Revista Ecos de Asia

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This article was written on 24 Ene 2020, and is filled under Cine y TV, Crítica.

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“The Gift (Atiye)”: un extraño regalo desde la Anatolia ancestral

El 27 de diciembre llegaba a muchas pantallas The Gift (Atiye), segunda producción turca de Netflix. Tras un título que podrá traducirse como “el regalo” o “el don”-relacionado con el nombre de su protagonista-, se esconde una trama de toques sobrenaturales que bebe del intenso pasado histórico de la región sur del país para presentarnos la historia de Atiye, una exitosa pintora de Estambul cuya vida se ve completamente alterada tras un importante descubrimiento arqueológico.

La pintora Atiye en su estudio de Estambul, junto a su símbolo característico.

En un panorama televisivo cada vez más inundado de ficción romántica turca, The Gift constituye un soplo de aire fresco para las producciones del país, pero no logra separarse por completo del ambiente novelesco debido a lo predecible de muchas de las escenas, la cuestionable actuación de varios de sus protagonistas y, especialmente, porque uno de sus principales reclamos son sus actores principales, grandes estrellas de la telenovela turca.

El papel principal de Atiye es interpretado por Beren Saat, la actriz turca mejor pagada del momento, famosa dentro y fuera de sus fronteras gracias a la telenovela Fatmagül (también conocida como ¿Qué culpa tiene Fatmagül?), estrenada con gran éxito en cuatro de los cinco continentes a pesar de que su tema central –la violación de la protagonista- era sumamente controvertido; el co-protagonista, el arqueólogo Erhan Kurtiz, es interpretado por Mehmet Günsur, célebre por su aparición en la telenovela histórica El Sultán/ Suleimán, el gran sultán, una de las producciones turcas más caras (y exitosas) de la historia, en donde interpretó a uno de los hijos de Solimán el Magnífico.

No obstante, The Gift diverge de estas producciones en su sobresaliente fotografía y cinematografía (cabe destacar sus estupendos planos aéreos, que parecen casi un anuncio del Ministerio de Turismo), pero también en su ambientación predominantemente urbana y actual. Aunque la historia da inicio en un moderno estudio de una pintora contemporánea estambulí, toda la trama está cargada de numerosos elementos paranormales y místicos, que conectan con el pasado ancestral de la actual Turquía y se atreven incluso a tratar asuntos controvertidos del presente y el pasado reciente del país, como el maltrato y abuso a la minoría kurda.

Aunque muchos han destacado los poco casuales paralelismos con otras producciones de Netflix como la alemana Dark, el tema de la alteración del tiempo es (por el momento) tangencial en The Gift, dando más importancia a una posible trama de mensaje matriarcal, siempre en conexión con el intenso pasado de una de las regiones más maltratadas de Turquía, su frontera oriental. Sin embargo, el maniqueísmo de algunos personajes (como el prometido de Atiye, Ozan, o, especialmente, su padre, el importante magnate Serdan) – que sería en sí, algo también muy propio de la región-, puede llegar a hacer que estos importantes mensajes se difuminen.

Dado que muchos de los aspectos históricos y arqueológicos que trata la serie podrían resultar desconocidos para el público general, introducimos aquí algunos de ellos para que –sin ánimo de desvelar su argumento-, puedan servir de guía y aliciente a aquellos que decidan introducirse en su visionado.

 

Göbekli Tepe

La serie da comienzo cuando en el importante yacimiento arqueológico de Göbekli Tepe, considerado el lugar de culto más antiguo del mundo, se encuentra un símbolo idéntico al que la pintora Atiye representa obsesivamente en sus cuadros, pero once mil años más antiguo. Göbekli Tepe es, por supuesto, un yacimiento real, descubierto en 1965 y ubicado en una colina cercana a la ciudad turca de Sanliurfa (la antigua Edesa), cerca de la frontera con Siria. Aunque apenas se ha excavado un 5% del lugar –por arqueólogos turcos y alemanes-[1], se considera que su construcción comenzó en el Mesolítico, antes de que empezara el proceso de sedentarización, lo que ha trastocado las principales teorías sobre la llamada Revolución Neolítica. Fuese cual fuese su función exacta, se trata del complejo megalítico más antiguo del mundo, que fue deliberadamente abandonado y enterrado en torno al 8000 a.C., tras algo más de dos mil años en uso. Además de por la complejidad de la construcción (considerada hasta entonces inalcanzable por una sociedad de cazadores-recolectores), el lugar es célebre por sus múltiples relieves zoomorfos y por sus pictogramas abstractos, similares al símbolo que repite obsesivamente la protagonista de la serie. La inclusión de Göbekli Tepe como elemento central de la trama podría tener que ver con su reciente proclamación en 2018 como Patrimonio de la Humanidad, sirviendo la producción como material promocional.

