Revista Ecos de Asia

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This article was written on 24 Sep 2018, and is filled under Crítica, General.

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Reseña: “Asia y el Museo Naval”

Los museos militares no son precisamente los más visitados. Quizás en países con un pasado y una relación con su ejército más normalizada sea más frecuente acercarse a curiosear esas armas y parafernalia militar que sí que nos fascina en las producciones audiovisuales.

Sin embargo, este desinterés haya que dejarlo de lado incluso en el caso del pacifista más acérrimo, por lo menos, si estamos hablando del Museo Naval y su nueva exposición “Asia y el Museo Naval”. Todo un relato sobre una parte del pasado global, el de la Armada Española, que atrapa por igual a amantes de la Historia, los barcos antiguos, los mapas, los personajes decimonónicos y, por supuesto, del arte y las culturas asiáticas. Una historia contada por más de doscientos objetos y documentos procedentes de una docena de países, muchos de ellos exhibidos por primera vez en la capital española.

Barco de marfil de Isabel II

Estos objetos sirven para representar una gran variedad de culturas asiáticas en diferentes períodos de la historia. Se muestran objetos de Birmania, Tailandia, Camboya, Malasia, Indonesia, Vietnam, Singapur, Brunei, Filipinas, China (con especial atención a Cantón, Hong Kong, Macao) y Japón. A esto sumamos que los documentos custodiados nos hablan de la presencia de otros países coloniales occidentales en Asia como son el Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Portugal o Rusia. Todo esto convierte esta exposición en un resumen histórico nada frecuente ni en nuestras instituciones ni en otras europeas así como en un hito de los estudios asiáticos.

Pero comencemos por el principio, al menos cronológicamente hablando. Desde la Antigüedad, a la Península Ibérica habían llegado representaciones de culturas asiáticas a través de los mercantes fenicios y, más adelante, de la celebérrima Ruta de la Seda. Estas piezas llegaban por el Mar Mediterráneo, unas aguas relativamente fáciles de navegar, y por las largas rutas terrestres que conectaban Extremo Oriente con los lugares del Occidente conocido. Pero este modo de relacionarse cambiará según la Edad Media deje paso a una nueva era. Casi cien años antes de que esta época finalice, Enrique III una embajada a Samarcanda, en Asia Central, en 1403. No obstante será su nieta, Isabel la Católica, quién realmente de un empujón a la búsqueda de las relaciones fructíferas con Asia cuando envía a Cristóbal Colón con tres carabelas y una carta al “Gran Khan” en nombre del Reino de Castilla. Como ya sabemos, la cosa no fue exactamente como se había previsto y Colón no llegó a la mítica tierra de Cipango descrita por Marco Polo como un lugar rebosante de oro y riquezas, véase Japón, sino a Cuba. Este rentable fracaso no detuvo a la Corona y barcos españoles siguieron buscando un modo de llegar a las indias orientales evitando la zona portuguesa de África, lo que consiguieron primero en 1519 con la circunnavegación de Magallanes y Elcano (¡La primera vuelta al mundo!).

Brújula de Feng Shui

Esto supuso el inicio de la presencia española en Asia y un modo muy poco práctico de llegar a Asia. Por eso, en 1565, fray Andrés de Urdaneta trazó el Tornaviaje, una ruta de oeste a este a través del océano Pacífico que unía Sevilla, Veracruz, Acapulco y Manila.

Nada de esto, ni lo que queda por venir, hubiera sido posible sin los eruditos y curiosos hombres que podemos rastrear en esta exposición. Y, por supuesto, los avances científicos e instrumentos de navegación que usaron, los mapas y láminas que enviaban a los archivos españoles explicando cómo funcionan los barcos occidentales y orientales -como el Atlas de la Marina del Marqueś de la Victoria-. Incluso algunos de estos mapas nos permiten confirmar sospechas históricas, como la existencia de un reino independiente de Singapur desde, al menos, 1778, para desgracia de historiadores ingleses como C.M. Turnbul que en sus numerosos estudios sobre Singapur ha asegurado que no había nada interesante en la isla hasta su colonización.

Reino de Singapur refeljado en un mapa de 1778

La Armada fue durante todo el siglo XVIII el mayor centro científico español y desde sus “laboratorios flotantes” se recopilaban datos que igualmente servían para medir el meridiano terrestre, iniciar enciclopedias de fauna y flora o, como aquí vemos expuesto, realizar completas maquetas y láminas de barcos chinos, singarupense e incluso barcos piratas como el Prao pirata bugis. Y es que los piratas son una parte central de esta exposición, ya que en las aguas asiáticas fueron un quebradero de cabeza para todos los estados, especialmente para España y su Armada que se propuso como misión cortar el incesante tráfico de esclavos tanto oriundos como occidentales (incluso ingleses).

Este ir y venir de piratas y marinos que les hacen frente es un fenómeno histórico relatado por esta exposición y por las novelas de Sandokán. El personaje de Sandokán es un reflejo romántico de las intrigas políticas del momento al que aquí se atiende acompañado de míticas armas filipinas como el kris y otros documentos históricos que nos hacen pensar sobre los personajes inspiraron la creación de este príncipe, puesto que por esos lares hubo un gran número de militares españoles: los Quesada, Rafael Monleón, Miguel Lobo y Malagamba…que no sólo frecuentaban Asia sino que también dominaban varios idiomas, contaban con diccionarios como los que se exhiben, y, además coleccionaban y enviaban a la metrópoli los objetos más curiosos que podamos imaginar: brújulas de Feng Shui, armas, las raíces talladas de los sabios chinos Gen Diao, tridentes de Whusu, guardianes de templos…

A todo esto unimos el relato de episodios históricos como el de la Campaña de la Conchinchina, la vida del almirante Tôgô, la apertura de Japón, el coleccionismo privado y de la realeza… y tenemos un completísimo panorama sobre casi cuatrocientos años de relaciones e intercambios con un sinfín de culturas que cuidadosamente ha sido recogido, documentado y guardado por una institución que, desde sus inicios en 1843 dio una especial atención a Asia desde su “Gabinete Chino” hasta la exposición que se inauguró este pasado jueves.

 

avatar María Galindo (40 Posts)

Estudió la Licenciatura de Historia del Arte y un Máster de Estudios Avanzados especializándose en Arte Extremo Oriental en la Universidad de Zaragoza. Trabaja como profesora de Historia del Arte, cronista, divulgadora y conferenciante. Actualmente, sigue formándose en la Universidad Complutense de Madrid cursando un Máster de Gestión del Sector creativo y cultural.


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