Revista Ecos de Asia

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This article was written on 26 Feb 2020, and is filled under Cine y TV, Varia.

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Orgullo y Prejuicio y Zombis y Japón (y un poco de China también) I

Es una verdad universalmente reconocida que Orgullo y Prejuicio, una obra de Jane Austen, es, sin lugar a dudas, uno de los títulos que ha pasado por más adaptaciones e interpretaciones si tenemos en cuenta la amplia nómina de esta autora. Obras que parten del relato original, otras que trasladan a sus personajes a un mundo mucho más actual, escenas que se han parodiado hasta la saciedad… ¿por qué no incluir un toque de ciencia ficción a esta mezcla?

Mediante la presente serie de artículos vamos a centrarnos en la película Orgullo y Prejuicio y Zombis, y sus más que evidentes influencias y alusiones al archipiélago nipón. Esta es una producción que vio la luz en el año 2016 a manos del director Burr Steers partiendo de la novela homónima lanzada al mercado en 2011 cuya autoría se atribuye a la propia Jane Austen y a Seth Grahame-Smith.[1] Como bien indica el título, partimos de la historia clásica pero con algunas ligeras modificaciones que vienen determinadas por un apocalipsis zombi que ha obligado a la alta sociedad a refugiarse en sus casas de campo así como a aprender a defenderse de tal plaga. En este sentido, nos encontramos a un elenco de personajes similar pero a la vez completamente distinto, como puede ser el caso de las hermanas Bennet, diestras en el combate cuerpo a cuerpo así como en el manejo de las armas o un señor Darcy que demuestra sus habilidades con la katana. Aquí, vamos a analizar distintos aspectos y personajes de la película que, como ya hemos comentado, denotan una influencia oriental más que evidente, expresada con mayor o menor corrección.

 

  • A Japón los ricos, a China los listos

Al principio del filme y teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encuentra la Inglaterra de finales del XVIII y principios del XIX, tenemos una breve presentación de la situación en la que se hace un especial hincapié en los recursos utilizados para intentar mantenerse a salvo de la plaga de zombis: la construcción de muros y barreras para intentar crear un espacio aislado, el traslado a las propiedades situadas en el campo y, por supuesto, la formación en diferentes técnicas de defensa. Es aquí donde entra en juego una especie de rivalidad entre China y Japón que se va a mantener a lo largo de toda la película.

Como bien indica el título de este epígrafe y una voz en off nos cuenta al principio de esta película, a Japón se trasladan los ricos, mientras que a China los listos. Evidentemente, estas consideraciones vienen de la mano del narrador, que no es otra persona sino el señor Bennet, defensor de las artes marciales chinas; no obstante, para el resto de la sociedad el no haberse formado en el archipiélago nipón supone un signo de pobreza y de inferioridad.

En estas dos imágenes pertenecientes a los créditos de inicio de la película, podemos ver las dos imágenes que aluden tanto a Japón (arriba) como a China (abajo).

Como vemos en estas dos imágenes pertenecientes a la introducción de la película, que se desarrolla como si fuera un teatro de figurines de papel, en ambos casos vemos representaciones estereotipadas que aluden a elementos muy reconocibles (y a poner el propio nombre de los países en la parte inferior) para que el espectador se sitúe. En el caso japonés tenemos la presencia de un samurái con kimono y armado con una katana, que se acompaña, además, del monte Fuji a menor escala; mientras que en el caso chino se nos presenta una especie de sabio en postura meditativa con largos bigotes y también largas uñas, sosteniendo un arma y rodeado de documentos. Consideramos que el hecho de haber escogido estas imágenes no es algo casual, ya que en el caso de los samuráis siempre se han considerado como una figura noble y a la par mortal perteneciente a una casta respetada, que se relaciona estrechamente con el hecho de que sean nobles y ricos los que se suponen formados por tales guerreros, por otro lado, en el caso chino tenemos un personaje en actitud mucho más sosegada y aspecto menos pulcro que sostiene un nunchaku, arma que, se mire por donde se mire, es mucho más vulgar que una afilada espada.

Como ya hemos comentado, este tratamiento no hace sino incidir en las consideraciones de los personajes que mencionábamos, el hecho de que China se vea como una posibilidad inferior. No obstante, a lo largo de la película, las hermanas Bennet dejan bastante claro que más bien se trata de todo lo contrario. Partimos del hecho de que la mayoría de las escenas de acción son protagonizadas por ellas, y, sobre todo, por Elizabeth, mientras que el resto de personajes o bien huyen o se ven infectados (podríamos mencionar aquí el caso de Bingley que en una de las escenas, a pesar de su formación nipona, resulta derrotado y defendido por la señorita Bennet). También podemos hablar de una escena concreta en la que se menciona la obra El Arte de la Guerra, escrito por el militar chino Sun Tzu, presente en las propiedades de los Bingley y rodeado de otras obras en japonés. En palabras de la propia Elizabeth, si no eres capaz de leerlo en su dialecto original, el wu, entonces no has leído El Arte de la Guerra. Debemos señalar aquí que la forma en la que pronuncia el título de dicha obra es algo cuestionable y no se sabe el dialecto concreto al que pertenece.[2]

Fotograma de la película en el que podemos ver los libros que llaman la atención de Elizabeth, con distintos ideogramas nipones representados en los lomos y portadas.

