Revista Ecos de Asia

Crónica del XXII Salón del Manga de Barcelona III: actividades

Para concluir esta crónica sobre el XXII Salón del Manga de Barcelona, después de hablar de las presentaciones y de las exposiciones, queremos hacer un repaso al extenso programa de actividades.

Lo primero que debe destacarse al respecto es la enorme diversidad de un programa que no dejaba respiro desde la apertura hasta el cierre de cada jornada, con una oferta variadísima destinada a satisfacer a todos los segmentos de público posibles. La cantidad de propuestas era tal que desde Ecos de Asia nos fue imposible poder acudir más que a una pequeña parte, si bien a continuación nos centraremos en algunas de las actividades que pudimos presenciar, aunque también repasaremos más superficialmente las más interesantes de entre aquellas que nos perdimos. Para ello, seguiremos de manera aproximada la distribución por espacios que articula el programa oficial.

Aspecto que tuvo la planta inferior del Palacio 2 durante buena parte del evento. La organización puso buen cuidado en regular el acceso por debajo del aforo permitido, para evitar incidentes, si bien esto dio lugar a largas colas en horas puntas y otros problemas de acceso, que revirtieron en quejas contra la organización, por considerar que estas restricciones eran demasiado estrictas.

Aspecto que tuvo la planta inferior del Palacio 2 durante buena parte del evento. La organización puso buen cuidado en regular el acceso por debajo del aforo permitido, para evitar incidentes, si bien esto dio lugar a largas colas en horas puntas y otros problemas de acceso, que revirtieron en quejas contra la organización, por considerar que estas restricciones eran demasiado estrictas.

La Plaza Univers acogió el gran escenario en el que se desarrollaron los principales espectáculos, desde exhibiciones de artes marciales (no sería la única ubicación en la que se desarrollasen), hasta actividades y concursos de cosplay, pasando por una gran variedad de shows musicales. En este escenario se decidieron los representantes españoles para el World Cosplay Summit, para el European Cosplay Gathering y para la Clara Cow’s Cosplay Cup. Uno de los mejores resúmenes de estas eliminatorias es el que ofrecen desde EsCosplay, donde incluyen abundantes imágenes y vídeos de las actuaciones.

Dos cosplayers, caracterizados de los protagonistas de El niño y la bestia, posan para Ecos de Asia. Más allá de los concursos, la presencia de cosplayers en el Salón fue abundante, como viene siendo habitual.

Dos cosplayers, caracterizados de los protagonistas de El niño y la bestia, posan para Ecos de Asia. Más allá de los concursos, la presencia de cosplayers en el Salón fue abundante, como viene siendo habitual.

Respecto a los conciertos y actos musicales, de entre la amplísima selección, apenas pudimos presenciar dos: el de Gaijin Sentai y el de Loverin Tamburin. Los primeros son un grupo brasileño que deleitó a un entregadísimo público con versiones rockeras de canciones de créditos de anime, así como de algunos temas procedentes de videojuegos, películas o series de televisión que suelen tener relativa presencia dentro de la cultura friki, como puede ser el caso de la banda sonora de El señor de los anillos o la sintonía de Juego de Tronos, e incluso algún tema propio. Gaijin Sentai subieron en dos ocasiones al escenario de la Plaza Univers, la primera el lunes por la tarde y la segunda el martes por la mañana. En el primero de los conciertos reunieron a una multitud entregadísima que se volcó en bailar y corear cada uno de los temas, aplaudiendo con entusiasmo cada nueva referencia. Pero si el público estaba entregado, la banda no era menos: hicieron gala de una energía inagotable para ofrecer un espectáculo frenético y divertidísimo.

Por su parte, Loverin Tamburin es un grupo japonés que saltó a la fama en 2007 por ser los autores del opening de Makai Senki Disgaea y el ending de Natsu-iro Drops, si bien ha sido en los últimos años cuando han conseguido una mayor proyección internacional, tanto en Asia (participando en un programa taiwanés sobre cultura japonesa) como en Europa, con una serie de conciertos y giras a lo largo de sus últimos años. A pesar de tratarse de un grupo con un espectáculo mucho más minoritario, y pese a la hora en la que estaba programado (las tres de la tarde del martes, un momento que muchos aprovechaban para visitar el Palacio 1, sede del espacio gastronómico), gozaron de un público numeroso que disfrutó de su pop-rock de impronta innegablemente japonesa.

