Revista Ecos de Asia

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This article was written on 14 Sep 2015, and is filled under Varia.

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El reflejo del otro II: El caso de Barbie y Japón

En la primera entrega de esta serie de artículos vamos a llevar a cabo una introducción a la fascinación que, desde Occidente, siempre han despertado países tan lejanos como Japón, China o India; una atención que incluso podemos encontrar actualmente en objetos de muy diversa índole, entre los que destacan las propias muñecas: juguetes que han conquistado al público de todas las edades y han supuesto -incluso a día de hoy- una fuente de gran interés para conocer la visión del otro por parte de Occidente.

Queremos centrar esta primera entrega en la, seguramente, muñeca más famosa de todo el planeta, que a sus espaldas cuenta ya con más de cincuenta años de historia. Nos referimos a Barbie, la fashion doll (muñeca de vestir) que ha dado la vuelta al mundo -real y fantástico-, vistiendo adecuadamente en cada ocasión. Pertenece a la firma Mattel, como veremos posteriormente, y representa a una joven entre los 16 y los 20 años que poco a poco se verá acompañada por una legión de nuevos personajes. Cuenta con una altura total de 29 centímetros, y se caracteriza por su rostro ovalado, sonrisa perenne y una silueta curvilínea -actualmente muy denostada, si bien, en este artículo no queremos entrar en el debate en torno a las medidas de la figura-. Como ya hemos comentado, Barbie ha viajado prácticamente por todo el mundo, luciendo en cada ocasión un atuendo inspirado, o directamente basado, en las tradiciones de su destino, modelos que comentaremos a lo largo de esta entrega.

Barbie fue creada en el año 1959 por parte del matrimonio compuesto por Ruth y Elliot Handlers, fundadores de la casa Mattel. Esta muñeca supuso toda una ruptura en el mundo del juguete, donde, hasta el momento, este tipo de figuras presentaban formas más infantiles, adoptando un aspecto prácticamente similar al de sus poseedoras. Las pretensiones de este matrimonio consistían en ofrecer a las niñas y jóvenes americanas una muñeca diferente con la que las mujeres y futuras adolescentes pudieran identificarse. El lanzamiento de Barbie al mercado tuvo lugar en la Feria Anual del Juguete de Nueva York, y supuso un gran éxito, hasta el punto de que las existencias no podían cubrir la demanda del momento. La creación de cada uno de los modelos de esta muñeca no es baladí, sino que Mattel cuenta con toda una serie de especialistas centrados en la creación de cada Barbie, lo que ha permitido una evolución favorable de la muñeca, de modo que cada vez tiene con una mayor movilidad, variedad de moldes y conjuntos adaptados a la moda de cada momento.

Podemos hablar de un procedimientos de fabricación que aúna procesos industriales y artesanales: el cuerpo se modela por inyección de plástico en un molde, mientras que la cabeza se pinta a mano con 6 ó 7 tintas diferentes; el cabello se implanta a mano con la ayuda de máquinas de coser, igual que los atuendos, que también se cosen manualmente.[1]

Le pese a quien le pese, podemos considerar a la muñeca Barbie como un reflejo de la evolución y los cambios que ha experimentado la sociedad -y, más concretamente, el papel de la mujer- a lo largo de tanto tiempo. Por otro lado, esta figura ha representado personajes de muy distintas épocas, pasadas y futuras, así como mujeres de cincuenta nacionalidades distintas.

Considerando todo lo anterior, podemos afirmar que esta muñeca se ha convertido en todo un fenómeno, conquistando ya no sólo al público infantil, sino también al adulto, de modo que podemos encontrar toda una serie de piezas de colección específicas para este espectro de público: muñecas que destacan por un mayor cuidado y preciosismo en la presentación, así como por tener un precio más elevado. La mayoría de los ejemplares que comentaremos pertenecen a esta serie de coleccionista.

En primer lugar, vamos a referirnos a aquellas muñecas de inspiración oriental, es decir, que parten de diferentes elementos, como el corte de las prendas o los accesorios, para elaborar una mezcla de influencias que remita al exotismo y lejanía de Oriente. El primer ejemplar lo podemos datar en 1981 bajo la denominación de Oriental Barbie, una edición especial inspirada, principalmente, en China y en Japón, como denota la elección de colores -rojos y dorados- el corte de la falda y la chaqueta que luce la muñeca, así como el accesorio que la acompaña: un abanico.[2] Igualmente, debemos señalar el rostro de la muñeca, cuyos rasgos -ojos rasgados y oscuros en consonancia con el cabello castaño- nos remiten a Asia en general, sin incidir en una nacionalidad clara.

En esta imagen podemos ver, de izquierda a derecha: Oriental Barbie (1981), Barbie Fnatasy Goddes of Asia (1998) y Barbie Oriental Obsession (2015). Tres ejemplos inspirados en Asia, resultado de la combinación de toda una serie de influencias.

