Revista Ecos de Asia

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This article was written on 06 Feb 2019, and is filled under Historia y Pensamiento.

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El erotismo en Japón a través de los siglos (II)

La segunda parte de nuestro reportaje sobre el discurrir del erotismo a través de las representaciones visuales de Japón nos llevará a aproximarnos brevemente a la erótica de los cuarteles militares, y desde ellos a sumergirnos en la atracción de la violencia, la sangre y el dolor. Finalmente, repasaremos algunas de las manifestaciones actuales del teatro, la fotografía y el anime, que sobrepasan los límites que hasta ahora habían definido este concepto en la sociedad nipona.

 

HOMOEROTISMO SAMURÁI: UN EJEMPLO DE HOMOSEXUALIDAD EN JAPÓN

Cabe destacar que también el arte japonés, en sus diversas acepciones de tradición tanto plástica como lírica y musical, y actualmente también visual, se ha aproximado al homoerotismo desde el punto de vista del placer, el estatus socioeconómico y la responsabilidad social, a diferencia del Occidente moderno. Por tanto, el erotismo homosexual se engloba como una parte más e indiferenciada dentro de la erótica general japonesa. Este tema puede resultar tan complejo y rico que requeriría múltiples capítulos y aproximaciones, por lo que se ha optado por centrar la atención en un tipo de homoerotismo muy extendido entre la clase guerrera y, seguramente, el más normalizado dentro del fluir de la vida desde el periodo Heian.

Los grabados de Kitagawa Utamaro muestran la realidad de las escuelas samuráis de entrenamiento militar en las que jóvenes recién ingresados comparten su vida con sus  maestros. Gohatto, escrita y dirigida en 1999 por Nagisa Oshima, está basada en las novelas cortas Maegamino Sozaburo  y Sanjogawara Ranjin del Shinsengumi Keppuroku, que era una fuerza policial del último periodo del shogunato en Japón. Al final de la película, se hace referencia al cuento El compromiso del Crisantemo, contenido en la obra Ugetsu-monogatari (Cuentos de la Luz de la Luna y de la Lluvia), escrita en 1776 por Ueda Akinari.

La película, nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes del 2000, ganó el Premio por el Novato del Año de la Academia Japonesa de Cine y fue nominada en otras nueve categorías. Basada en una historia real, narra la vida de un joven samurái en una escuela de entrenamiento durante el periodo Bakumatsu (1834-1857), y se ha constituido como uno de los referentes del cine erótico en Japón.

A la izquierda, dombre y joven antes de un encuentro íntimo. Zenroku y Hiramatsu, de Kitagawa Utamaro, 1788; a la derecha, Ryuhei Matsuda en Gohatto (1999).

Durante el transcurso de la película se insertan varios datos reales del Shinsengumi, como por ejemplo el código de conducta entre éstos, mientras que al mismo tiempo en el largometraje se profundiza acerca de la intimidad de los miembros del grupo y sus actitudes con respecto a las conductas homoeróticas, donde la simbología y la sutileza del lenguaje no verbal se entremezclan con la erótica de la guerra, la violencia y las armas.

 

EL EROTISMO DE LA VIOLENCIA

Shurayukihime o Lady Snowblood (1973)

La sociedad actual capitalista, de la que Japón es un baluarte de primer orden, es una sociedad erotizada, que convive entre estímulos constantes que conducen a una exaltación de la sexualidad física. El sexo se establece como un producto de consumo más, e incluso, sexo y erotismo se ponen al servicio de la propaganda o publicidad de productos de consumo con los que no guardan una relación directa. El amor va quedando progresivamente deshumanizado y la mujer cosificada, es decir, reducida a la mera condición de objeto sexual.

En este contexto no resulta extraño que la ternura del amor se transforme en violencia. De hecho, la agresividad erótica o sexual ha experimentado un gran incremento social durante los últimos años, en lo que también ha jugado un papel importante la progresiva difusión y desarrollo de la pornografía en todas sus modalidades.

Shurayukihime es la cinta que inspiró a Tarantino para su saga con Uma Thurman. Filmada con un estilo de serie B pero con un conocimiento estético amplio; cuenta las aventuras de una mujer que nació para vengar a su madre. Entrenada desde niña como asesina, Yuki Kashima es hermosa y letal. La banda sonora, el vestuario y el tratamiento de la feminidad la hacen muy atractiva.

