Revista Ecos de Asia

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This article was written on 25 Feb 2019, and is filled under Cultura Visual.

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Nuevos modelos de masculinidad en la sociedad nipona a través del manga y el anime. Los “Sanrio Boys” y la ruptura de arquetipos

Imagen promocional en la que podemos ver a los protagonistas de Sanrio Boys acompañados de sus personajes predilectos de la firma Sanrio.

Atendiendo a toda una serie de producciones niponas, tanto gráficas como animadas, podemos ver una serie de cambios en la construcción de personajes masculinos tanto en su aspecto externo como en su anatomía mental. Mediante esta serie de artículos, desde Ecos de Asia queremos analizar diferentes estereotipos masculinos presentes en el mundo del manga y el anime, subrayando los cambios que han acontecido de un tiempo a esta parte teniendo en cuenta su importancia para la ruptura prácticamente total de la consideración clásica de lo masculino que podemos ver en la reciente serie que lleva por título Sanrio Boys (Sanrio Danshi en el original).

No obstante, y antes de hablar de los mismos, debemos referirnos al modelo masculino tradicional construido por la sociedad japonesa a lo largo de la Historia. Para ello, vamos a definir algo tan sencillo como la festividad del Tango no Sekku también conocida como Kodomo no Hi, traducida al castellano como Día de los niños. Este festival de carácter popular tiene lugar el quinto día del quinto mes y, como algunas de las prácticas que se llevan a cabo durante el mismo, podemos citar la exposición de muñecas denominadas Musha-ningyô junto con otros elementos como son efigies de caballos y armaduras samurái. Además de esto, en el exterior de las viviendas, se disponen las llamadas koinobori, unas cometas cilíndricas cuya policromía emula una carpa koi. En artículos anteriores hemos profundizado más en estas piezas, si bien, con el fin de dar unas breves pinceladas acerca de las mismas podemos decir que se trata de representaciones de personajes históricos y legendarios, fundamentalmente masculinos, cuyo honor, fuerza y valentía son celebrados gracias a los episodios que protagonizaron. Por supuesto, el hecho de exponer armaduras, armas o incluso caballos no hace sino incidir en esta idea de fuerza y combate que, en última instancia se ve reforzada por las cometas que se agitan con el viento: atendiendo a la iconografía nipona, estas carpas koi son un símbolo de masculinidad, conocidas por su fortaleza y vigor al ser capaces de nadar a contracorriente para alcanzar su destino. Se mire por donde se mire quedan bastante patentes las características y valores a los que se debe aspirar como hombre.

Por el contrario y de forma muy breve, podemos tratar aquellos ligados al género femenino, igualmente reflejados en festividades como el Hinamatsuri o Día de las niñas. Al igual que ocurre en el caso anterior, también vemos pequeñas muestras de muñecas que emulan una corte imperial sobre un soporte escalonado de color rojo. Estas piezas se llaman Hina-ningyô y, como figuras más importantes hemos de mencionar al emperador y, sobre todo, la emperatriz, considerada modelo de conducta para las jóvenes de la casa, mostrando una actitud tranquila, dócil y, sobre todo, permaneciendo bella y hermosa. Al igual que ocurre en el caso anterior, hemos podido profundizar anteriormente en la significación de este festival popular además de en las muñecas expuestas durante el mismo y cómo estas, por suerte, han ido perdiendo su consideración como modelos de conducta.

En resumidas cuentas, en ambos casos, mediante una celebración de carácter popular vemos, de manera bastante clara, aquellos valores que se asocian tradicionalmente con la masculinidad -el honor, el valor y la fortaleza física y mental- y la feminidad. Todo esto, además, se verá reforzado por innumerables producciones literarias y cinematográficas a lo largo del tiempo, que a día de hoy son tratadas como piezas de culto, en las que no nos vamos a detener dado que pretendemos centrarnos en un campo muy concreto como es el manganime.

A lo largo de las distintas producciones tanto gráficas como de animación niponas vamos a ver cambios e interpretaciones de estas características, variando la anatomía física de los personajes así como sus actitudes, todo ello condicionado por el género al que pertenecen dichas series (muchas veces determinadas por modas o tendencias presentes en las distintas temporadas) así como por los avances técnicos del momento. De esta manera, podemos encontrar personajes de edad variable, predominando la representación de una etapa de adolescencia o juventud próxima a la adultez, un físico que, en la mayoría de los casos, tiende a la estilización con una sutil musculatura y distintos modelos de personalidad que comentaremos después. No obstante, como iremos viendo a lo largo de las sucesivas entregas, esto va a ir cambiando dependiendo tanto de la temática de la obra como del personaje en sí, de modo que la forma física pasa a ser como una especie de reflejo de la anatomía mental.