La cantante de Loverin Tamburin, en un momento de la actuación.

La cantante de Loverin Tamburin, en un momento de la actuación.

Como decíamos, el Palacio 1 acogió un espacio gastronómico, conformado por varios stands de bares y restaurantes japoneses que ofertaban menús y raciones de comida rápida tradicional nipona, así como una vasta zona de mesas en la que consumirlos. Además, el pabellón contaba con un espacio central dedicado a charlas y talleres, con una programación coordinada por Roger Ortuño, responsable de comerjapones.com. De este espacio, cabría destacar dos eventos: en primer lugar, los talleres de dorayakis con la pastelería Usagiya de Tokio, un histórico establecimiento famoso por ser los creadores de la forma actual de este postre típico; y la presentación de postres frikis de Jordi Roca y la heladería Rocambolesc, que estimularon a la concurrencia para que participase en el turno de preguntas mediante el obsequio de helados inspirados en Star Wars (un polo de arándano y vainilla, con la forma del casco de Darth Vader, y cuyo nombre oficial es, como no podía ser de otra manera, Helado Oscuro).

La presentación de la heladería Rocambolesc, en un momento de la proyección del anuncio del Helado Oscuro.

La presentación de la heladería Rocambolesc, en un momento de la proyección del anuncio del Helado Oscuro.

La Sala de Actos 1, localizada en la planta inferior del Palacio 2, en el área reservada a librerías y pequeñas editoriales, fue el escenario de las presentaciones editoriales. No obstante, también hubo lugar para otros actos, como la conferencia titulada We are X: la historia de X Japan, que presentaba el documental que forma parte de la programación del Festival In-edit en Barcelona. También tuvieron lugar en este enclave los encuentros con los cosplayers mexicanos Twin Cosplay y con los indonesios Ryan CY y Frea May, los daneses Surine y Rinaca y la suiza Soryane, que se celebraron el martes por la mañana.

Imagen de uno de los encuentros con cosplayers.

Imagen de uno de los encuentros con cosplayers.

También en la planta inferior del Palacio 2, pero en el extremo opuesto, se encontraban el espacio infantil y el espacio de videojuegos, patrocinado por Nintendo. Este último mantuvo una afluencia considerable durante todo el evento, ya que, además de actuaciones programadas (relacionadas con Yokai Watch, una de las franquicias que ha articulado el Salón este año), los asistentes podían probar distintos juegos y consolas, así como jugar con sus dispositivos portátiles, con atractivas recompensas.

Una de las propuestas de la zona de videojuegos era probar la nueva consola-emulador NES.

Una de las propuestas de la zona de videojuegos era probar la nueva consola-emulador NES.

En el nivel superior del Palacio 2 se ubicaba el espacio denominado Espíritu de Japón, que aglutinaba a su vez stands de corte más cultural (el Consulado Japonés, Fundación Japón, Casa Asia o la Revista Eikyo estaban presentes, junto a varias asociaciones culturales y de artes marciales) y distintas propuestas como un taller de cocina macrobiótica, una sala de té, una zona de juegos japoneses, un espacio dedicado a talleres de manualidades y artes decorativas niponas, otro destinado a clases magistrales y demostraciones de artes marciales, una sala de lectura y escritura japonesa (con actividades organizadas por el Consulado Japonés, la asociación Shoshinkan y el Espai Daruma) e incluso una habitación aislada, para meditación y espiritualidad.

Uno de los talleres de shôdo, en el Taller de Japonismo, con muy buena acogida.

Uno de los talleres de shôdo, en el Taller de Japonismo, con muy buena acogida.

Esta planta contaba también con una Sala de Actos, donde se celebraron numerosas charlas sobre cultura japonesa, ceremonias del té y un encuentro con la escritora Banana Yoshimoto, acompañada de Ana Estevan y Marián Bango, en representación de Tusquets y Satori respectivamente (ambas editoriales de la autora en castellano). De este espacio, destacamos tres de las conferencias dedicadas al manga a las que pudimos asistir.

