en Estudios en Asia Oriental cursado en la Universidad de Salamanca y otro Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en la Universidad de Oviedo. Ha trabajado para el Museo Arqueológico de Asturias, la sala de exposiciones LAUDEO, la Universidad de Salamana, Satori Ediciones y la Academia Formación Sagan.


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