Revista Ecos de Asia

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This article was written on 23 Ene 2014, and is filled under Música y escenarios.

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Sexo, playa y arena: la Edad Dorada de la música Hapa Haole

El archipiélago hawaiano vivió una relación particular con los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX. Después de que una serie de oligarcas locales de origen occidental derrocasen a su monarca en 1894 y proclamasen una efímera república, las islas pasaron a formar parte del Territorio de Hawai, administrado por los Estados Unidos, que no alcanzaría el carácter de Estado hasta la tardía fecha de 1959.

Durante estas décadas, Hawai entró en el creciente mercado de la industria turística, primero mediante la aparición de los cruceros y más tarde gracias a las recién establecidas aerolíneas, que conectaban el continente con Oahu en apenas unas horas. Paralelamente, al calor de las industrias del entretenimiento y del turismo (y de la alimenticia, pues el pequeño archipiélago se convirtió en el mayor productor mundial de piña), Hawai entró en el imaginario popular norteamericano, y lo hizo para quedarse y nunca marcharse, gracias, en parte, a toda una serie de elementos híbridos, como el cine y novela de los Mares del Sur, y por supuesto, la música hapa haole.

Valgan primero unas palabras sobre el significado de hapa haole. En un territorio que, aunque gobernado por una pequeña oligarquía blanca, tenía una clara mayoría de población polinesia, eran de uso cotidiano toda una serie de términos relativos a la consideración racial, que, aunque no tenían validez legal, todavía son muy usados. Haole es el término principal, hoy peyorativo, para referirse a los extranjeros, blancos en general (pues para aquellos de otras razas se incluye un prefijo antes de haole), que aunque hayan nacido y crecido en las islas, nunca serán considerados Hawaiians (aunque los más abiertos de mente podrían llegar a considerarlos locals). Un recién llegado, blanco o no, desconocedor de las costumbres locales, sería un malihini, mientras que un residente de larga duración o incluso un descendiente de un Hawaiian, sería un kama’aina, status que sí tiene beneficios legales.[1]

Así que cuando estamos hablando de música hapa haole, estamos hablando de música “medio blanca”; se entiende desde un primer momento que la otra mitad de la música, sería la hawaiana, pero, ¿a qué música blanca nos estamos refiriendo? Lo cierto es que el término ha sido bastante ambiguo desde sus orígenes, y se ha referido siempre a la música comercial en boga, desde el ragtime al rap, pasando por el rock n’ roll o el pop. En la época dorada a la que nos referimos (1920-1950), esta fue, casi siempre, una mezcla compensada de jazz y swing.

La difusión de la música hawaiana comenzó en 1912, cuando se estrenó en Broadway el musical Ave del Paraíso (el mismo que se llevaría varias veces al cine, la más famosa de ellas protagonizado por Dolores del Río), que aunque ambientado en Tahití estaba poblado de canciones con palabras y música hawaiana (definidas por la prensa como “extrañamente sensuales”, tocada por músicos locales. La obra fue un enorme éxito y llevó a que muchos compositores hawaianos comenzasen a crear o a traducir sus letras al inglés. En este sentido, habría sido pionera la propia y destronada reina Liloukalani, que antes de 1883 había compuesto Aloha oe, la más famosa y versionada canción hawaiana de toda la historia. En 1915, en la Exposición Internacional de San Francisco (dedicada al Pacífico y al recién nacido Canal de Panamá), la inesperada atracción principal fue un show de música y hula de la mano del Royal Hawaiian Quartette, y pronto, la mayoría de compositores norteamericanos comenzaron a componer falsa música aparentemente hawaiana.

Ejemplos de portadas de partituras de éxitos hapa haole.

Ejemplos de portadas de partituras de éxitos hapa haole.

En menos de un año, se escribieron centenares de canciones “hawaianas”, y, de hecho, se vendían más discos de este estilo que de cualquier otro género; al éxito contribuían, por supuesto, los sensuales bailes de hula y shimmy que solían acompañar a los temas. La receta principal incluía música de ukelele adaptada[2] a alguno de los estilos musicales de moda (ragtime, foxtrot, blues, jazz, vals[3]), con una letra en inglés que incluía unas pocas y escogidas palabras en hawaiano, además de algún galimatías en Pidgin. Mientras que en los Estados Unidos esta música era identificada automáticamente como hawaiana, en el archipiélago quedaba claro que esta no lo era, aunque se reconocían sus raíces, y es por ello que comenzó a ser llamada hapa haole.

