Revista Ecos de Asia

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This article was written on 19 Feb 2014, and is filled under Varia.

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El tatuaje en la Polinesia y el Ta Moko.

El tatuaje tribal es uno de los considerados “estilos históricos”, como ya mencionamos en el artículo anterior sobre el tatuaje japonés. La gran fama de este estilo en la actualidad, en la época del culto al cuerpo[1], se debe a la facilidad a la hora de diseñar un tatuaje de este estilo y su adaptabilidad a cualquier zona del cuerpo.

A pesar de su aparente carácter banal en la actualidad, sus orígenes van más allá, como vamos a ver a lo largo de este artículo.

Es cierto que las Islas Marquesas fueron descubiertas en 1595, pero las primeras descripciones sobre la existencia de personas tatuadas en esta zona de la Polinesia no se harán hasta casi dos siglos después.

En 1767 el explorador inglés Samuel Wallis escribió en uno de sus informes[2]:”… es costumbre universal entre los hombres y las mujeres hacerse diferentes diseños de tinta negra en las nalgas y en la parte trasera de los muslos.”

Un año después Louis Antoine de Bougainville, explorador francés, escribió[3]”… las mujeres de Tahití se tiñen los riñones y las nalgas de azul oscuro”.

Finalmente, James Cook, en 1774, durante su segundo viaje, en su diario de a bordo regresando de las islas Marquesas escribió: “… imprimen signos en los cuerpos de la gente y llaman a eso tattow[4].”

Gracias a éste relato de Cook le debemos el nombre actual de “tatuaje” en castellano o tattoo en inglés. En cambio para los maoríes el tatuaje se denominará moko y al arte de tatuar Ta Moko.

Realización del tatuaje en Tahití.

Realización del tatuaje en Tahití.

Realización de un tatuaje maorí.

Realización de un tatuaje maorí.

El tatuaje no es una forma de decoración sin más. Según su mitología, los dos hijos del Dios de la Creación (Ta’arca) enseñaron el arte de tatuar a los humanos. Debido a este carácter sagrado, los únicos que tenían permitido tatuar eran los chamanes (tahua, maestros en los rituales religiosos), así como transmitir el significado de los diseños y la técnica. El acto de tatuar era considerado en sí un ritual, ya que se realizaba por causas muy concretas.

Los diseños y su ubicación variaban según la genealogía del tatuado, su rango dentro de la sociedad y sus logros personales.

Era para ellos un ritual tan importante que la persona que iba a ser tatuada debía de someterse a un periodo de purificación que incluía el ayuno y la abstinencia sexual.

A pesar de que pueden cubrir grandes zonas del cuerpo, éstos no se realizaban de una sola vez. Lo habitual era que empezasen a ser tatuados en la adolescencia, con unos 12 años para marcar su paso a la edad adulta y continuaban tatuándose a lo largo de toda su vida. Marcaban, por ejemplo, las etapas importantes del individuo como el paso a la madurez o actos que denotasen la hombría y el valor del individuo.

El estar tatuado no solo reflejaba un estatus, sino también la fuerza y el poder de quien lo llevaba. Es por ello que los jefes de las tribus y los guerreros solían llevar tatuajes más elaborados.

Los hombres que no tenían ningún tatuaje eran despreciados mientras que los que tenían el cuerpo completamente tatuado (los to’oata) disfrutaban de un prestigio considerable. Esto, en parte, sería así porque el proceso de tatuar podía llevar horas, la técnica era muy dolorosa y suponía tener gran valor para soportar el dolor durante tanto tiempo.

Cuchillos y dientes Uhi.

Cuchillos y dientes Uhi.

Para su realización, se utilizaban objetos rituales, generalmente un peine con dientes de hueso fijado a un mango de madera. Los dientes se sumergían en la tinta, que se realizaba con carbón de nuez diluido en agua o aceite. En el caso concreto de los maoríes, varían ligeramente[5]. Ellos usaban cuchillos y dientes Uhi[6]. Estos dientes podían ser lisos o dentelleados. En cuanto a la tinta utilizaban dos tipos: una para el cuerpo y otra para la cara. La tinta para la cara era más oscura y se realizaba a base de madera quemada mientras que la tinta para el resto del cuerpo era más clara y se realizaba con orugas a las que se les obligaba a comer determinados hongos.

En ambos casos la aplicación de la tinta en el cuerpo es la misma: una vez impregnados los dientes en tinta, se colocaban sobre la piel y el mango se golpeaba con una vara de madera, haciendo penetrar la tinta en la piel.

De hecho la palabra tatau es la onomatopeya del golpeteo rítmico de esta técnica.

Cada tatuaje era único, diseñado de propio para aquel que lo iba a llevar. Los tatuajes tribales tenían atribuido un poder de protección que se encontraba dentro del propio diseño. Para los maoríes refleja el whakapapa (la ascendencia) del tatuado y su historia personal. Además fija las conexiones internas del cuerpo humano y organiza sus procesos energéticos, por lo que no solo fija acontecimientos ya pasados, sino también los que están por venir.