En esta imagen podemos ver, de izquierda a derecha: Oriental Barbie (1981), Barbie Fnatasy Goddes of Asia (1998) y Barbie Oriental Obsession (2015). Tres ejemplos inspirados en Asia, resultado de la combinación de toda una serie de influencias.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar la original Barbie Fantasy Goddess of Asia (1998), la primera muñeca perteneciente a la serie Bob Mackie International Beauty.[3] En este caso nos encontramos con algo muy parecido a la anterior: elementos de China y Japón se mezclan con otros menos definidos para dar lugar a una muñeca que parece sacada de un mundo de fantasía. Sin lugar a dudas, podemos destacar que la pieza por excelencia de esta figura es el abanico, como parte del vestido y como accesorio individual. Barbie viste un atrevido vestido con escote pronunciado, que se ata al cuello con un accesorio que nos puede recordar al cuello de los qipao chinos, sin embargo, el bajo nos remite a los quimonos japoneses -incluso el diseñador se ha preocupado de adelantar el lado izquierdo ante el derecho-.[4] Destaca el gran abanico dorado que parte de la espalda del vestido, adornado con un temible dragón bordado, un diseño repleto de brillo y color. Por último, al igual que ocurría en el caso anterior, los rasgos de Barbie pasan a ser”mongoloides”, con ojos rasgados y oscuros y cabello negro y lacio que se recoge en lo alto de la cabeza mediante una larga trenza.

Mucho más reciente, pero no menos original, es la Barbie Oriental Obsession (2015), basada en una ilustración del japonés Hiroyuki Kikushi en colaboración con los “customizadores” y artistas Magia 2000, dando lugar a un total de diez ejemplares de esta muñeca que fueron subastados en beneficio de la lucha contra el cáncer de mama. En este caso, al igual que los anteriores, predomina el color dorado, si bien esta vez se combina con el negro, dando lugar a un conjunto más elegante. El recogido del cabello nos remite a un ejemplar que veremos posteriormente –Barbie princess of the Korean court– con adornos que, en este caso, se inspiran en las agujas que clavan las geishas en sus moños llamadas kanzashi. El corte del vestido es una modernización del qipao, con un escote más pronunciado, que se ciñe a la cintura con una faja negra que puede recordar a los obi del quimono japonés. Una novedad en este caso es que no se trata de una muñeca caracterizada como asiática, sino que luce un color de pelo rubio platino y ojos azules. De nuevo, el accesorio principal es el abanico.

A la hora de centrarnos en representaciones de países concretos, vamos a elaborar un recorrido que nos lleve desde Japón hasta la India, mencionando algunos casos puntuales pertenecientes, por ejemplo, a las islas del Pacífico.

Si atendemos a las diferentes colecciones de Barbie, podemos afirmar sin lugar a dudas, que el País del Sol Naciente es uno de los destinos preferidos de esta muñeca, de modo que encontraremos toda una serie de modelos ataviados con el quimono tradicional que van ganando detalle y preciosismo con el paso de los años, así como una mejor caracterización del rostro y un especial cuidado en los accesorios. El primer ejemplo podemos fecharlo en 1985 bajo el nombre de Japanese Barbie (denominación que se va a repetir en muñecas posteriores). Como ocurre en la mayor parte de los casos, Barbie adopta el quimono como atuendo, de un vibrante color rojo y estampado con lo que parecen flores de cerezo de múltiples tonalidades; la prenda se sujeta con un obi de color amarillo. A pesar de la simplicidad de las prendas y la monotonía de las mismas en cuanto a estampados y colores, no deja de ser un ejemplo que remite, de manera muy evidente, a Japón. Uno de los aspectos más deficientes de esta muñeca es el peinado, no por el recogido, sino por la abundancia del mismo, que complica el hacer un moño delicado firme.

En esta imagen podemos ver los dos primeros ejemplos de Barbie propiamente japoneses, ambos bajo la denominación de Japanese Barbie, la de la izquierda fechada en 1985 y la segunda en 1996.

En esta imagen podemos ver los dos primeros ejemplos de Barbie propiamente japoneses, ambos bajo la denominación de Japanese Barbie, la de la izquierda fechada en 1985 y la segunda en 1996.

El siguiente ejemplo de Japanese Barbie data el año 1996, y evidencia un cierto avance en la caracterización y el quimono que viste la muñeca. En este caso, se ha optado por tonos más suaves y dulces. Se pone un mayor cuidado en el estampado de la tela, más completo y atractivo, al igual que en el tratamiento del obi, que también presenta un estampado, así como en el calzado, que asoma por la parte inferior del quimono dejando ver la representación de unas geta simples con un cordón rojo. El cabello, también abundante, se deja suelto y, en este caso, se peina con un pequeño flequillo rizado, algo que le aporta a este modelo un aire contemporáneo al momento de su creación.

