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This article was written on 20 Feb 2018, and is filled under Arte.

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El mercado artístico en China (I). Realidades, mitos y creencias

Detalle de Mushroom Cloud (2009) de Yue Minjun.

[…] En 1995 no existía ningún mercado para el arte chino contemporáneo. En China los artistas eran frecuentemente arrestados por actos contra la seguridad estatal, y todo se movía casi de forma clandestina. Los únicos coleccionistas serios eran un puñado de diplomáticos occidentales. No existía un sistema de galerías. Era como el Lejano Oeste.[1]

Si nos creemos la cita de Howard Farber, coleccionista y fundador de The Farber Foundation, nos va a ser prácticamente imposible creer cómo es posible que un país sin un entramado cultural y comercial en el ámbito artístico acabara destronando a Estados Unidos como potencia hegemónica en el mercado internacional de arte en el año 2010.[2]

Que una nueva potencia desbanque indiscutiblemente a los viejos maestros estadounidenses y europeos del mercado artístico supuso un absoluto shock en el momento. En 2011 China ya consigue acaparar el 41,4% del mercado de mundial de subastas de Bellas Artes,[3] es decir casi la mitad de piezas de arte que se venden en subasta en el mundo, lo hacen en las plazas chinas. Lo que nos hace añadir exclamaciones a la pregunta de cómo un país, que según afirman no mantiene ninguna relación seria con el mercado del arte en la década de 1990, pudo llegar a convertirse en el mercado más activo por delante de Estados Unidos, Reino Unido y Francia en el ámbito artístico.

Beneficios de las ventas en subastas de obras de arte en 2011 según Artprice.

Si analizáramos superficialmente los datos que se nos muestran en los informes económicos sin ahondar en la realidad del fenómeno social y cultural intrínseco detrás de este mercado, desarrollaríamos una serie de prejuicios, alejándonos de entender qué es lo que realmente ha sucedido.

En un primer acercamiento al tema, enseguida llama la atención el desproporcionado crecimiento que ha experimentado el mercado artístico chino en menos de una década: en 2002 apenas controlaba el 1% del negocio;[4] en 2008 se mantenía en un tímido pero ya importante 7,2% sobre el total de obras de arte adjudicadas en subastas;[5] y dos años después, en 2010, el informe de Artpricecoronaba a China como el nuevo líder mundial[6].

[…] a principios de este siglo, cuando los líderes chinos animaron a la gente a gestionar y aumentar su riqueza a través de la inversiones y a sugerir la compra de obras de arte. No fue sin embargo hasta el 2009 que las ventas en las salas de subastas chinas empezaron a adquirir importancia.[7]

Facturación de ventas de subastas de obras de arte en 2008 según Artprice.

China ha sido el mercado que más ha crecido sin ningún género de dudas:

[…] los ingresos por ventas de obras de arte en China se han incrementado en un 305% en 8 años, pasando de 1600 millones de dólares en 2008 a los 4900 alcanzados este año.[8]

Ante este extraordinario crecimiento puede surgir una primera idea: el mercado chino ha crecido gracias a las grandes inversiones de las nuevas fortunas. La economía China ha destacado estos años atrás como una de las economías más pujantes, y el llamado “gigante asiático” se ha convertido de economía emergente a la segunda más grande a nivel mundial. Esto ha generado nuevas fortunas de empresarios y hombres de negocios chinos, los cuales muchas veces pensamos que son los únicos pilares del mercado artístico chino.

Esta idea no responde totalmente a la realidad. Reafirmándonos en la cita inicial de Howard Farber, el mercado artístico chino es prácticamente inexistente durante todo el siglo XX, hasta la tenue apertura de China tras la muerte de Mao en 1976. Los primeros agentes culturales que comenzarán a tejer el complejo entramado del mercado actual del arte no fueron los magnates chinos, sino que en realidad eran de procedencia europea, coleccionistas que conocen perfectamente el funcionamiento de un mercado artístico estable; serán quienes se conviertan en los cimientos del nuevo gigante económico.

