Revista Ecos de Asia

El “kappa”: de “yôkai” terrorífico a criatura adorable.

El kappa es, probablemente, uno de los yôkai [1] más icónicos de todo el folclore japonés. Y es que ya sea a través del manga, del anime, de anuncios japoneses, etc., alguna vez todos nos hemos encontrado con este simpático humanoide. Aunque, ¿siempre ha sido percibido de esta manera? Para responder hay que remontarse al tiempo de la aparición de las obras ilustradas por artistas en los periodos Muromachi (1336-1573) y Edo (1603-1867), cuando los yôkai comenzaron a ser representados y sus comportamientos anotados.

Representación del kappa por el artista Toriyama Sekien (1712-1788). Muchos artistas representaron estos yôkai, entre otros, compilándolos en bestiarios ilustrados.

Se dice que los kappa habitan en los ríos y arroyos de todo Japón, y que suelen tener el tamaño de un niño, aunque sean desproporcionadamente fuertes en comparación con su estatura. De su apariencia se podrían destacar varios elementos muy característicos, como sus bocas en forma de pico, sus caparazones en la espalda, la hendidura en forma de cuenco que tienen en sus cabezas, sus manos y pies palmeados, y el color de su piel, que puede ir desde verdes intensos a terrosos, rojos, e incluso azules. Si solo se tuvieran en cuenta estos datos, cualquiera diría que estamos ante una criatura curiosa y simpática, pero cuando se detallaba a un yôkai no solo se hablaba sobre su aspecto físico.

Cabe destacar el carácter amistoso de los kappa a la hora de entablar relaciones con otros yôkai e incluso con personas. Según las leyendas, enseñaron a los humanos el arte de la medicina, entre otras habilidades. Además, disfrutan practicando el sumo y jugando a juegos donde haya que poner a prueba la habilidad, como el shôgi. En el sintoísmo son venerados como una especie de dios del agua, y no es raro ver ofrendas de pepinos, uno de sus alimentos favoritos, en las orillas de los ríos. A cambio, ayudan a la gente, riegan los campos, se hacen amigos de los niños solitarios o compiten con los adultos en deportes.

Kappa realizado en el periodo Edo por Sawaki Suushi (1707-1772) para su pergamino ilustrado Hyakkai Zukan.

No obstante, los kappa tienen un lado peligroso, como cualquier otro yôkai, y los lugares donde habitan son señalizados con advertencias de peligro. Entre sus travesuras más notables se encuentran: tirarse flatulencias en público y meterse por debajo del quimono de las mujeres, y aunque esto parezca, hasta cierto punto, inofensivo, pueden volverse violentos. Entre las acciones más peligrosas llevadas a cabo por estas criaturas se encuentran el secuestro y matanza de personas. Antes se ha mencionado el pepino como una de sus comidas favoritas, pero no son herbívoros, y las vísceras humanas son otro manjar imprescindible en su dieta. Su táctica más común empleada en estas fechorías es la de ahogar a sus víctimas, ya que en el agua no hay escapatoria para aquel que se cruce con un kappa. Sin embargo, en tierra es posible salir vivo del encuentro, ya que este yôkai posee un lado honorable, y si se le saluda con una reverencia se sentirá en la obligación de devolverla. En el momento en que incline de más su cabeza, el agua del cuenco (fuente de su poder y fuerza vital) se derramará y quedará fuera de combate.

A pesar de estos comportamientos malvados, se observa un florecimiento de su popularidad en el Japón moderno. Gradualmente se produce la domesticación y dulcificación de este personaje.

Coo, personaje de la película Kappa no Kû to Natsuyasumi o El verano de Coo en español, de Keiichi Hara, iconográficamente se ajusta más a esa visión dulcificada del kappa actual.

La imagen de esta criatura se desarrolló a lo largo del siglo XX. Hizo una aparición literaria especialmente célebre, como protagonista de la novela de Akutagawa Ryûnosuke, Kappa (1927), una sátira social narrada por una persona que viaja a la tierra de estos seres. También, el artista Ogawa Usen (1868-1938) fue famoso por sus representaciones de kappa retozando alegremente. Como en la novela de Akutagawa, estos yôkai se convirtieron en sustitutos de los humanos. Esto también queda claro en el popular manga de Shimizu Kon (1912-1974), Kappa tengoku (El cielo de los kappa), con seres femeninos y asalariados, raros de ver e inexistentes en el folclore, respectivamente. La humanización de los seres mitológicos es una forma más de acercarlos al público y hacerlos atractivos. Las imágenes de ambos artistas se utilizaron en campañas publicitarias, la más famosa es la del sake Kizakura.