La primera, a cargo de José Andrés Santiago, se centraba en exponer las principales teorías sobre los orígenes del manga, entroncando con una de las exposiciones que podían visitarse en el Salón. Se trata de dos teorías opuestas que dividen a los estudiosos. La primera de ellas, la teoría de la continuidad, sostiene que el manga proviene directamente de las manifestaciones artísticas tradicionales iniciadas con los emakimono (siendo el máximo exponente el Chôjû Jinbutsu Giga, el rollo de caricaturas de animales antropomorfos creado en el siglo XIII) y continuadas en el ukiyo-e. La segunda teoría se define por oposición a esta: el manga no proviene de una tradición pictórica y gráfica previa, sino que es una creación completamente novedosa y rupturista con lo anterior. José Andrés Santiago defendió una postura conciliadora, sosteniendo que el origen del manga se encuentra en un punto intermedio entre ambas teorías, si bien su principal interés fue exponer las dos corrientes y una evolución cronológica de las viñetas niponas desde el siglo XIX hasta la aparición de Osamu Tezuka.

José Andrés Santiago a punto de comenzar la charla sobre orígenes del manga, acompañado por Oriol Estrada.

José Andrés Santiago a punto de comenzar la charla sobre orígenes del manga, acompañado por Oriol Estrada.

La segunda de las charlas que destacamos es la titulada Los Nobels del Manga, que corrió a cargo de Oriol Estrada (comisario de exposiciones y prolífico conferenciante de este Salón) y Salva Barbus (en sustitución de última hora de Marc Bernabé, que figuraba en el programa). Con antelación se había anunciado como polémica, algo en lo que se hizo hincapié también al comenzar. El objetivo de la charla era exponer una selección de veinticinco títulos que, a juicio de los conferenciantes, eran obras capitales dentro de la historia del manga. Finalmente, el desarrollo de la charla demostró que, en muchos de los casos más polémicos, el título seleccionado se empleaba para reconocer la trayectoria del autor, y al terminar el listado, la única “polémica” que escondía era el hecho de limitar la selección a veinticinco títulos, algo por otra parte obligatorio por motivos de tiempo.

Características generales de las obras seleccionadas en la charla Los Nobels del manga.

Características generales de las obras seleccionadas en la charla Los Nobels del manga.

La tercera charla a la que pudimos acudir fue sobre literatura y manga, también a cargo de Oriol Estrada, y supuso un recorrido no exento de humor sobre algunos de los puntos de encuentro entre ambos medios. Entre otras (muchas) cosas, se habló de la importancia de la lectura dentro de la cultura japonesa, con unos altos porcentajes de lectores habituales; de las adaptaciones de grandes clásicos de la literatura a viñetas (y cómo esto no es exclusivo de la alta literatura, aunque sea la adaptación de clásicos lo que mayor impacto –cultural y comercial– pueda generarnos); y del manga (y anime) Bungo Stray Dogs, cuyos personajes se inspiran en los grandes escritores japoneses, que sirvió de hilo conductor para presentar las relaciones entre manga y literatura de estos grandes autores: Akiko Yosano, Osamu Dazai, Ryûnosuke Akutagawa, Kenji Miyazawa, Junichirô Tanizaki y Edogawa Rampo. Además, hubo ocasión de acercarse, desde una perspectiva poco habitual, a Yukio Mishima.

El Palacio 4 del recinto se habilitó como un pabellón para creativos, con talleres, clases magistrales, espacios de trabajo… todo ello repartido en áreas en función de las disciplinas recogidas, que fueron muchas y variadas: una planta dedicada al cosplay, otra a la creación de videojuegos, una para youtubers y creadores de contenido audiovisual, y otra reservada específicamente al manga y anime, donde numerosos autores invitados (entre los que destacan los mangakas Junji Ito y los creadores del manga de Pokémon, Hidenori Kusaka y Satoshi Yamamoto; y de los responsables de la película One Piece Gold: su director Hiroaki Miyamoto, el productor Hiroyuki Sakurada y el diseñador de personajes Mayusaki Sato) tuvieron ocasión de relacionarse con los fans mediante clases magistrales.