A principios del año 2000, Mattel va a crear una nueva generación de muñecas a modo de representación de princesas de todo el mundo. En este caso, se trata de una serie dirigida especialmente al público adulto y coleccionista, por lo que se pone una especial atención en el detalle del vestido y la caracterización de la muñeca correspondiente; de este modo, estamos ante toda un serie de modificaciones en el molde de Barbie con la finalidad de conseguir un mejor apariencia física, dando lugar a un conjunto armonioso que se conjuga con un envoltorio sencillo. En este caso, comentaremos la Barbie Princess of Japan (2003), si bien, con posterioridad, veremos el resto de princesas. Aquí Barbie deja de lado su blanca sonrisa para adoptar una expresión suave y dulce, así como una tonalidad de la piel mucho más clara. El cabello pasa a tratarse con un mayor cuidado, dando lugar a un elegante moño que se adorna con flores. Sin embargo, el elemento más excepcional de esta muñeca es el quimono, con toda su superficie repleta de motivos estampados en tonalidades cálidas, acompañado de un obi que se ata en la parte trasera -podemos destacar la atención que se ha puesto a la hora de atarlo, con un nudo bonito y cuidado- y que también está estampado. A partir de este momento, las representaciones de Japón sólo irán  a mejor.

Barbie Princess of Japan (2003), Barbie Maiko (2006) y una nueva edición de Barbie Japan (2008), tres ejemplos que ponen de relieve la evolución a la hora de representar el atuendo japonés a manos de Mattel.

Barbie Princess of Japan (2003), Barbie Maiko (2006) y una nueva edición de Barbie Japan (2008), tres ejemplos que ponen de relieve la evolución a la hora de representar el atuendo japonés a manos de Mattel.

Adentrándonos en el año 2000, podemos ver nuevas muñecas japonesas, como Barbie Maiko (2006) y una nueva Barbie Japan (2008). En el caso de la primera, se trata de una muñeca que, por segunda vez, trata de adentrarse en el pasado y la tradición del archipiélago nipón mediante la representación de una aprendiz de geisha, vestida con un espléndido quimono de color claro, y un gran obi que se extiende sobre su espalda, además de reproducir en miniatura el peinado característico de las maiko. El segundo ejemplo nos ofrece una imagen más contemporánea, tanto en los rasgos del rostro, el peinado o el atuendo y accesorios. La última Barbie Japan nos ofrece una figura cargada de sofisticación y elegancia, a la par que nos remite a la tradición del hanetsuki,[5] un juego parecido  al bádminton, al que se juega con preciosas palas como la que sostiene la muñeca en su mano, durante la festividad de año nuevo.[6]

Por último, también existen ejemplos vagamente inspirados en el Japón tradicional, que se conjugan con prendas y cortes acordes con la alta costura actual. Este es el caso de los Barbie y Ken Japan (2011), que suponen toda una ruptura con la tradición y los modelos que hemos visto anteriormente. Sin embargo, considerando las primeras Barbie tachadas como orientales que hemos comentado al principio, se deduce del gusto por parte de Mattel de obtener modelos a medio camino entre la tradición y la modernidad, sutilmente inspirados en motivos concretos.

Barbie y Ken Japan (2011), una de las últimas incorporaciones a las representaciones de Japón dentro del catálogo de Barbie.

Barbie y Ken Japan (2011), una de las últimas incorporaciones a las representaciones de Japón dentro del catálogo de Barbie.

Seguramente otros modelos hayan quedado por el camino, ya que estos son solo unos pocos modelos dentro del amplísimo catálogo que Mattel nos ofrece de esta muñeca, y considerando, además, que Japón es uno de los países más representados entre los modelos de figuras.

Para saber más:

  • The Barbie Collection. Disponible aquí.

 

Notas:

[1] Barbie. Un poco de historia. Disponible aquí.

[2] Por otro lado, podemos mencionar el kebaya, un atuendo compuesto por dos piezas (blusa y falda) que se originó en Indonesia, para extenderse posteriormente por Malasia, Singapur, Tailandia y Filipinas, entre otras regiones.

[3] Se trata de la colección, a manos del diseñador americano Bob Mackie, en la que se pretendía ensalzar la belleza de las diferentes culturas de todo el mundo.

[4] Normalmente, a la hora de poner un quimono, se dispone el lado izquierdo sobre el derecho, esta disposición cambia cuando nos encontramos ante una persona fallecida, donde se coloca al revés, el lado derecho sobre el izquierdo.

[5] Este juego consiste en golpear un pequeño volante con unas palas de madera llamadas hagoita. Normalmente se juega entre dos personas, de modo que aquella que deja caer la bola recibe un castigo y se le pinta una marca en la cara con tinta.

[6] Esta muñeca salió en el mes de enero, por lo que no tenemos ninguna duda de que ataviarla de esta manera y acompañarla con la pala es una referencia clara al principio de un nuevo año.

avatar María Gutiérrez (133 Posts)

Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Máster de Estudios Avanzados en Hº del Arte y Máster en Formación de profesorado en Educación Secundaria por la misma universidad. Actualmente se encuentra ultimando su tesis doctoral acerca del coleccionismo de muñecas tradicionales japonesas.


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