Revista Ecos de Asia

El cine de Hirokazu Koreeda

La excelencia cinematográfica del director nipón ha deslumbrado al público japonés y extranjero en los últimos años. Desde su trabajo como asistente de documentales para TV Man Union y productor de películas relativamente exitosas, ha alcanzado en la actualidad el pedestal más alto en su carrera profesional, con múltiples premios que lo abalan y una crítica internacional deseando desmenuzar cada detalle de su próxima obra.

A grandes rasgos, podríamos decir que la primera obra de Koreeda que alcanzó globalmente relevancia fue Nadie Sabe (Nobody Knows; 誰も知らない), un drama que explora las debilidades de una madre soltera y las aspiraciones frustradas de unos hijos que despiertan prematuramente en un mundo adulto e injusto, otorgando a esta obra un tinte dolorosamente oscuro. Con esta película, el joven actor Yuya Yagira recibiría de hecho el premio en su categoría en el pasado Festival de Cannes 2004.

Nadie Sabe (Nobody Knows; 誰も知らない) de 2004

Desde aquel título, el director empezó a tener una marcada preferencia hacia el shomin-geki, un género cinematográfico que se nos traslada a la cotidianidad japonesa, centrándose específicamente en el “drama familiar”. Un estilo que estará marcado por influencias provenientes de otros directores (desde los japoneses Yasujiro Ozu y Mikio Naruse; a los coreanos Bong Joon-ho y Lee-Chang-dong, entre muchos otros), y de su propio enriquecimiento personal. En general, resulta obvio que la experiencia adquirida como director, pero también como hijo y como padre, le ha permitido a Koreeda otorgar a sus obras de detalles sensiblemente humanos y reveladores.

Caminando (Still Walking; 歩いても歩いても) de 2008

De su inigualable estilo han salido magníficas piezas como Caminando (Still Walking;歩いても歩いても) de 2008, la cual generó inevitables comparaciones con la conocida Cuentos de Tokio de Yasujiro Ozu; Milagro (I wish; 奇跡) de 2011 con un carácter más optimista y fresco dentro de la filmografía del director, y de nuevo con el protagonismo secuestrado por los más pequeños; De tal padre, tal hijo (Like father, Like son; そして父になる) de 2013 que indaga en los valores de la paternidad más allá de la consanguineidad; Nuestra hermana pequeña (Our Little Sister; 海街) de 2014 donde toman protagonismo las relaciones entre hermanas; y finalmente Después de la Tormenta (After the Storm; 海よりもまだ深く) de 2016 que trata con mayor intensidad el tópico de la paternidad frustrada y los lazos padre e hijo.

De tal padre, tal hijo (Like father, Like son; そして父になる) de 2013

En general, con cada una de estas películas se enmarcarán las complejidades de la sociedad japonesa actual y la transformación de los valores tradicionales a través de la globalización y la frenética modernidad. El choque generacional y la acelerada vida urbana dificultarán el entendimiento mutuo, de modo que la construcción de uno mismo como individuo dependerá siempre del núcleo familiar, de las vicisitudes internas y de la memoria. Unas películas donde se retratarán familias incompletas o desestructuradas, con padres incompetentes y decepcionados, madres agotadas y abandonadas, niños maduros y esperanzados, así como ancianos alejados de la realidad moderna y anclados en el pasado. Como tal, sus películas son un compendio de las relaciones que nacen de la familia o kazoku, más allá del koseki o registro familiar, así como un muestrario de los inquebrantables lazos familiares, desde los matrimonios a contracorriente, pasando por el desafiante cuidado de los hijos, y acabando en el abandono de los más mayores. No obstante, otras películas como Maboroshi, Air Doll o El tercer asesinato (The Third Murder) han logrado incidir en otras convicciones del director, ya sea la duda existencial, la fragilidad del ser humano o la burocratización de la justicia y la vida.

Nuestra hermana pequeña (Our Little Sister; 海街) de 2014

Recientemente, el último estreno del director: Un asunto de familia (Shoplifters; 家族引) ha sido recibido gratamente por el público, consiguiendo incluso la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2018 al “Mejor director” y “Premio del Jurado”, y siendo también seleccionada por Japón para competir en la categoría a “Mejor película de habla no inglesa” para los próximos Premios Oscar de 2019. Asimismo, próximamente se hará la entrega del Premio Donostia al director, en la la 66 edición del Festival de San Sebastián, simbolizando su contribución al mundo del cine. Si bien, en este contexto resulta particularmente interesante reseñar que el director ha recibido cierta crítica negativa en su país natal, debido a que en su última películamuestra una parte de la sociedad japonesa que no interesa visibilizar para muchos de sus ciudadanos, de hecho el propio Primer Ministro Shinzo Abe no ha congratulado en persona ni en redes sociales al director por sus múltiples logros.

Después de la Tormenta (After the Storm; 海よりもまだ深く) de 2016

La realidad es que, aunque el mismo director ha declarado en diversas ocasiones que no busca ningún tipo de ajusticiamiento social con sus obras, la fidedigna inclusión de tópicos sociales como los altos índices de adicción al juego y alcoholismo en el país, junto al hastío vital y la depresión que parece perseguir a muchos de sus protagonistas, ha provocado la empatía de unos y el rechazo de otros. En cualquier caso, el shomin-geki puede resultar demasiado doméstico o denso para cierto público, lo que puede predefinir la opinión hacia el director y su obra, quedando el mensaje o la lectura de sus películas descreditada por el nacionalismo japonés extremo, o bien por el ojo occidental inexperto. No obstante, Koreeda asegura que todas las personas, independientemente del país de procedencia, pueden empatizar con este género.

Un asunto de familia (Shoplifters; 家族引) de 2018

Sea como sea, no cabe duda de la obra del director despierta interés, para bien o para mal, y que seguramente continuará recolectando éxitos durante los próximos años, pues pocos directores japoneses en la actualidad son capaces de conceder al espectador tan bellas pausas, cargadas de reflexión y actuaciones soberbiamente sinceras. En definitiva, las películas de Hirokazu Koreeda son una ventana abierta a la realidad japonesa, pero también a las dudas y preocupaciones de todo ser humano. El susurro de una verdad incómoda y dolorosa que nos hace ser quienes somos.

I´m not interested in creating heroes, superheroes, or antiheroes. I simply want to look at people as they are[1]

Hirokazu Koreeda

Notas:

[1]“No estoy interesado en crear héroes, superhéroes o antihéroes. Simplemente deseo ver a las personas tal como son” (traducción de la autora). Nolletti, Arthur, Jr. “Introduction: Kore-edaHirokazu, director at a crossroads”, Film Criticism, nº 2-3, vol. 35, 2011, p. 3.

avatar Estel·la Ramirez (2 Posts)

Graduada en Historia por la Universidad de Alicante, ha cursado de forma complementaria el Máster Universitario en Estudios en Asia Oriental de la Universidad de Salamanca. Se especializa en los modelos familiares nipones a través de diversas fuentes socio-culturales. Ha trabajado en el centro de Casa Asia en Barcelona, así como realizado diversas ponencias en la Universidad de Alicante y el Salón del Manga de Alicante, entre otros espacios. Actualmente es redactora para las webs de cultura japonesa «Peso del Aire» y «Cool Japan», además de las revistas «Otaku Bunka» y «Eikyô».


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