Gohatto (1999)

Siguiendo con la idea de desacralización del amor, en parte por la capitalización del mismo, que lo convierte en un elemento más de intercambio,  las relaciones sexuales pueden, entonces, irse cargando de violencia y agresividad, como oposición al concepto clásico de la misma, según el cual, ésta sería una forma de expresión del cariño que se ha establecido profundamente entre dos personas, dentro de una relación amorosa de pareja.

Las conductas sadomasoquistas son una buena expresión de esta tendencia. Dentro de una acepción más amplia, también se incluiría entre las formas de sadismo el hecho de obtener placer humillando de cualquier modo al otro durante la relación sexual.

Este fenómeno puede constituir un trastorno aislado de la psicosexualidad, pero es más frecuente entre personalidades con rasgos de inseguridad, sentimientos de inferioridad, y, en general, entre aquellos que padecen un desarrollo neurótico o psicopático de la personalidad, muy propiciado por la cultura tokiota de trabajo desaforado y rígidas costumbres empresariales.

A la izquierda, Takato Yamamoto; a la derecha, Araki Nobuyoshi.

Araki Nobuyoshi (1940) es un artista por cuya polémica obra se le ha tendido a acusar de misógino. Sus trabajos siempre le han aportado una gran notoriedad entre el público japonés e internacional; sus fotografías, suelen ir acompañadas de textos en forma de diario íntimo, considerándose precursores e innovadores dentro de las tendencias artísticas de la segunda mitad del siglo XX. Destaca por su trabajo fotográfico sobre la industria sexual japonesa enfocada en el barrio de Kabukicho, en Tokio.

Araki Nobuyoshi

En la fotografía podemos observar un ejemplo de  la persistencia de la idea de erotismo en base a la insinuación, o al menos, a la no exhibición del cuerpo humano de forma íntegra. Así, la presencia de kimonos rasgados, ceñidos, entreabiertos o delicadamente colocados resulta mucho más sugerente, en contraposición a la imperante cultura actual del hentai, siendo éste, aún con todo, una forma de erotismo mucho más sutil que la pornografía basada en imágenes de cuerpos reales.

MANIFESTACIONES ERÓTICAS CONTEMPORÁNEAS: MÁS ALLÁ DE LO SUBVERSIVO

Desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, el concepto de Erotismo ha sido, quizá, uno de los que mayor cambio ha experimentado; la ocupación americana hasta 1952 insufló nuevos aires al país que pronto se dejaron notar en todos los ámbitos de la vida diaria, incluyendo el artístico. El país se abrió al mundo; la economía de mercado convirtió a Japón en la segunda potencia planetaria y las artes y las ciencias proliferaron con un papel de claro liderazgo en Asia.

Desde entonces el concepto de erotismo se ha convertido en un arma de transgresión, de rebelión en contra del orden social y laboral establecido y su explicitud es la base de  esta expresión anticonformista liberadora de la postmodernidad y los nuevos valores.

Daikichi Amano

Uno de los artistas más transgresores del Japón actual es Daikichi Amano, que se define a sí mismo como director, productor, editor, fotógrafo, columnista y pornógrafo. Con la ayuda de su estudio de pornografía, Genki-Genki, que significa “sentirse bien” Amano se opone a la línea conceptual entre el arte y la pornografía.

Una de las características por las que se  reconoce a este artista es el uso de cefalópodos, insectos y otros animales marinos para sus fotografías, en clara alusión al eroguro (o ero-guro), del cual Edogawa Ranpo (1894-1965) es un gran exponente (autor que, además, está de moda en España gracias a Satori Ediciones). Esta categoría implica el tratamiento de parafilias y fetichismos que rompen con los tabúes más sólidos ya que tiene su vertiente de extrema violencia en desmembramientos, violaciones y asesinatos. Estos artistas, además, recogen y actualizan la tradición iconográfica de los cefalópodos en Japón, que se remonta a xilografistas como Katsushika Hokusai, en cuya obra El sueño de la esposa del pescador ya aparecen representados estos animales en un contexto sexual.