Imagen en la que aparecen los personajes de Ouran High Shool Host Club, una serie que obedece a la temática harem donde cada uno de los modelos de personalidad comentados está reflejado de forma exagerada, con el fin de dar un matiz cómico e incluso surrealista al anime.

Por supuesto, y a pesar de los elementos comentados anteriormente, podemos ver como, dependiendo de la etiqueta que recibe el anime o el manga correspondiente, los personajes masculinos se adaptarán a la misma. Por ejemplo y de forma bastante evidente, podemos hablar de obras consideradas como shôjo o manga para chicas donde los personajes masculinos reciben un tratamiento andrógino con un físico estilizado, ojos ligeramente más pequeños que las féminas que suspiran por su atención y cabellos voluminosos que no sobrepasan los hombros en la mayoría de los casos. Por suerte, las etiquetas empiezan a desdibujarse y, por ende, todo tipo de obras atraen a una mayor cantidad de público, lo que va a influir también en sus personajes. Aún queda mucho camino por recorrer a este respecto, pero en el caso español, no podemos dejar de destacar la labor de pequeñas editoriales como Tomodomo o Milky Way Ediciones a la hora de traer a nuestro país obras que rompen con los géneros y temáticas establecidos para, simplemente, acercarse a un público lo más general posible que simplemente tenga interés en leer una buena historia.

Yuu Mizuno, uno de los personajes de Sanrio Boys.

Por otro lado, y como ya hemos mencionado, vamos a comentar los distintos tipos de personalidades y modelos que veremos repetidos en mangas y anime, esta vez, sin tener en cuenta la clasificación que reciban y que, por supuesto, también están presentes en la obra que nos ocupa. En este caso, hemos de decir que algunos ejemplos son más exagerados que otros, dependiendo de la temática de la serie y, muchas veces, del resto de personajes que aparecen. Así, podemos citar las obras pertenecientes al género harem[1] como aquellas que no hacen sino aglutinar en sus capítulos todos y cada uno de estos tipos de personalidad, dado que, atendiendo a la naturaleza de este género, se fundamenta en que un protagonista, masculino o femenino, cuente con la mayor diversidad de pretendientes a su disposición. De esta manera, y dejando de lado las denominaciones niponas, podemos hablar de personajes extrovertidos y coquetos, que pueden llegar incluso a la sensualidad (dependiendo, claro está, de su físico y su edad), otros que toman una actitud dulce e infantil, los que se muestran serios y eficientes, los fríos y distantes, los que atacan al protagonista de turno porque así es como demuestran su cariño y los que simplemente son alegres y agradables, todo ello, por supuesto, reflejado en mayor o menor medida en su aspecto físico. Se trata de tipos muy concretos más o menos exagerados, que incluso pueden tener distintos matices dependiendo de la serie que comentemos.

A este respecto, podemos hablar de un tipo de personaje de ademanes principescos y actitud excesivamente romántica que, en la mayoría de los casos, suele estar acompañado por un exceso de seguridad en uno mismo. Resulta curioso el hecho de que la mayoría de estos personajes tienen el pelo de color claro (sobre todo rubio) y ojos azules (aunque en el caso de Sanrio Boys vemos alguna diferencia) algo que podríamos calificar como un prototipo de belleza a la occidental. Dentro de esta categoría podemos señalar dos vertientes: por un lado los personajes únicamente románticos y por otro los que le suman a este carácter cierta sensualidad, que suelen tener una apariencia más madura. Centrándonos en el título que nos interesa, este arquetipo se corresponde con la figura de Yuu Mizuno, sobre la que profundizaremos en otras entregas.

Por otro lado y con una actitud hacía el/la protagonista existe otra tipología de carácter fría, distante y reservada, que, si todo va según lo previsto a lo largo de la trama, terminará por abrir su corazón mostrando que su actitud inicial venía marcada por la inexperiencia o bien por la mera ignorancia. A este respecto vemos de nuevo un reflejo en el físico, ya que la mayoría de estos personajes se caracterizan por pelo y ojos oscuros que, en este caso, se acerca más a una imagen oriental que se ve reforzada, por el tratamiento de sus ojos, más pequeños o incluso más rasgados en su trazo. En Sanrio Boys tenemos dos personajes que se aproximan a este modelo de personalidad de maneras distintas, por un lado Shunsuke Yoshino y por otro Seiichiro Minamoto, pero resulta curioso como en ambos casos se producen ligeras variaciones respecto al tipo de actitud propiamente dicha y que hemos definido aquí.

Shunsuke Yoshino y Seiichiro Minamoto.

Ryou Nishinomiya.

