En esta colaboración para la revista Ecos de Asia voy a incidir sobre la pieza que guardaba las manos, y por tanto la vida, de los antiguos samurai: la tsuba. A su función protectora hay que sumar que desde antiguo ha sido un lienzo en donde artistas del metal han desarrollado toda su pericia, motivo por el cual es una pieza sumamente interesante para el mundo de la Historia del Arte. Debido al carácter de la revista he querido dotar al artículo de aquellas claves imprescindibles para diferenciar las partes de un sable japonés, poniendo especial atención en la guarda o tsuba. En conmemoración del actual Año Dual España-Japón, es importante hacer notar que, al igual que en otras piezas del arte japonés, las influencias occidentales durante el siglo XVI (principalmente portugueses y españoles) marcaron tipos y tipologías en todas las piezas del nihontô y especialmente en las tsuba.
1. El Nihontô.
Hay muchas formas de nombrar al sable japonés, dependiendo de su tipología, tamaño, etc: ken, tô, tachi, nôdachi, ôdachi, katana, wakizashi, tantô, kaiken… sin embargo si hay una palabra para referirse a la generalidad de las hojas, especialmente sables, fabricadas en Japón ese término es Nihontô日本刀. Es mucho más cómodo, a la par que técnico utilizar esta denominación cuando nos referimos a la generalidad estas piezas. El nihontô no es sólo una artesanía, es más bien un contenedor de arte, un pequeño museo ambulante. Su parte principal es la hoja, sin embargo, dejaré su estudio para un futuro artículo, centrándome en piezas de la montura del nihontô.
2. El koshirae o montura.
La hoja es el elemento principal del nihontô, sin embargo, al describir el sable japonés como “contenedor artístico” es capital estudiar la zona de la montura o koshirae,que es donde se localiza la mayor concentración de elementos susceptibles de ser catalogados como obras de arte y artesanía.Al conjunto general de las piezas que acompañan al nihontô se denomina tôsogu刀装具, mientras que el grupo de pequeñas piezas de la guarnición que acompañan a la tsuba se conoce específicamente como kodôgu小道具, en orden descendente desde la hoja hasta el final de la empuñadura.
Aparte de estas piezas, es importante hablar de dos “complementos” del sable japonés que se introducen por orificios en la tsuba que llevan su nombre, quedando recogidos en la vaina.
La Saya 鞘 o vaina está hecha de madera, sin embargo, también posee ciertas piezas susceptibles de ser metálicas y de ostentar decoración.
3. La tsuba.
Para poder contemplar el análisis de las guardas de sables japoneses es conveniente estudiar las partes de las que consta.
La tsuba dispone de dos lados y ambos son susceptibles de decoración. Sin embargo uno de los dos presenta siempre una mayor importancia a la par que decoración, se trata del lado Omote 表. Estando el nihontô envainado, el lado Omote es aquel que veríamos si nos pusiéramos de frente mirando el sable de quien lo porta o dicho de otro modo, la parte de la guarda que se ofrece a la tsuka. El sable solía permanecer envainado, por lo tanto esta era la parte más visible y por ello la que solía ostentar un mayor grado de decoración. Por ejemplo, si la tsuba estaba decorada con el kamon o escudo de la familia a la que pertenecía, este podía ser visible desde el exterior. El reverso de la tsuba, saya y tsuka se denomina Ura.
La primera parte de la que hablaremos es el Hira 平 o cuerpo de la tsuba. Para determinar y crear una ficha descriptiva de una tsuba es capital mencionar la forma que toma la misma, plasmada en el hira o cuerpo de la guarda. Algunas de las tipologías más comunes que podemos encontrar en las tsuba:
La tipología de tsuba con una decoración a base de un calado o tallado se denomina Sukashi 透 pudiendo combinarse con cualquiera de las otras mencionadas.
Algunas de estas tsuba pueden darse en la tipología de nihonto denominada tachi por lo que a su nombre habitual se le añadiría esta palabra como rasgo definitorio, por ejemplo: Aoitachi gata 葵太刀形. Aoi es el denominado jengibre salvaje, una planta común en Japón, cuyas hojas se asemejan a la forma de la tsuba a tratar.
También hay casos especiales como son las tsuba primigenias del Periodo Kofun古墳時代 y un poco más tarde en los Periodos Asuka y Nara, que responden a nombres concretos como son la:
Estas últimas tsuba corresponden a sus periodos históricos, y sólo en muy pocas ocasiones se han vuelto a utilizar estos modelos, reservados para espadas rituales o ceremoniales.
Por último mencionar el modelo Nerikawa gata – tsuba 練革鍔 una guarda hecha de cuero prensado y cosido, en ocasiones con láminas de hueso o metal en el interior para reforzar.
La forma de las tsuba también estaba condicionada por el Mimi 耳 (borde), pudiendo encontrar diferentes tipos, tomando como referencia las formas que observamos en una sección transversal de la tsuba. Si se trata de un borde liso, sin una terminación que sobresalga del hira, estaremos hablando de:
Si por el contrario el borde consta de una masa propia encontraremos diferentes tipologías.
Sukidashimimi Borde ovalado.
En el hira se encuentran varios orificios, no catalogados como decorativos, si no puramente funcionales. Con el paso del tiempo se les dará formas estéticas para que, sin dejar de cumplir su función, puedan ser lienzo para el artista. Es importante no olvidar este punto a la hora de estudiar cualquiera de las partes que configuran el nihontô, y es que hasta una época ya muy tardía, no se podía considerar la valía de una pieza (por muy maravillosamente labrada que estuviese) si en el proceso se había perdido su utilidad y efectividad. El orificio central se denomina nakagoana, es el hueco por donde se introduce la espiga (nakago) de la hoja.