Las estrictas normas de censura japonesa que no permiten fotografiar los genitales masculinos ni femeninos, hacen de este recurso un macabro fetiche con el que envuelve a sus personajes (tentáculos en sustitución de penes). Se rumorea que él y todo su equipo se comen los animales que usa para sus sesiones fotográficas para evitar ser acusado de maltrato animal.

Sus fotografías son extraídas de sus propias fantasías privadas, que aunque puedan resultar repelentes y excesivas en principio, en realidad no  son sino la evocación de los temores y deseos primigenios del hombre. En las imágenes de Amano, el cuerpo humano no es sólo venerado y admirado por su impresionante belleza, sino también en su existencia deformada y fusionada con la naturaleza  (con la madera, la sangre, los huesos, las escamas y las plumas)  en una metamorfosis que híbrida lo erótico con lo grotesco.

Kazuo Ohno, figura exponencial del Butoh.

Algunos lo clasifican como un paso intermedio entre la danza y el teatro, otros como una poesía grosera. Sin embargo, uno de los creadores del Butoh, Tatsumi Hijikata (1928-1986) pensaba que su arte tenía el propósito de recobrar el cuerpo primigenio, “el que nos ha sido robado”. Hijikata y su obra homoerótica Kinjiki (Colores Prohibidos) escandalizaron a la comunidad artística nipona en 1959, la que entonces cultivaba formas occidentales de baile. El mismo Hijikata presentó varias obras consideradas repulsivas y que nunca se habían visto en el Japón de la postguerra ni en ninguna otra parte del mundo.

En una de ellas bailaba con los ojos desorbitados, una falda rosada y un pene metálico de grandes proporciones atado a su pubis. Así Hijikata, junto con el otro fundador del Butoh llamado Kazuo Ohno (1906) rompieron con el orden occidental establecido desarrollando una representación única del cuerpo en movimiento, que desafió lo convencional y que hoy es conocida en el mundo entero. Hijikata murió sin llegar a envejecer, mientras que Ohno siguió actuando hasta casi el final de su vida, siendo el artista más longevo en activo hasta su fallecimiento en el año 2010 con 103 años.

Muy lejos de ser considerado un tema tabú, el Sexo en Japón hoy en día es algo que forma parte de la cultura diaria y que es comúnmente aceptado por una gran mayoría de la población, especialmente la más joven. En cualquier “kiosco” se pueden adquirir revistas hentai y existen, además, una grandísima cantidad de locales de prostitución, así como de “chicas de compañía”. Las  zonas de Shinjuku y Shibuya son populares por la alta concentración de este tipo de locales.

La palabra hentai quiere decir “pervertido/perversión” o “transformación”. Y hace referencia al manga de contenido pornográfico. La cantidad de dibujos ilustrando actividad sexual en el manga o el anime hentai puede variar enormemente, así como el tipo de actividad sexual y los personajes implicados, que se someten a muy pocas restricciones al tratarse de personajes de ficción.

Por tanto, el hentai, supone una forma subversiva más de rebelarse contra las normas establecidas y heredadas del pasado, aunque en realidad, viene a ser una forma artística heredada del grabado ukiyo-e.

 

Para saber más:

  • Rodríguez Fernández, Daniel. La homosexualidad en Japón y sus representaciones artísticas. Salamanca, Repositorio Digital de Gredos, 15 de septiembre de 2016. Disponible aquí.
  • Winge, Theresa, “Undressing and Dressing Loli: A Search for the Identity of the Japanese Lolita” en Lunning, Frenchy, (ed.), Limits of the Human, Minneapolis, University of Minnesota Press, 2008.
  • Yamaguchi, Yumi, Warriors of Art: A Guide to Contemporary Japanese Artists, Nueva York, Kodansha, 2007.
avatar Alberto Vela Rodrigo (12 Posts)

Alberto Vela es Licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Salamanca y Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se especializó en Estudios Asiáticos por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, lo que le llevó a vivir y trabajar en Pekín durante un año en entornos empresariales y de mercado. Su formación interdisciplinar le ha permitido desenvolverse en distintos ambientes y campos de estudio que abordan la historia material, social y cultural de Europa y Asia.


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