Otro prototipo a tener en cuenta son aquellos personajes que, a pesar de su apariencia juvenil, toman una actitud infantil, dulce, inocente y a veces exageradamente quejumbrosa. A este respecto, los juegos con la anatomía son más claros, dado que suelen ser chicos con una estatura inferior al resto y su tratamiento del rostro se acerca más a lo femenino por el tamaño y la estética de la mirada, así como por el corte del cabello. Al igual que ocurre en el primer tipo, vamos a ver personajes mayoritariamente rubios y de ojos claros y brillantes que se sostienen mediante horquillas o en los que podemos ver aparecer algún reflejo rosado.  Por supuesto, esta es la perfecta descripción de Ryou Nishinomiya, un personaje de cierta importancia por su evolución a lo largo de los capítulos de Sanrio Boys.

Por supuesto, también podemos encontrar otros personajes mucho más afables y amistosos, que funcionan como una especie de pegamento para el resto de miembros que componen el grupo de individuos así como detonante que va a iniciar que el personaje principal entre en contacto con el resto. En este caso, no podemos fijar unas características físicas concretas pero muchas veces se emplea el argumento de que se trata de amigos de la infancia, o bien son ellos los que introducen al/ a la protagonista al resto. En este aspecto podemos encuadrar a Kouta Hasegawa, el evidente protagonista de la serie al girar su argumento en torno a su transformación y problemas por tener cierto interés por los personajes de Sanrio.

Por supuesto, hemos citado los más comunes, pero a partir de aquí, y siempre teniendo en cuenta la naturaleza del anime o manga, podemos encontrar otros estereotipos: desde estudiantes de intercambio, otros de naturaleza enfermiza y salud delicada cuyo contacto es más limitado, otros que apenas hablan pero se muestran protectores llegado el momento, personajes bromistas… la lista podría ser interminable, por ello nos hemos detenido más profundamente en los arquetipos más conocidos y que, sin falta, acaban siendo incluidos.

Evidentemente en este aspecto, al igual que hemos repetido en el resto de párrafos, las líneas se desdibujan cada vez más, a la par que unos caracteres se mezclan con otros hasta llegar a extremos bastante interesantes. A este respecto, podemos hablar de la franquicia Touken Ranbu, que empezó como un juego de estrategia con tintes de otome para dar lugar a varias temporadas de su propia serie de animación Touken Ranbu Hanamaru, una especie de secuela, musicales e incluso una película. El anime que mencionamos tiene un cierto aire harem aunque en ningún momento se habla de romance propiamente dicho, pero bien es verdad que el interés de todos los personajes es que el saniwa (el jefe de la ciudadela donde viven) esté contento y satisfecho con el trabajo que hacen como protectores de la Historia. Los chicos que habitan dicha ciudadela son nada menos que encarnaciones de espadas y otros tipos de filos pertenecientes a grandes figuras del Japón tradicional, por ende, fácilmente superan los sesenta individuos. Por ello, vamos a ver como los arquetipos de personalidad quedan completamente desdibujados, dando lugar a otros distintos de modo que cada uno de los chicos es completamente diferente al anterior.

Algunos de los personajes presentes en la primera temporada de Touken Ranbu Hanamaru.

Así, y atendiendo a lo expuesto, hemos llevado a cabo una introducción a los temas que trataremos con posterioridad. Mediante este primer artículo hemos comentado algunos de los estereotipos repetidos en distintas series de anime y manga para, en artículos siguientes, terminar por desmontarlas, poniendo de relieve como el paso del tiempo y la amplitud de géneros y variantes (así como la ruptura de etiquetas) han jugado un papel en favor de la diversidad que termina por ponerse de relieve en el caso de Sanrio Boys y, muy estrechamente ligado, a la firma Sanrio propiamente dicha, teniendo en cuenta sus distintas colaboraciones que van desde grandes marcas como Mattel hasta talent shows centrados en la mejor Drag Queen de América.

 

Notas:

[1] En este tipo de obras aparece un protagonista, masculino o femenino, que se ve rodeado por un grupo de personajes del género opuesto que muestran interés, fundamentalmente romántico, hacia él o ella. Normalmente, cada uno de estos representa un modelo de personalidad distinto, lo que permite diferenciarlos unos de otros. Dentro de esta categoría podríamos encuadrar títulos como Ouran High School Host Club así como otros títulos que derivan de juegos otome.

avatar María Gutiérrez (133 Posts)

Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Máster de Estudios Avanzados en Hº del Arte y Máster en Formación de profesorado en Educación Secundaria por la misma universidad. Actualmente se encuentra ultimando su tesis doctoral acerca del coleccionismo de muñecas tradicionales japonesas.


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