Arriba, el templo principal del yacimiento en la actualidad; debajo, infografía sobre la construcción de Göbekli Tepe.

 

El Monte Nemrut

Más adelante, la acción se traslada al Monte Nemrut, casi en la frontera con Armenia, en donde se encuentra una de las construcciones megalómanas más peculiares del mundo, la tumba del rey Antíoco, popular por sus gigantescas cabezas esparcidas en la tierra. Enclavado en los Montes Tauro, en pleno altiplano armenio, se encuentra este popular monumento, que se considera como parte de la tumba del rey Antíoco I Theos de Comagene, coronado rey en el 62 d.C. En la cima de la montaña, Antíoco mandó erigir numerosas estatuas, entre las que destacan dos enormes retratos del soberano, dos águilas, dos leones, y otras más llamativas que representan diferentes dioses armenios, griegos y persas (como Apolo-Mitra, Tique, Zeus-Oromasdes y Hécules) –dando buena cuenta del sincretismo alcanzado en la región-; también existe un friso que representa a sus antepasados dinásticos, armenio-partos de un lado (se le considera descendiente de Darío el Grande) y greco-seleúcidas por el otro. Hoy, las cabezas se encuentran separadas de sus cuerpos, fruto de una casi segura iconoclastia. A pesar de que el lugar fue considerado como yacimiento arqueológico desde finales del siglo XIX, y de que ha habido múltiples excavaciones en el lugar, todavía no se conoce su utilidad exacta ni se ha encontrado la tumba del ahora célebre soberano.

La pintoresca cima del Monte Nemrut, con las cabezas de la tumba de Antíoco.

 

Armenios, kurdos y otras minorías

Además, a lo largo de varios episodios, aparecen varios personajes de origen, apariencia y lengua kurda en la serie, presentados como algo exótico y desconocido para los estambulíes cosmopolitas. Mucho más importante es que la serie no disimula ni oculta las vejaciones, maltratos y asesinatos que históricamente se han realizado a la comunidad kurda, asunto que es conocido y denunciado de manera sistemática por la comunidad internacional pero que es negado por el gobierno turco.

Tras varios episodios, conoceremos que la misteriosa niña con la que se relaciona Atiye hablaba kurdo, algo que pone de manifiesto el gran desconicimento de la mayoría turcoparlante sobre esta importante minoría.

Una de las escenas que sucede en Adiyamán, en el sur de Anatolia

Igualmente, en uno de los episodios resulta trascendental el conocimiento del idioma siriaco (aparecido hace miles de años como un dialecto del arameo). Antiguamente asociado a la difusión del cristianismo primitivo en Asia, el idioma fue perdiendo progresivamente su importancia con la difusión del Islam y del árabe como lingua franca en Oriente Próximo, algo que se reforzó con las derivas nacionalistas de muchos de los nuevos estados de la región aparecidos o reformados en el siglo XX; un punto de no retorno fue la muerte de muchos de sus hablantes durante el Genocidio Armenio de 1915. Actualmente, todavía lo hablan casi medio millón de personas que se encuentran repartidas, principalmente, entre el sureste de Turquía y el norte de Irak (así como en comunidades de Líbano, Siria, Irán y el Caúcaso), pero sus hablantes denuncian medidas vejatorias por parte del gobierno turco.

Otro elemento propio del folklore de la región y que cobra gran protagonismo en un episodio (aunque seguramente tendrá una gran trascendencia argumental) es la shahmaran (literalmente, “reina de las serpientes” en persa), una criatura mitológica mitad serpiente mitad mujer muy popular en las regiones habitadas por kurdos de Irán, Iraq y Turquía.

Shahmaran, motivo tradicional en las regiones kurdas.

La inclusión de la cuestión kurda y siriaca-armenia en una serie producida en un país que, de forma reiterada, niega que haya existido tal cosa como el Genocidio Armenio, o la discriminación de las minorías kurdas, alevíes y cristianas (que conforman aproximadamente un tercio de la población de Turquía) hace de esta serie algo sumamente inusual e inesperado, que suponemos que traerá no muy agradables consecuencias.

Imagen promocional de la serie, con sus modernos y cosmopolitas protagonistas.

En definitiva, aunque algunos de los giros argumentales de la serie y su cuestionable labor actoral (la salud mental se trata en los mismo términos y ademanes que ya vimos durante varias temporadas en Homeland) puedan restar puntos a su valoración global, The Gift se trata de una producción interesante y prometedora (habrá, sin duda, una segunda temporada), destinada no solo a entretener sino a suscitar el conocimiento y la reflexión sobre el pasado, presente y futuro de una de las regiones más disputadas y convulsas de la Historia.

 

Notas:

[1] El extraño apellido Kurtis del co-protagonista masculino de la serie podría ser una referencia a esta cuestión.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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