Revista Ecos de Asia

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This article was written on 17 Mar 2014, and is filled under Cultura Visual.

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La ilustradora coreana Suzy Lee.

Estudiar ilustración desde un prisma teórico es complicado. Pensemos en el término: “ilustrar” tiene varias definiciones para la Real Academia. La tercera acepción habla de: “adornar un impreso con láminas o grabados alusivos al texto”, definición que nos habla de la ilustración como un “arte decorativa u ornamental” vinculada en todo momento al texto, referente absoluto al que ceñirse y del que partir. En realidad, dicha determinación es errónea: la ilustración es un arte que, en verdad, está vinculado a la palabra escrita. Pero la relación no es sólo de ida:en todo momento se establece una afluencia creativa entre los dos extremos, entre imagen y palabra. Los ilustradores se diferencian fundamentalmente de cualquier otro tipo de artista en que producen creaciones con un contenido narrativo especialmente fuerte. Al margen de que tengamos o no acceso al texto con el que supuestamente se vinculan, las obras resultan perfectamente parlantes, nos cuentan una historia concreta, narran de manera muy clara. Transmiten más allá del contexto cultural para el que han sido concebidas, de ahí que muchos artistas vinculados al libro, en un momento u otro de su vida, tengan la necesidad de trabajar junto a obras o autores considerados como clásicos “universales”.

Las imágenes ilustradas se extienden por doquier desde la llegada de Internet. Editoriales de la línea de Taschen Books editan tiradas y tiradas de libros acerca de “Lo mejor de la ilustración mundial…” o de la “Ilustración actual…”. Títulos que tratan de reunir una supuesta selección entre un panorama abrumador, de proporciones inasibles e incalculables. Mi objetivo con este artículo dista mucho de los promulgados por dichas propuestas, se sitúa más bien en una línea personal producto de la casualidad:

The Wave.

The Wave.

The Wave.

The Wave.

trabajando en campos y sobre la obra de artistas cercanos, llegué por pura casualidad a Suzy Lee y me gustó lo que veía. En especial, las primeras imágenes que tuve la suerte de observar, vinculadas al proyecto The Wave (“la ola” en español), que cuentan el encuentro juguetón de una niña con el mar, al que asusta, persigue y golpea hasta que éste le devuelve la diversión a través de una gran ola. Varias gaviotas actúan como testigos de los intercambios entre la pequeña niña y el, primero indefenso, y luego majestuoso océano. Unos pocos trazos son suficientes para formar el dibujo. Se constituyen gracias a una acuarela delicada y desleída, apenas esbozada pero dispuesta con precisión, creando gradientes de tonos que dejan tras de sí sombreados y contrastes que constituyen los distintos tonos y texturas de la obra. Apenas existen los fondos, lo que potencia el efecto de las manchas sobre el blanco, cielo infinito en el que sucede toda la acción.

The Wave.

The Wave.

The Wave.

The Wave.

El libro se encuentra publicado en nueve lenguas, entre ellas el español (gracias a Barbara Fiore Editora), buena demostración del carácter universal de la propuesta, por parte de una ilustradora que ha trabajado también en la Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll.

Obra universal donde las haya para la que habría decidido trabajar a raíz de su estancia en Londres (donde estudió un MA y vivió la vida artística y cultural de la capital). En la British Library tuvo la oportunidad de observar las ilustraciones realizadas por John Tenniel para el texto del matemático. El mundo sinestésico, fantástico pero con miradas a la realidad (con relecturas políticas) que recorre Alicia, constituyó todo un desafío para la artista, que da muestras de su capacidad técnica a través de ilustraciones extrañas, surrealistas como el relato de Carroll (pintado a veces como precursor de Magritte o Dalí), donde ficción y realidad se combinan a partir del contraste entre dibujo y fotografía.

Ilustración para Alicia en el país de las maravillas.

Ilustración para Alicia en el país de las maravillas.

Collages estrambóticos que recuerdan a los montajes de Max Ernst. Alicia deja atrás a su sombra, el conejo sólo es una servilleta al viento. Manos cortadas (manos que surgen), botellas, bobinas de hilo, confusión. En general y de forma destacada, confusión. La locura propia del sueño plasmada a través de una ilustración. Un pequeño teatro que deja clara su perspectiva de mera bambalina, de ficción carente de sentido, donde toda certeza se convierte en interrogación.La obra es universal, y utiliza elementos totalmente reconocibles en su plasmación iconográfica.

Ilustración del término “Goyo”, en el diccionario editado por Vicente Ferrer

Ilustración del término “Goyo”, en el diccionario editado por Vicente Ferrer

Porque resulta indudable que Suzy Lee sabe transmitir. La artista tiene su residencia fijada en Seúl, su ciudad natal, pero eso no le impide difundir sus imágenes por el resto del mundo. Como muchos ilustradores, trabaja desde los servicios y posibilidades que le ofrece una gran ciudad, pero sin perder de vista nada alrededor. Es cierto que podríamos identificar algunos rasgos “orientalizantes” (si es que la palabra resulta correcta en este contexto) o propios de Corea del Sur en su obra. Pero es mucho más interesante insistir en su carácter global. Ejemplo magnífico del poder de la ilustración como arte y de las barreras que puede llegar a romper en su expansión:junto a numerosos ilustradores, Suzy Lee participó en el libro editado por Vicente Ferrer titulado: “Mis primeras 80.000 palabras”, ilustrando la palabra “goyo” (tranquilidad en coreano). Cada uno de ellos había elegido un término en su propia lengua y jugaba con su plasmación visual, sin cortapisas en lo que respecta al estilo. El libro es un éxito en su apuesta por la combinación de distintos elementos para la configuración de un lenguaje común: el conseguido gracias a la ilustración.

Para saber más:

Corea del Sur es tierra de numerosos ilustradores internacionales de prestigio, al igual que China o Japón. Sin embargo, establecer una retahíla interminable de nombres no va a ayudar en exceso al lector. La bibliografía es, además, algo inconexa y dispersa al tratarse de un tema tan actual y, al mismo tiempo, tan alejado culturalmente. Mi recomendación es, si se tiene alguna vez la oportunidad, que el lector no deje de acudir a exposiciones internacionales de ilustración (como Ilustrarte). Normalmente se basan en criterios de selección arbitrarios, pero son buen ejemplo de la variedad y el carácter global de esta manifestación artística.

 

 

 

avatar Julio Andrés Gracia (38 Posts)

Investigador y gestor cultural. Doctor en Historia del Arte con la tesis “Intermedialidad en el cómic adulto en España (1985-2005). De la historieta a la pintura, el audiovisual y la ilustración”. Ha trabajado sobre temas relativos al manga y el anime en congresos especializados y en artículos, tanto científicos como de carácter divulgativo.


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