Revista Ecos de Asia

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This article was written on 23 May 2014, and is filled under Música y escenarios.

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The Mikado, una opereta japonista.

En los últimos años del siglo XIX, Europa descubrió Japón. Esto generó una corriente cultural, denominada japonismo, en la que el arte occidental se empapó de principios y elementos estéticos nipones, desde el nivel más superficial hasta el más profundo. Esto no sólo se limitó a las artes plásticas, sino que esta estética trascendió a todas las facetas artísticas, incluida la música. Resulta paradigmática la obra Madama Butterfly, de Puccini (1904), sin embargo, no fue la única, y este fenómeno no se limitó a los altos circuitos operísticos. Por poner algunos ejemplos, en España se realizaron zarzuelas inspiradas en Japón, como Flor de té (1897), Nísperos del Japón (1897) o La taza de té (1906). No obstante, en esta ocasión nos vamos a centrar en una temprana obra del contexto inglés, The Mikado, de Gilbert y Sullivan.

W. S. Gilbert y Arthur Sullivan.

W. S. Gilbert y Arthur Sullivan.

W. S. Gilbert y Arthur Sullivan colaboraron por primera vez y de manera esporádica en 1871, presentados por un amigo común. De esa unión nació una primera obra, Thepsis, que si bien tuvo un éxito moderado, resultaba tan distinta a los característicos trabajos de la pareja que nunca intentaron recuperarla, de forma que terminó perdiéndose.

El Teatro Savoy en una imagen de época (izquierda) y en la actualidad, ampliado con un hotel de lujo (derecha).

El Teatro Savoy en una imagen de época (izquierda) y en la actualidad, ampliado con un hotel de lujo (derecha).

Fue en 1877 cuando sus caminos se unieron definitivamente, de la mano del productor Richard D’Oyly Carte. D’Oyly levantó un teatro en el West End londinense, el famoso Teatro Savoy (hoy convertido en hotel de lujo), donde se estrenarían una serie de producciones operísticas victorianas de carácter humorístico. Con el paso del tiempo, el teatro se convertiría en el centro emblemático de estas producciones, hasta el punto de acabar conociéndose como “Óperas Savoy”. Entre todas ellas, las más destacadas son las producciones de Gilbert y Sullivan.

Carteles de HMS Pinafore (izquierda) y The Pirates of Penzance (derecha).

Carteles de HMS Pinafore (izquierda) y The Pirates of Penzance (derecha).

Colaboraron estrechamente entre 1877 y 1884, periodo durante el cual estrenaron The Sorcerer (1877), HMS Pinafore (1878), The Pirates of Penzance (1880), Patience (1881), Iolanthe (1882) y Princess Ida (1884). Después de esta última, Sullivan, que había recibido formación musical y había sido considerado una gran promesa de la música inglesa, quiso abandonar la formación para dedicarse a la composición de las obras maestras que el mundo victoriano esperaba de él. Esto se debió, por una parte, a que sentía que estaba prostituyendo su talento en favor del dinero fácil que estas exitosas óperas generaban; y, por otro lado, al descenso de calidad que se apreciaba en los libretos de Gilbert, repetitivos, encorsetados, recurriendo siempre a las mismas fórmulas y, a la vez, impidiendo un desarrollo imaginativo de la música.

The Mikado. Cartel de época.

The Mikado. Cartel de época.

No obstante, esta separación duraría poco. No sin enormes esfuerzos, Gilbert logró convencer a Sullivan, cediendo a su petición y llevándole un nuevo libreto: el texto de The Mikado. Esto reanudó la colaboración fluida entre ambos, aunque las obras posteriores al Mikado estuvieron plagadas de problemas, caracterizándose esta etapa porque los dos compaginaron su trabajo juntos con otros proyectos individuales o colaboraciones con otras personas. Finalmente, el fracaso de The Grand Duke en 1896 deshizo definitivamente su colaboración.

La creación y recepción de The Mikado.

Knightsbridge (arriba) y reproducción del pueblo que se construyó para la Exposición (abajo).

Knightsbridge (arriba) y reproducción del pueblo que se construyó para la Exposición (abajo).

En el momento de su primera separación, Sullivan realizó un viaje por Europa. El mismo día de su vuelta, D’Oyly primero y Gilbert después se pusieron en contacto con él para convencerle de una nueva colaboración. El argumento que Gilbert quería desarrollar, a toda costa, era una historia demasiado similar (si no un autoplagio) de The Sorcerer, que fue rechazado por el compositor. Su empecinamiento retrasó que llegase un acuerdo entre ambos. Sullivan convenció a Gilbert para que modificase su libreto, y aunque éste así lo hizo, no lograron llegar a un acuerdo satisfactorio, de manera que Sullivan demandó un nuevo argumento, a lo que Gilbert, en un primer momento, se negó. Sin embargo, casi un mes después de comenzar las negociaciones, Gilbert sorprendió con una nueva idea. Seguramente inspirado por la exposición de productos japoneses de Knightsbridge,[1] presentó el nuevo argumento, que fue aceptado por Sullivan de inmediato. En pocos meses, The Mikado era una realidad.