Cierto es que a esta situación se suma elcontexto económico favorable de una potencia que ha florecido económicamente a pasos agigantados. Como Thierry Ehrmann, fundador y director de Artpricedice: “El arte siempre ha progresado en paralelo con el desarrollo económico de los países”. [9] Esta situación ha dado lugar a grandes fortunas de empresarios y hombres de negocios chinos que han puesto sus ojos en el mercado artístico con las más variadas intenciones, potenciando exponencialmente este nuevo mercado.

A parte de esta idea errónea de que el mercado chino se ha basado en las nuevas fortunas chinas, también existe la creencia de que solo los coleccionistas chinos compran arte chino, una afirmación igualmente poco ajustada a la realidad. El arte chino (y el arte oriental en general) han sido históricamente manifestaciones artísticas muy valoradas en occidente por diversidad de motivos, tanto por la gran calidad de los materiales de las producciones artísticas extremo orientales, símbolo de suntuosidad (seda, porcelana, etc.), como por curiosidad o simple deleite artístico. Para demostrar esta afirmación nos podríamos remontar hasta el siglo XVII con las Chinoiserie, o incluso otros fenómenos anteriores que surgen a partir de la Ruta de la Seda.

Además,volviendo a hacer hincapié en la idea que comentamos antes, han sido los coleccionistas occidentales los primeros en vislumbrar las potencialidades del arte chino, y aunque hoy en día existen fuertes instituciones y coleccionistas chinos que se interesan por su arte nacional, multitud de colecciones europeas y norteamericanas se enriquecen adquiriendo grandes obras, tanto contemporáneas como antiguas, de artistas orientales.

Por otro lado se tiende a pensar que los nuevos coleccionistas chinos solo se interesan de forma idiosincrática por su arte nacional, realizando adquisiciones desmesuradas y potenciando a los artistas chinos. Si bien es cierto que uno de los principales intereses para estos compradores serán las obras de arte chino, muchas veces haciendo gala de un orgulloso espíritu nacionalista, como indica el diario oficialista del partido comunista, Global Times: “El patriotismo naif infla el mercado del arte chino.”[10]

Lo ciertos es quelos coleccionistas chinos no solo se basan en intereses nacionalistas, sino que estos nuevos compradores se han convertido en unos de los mejores pujadores de los grandes nombres de la Historia del Arte occidental. Ya sea con intereses comerciales, como un valor de mercado seguro, o por intereses culturales, para enriquecer museos y colecciones privadas. Muestra de este interés por el arte occidental son las constantes noticias que saltan a prensa sobre las grandes adquisiciones de los magnates chinos:

[…]Wang Jianlin, el cual se hizo con Bassinauxnymphéas, les rosiers de Monet por 20,41 millones de dólares; la de los compradores de China continental que desembolsaron 66,33 millones de dólares para hacer suya la obra L’Allée des Alyscamps, de Van Gogh; o la de Liu Yiqian, comprador de la obra maestra de Modigliani Nu Couché por 170 millones de dólares (unos 1084 millones de yenes). Fueron, en total, 14 los coleccionistas de origen chino incluidos en el ranking de coleccionistas estadounidenses de ARTnews: el top 200 de los coleccionistas de 2015 (2015 Top 200 Collectors). El mercado chino del arte se encuentra inmerso en una era de internacionalización. No cabe duda de que en el futuro serán muchas más las obras de arte internacionales de renombre adquiridas por coleccionistas chinos.[11]

Según una entrevista realizada en 2015 a Cia Jingqing, presidenta dela casa de subastas Christie’s en China: “Se confirma así la paulatina sofisticación de los coleccionistas chinos”,  a lo que también añade: “Los coleccionistas chinos no solo adquieren arte en China. Cada vez se nota más su presencia en todo el mundo, desde Londres hasta Nueva York[…]”.[12]

Y es que los compradores chinos han llegado a ser uno de los factores fundamentales gracias a los cuales se mantiene e incluso crece el mercado estadounidense y europeo.[13] Pero no solo es que unos pocos coleccionistas chinos recorran el mundo en busca de los grandes maestros occidentales, sino que ya es una realidad que incluso en la propia China las subastas de arte occidental son todo un éxito:

Gracias al creciente interés de los coleccionistas chinos en los mercados occidentales, la subasta de otoño de XillingYinshe, Primera subasta china de cuadros de los maestros occidentales, obtuvo un 100% de tasa de ventas.[14]

Para finalizar, podemos observar como el mercado artístico chino no es un mercado endogámico como mucha gente todavía piensa, creado por magnates chinos y mantenido por estos comprando arte nacional, sino que es una realidad mucho más abierta y heterogénea.