El movimiento alcanzó mayor dignidad antropológica en el momento en el que se hicieron partícipes de él verdaderos hawaianos, fueran haoles o no. Con la construcción de los primeros hoteles de lujo (el Hotel Moana fue el único de la playa de la playa de Waikiki hasta la construcción del Royal Hawaiian Hotel en 1927) y la llegada de los primeros cruceros, se crearon toda una serie de orquestas comerciales para entretener a los recién llegados, que se especializaron en este tipo de música. Fue esta la época de los grandes compositores, como Sonny Cunha[4], Johnny Noble[5] o Robert Alex Anderson[6], y de las grandes intérpretes como Hilo Hattie.

Algunos de ellos, como la propia Hattie o Harry Owens, realizaron además exitosas giras por la América continental, extendiendo aún más, si cabe, la música hapa haole, a cuya popularidad estaba contribuyendo también el recién llegado cine sonoro. No fue hasta 1935 cuando se produjo el primer programa de radio exclusivamente dedicado a la música hawaiana (en especial, aunque no únicamente, a la hapa haole), el Hawaii Calls, presentado por Webley Edwards y emitido desde el propio hotel Moana. El programa, de alcance nacional, llevaría a la fama a unos todavía jóvenes intérpretes, que ya no siempre eran haoles como antaño; entre los invitados del programa encontramos a leyendas como Alfred Apaka, Pua Almeida, Lena Machado o Bil Kaiwa.

Su música, romántica y conciliadora, es la que todavía es recordada como ejemplo de un Hawai prístino y pre-estatal, donde los sueños de libertad y conciliación convivían, sin embargo, con unas fuertes tensiones raciales. Este énfasis en la diferencia, que en la música se dio de una forma mucho más amable que en el cine o en la vida real, se reflejaba en los títulos de las canciones: mientras que las palabras hawaianas utilizadas hacen referencia a expresiones amorosas, nombres propios, localizaciones geográficas o elementos arquetípicos de la cultura hawaiana[7], el abanico de palabras y conceptos en inglés es mucho más paradisiaco y arquetípico.[8]

De ello se deduce que la receta básica para la composición de un éxito hapa haole pasaba por encontrar una historia de romance, en la que un haole cantaba a una kama’aina (si es morena y viste a la manera tradicional, además de bailar hula, mucho mejor) sobre su amor, pasado o presente, en un idílico ambiente de playa y mar, preferiblemente en un momento clave y efímero del día, como el atardecer o bajo la luz de la luna. Esta debería cantarse en un tiempo relativamente lento y relajado, combinando instrumentación occidental con ukeleles y preferiblemente, en inglés, aunque una serie de palabras conocidas escogidas en hawaiano deberían estar diseminadas a lo largo de la canción. Y si la partitura se vende con una bella imagen de esta chica en la portada, todavía mejor. Un ejemplo arquetípico de canción hapa haole, podría ser el siguiente:

LITTLE BROWN GAL (1935)

PEQUEÑA CHICA MORENA (1935)

To the isles across the blue Pacific

I’ve a constant longing to return

There’s a reason that is quite specific

Someone for whom I yearn

 

It’s not the islands fair

That are calling to me

It’s not the balmy air

Nor the tropical sea

 

It’s just a little brown gal

In a little grass skirt

In a little grass shack

In Hawaii

 

It isn’t Waikiki

Nor Kamehameha’s folly

Nor the beach boys free

With their ho’omalimali

 

It’s just a little brown gal

In a little grass skirt

In a little grass shack

In Hawaii

 

Through that island wonderland

She’s broken all the kanes’ hearts

It’s not hard to understand

For that wahine is a gal apart

 

 

I’ll be leaving soon

And the thrill I’ll enjoy

Is not the island moon

Nor the fish and the poil

 

It’s just a little brown gal

In a little grass skirt

In a little grass shack

In Hawaii

A las islas del azul Pacífico

Estoy constantemente deseando volver

Hay una razón bastante específica

Alguien por quien anhelo

 