El poder comercial del kappa también se reconoce a nivel local. En las décadas de 1970 y 1980, cuando mucha gente se trasladó del campo a las ciudades, las comunidades rurales de todo Japón comenzaron a desarrollar ”kappalore” locales para proyectos de “revitalización de la aldea”. Celebrando la asociación del kappa con la agricultura y con un estilo de vida que desaparecía rápidamente, las comunidades rurales establecieron los ”kappalore”, como un símbolo de la cultura rural, atrayendo a los turistas y vendiendo productos basados en estas imágenes.

Kappa mascota del restaurante Kappa-zushi.

Otro ejemplo más de esta imagen comercial es la cadena de restaurantes Kappa-zushi. Su diseño del kappa comparte muchas características físicas con la representación que Toriyama Sekien hizo del kappa en su Gazu hyakkiyagyo: las manos y los pies palmeados, sobre su cabeza un cuenco pequeño rodeado de cabello, y sobre su espalda un caparazón. Aunque su boca no es en forma de pico y su cuerpo es redondeado y más pequeño. Mientras que la descripción de Toriyama lo muestra como un ser aterrador, el kappa de Kappa-zushi es una criatura sonriente que parece querer ser amigo de la gente. No hay sensación de peligro a su alrededor; son amigables y seguros para la familia, y una imagen adecuada para la empresa. Si hubieran usado un kappa como el de Toriyama Sekien, su eficacia se habría visto enormemente reducida, por no decir eliminada. La cuestión es que a la gente parece gustarle estar en presencia de estas criaturas.

Del mismo modo, esta criatura se ha convertido ahora en un símbolo de la naturaleza virgen. Se pueden encontrar imágenes de kappa cerca de los ríos, pidiendo a la gente que no estropee la naturaleza. En otras palabras, un yôkai que solía representar la violencia y la imprevisibilidad del mundo natural, y en especial del agua, se ha convertido en un cartel para el esfuerzo por detener el sacrificio del medio ambiente.

Cartel de la película Kappa no Kû to Natsuyasumi (El verano de Coo)

Aun cuando los kappa sirven para diferentes propósitos a nivel local, siguen apareciendo a nivel nacional (e internacionalmente) en los medios de comunicación, especialmente en el cine. El manga Sanpei the Kappa, de Mizuki Shigeru, fue adaptado como serie de animación en los años noventa, y un personaje kappa tuvo un papel protagonista en la película Kappa (1994), similar a E.T.. A principios del siglo XXI ya se realizaron varias películas relacionadas con estos seres, como Yôkai daisensô (La gran guerra de los yôkai, 2005), del director Miike Takashi, sobre un niño que se involucra en asuntos de yôkai; Kappa no Kû to Natsuyasumi (El verano de Coo, de 2007), dirigida por  Keiichi Hara, en la que se aprecia la relación de amistad entre un kappa y un niño humano; Desu kappa (Muerte Kappa, 2010), dirigida por Haraguchi Tomo’o, protagonizada por un gigantesco kappa mutante que pisotea Tokio; y Onna no Kappa (2011, titulado en inglés Underwater Love), de Imaoka Shinji, un musical de fantasía soft-porn.

En resumen, el kappa sigue siendo un personaje vibrante y versátil, que algunas veces ofrece un comentario satírico sobre la sociedad humana contemporánea, y otras se presenta como un personaje divertido, bonito, e inofensivo para estar en compañía de las personas.

Escena de la película Yôkai daisensô (La gran guerra yôkai). Kawataro (en el centro) es un personaje divertido y que hace reír con su comportamiento un tanto torpe.

 

Notas:

[1] Los yôkai son criaturas sobrenaturales de cuya iconografía ya hemos hablado en artículos anteriores de Ecos de Asia.

avatar María Arrebola Ruiz (2 Posts)

Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla (2019). Ha realizado el Máster Universitario en Estudios Globales de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Barcelona (2021). Actualmente realiza estudios de Doctorado en la Universidad de Zaragoza.


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