Además, la aceptación de estas ideas preconcebidas de un mercado cerrado pueden justificar la afirmación de la creación de una burbuja económica, la cual además parece haber explotado si leemos en todos los informes económicos del mercado artístico que China ha perdido pujanza en este terreno,[15] y puede parecernos que la breve era del dominio del mercado artístico de China toca a su fin.

El gran titular fueron las pérdidas del 36,9% del mercado chino en 2015, pasando de 860 millones de dólares en 2014 a 542 millones de dólares.[16] Pérdidas gracias a las cuales China perdía la primera plaza conservada durante cuatro años por delantedel mercado estadounidense.

Top 10 de países por producto de ventas en subastas de obras de arte (2014-2015) según Artprice.

Pero estas pérdidas se justificarían por dos factores. Por un lado las medidas anti-corrupción de Xi Jinping, las cuales han paralizado los sectores del lujo por miedo a gastos extravagantes; y por otro a la ralentización del crecimiento chino, el cuál experimentó en 2015 su nivel de crecimiento más bajo en los últimos veinticinco años.[17]

En realidad, aunque podríamos identificar la formación de una burbuja en este mercado, lo cierto es que la pérdida de poder en el mercado artístico chino no corresponde con la explosión de dicha burbuja. La mayoría de los expertos mantienen que el mercado chino se está reajustando y redefiniendo ante un crecimiento desorbitado e incontrolable estos años atrás, de forma que actualmente se cree que no estamos asistiendo a su declive sino a su saneamiento. Según la revista Artprice, hablando sobre la pérdida de la hegemonía china: “[…] este resultado debe considerarse como un ajuste derivado del espectacular crecimiento del mercado del arte chino en los últimos años.”[18]

Notas:

[1]Mena, Abelardo, “Howard Faber, Coleccionista de arte”, Revista Excelencias.Disponible aquí.

[2]“Art Market Trends”,Artprice, 2010. Disponible aquí.

[3]“Art Market Trends”,Artprice, 2011. Disponible aquí.

[4]Nieto, Álvaro, “Del todo a cien al mercado del arte”, Tiempo, 2012. Disponible aquí.

[5]“Art Market Trends”,Artprice, 2008. Disponible aquí.

[6]“Art Market Trends”,Artprice, 2010. Disponible aquí.

[7]“China, la nueva dueña del mercado del arte”, Clarín.Disponible aquí.

[8]“Art Market Trends”,Artprice, 2016. Disponible aquí.

[9]“China, la nueva dueña del mercado del arte”, Clarín. Disponible aquí.

[10]Aldama, Zigor, “¿Quién da más por el mercado de arte chino?”, El País, 2015. Disponible aquí.

[11]“Art MarketTrends”,Artprice, 2016. Disponible aquí.

[12]Aldama, Zigor, “¿Quién da más por el mercado de arte chino?”, El País, 2015. Disponible aquí.

[13]“Art Market Trends”,Artprice, 2016. Disponible aquí.

[14]“Art Market Trends”,Artprice, 2016. Disponible aquí.

[15]“El mercado del arte contemporáneo”, Artprice, 2015. Disponible aquí.

[16]“El mercado del arte contemporáneo”, Artprice, 2015. Disponible aquí.

[17]“El mercado del arte contemporáneo”, Artprice, 2015. Disponible aquí.

[18]“El mercado del arte contemporáneo”, Artprice, 2015. Disponible aquí.

avatar Alejandro Sanz Guillén (11 Posts)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Actualmente estudia en la misma Universidad el Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte y un diploma de Especialización en Estudios Japoneses.


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