The Mikado. Cartel de época.

The Mikado. Cartel de época.

The Mikado nos traslada al pueblo de Titipu, una supuesta aldea del Japón feudal, para contarnos la historia de amor entre Nanki-Poo y Yum-Yum, condicionada por el exótico y rocambolesco escenario en el que se encuentran, y los peculiares personajes que les rodean. Fue estrenada el 14 de marzo de 1885, y aunque el estreno estuvo a punto de ser arruinado debido al nerviosismo de uno de los actores principales, George Grossmith, que interpretaba a Ko-Ko, fue un éxito rotundo y absoluto. Prueba de ello es que encadenase más de seiscientas representaciones seguidas, y que dentro de ese mismo año fuese adaptada y exportada a toda Europa y a América, de manera que cerca de ciento cincuenta compañías estaban reproduciéndola, siempre en funciones tremendamente exitosas.

De izquierda a derecha: George Grossmith como Ko-Ko, Richard Temple como el Mikado, Durward Lely como Nanki-Poo y Sybil Grey, Leonora Braham y Jessie Bond como Peep-Bo, Yum-Yum y Pitti-Sing.

De izquierda a derecha: George Grossmith como Ko-Ko, Richard Temple como el Mikado, Durward Lely como Nanki-Poo y Sybil Grey, Leonora Braham y Jessie Bond como Peep-Bo, Yum-Yum y Pitti-Sing.

Groucho Marx en la versión de The Bell Telephone Hour.

Groucho Marx en la versión de The Bell Telephone Hour.

Cabe destacar que las obras de Gilbert y Sullivan en general, y The Mikado en particular, han trascendido en la cultura popular anglosajona, siendo innumerables las adaptaciones, referencias, guiños, citas y parodias que han recibido y sigue recibiendo en la actualidad. The Mikado, por haberse convertido en la más popular del repertorio de Gilbert y Sullivan, fue tempranamente grabada tanto en audio como en vídeo[2]. Dentro de éste último, debe destacarse la película de 1939, que obtuvo una nominación a los Oscars, así como un episodio de The Bell Telephone Hour,[3] en el que Ko-Ko era representado por Groucho Marx;[4] además de numerosas versiones en diferentes estilos musicales: jazz, swing, pop… y con diferentes estéticas. Estas versiones no son cosa del pasado, sino que se han ido realizando hasta la actualidad, buena prueba de ello son una australiana de 2012, con una estética modernizada, o la de la English National Opera, protagonizada por Alfie Boe en 2011 y retomando la estética de la producción para la Thames Television que dirigió Jonathan Miller. Pero de eso ya hablaremos otro día…

Imagen de la versión australiana de 2012, llevada a cabo por Opera Queensland, en la que puede verse una estética completamente modernizada siguiendo el estilo kawaii.

Imagen de la versión australiana de 2012, llevada a cabo por Opera Queensland, en la que puede verse una estética completamente modernizada siguiendo el estilo kawaii.

Para saber más:

  • AINGER, Michael Gilbert and Sullivan–A Dual Biography. Oxford University Press, Oxford, 2002.
  • JACOBS, Arthur, Arthur Sullivan–A Victorian Musician. Amadeus Press, Portland, 1992.
  • FITZGERALD, Percy Hetherington. The Savoy Opera and the Savoyards. Chatto & Windus, Londres, 1899.

Notas:

[1] Una exposición de arte y artesanía, para la que se reprodujo un pueblo japonés tradicional. Celebrada en una localidad muy cercana a Londres, tuvo gran éxito, y es muy probable que el propio Gilbert la visitase, y mucho más lógico considerarla la fuente de inspiración, que creer la anécdota, no exenta de romanticismo, con la que el propio Gilbert explicaba después cómo tuvo la idea del Mikado: la caída estrepitosa de una espada decorativa japonesa que colgaba en la pared de su estudio.

[2] La primera producción completa en vídeo se remonta a 1906, de la mano de la casa Gaumont. La primera grabación sonora, en cambio, tuvo que esperar a 1926, y corrió a cargo de la propia Compañía D’Oyly Carte.

[3] The Bell Telephone Hour, un programa que nació en la radio, entre 1940 y 1958, y que en 1959 saltó a la televisión. Bajo el patrocinio de la compañía telefónica Bell, retransmitía óperas, conciertos, y espectáculos de Broadway de corte más clásico, así como producciones propias, como esta que nos ocupa.

[4] El célebre actor y humorista, declarado admirador de Gilbert y Sullivan, había manifestado en más de una ocasión su deseo de participar en esta producción, sueño que vio cumplido en 1960.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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