Dibujo de una mujer tahitiana tatuada.

Dibujo de una mujer tahitiana tatuada.

Es cierto que estamos hablando generalmente del caso de los hombres, pero las mujeres también se tatuaban. En el caso de las mujeres de la Polinesia (ya) se empezaban a tatuar a los 12 años (también) y lo habitual era la mano derecha. Solo entonces era cuando se les dejaba hacer la comida y participar en el ungimiento de los muertos (con aceite de coco). Sus tatuajes no eran tan extensos como los de los hombres y se limitaban a la mano, los brazos, los pies, las orejas y los labios. En el caso de las mujeres de alto rango podían llegar a tatuarse los muslos y las nalgas.

Fotografía de una joven maorí con moko, c. 1872-1886.

Fotografía de una joven maorí con moko, c. 1872-1886.

En el caso de la mujer maorí vemos que es completamente distinto. Es cierto que el cuerpo de la mujer también está menos tatuado que el del hombre, pero seguramente se deba a que en su cultura, el cuerpo de la mujer se considera externamente completo y lo que necesita es llenar un vacío más bien emocional. De ahí que lo habitual sea que se tatúen la zona de los labios y la barbilla.

Por lo que podemos ir viendo, el tatuaje en la Polinesia tiene una función más bien ritual y de rango, mientras que en el mundo maorí tiene una función más trascendental. En el proceso del tatuaje maorí es muy importante la simetría de los patrones para distribuir igualmente la fuerza fijada en las líneas del dibujo. En el caso de que el dibujo fuese asimétrico indicaba la presencia de defectos en la estructura energética del cuerpo y el intento de distribuir la energía uniformemente. Para ellos el dibujo crea una estructura energética individual, que sigue existiendo después de la muerte física del hombre.

En el caso del moko facial masculino, el diseño se divide en 13 partes, que se relacionan con los 13 meses lunares y el punto central es la nariz[7]

A diferencia del tatuaje maorí, el tatuaje tradicional en la Polinesia desapareció debido a la prohibición por parte de los primeros misioneros.

Su reaparición es relativamente reciente gracias a los apuntes y más de 400 esquemas de diseños que fueron realizados por el misionero Karl Von Steinen (1855-1929). Estos diseños contienen imágenes tanto figurativas como no figurativas, pero han perdido su significado.

Tanto el tatuaje de la Polinesia como el maorí son las raíces de lo que conocemos como tatuaje tribal. No obstante, en la actualidad, como podemos constatar en la mayoría de los casos, ha perdido su significado y su simbolismo, lo que debería de llevarnos  a reflexionar sobre qué es lo que queda en realidad en estos tatuajes de sus precedentes y la importancia de conocer y estudiar la historia sobre el mundo del tatuaje. A veces el desconocimiento lleva a muchas personas a tatuarse por meras connotaciones estéticas que, a la larga terminan desembocando en arrepentimientos y visitas a salones y dermatólogos para “borrar” de la piel estos tatuajes

 

Para saber más:

  • REISFELD S.: Tatuajes: una mirada psicoanalítica. Buenos Aires. Editorial Paidos, 2004.
  • VV.AA.: UltimateTattoo. Barcelona, Instituto Monsa de Ediciones, 2013

 

Notas:

[1] Es indiscutible que nos encontramos en un momento en el que las operaciones estéticas están a la orden del día, que no nos son ajenos los certámenes de belleza

[2] An account of a voyage round the world in the years MDCCLXVI, MDCCLXVII and MDCCLXVIII.

[3] Description d’un voyage autour du monde. Escrito en 1768 pero publicado en 1771.

[4] En realidad es tatau. Muchos tatuadores de esta región, han integrado éste término en el nombre de sus estudios como símbolo de identificación con sus raíces.

[5] Probablemente esta diferenciación se deba a que el pueblo maorí emigró a Nueva Zelanda entre el siglo VIII a XII y su cultura empezó a desarrollarse separado.

[6] Huesos del albatros

[7] Para las tribus que se sitúan al norte de la línea ecuatorial,  el punto central se situará en la parte inferior del abdomen mientras que las que se sitúan al sur orientan las líneas en relación con la cara.

avatar Alba Finol (6 Posts)

Graduada en Historia del Arte (2017, Unizar) y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte (2018, Unizar). Actualmente está cursando el Diploma de Especialización de Estudios Japoneses (Unizar) y es doctoranda del área de Asia Oriental en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza donde trabaja sobre el legado del mecenas Juan Carlos Cebrián Cervera (1848-1935). Fruto de su labor investigadora ha colaborado con el Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid) en la revisión catalográfica de más de 40 estampas. Además, se encuentra trabajando dentro de la estancia de Investigación Gonzalo M. Borrás Gualis de Territorio Mudéjar.


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