No es el clima de las islas

Lo que me está llamando

No es el agradable aire

Ni el mar tropical

 

Es solo una pequeña chica morena

En una pequeña falda de paja

En una pequeña choza de paja

En Hawai

 

No es Waikiki

Ni la locura de Kamehameha

Ni la playa sin hombres

Con sus ho’omalimali[9]

 

Es solo una pequeña chica morena

En una pequeña falda de paja

En una pequeña choza de paja

En Hawai

 

Aunque esta isla es el País de las Maravillas

Ella ha roto el corazón de todos los kanes[10]

No es difícil de entender

Que esta wahine[11] es una chica a parte

 

Pronto me iré

Y la emoción de la que disfrutaré

No es la luna de la isla

Ni el pescado y el poi[12]

 

Es solo una pequeña chica morena

En una pequeña falda de paja

En una pequeña choza de paja

En Hawai

Fue esta la idea de Hawai que se extendió en los Estados Unidos durante la década de los 30 y 40, formando una parte muy importante de la emergente cultura tiki. Al salir de las islas, la mayoría de intérpretes iban a programas musicales de radio, pero especialmente a los restaurantes y galerías de arte temáticos, como el Luau de Beverly Hills, los Trader Vic de todo el país, el Don the Beachcomber, el Islander, el Castway, el Latitude 20, el Coconut Grove del Hotel Abassador, el Hotel Lexington de Nueva York y muchos otros. Gracias, en parte, a estos intérpretes, los americanos llegaron a sentir como suyo algo tan alejado, física y culturalmente, como Hawai; tanto fue así que no dudaron en declararse en guerra cuando un 7 de Diciembre de 1941, el ejército japonés bombardeó Pearl Harbour. Pero esto ya, es otra historia.

Postales turísticas de Hawai en su época dorada. En el centro, Duke Kahanamoku, símbolo estatal y responsable de la difusión del surf en el mundo entero.

Postales turísticas de Hawai en su época dorada. En el centro, Duke Kahanamoku, símbolo estatal y responsable de la difusión del surf en el mundo entero.

La música hawaiana, hapa haole o no, ha seguido viva hasta nuestros días, a pesar del Renacimiento Hawaiano de la década de los 70,[13] que la consideró como una aberración comercial y sin valor cultura. La música hapa haole nunca desapareció completamente: Bing Crosby, las Andrews Sisters o Elvis Presley cantaron algunos de sus grandes éxitos, y las grandes estrellas de la música surf nunca la dejaron morir. Hoy, está en los hoteles y en los folletos turísticos, en las series infantiles que pueblan nuestras televisiones (Bob Esponja, Lilo & Stich) e incluso las superproducciones de Óscar (Los Descendientes, 2011).

Quizás, aunque no sea un verdadero ejemplo de lo que Hawai debería ser, sí es un genuino ejemplo de lo que Hawai es, o ha sido, al menos a ojos de los Occidentales. Porque como ya escribió Floyd Matson, “Hawai es siempre un estado mental. Aunque no sea siempre el mismo estado mental”.[14]

Para saber más:

  • Squareone.org. «Hapa Haole Songs», 2008. http://www.squareone.org/Hapa/.
  • Tatar, Elizabeth. Strains of Change: The Impact of Tourism on Hawaiian Music. Honolulu, Bishop Museum Press, 1987.

 

Notas:

[1] Así pues, un Hawaiian, siempre sería kama’aina, aunque si este fuera local podría también ser considerado un malihini; en general, el haole es tildado de malihini, aunque legalmente pueda ser local y al tiempo, ser considerado kama’aina. Por supuesto, existen medias tintas en todo este asunto, y este es el caso de lo hapa haole; literalmente “medio extranjero” (“medio blanco”).
[2] Por ejemplo, se generalizó el uso del piano, y más tarde, el de la batería y de los instrumentos de viento metal.
[3] De hecho, como dato curioso cabe destacar que en España, cuando el Bando Nacional controlaba las emisiones musicales de las radios públicas, prohibió la reproducción de jazz y blues, pero no así del “vals hawaiano”. Para más información, véase: Chicón, José Juan. Sesenta Años… y un Día: Historias de una Radio Llamada Zaragoza. Zaragoza, Mira Editores, 1998. 364 pp.
[4] Albert R. ‘Sonny’ Cunha (1879 -1933) fue uno de los  principales impulsores de la música hapa haole, compositor del primer tema del estilo (My Waikiki Mermaid, en 1913), y autor de centenares de canciones. Su estilo, basado en la música de piano, fue muy imitado por las generaciones que le sucedieron. También fue uno de los primeros intérpretes hawaianos en  salir de gira por los Estados Unidos.
[5] Johnny Noble (1892-1944) fue el más importante de los compositores haoles del siglo XX. Nacido en Honolulu, fue uno de los responsables de la introducción del jazz en las islas, y de la creación del género hapa haole. Estudioso de la cultura hawaiana, empresario, director de orquesta, intérprete y compositor, estuvo a cargo de muchas de las orquestas turísticas más importantes de las islas (entre ellas, la del Hotel Moana en Honolulu), y realizó cientas de grabaciones, especialmente la discográfica Brunswick. Fue el compositor y arreglista de, entre muchas otras canciones, como My Little grass shack, Hula Blues y Hawaiian War Chant.
[6] Robert Alexander Anderson (1894-1995) fue un compositor haole nacido en Hawai, activo a partir de 1927 y uno de los principales representantes del género hapa haole. Fue el compositor de más de 100 canciones de temática hawaiana, entre las que destacan Mele Kalikimaka, Lovely Hula Hands y Haole Hula.
[7] Estadísticamente, según la base de datos de squareone.org, las palabras en hawaiano más repetidas en los títulos de las canciones son: Hawai, Lei, Aloha, maile, hula, ilikai, aina, ala, Moana, wai, honolulu, malihini, waikiki, kauai, maui, beulah, luau, mumuu, laupahoehoe, kona, kai, hilo, kolohe, wacka,  kalua, Kahanamoku, e kuu, mai nei, poi, ei nei, nanoa, hana hana, hanalei, hana,  nei, holoholo, ukelele, hukiloa, kaloha, waialao, lehua, kahului, kailua (lugar), kainoa, kalua, kama’aina,kanaka, kamehameha, kauana….
[8] Estadísticamente, según la base de datos de squareone.org, las palabras en inglés más repetidas en los títulos de las canciones son las relativas al romance (beso, amor, querido, corazón, luna de miel, amado, chicas, chico, visión, ángel, reina, sonrisa, traviesa, encantada, ojos), seguidas de las referencias al paisaje y al paso del día (paraíso, cielo, luz de la luna, atardecer, estrellas, brisa, laguna, luna, tierra, aldea, barco, paseo), más especialmente, al mar y a la playa (isla, mar, coral, Pacífico, arrecife, arena, bahía), y a otras particularidades locales (Polinesia, costumbre, nativo, canoa, lava, pájaro, mariposa, antiguo, espíritu). Le siguen las referencias al baile y la canción (baile, canción, cántico, nana, cantar), a la vegetación (flor, orquídea, rosa, caña de azúcar, palmeras), a la memoria (recuerdo, adiós, perdonar, hospitalidad, despedida, ecos, olvido, sueño, hogar), a la alimentación (coco, comida, piña, pollo, chile, pescado), a los colores  (dorado, oscuro, azul) y a la vestimenta y al atuendo (guirnalda, falda, tatuaje, pelo).
[9] Palabra hawaiana que significa “algo diseñado para atraer la atención de forma favorable”.
[10] Hawaiano para “hombres”.
[11] Hawaiano para “mujer”.
[12] Alimento básico polinesio formado a base de la raíz del ñame aplastada y agua.
[13] El Segundo Renacimiento Hawaiano fue un movimiento cultural de las décadas de los 70 y 80 que promulgó el estudio y la recuperación de tradiciones polinesias previas a la llegada de occidentales (como la música o la artesanía), además de algunos fenómenos híbridos como el Pidgin. El movimiento tuvo, además, moderado alcance político.
[14] MATSON, F. “Hollywood Goes Hawaiian”, Viewers’ Guide: East-West International Film Festival: Honolulu, East- West Film Festival, 1984. P. 40.
avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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