Su forma está condicionada por la hoja, siendo la parte más fina la que correspondería al filo (ha) y la más gruesa al contrafilo (mune), este hueco se repetirá en forma y prácticamente en tamaño en todas aquellas piezas que tengan como misión acoger la espiga o la propia hoja: tsuka, fuchi, seppa (2), tsuba y habaki. Especialmente en la zona inferior del nakagoana suele encontrarse un remache (aunque también puede encontrarse en la zona superior) que indica que la guarda ha sido montada en un sable. Es importante entender que sólo en determinadas ocasiones se realizaba una tsuba para un nihontô en particular, estas eran elementos que se cambiaban de hoja con bastante frecuencia, y por tanto en muchas ocasiones no casaban bien con esta y era necesario rellenar los huecos con remaches en acero. La zona que circunscribe el nakagoanaes denominada seppadai por acoger sobre ella estas piezas (seppa) que separan por omote, tsubade habaki y por ura, tsubade fuchi. Dependiendo del material de la tsuba y de los seppa, estos también podían infringir un dibujo o rastro entorno al nakagoana, algo que nos indica una vez más que esa guarda ha estado montada, para su uso como sable. Sólo en épocas tardías empezaremos a encontrar tsuba sin estos signos de montura, lo cual nos indica que ya no se realizaban con el fin práctico si no como mera apreciación estética y artística. Bien es cierto que una tsuba puede o no estar firmada, de estarlo puede localizarse en cualquier parte, sin embargo, el 90% de las tsuba -localizan su firma, de poseerla- en el lateral derecho del nakagoana del lado omote. La firma (mei) puede ser simple, enumerando el nombre del artista o bien la escuela a la que pertenece, pseudónimos, enumeración de otros artistas que colaboraron en su manufactura y alusiones al lugar y Era de fabricación. También es posible encontrar una firma a una lado y otra al otro del nakagoana, siendo la correspondiente al nombre, o más importante, siempre la del lado derecho.
Kozukaana y Kôgaiana son los orificios que flanquean el nakagoana (de poseerlos la tsuba). No hay una tipología que corresponda a una época determinada acerca de estos orificios. La tsuba independientemente de lugar o año de fabricación podía poseer ambos, uno sólo o ninguno. Normalmente esto venía dado por la forma o gata de la guarda.
La decoración de la tsuba, normalmente se circunscribe en el hira pero también puede sobrepasarlo e incluso condicionar la forma del mimi. He aquí cuando nos hallamos con una gran pregunta que en muchos casos sigue sin responderse de manera categórica: ¿es la tsuba una creación estética? Es importante detenerse a meditar la respuesta ya que en el propio Japón si la guarda no cumplía su función protectora no era considerada válida, relegando la parte artística a un segundo plano.
Hay que tener en cuenta, ya que desde los primeros ejemplos hasta los más tardíos, prácticamente ninguna tsuba está exenta de algún tipo de decoración, por poca que sea, de esta manera vemos que se puede separar lo práctico de lo estético.
Un dato que apoya la importancia de la vertiente estética es el hecho de que, así como las otras piezas del nihontô suelen estar desprovistas de firma, o son difíciles de atribuir a un artista o taller determinado, en el caso de las tsuba, desde fabricantes de armaduras, hasta forjadores, pasando por especialistas en la materia, hay miles de artistas y escuelas reconocidas como maestros de tsuba (tsubakô). En relación a esta problemática, posiblemente la obra más importante sea la del Dr. Torigoye Kazutarô: Tsuba Geijutsu Ko (Consideraciones acerca del arte de las tsuba) que fue presentada como Tesis Doctoral en la Universidad de Kioto, publicada en Okayama en 1960 y traducida al inglés con comentarios de su estudiante Robert E. Haynes bajo el título de Tsuba, anaestheticstudy.
La decoración de la tsuba se articula en cuanto a temas, formas y tratamientos o técnicas. Hablando de temas tenemos cuatro grandes grupos:
Las principales técnicas de decoración se articulan en:
En ocasiones es fácil encontrar en una misma tsuba diferentes temas, así como diferentes técnicas de decoración, aunque algunas de ellas estén más en consonancia con determinadas épocas o escuelas.
Precisamente, en relación con la decoración y procedencia de algunas tsuba, encontramos el grupo denominado namban tsuba. En realidad la definición de namban se hace extensible a el conjunto de las piezas que conforman el nihontô, pudiendo encontrar: nambankodôgu, nambankozuka, nambankôgai… Este Año Dual España-Japón, en el cual conmemoramos los 400 años de la visita de la Embajada Keichô es el marco ideal para hablar de piezas namban o “de los bárbaros del sur”. El término namban se utilizó para definir a aquellos extranjeros (principalmente españoles y portugueses) que atracaron en las costas de Japón en el siglo XVI. Sin embargo, la denominación namban era un término utilizado en Japón desde el siglo XI para referirse a otros extranjeros procedentes de China o del Sudeste asiático. El término, fue tomado a su vez de China, donde lo utilizaban para referirse a aquellos que venían de la zona Sur del Imperio. Por esto hay que tener sumo cuidado en la clasificación de las nambantsuba. Son piezas Namban (Nambantsuba, Nambanfuchi, Nambankozuka, etc.) aquellas que presentan unas formas concretas de gata (forma), mimi (borde) y seppadai así como un tipo de decoración “chinesca-barroca” de entramados vegetales o karakusanamban, independientemente si han sido fabricadas en el extranjero o en Japón.
SON piezas con decoración namban, aquellas fabricadas en Japón, procedentes de una escuela-taller de renombre o no, que adoptan motivos decorativos europeos o de influencia europea.
Para saber más: