Revista Ecos de Asia

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This article was written on 10 Jun 2015, and is filled under Cine y TV, Historia y Pensamiento.

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“The Admiral, Roaring Currents” (2014) y la segunda campaña japonesa en Corea.

En un artículo anterior, nos centramos en el primer intento de invasión  de Corea emprendido por el dirigente japonés Toyotomi Hideyoshi, cuya invasión no suponía más que el primer paso en sus planes por hacerse con el control de la China de los Ming. En esta ocasión, nos centraremos en exponer la segunda invasión de la península coreana, ocasionada tras un largo periodo de negociaciones fallidas entre China y Japón, que desembocó en el año 1597 en un nuevo ataque por parte de los japoneses.

En este segundo intento, Hideyoshi parecía haber aprendido de sus errores pasados. Desestimada desde el principio la conquista de China, envió un nuevo ejército que, sumando las tropas que ya se encontraban en suelo coreano, ascendía a más de 140.000 hombres. La corte coreana tampoco permaneció ociosa y, analizando cómo el caos y la desorganización de su ejército durante los primeros compases de la pasada guerra habían permitido a los japoneses avanzar profundamente en su territorio, el rey Seonjo (1567-1608) y los principales generales, a través de una serie de medidas destinadas a la construcción y mejora de las fortificaciones, así como otras encaminadas a lograr una mejor organización del ejército, hicieron que Corea se encontrara en mejor disposición para esta segunda contienda. Del mismo modo, la respuesta de China en esta ocasión fue instantánea, enviando a un poderoso ejército además de una fuerza naval con los que poder repeler a los invasores.

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La flota japonesa desembarca en Corea durante los inicios de la segunda invasión.

La estrategia de las fuerzas japonesas fue distinta a la de la primera invasión. Los japoneses se dividieron en dos enormes contingentes, el Ejército de la Izquierda y el Ejército de la Derecha, pero pronto comprobaron que las circunstancias habían cambiado respecto al año 1592, encontrándose a un ejército coreano y chino mejor organizado, lo que hizo que los japoneses se concentraran en defender los territorios conquistados.

Es en este punto en el que se inicia la película coreana The Admiral, Roaring Currents (2014), que narra parte de estos últimos compases de la segunda invasión y el papel destacado que el almirante Yi Sun-sin jugó en la contienda. Como vimos con anterioridad, Yi Sun-sin ya había destacado como un avezado estratega al mando de la flota coreana, a la que había guiado a la victoria a través de numerosos enfrentamientos contra los japoneses, hasta el punto de ser el principal causante del fracaso de la primera invasión. El film arranca en un momento crítico para los coreanos: Yi Sun-sin, mediante una serie de artimañas, ha sido relegado del mando, siendo dirigida la flota por el incapaz Won Gyun (1540-1597), quien, haciendo caso omiso de los consejos de sus oficiales, se enfrentó con la totalidad de la flota coreana y sin planificación previa a los japoneses en la batalla de Chilcheollyang, en el sur del país, resultando en una aplastante derrota en la que murió el propio Won Gyun y de la que solamente consiguieron escapar doce barcos coreanos.

Tras el fracaso, el monarca coreano restituyó a Yi Sun-sin en su puesto y, contando solamente con los doce barcos que escaparon del desastre bajo su mando, trató de reorganizar sus maltrechas defensas. Después de la derrota de la flota coreana, los generales japoneses decidieron que lo más conveniente sería bordear con sus naves la península de Corea por el oeste y transportar una gran cantidad de tropas con las que atacar Seúl sorpresivamente desde el mar. Yi Sun-sin y su exigua flota son, por tanto, lo único que se interpone entre la capital y el ejército japonés.

El almirante Yi Sun-sin (Choi Min-sik), es restituido al frente de la flota coreana y deberá urdir un plan con el que derrotar a la poderosa armada japonesa.

El almirante Yi Sun-sin (Choi Min-sik), es restituido al frente de la flota coreana y deberá urdir un plan con el que derrotar a la poderosa armada japonesa.

El largometraje dirigido por el coreano Kim Han-min, quien ya había abordado el género histórico en War of the arrows, del año 2011, nos presenta una superproducción en la que se narra el que es considerado como el mayor éxito de Yi Sun-sin, en el que, contando con una exigua fuerza, logró contener al enemigo y salir victorioso de su enfrentamiento con los japoneses. El film arranca con los preparativos para el futuro enfrentamiento: Yi Sun-sin, interpretado por el veterano actor Choi Min-sik,  se hace cargo de la situación, preparando la estrategia y buscando el mejor emplazamiento por donde hacer frente a los japoneses. No hemos de olvidar que estamos ante un largometraje de producción coreana, por lo que conoceremos las atrocidades realizadas por las tropas japonesas, en concreto por las capitaneadas por Kurushima Michifusa (Ryu Seung-ryong), quien se nos presenta como principal antagonista del almirante Yi.

La flota japonesa estará encabezada por Kurushima Michifusa (Ryu Seung-ryong), quién hará todo lo posible por derrotar a Yin Sun-sin.

La flota japonesa estará encabezada por Kurushima Michifusa (Ryu Seung-ryong), quién hará todo lo posible por derrotar a Yin Sun-sin.

La película muestra la delicada situación que atraviesa el ejército coreano y su desesperación ante la supremacía marcial de los japoneses. Tanto es así que Yi Sun-sin tendrá que hacer frente a deserciones e incluso a un intento de asesinato por parte de un oficial que no confía en el criterio de su superior, llegando incluso a prender fuego al único barco tortuga con el que cuentan, una embarcación acorazada y fuertemente armada que ayudó en numerosas ocasiones a los coreanos a hacerse con la victoria en los enfrentamientos navales. Será tal la superioridad numérica de los japoneses que Yi Sun-sin se verá abocado a hacerles frente en el peligroso estrecho de Myeongyang, en el que son frecuentes los remolinos y los cambios de corriente. El enfrentamiento, denominado por los coreanos como “el milagro de Myeongyang”, tuvo lugar el 26 de octubre de 1597 y supuso un punto de inflexión en la guerra, donde las exiguas fuerzas de Yi Sun-sin, haciendo valer su conocimiento del terreno y la astucia de su comandante,  contuvieron a la armada japonesa formada por 133 naves, causándoles innumerables bajas y forzándoles a retirarse.

El desigual enfrentamiento entre las dos armadas se produjo en el estrecho de Myeongyang, emplazamiento que resultaría vital para la victoria coreana.

El desigual enfrentamiento entre las dos armadas se produjo en el estrecho de Myeongyang, emplazamiento que resultaría vital para la victoria coreana.

El film se centra en el enfrentamiento entre las dos armadas, comprendiendo el combate naval más de la mitad de la narración. La labor de producción y de la puesta en escena es encomiable, presentando unas reconstrucciones fidedignas tanto de las naves como del armamento de la época. Podremos observar como los japoneses, siendo conscientes de la superioridad de sus arcabuces, optaban por aproximarse a las naves enemigas realizando salvas de disparos para, posteriormente, abordarlas con el consiguiente enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Por su parte, los coreanos disponían de una mejor artillería en sus barcos, valiéndose de ella para evitar que los japoneses se les aproximaran, así como un mejor conocimiento del terreno y de las corrientes, usándolos a su favor e imposibilitando las maniobras japonesas.

The admiral, de un marcado cariz patriótico, ensalza las cualidades de uno de los mayores héroes militares coreanos. Se nos presenta a un Yi Sun-sin como poseedor de los valores del perfecto caballero confuciano, cuya lealtad hacia su país y a su soberano, a pesar de las afrentas pasadas, están por encima de cualquier duda. También se nos muestran a los otros responsables de la victoria frente a las fuerzas invasoras: los marinos coreanos responderán heroicamente ante los mejor armados japoneses y la ayuda prestada por la población y los monjes guerreros budistas se verá fundamental para lograr la victoria.

La victoria de Yi Sun-sin supuso un poderoso revés a las aspiraciones japonesas de este segundo intento de conquista, en el que, a pesar de salir victoriosos en numerosas ocasiones frente al combinado de tropas coreanas y chinas, los comandantes japoneses fueron realizando paulatinamente el desalojo de Corea, el cual sería completamente ordenado por un moribundo Hideyoshi desde su lecho de muerte el 18 de septiembre de 1598. El almirante Yi Sun-sin murió el 17 de diciembre del mismo año debido a un disparo en el pecho en la batalla de Noryang, uno de los últimos enfrentamientos de la contienda mientras se enfrentaba a las tropas japonesas en retirada. Tras su muerte fue reconocido inmediatamente como uno de los grandes héroes de la contienda, siendo considerado en la actualidad como uno de los más geniales estrategas de todos los tiempos.

Los duros enfrentamientos entre coreanos y japoneses adquieren una gran espectacularidad en la cinta de Kim Han-min, en la que se presta especial atención a la recreación de naves y armamento.

Los duros enfrentamientos entre coreanos y japoneses adquieren una gran espectacularidad en la cinta de Kim Han-min, en la que se presta especial atención a la recreación de naves y armamento.

Las campañas de Corea supusieron una enorme cantidad de bajas para los contendientes y población civil: cálculos actuales estiman que se perdieron más de un millón de vidas humanas, quedando la península coreana completamente arrasada, perdiéndose innumerables extensiones de tierra cultivable, construcciones, documentos y obras de arte. Además, muchos coreanos fueron tomados cautivos y conducidos forzosamente a Japón, donde fueron los responsables de numerosas producciones artesanales, caso de la cerámica y la porcelana, las cuales no se habrían podido desarrollar sin intermediación de los maestros coreanos.

Esperamos haber acercado al lector a uno de los episodios más destacados de la historia de Extremo Oriente, el cual, a la vez, resulta particularmente desconocido en Occidente. Para ello, nos hemos valido del excelente largometraje de Kim Han-min y de la historia de Yi-Sun-sin como un medio para estudiar este acontecimiento, por lo que no nos queda más que recomendar encarecidamente al lector su visualización.

Para saber más:

  • Ficha de la película en Filmaffinity.
  • TURNBULL, S., Samurai Invasion, Japan´s Korean War, 1592-1598, Londres, Casell & Co., 2002.
  • WHITNEY, J., The Cambridge History of Japan, Volume 4, Early Modern Japan, Cambridge, Cambridge University Press, 1991.
avatar David Lacasta (76 Posts)

Soy Licenciado en Historia del Arte y actualmente estoy cursando el máster en estudios avanzados, en la modalidad de Asia Oriental. Estoy trabajando en la cerámica Satsuma, y el fenómeno de su coleccionismo en occidente.También me interesa mucho todo lo relacionado con las armas y armaduras de los samurai, así como la historia militar de Japón.


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