El último espacio habilitado para el Salón del Manga es el Palacio 5, dividido en dos espacios bien diferenciados: una planta baja que acogía exposiciones y rings y el auditorio de la planta superior, dedicado a proyecciones. Respecto a la planta inferior, además de las exposiciones de las que hablamos anteriormente, se desarrolló una de las actividades más curiosas y divertidas del Salón: la lucha libre de monstruos, en la que pudimos ver enfrentarse sobre el cuadrilátero a Godzilla o al Tentáculo Púrpura de la aventura gráfica Día del tentáculo, entre otros.

Los asistentes esperan un nuevo pase del espectáculo de lucha libre de kaijûs. A la izquierda, algunos voluntarios practican soft combat.

Los asistentes esperan un nuevo pase del espectáculo de lucha libre de kaijûs. A la izquierda, algunos voluntarios practican soft combat.

Por su parte, en el auditorio tuvieron lugar algunos encuentros entre fans e invitados que preveían un mayor aforo, como puede ser el caso del encuentro con Junji Ito o el de Toshio Maeda, o del grupo musical Band Maid. Sin embargo, si en algo destacó la programación del auditorio fue en las proyecciones, en algunos casos, estrenos nacionales (Terra Formars, El imperio de los cadáveres, I am a Hero o One Piece Strong World fueron algunos de los títulos más potentes) e incluso europeos (Death Note Light Up The New World).

También se proyectó el documental Songokumanía: el Big Bang del Manga, dirigido por Oriol Estrada, en una versión remasterizada con motivo del lanzamiento en DVD y de un libro homónimo. A pesar de la intempestiva hora a la que se proyectó (a las diez de la mañana del último día), no fueron pocos los que hicieron acto de presencia para verlo. Y es que la premisa resulta más que atractiva: por medio de entrevistas a los responsables, así como a influyentes personajes del medio, Oriol Estrada se interroga sobre cómo llegó el anime de Dragon Ball a España (haciendo especial hincapié en su estreno en la televisión autonómica catalana, pero sin olvidar menciones a las televisiones vasca y gallega), por qué caló tan hondo como para llegar a marcar a una generación, y cómo todo ello propició que la editorial Planeta se animase a licenciar el manga en España, abriendo así la puerta a la industria de ocio existente hoy en día.

Una parte de la popularidad de este documental, que se ha exhibido en otros festivales y que en este salón agotó la tirada en DVD, se debe al factor nostalgia, pero hacer de ello una relación de causa y consecuencia supone caer en un reduccionismo que obvia el motivo más importante: la reflexión sobre la propia industria, sobre la historia del manga en España e, incluso, sobre la identidad personal y colectiva de los otakus españoles. Y es que Songokumanía trata de diseccionar todo el proceso de recepción de Dragon Ball, entre lo cual se incluye, por supuesto, la causa de que triunfase. Si bien las respuestas que se dan a esta pregunta son más personales, y quizás sea un aspecto que deba estudiarse con mayor detenimiento en el futuro, plantean de manera explícita lo que buena parte de los fans conoce, pero aquellos nacidos después de este boom pocas veces se detienen a pensar de manera consciente: que antes de 1990, toda forma de ocio articulada en torno a los cómics japoneses no existía en España.

Dicho de otro modo, si no fuese por el impacto que causó Dragon Ball, entre los días 29 de octubre y 1 de noviembre de 2016 no se hubieran congregado ciento cuarenta y dos mil almas en el recinto de Fira Barcelona Montjuïc, batiendo todos los récords de ediciones anteriores, aguantando estoicamente horas de colas para acceder al recinto. De no ser por Dragon Ball, no hubiera habido una siguiente generación criada con Pokémon, no hubieran madurado con el terror psicológico de Junji Ito o el erotismo de Toshio Maeda. Si no fuera por Dragon Ball, no habría una creciente cantera de autores, guionistas e ilustradores españoles realizando cómics mangañoles, aunque no reconozcan la obra de Toriyama como una influencia directa. Y está bien recordarlo, de vez en cuando.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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