Revista Ecos de Asia

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This article was written on 11 Abr 2014, and is filled under Cultura Visual.

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Mangakas españoles. Más allá de la influencia.

Portada para la edición en castellano de Soy una Matagigantes.

Portada para la edición en castellano de Soy una Matagigantes.

El influjo japonés ha conseguido en España mucho más que incrementar exponencialmente las ventas de cómics de varias editoriales y permitir el surgimiento de otras más pequeñas. Su impronta se ha dejado sentir en la forma de trabajar de numerosos historietistas que, nacidos en España y criados narrativa y gráficamente en torno al manga, han optado por este estilo a la hora de construir sus propias obras.

Hace un año, algunos informativos deslizaron entre sus noticias el nuevo camino abierto por estos autores, que comenzaban a ganar prestigio internacional y a ser demandados por editoriales francesas o estadounidenses. Entre ellos, se encontraba Ken Nîmura o asociaciones como Studio Kôseny Xian Nu Studio. El primero, de ascendencia hispano-japonesa, tiene ya un puesto destacado dentro del mercado del cómic, la ilustración y el diseño. Ha participado como grafista en numerosas campañas publicitarias (de marcas tan conocidas como Repsol), como ilustrador, entre otras, de la famosa serie de libros de autoaprendizaje de lengua japonesa Japonés en viñetas (cuyos textos corrían a cargo de Marc Bernabé) y,en el terreno del cómic, consiguió,junto al guionista Joe Kelly, una nominación a los Premios Eisner (los más prestigiosos del mundo del cómic) con su Soy una Matagigantes. Obra de narrativa original que recomendamos desde aquí al lector, en la que historia y apartado gráfico casan a la perfección. Sus influencias (como ocurre con cualquier artista) resultan difíciles de precisar totalmente. En varias entrevistas, Ken Nîmura destaca nombres tanto españoles como japoneses, desde Miguelanxo Prado (autor del reciente Ardalén, con un estilo plástico muy pictorialista, que entronca con el óleo) hasta Yoshitaka Amano (diseñador de numerosos personajes de la saga de videojuegos Final Fantasy, también con un estilo muy definido, pictorialista pero vinculado en este caso al grabado). En general, aunque destaca el vínculo inicial con el manga en su juventud[1](al fin y al cabo, era lo más abundante en el mercado español en ese momento), lo cierto es que su estilo ha evolucionado. Nîmura ha vivido en varias ciudades (entre ellas dos de los mayores centros del cómic a nivel mundial: París y Tokio), hasta configurar un trazo que resulta difícil de encasillar. El manga es, sin lugar a dudas, una de las influencias más fuertes que existen en el mundo del cómic y la ilustración en la actualidad, pero ni mucho menos es la única. Muchos autores españoles han crecido leyendo manga y viendo anime en televisión, pero eso no implica una mirada única, aunque en algunos casos el vínculo sea mayor que en otros: para las dos autoras que componen Studio Kôsen, Bola de Dragón o Caballeros del Zodiaco (dos anime shônen con los que crecieron, productos dirigidos a una franja juvenil masculina, con guiones muy definidos, ricos en tópicos inherentes al género) han sido influencias especialmente destacadas para su trabajo, del mismo modo que otras obras del mismo estilo, como Bakuman o Claymore.

Una de las imágenes de portada de Sahōshi. Redemption, utilizada para promocionar el álbum.

Una de las imágenes de portada de Sahôshi. Redemption, utilizada para promocionar el álbum.

Al igual que Ken Nîmura, han colaborado como ilustradoras (y también al igual que éste en Japonés en viñetas) y han alcanzado un especial éxito con la serie Saihôshi, manga de temática yaoi (relaciones homosexuales masculinas) ambientado en un entorno fantástico. La primera parte fue publicada, en un magnífico ejemplo del modo de trabajo de estos autores, primero en Estados Unidos gracias al sello Yaoi Press y sólo más tarde llegó a España a través de Editorial Ivrea. El yaoi y el vínculo con la editorial norteamericana son también el sello de Irene y Laura, las componentes de Xian Nu Studio, que publicaron en EEUU toda una serie de historias cortas que les abrieron camino para trabajar más tarde para la editorial francesa Les Humanïodes Associés. En España, han sacado a la luz gracias a Editores De Tebeos su primera trilogía, Bakemono, todo un, si el lector me permite la palabra (parafraseando a numerosos bloggers), mangañol (término formado por la conjunción de manga y español), que narra una lucha fantástica entre humanos y bakemonos (una de las numerosas criaturas que forman parte del folclore nipón).

Imagen extraída del primer capítulo de Bakemono.

Imagen extraída del primer capítulo de Bakemono.

Pero, de una forma u otra, todos estos mangakas (nombre utilizado en Japón para referirse a los autores de cómic)de factura hispánica,al margen de que la huella del manga sea más o menos fuerte en su obra, mantienen una serie de rasgos comunes, generacionales y heredados de los cambios producidos en el mercado editorial español en los años setenta y ochenta: la diversificación (el trabajo para más de un campo, sin dedicación exclusiva al cómic que se alterna, principalmente, con ilustración y diseño gráfico, ya sea por elección o por obligación) y el trabajo para el extranjero, gracias a la suerte, a contactos o al movimiento creado a través de agencias (especialmente en los últimos años). Los tres constituyen buenos ejemplos del influjo del manga y del sello personal que se puede otorgar al trabajo a pesar de la huella industrial que parece que éste deja implícita. Muestra de la globalización y de las ósmosis cada vez mayores entre unos géneros y otros. Muestra además de la capacidad del manga para llegar mucho más lejos de Japón, y de las particulares reacciones que se producen en cada uno de los lugares de recepción, en España en este caso.

Para saber más:

Al tratarse de un tema tan actual, resulta complicado remitir a bibliografía especializada. En vez de eso, dejamos al lector más nombres que le pueden interesar dentro del fenómeno: Desirée Martínez Quílez, Sebastián Riera, además de un sello ya desaparecido: Editorial Camaleón (donde publicaron por primera vez autores muy influenciados por la estética manga, como Mateo Guerrero o David Ramírez) y de historietistas que parodian mangas japoneses, normalmente con un estilo chibi (deformado, con la cabeza especialmente grande): Jesulink (autor de Raruto) o Nacho Fernández y Álvaro López (autores de Dragon Fall).

Notas:

[1] Borja Crespo para Guía del Cómic realiza una buena entrevista a Ken Nîmura, donde aclara muchos de los puntos que hemosido esbozando en este artículo. http://guiadelcomic.es/entrevistas/crespo/jm-ken-niimura-09.htm [20/03/2014].

avatar Julio Andrés Gracia (38 Posts)

Investigador y gestor cultural. Doctor en Historia del Arte con la tesis “Intermedialidad en el cómic adulto en España (1985-2005). De la historieta a la pintura, el audiovisual y la ilustración”. Ha trabajado sobre temas relativos al manga y el anime en congresos especializados y en artículos, tanto científicos como de carácter divulgativo.


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