Resulta curioso aquí el tratamiento de los libros que salen en esta escena. Como podemos ver por los ideogramas presentes en los lomos, se suponen libros en japonés, algunos de ellos con una encuadernación clásica occidental que presenta los distintos kanji en dorado, mientras que otros presentan un aspecto mucho más humilde con una encuadernación tradicional con papel y sobrios títulos en negro. De menor tamaño, un ejemplar de El Arte de la Guerra en francés que desencadena tal comentario a raíz de la provocación del propio Darcy:

“Una mujer debe poseer amplios conocimientos sobre música, canto, dibujo, baile y lenguas modernas. Debe estar perfectamente adiestrada en los estilos de combate de los maestros de Kioto y en las tácticas y armas de la Europa moderna. Si no, solo merecería dicha distinción a medias.”

 

  • El Japonismo llega a los salones de Bath

Por otro lado, un elemento que llama la atención es la muestra e inclusión de diferentes piezas afines a las características del arte tradicional nipón (o al menos lo suficiente para evocar en el espectador una imagen oriental) presentes en los fondos y decoraciones de las distintas propiedades que aparecen en la película.

Fotograma de la película donde podemos apreciar el biombo presente en la habitación donde los Bingley han instalado a Jane.

En primer lugar, queremos comentar el biombo presente en una de las estancias de la casa donde viven los Bingley. Por su tratamiento de la perspectiva además de por el uso del dorado bien podríamos estar ante una interpretación de un biombo de la escuela Kano, cuyo estilo nos remite al periodo Muromachi,[3] en el que se representa un paisaje con diversas arquitecturas dominado por una masa de nubes de color más claro. La amplia cronología de esta pieza sería afín a la época en la que se ambienta la película, a pesar de que nos estaríamos adelantando unos cuantos años al Japonismo propiamente dicho, momento en el que se importaron, además, otras piezas que vemos en escenarios como el salón en el que Lady Catherine lleva a cabo su recibimiento a los personajes.

Fotograma donde podemos apreciar las armaduras samurái presentes en el salón de Lady Catherine.

Como ya hemos comentado, estamos ante una nueva interpretación de los personajes del clásico, de modo que Lady Catherine (a la que analizaremos en entregas siguientes) se presenta como una heroína, una guerrera mortal de grandes habilidades conocida por el gran número de zombis que ha aniquilado a lo largo de la epidemia. Como afamada guerrera no podía sino decorar su salón con varias armaduras de samurái que se pueden apreciar en la imagen. A la hora de interpretar estas piezas, queremos destacar como un elemento visual el hecho de incluir un kabuto (casco en japonés) de forma perfectamente reconocible por obedecer, como hacen otros tantos aspectos del filme, a una imagen tipificada que enseguida asociamos con Japón. Evidentemente, y teniendo en cuenta la naturaleza de su formación, que como persona rica sólo pudo desarrollarse en el archipiélago nipón, no es de extrañar que posea este tipo de piezas, que en la mayoría de los casos se presentan como armaduras completas.

Fotograma donde podemos apreciar el arca que posee el señor Collins y que nos remite a las lacas namban.

Por último, nos ha llamado la atención una última pieza presente en las dependencias de Collins en las que se desarrolla un combate entre Elizabeth y Darcy. Se trata de un arcón situado en una de las esquinas, que nos puede recordar a una laca namban, por su forma y por el cierre que incluye, aunque mucho más sencilla en lo que se refiere a su decoración. En este caso, se nos plantea aquí una reflexión interesante, ya que no podemos olvidar que Collins es un personaje relacionado con la Iglesia dado que es clérigo y la mayor parte de estas lacas, al menos en nuestro país, se encuentran a día de hoy en diversos monasterios e iglesias. A pesar de las distancias geográficas, quizá sí que podamos hablar de un proceso de documentación que haya remitido a esas primeras embajadas y contactos que se llevaron a cabo con el archipiélago nipón y las piezas que fueron protagonistas de estos intercambios iniciales. No obstante y como comentamos, es una representación mucho más sobria donde los motivos son vegetales y celestiales, sobre todo nubes estilizadas.

Más adelante, en entregas siguientes, nos detendremos a analizar personajes concretos y como, de nuevo, la influencia de Asia está presente, sobre todo, en los momentos de acción y combate.

 

Notas:

[1] En primer lugar, nos gustaría señalar que este autor ha llevado a cabo otros mash-ups que con posterioridad se han llevado a la pantalla, como es el caso de Abraham Lincoln, cazador de vampiros. Por otro lado, respecto a Orgullo y Prejuicio y Zombies, no sólo se ha adaptado a la gran pantalla sino que su autor participó en la elaboración de una novela gráfica donde se plantea la misma trama a modo de historieta e, igualmente, podemos hablar de la existencia de una precuela titulada Orgullo y Prejuicio: El amanecer de los zombies, por Steve Hockensmith en 2014.

[2] Para más información véase: https://anaarandavasserot.blog/2019/02/05/orgullo-y-prejuicio-y-zobis-descubre-el-verdadero-arte-de-la-guerra/

[3] El origen de la escuela Kanô se sitúa en el periodo Muromachi (1333-1573) con Kanô Masanobu, y las características del estilo se asentaron en el periodo Azuchi-Momoyama (1564-1600) con Kanô Eitoku, que es además su periodo de apogeo

avatar María Gutiérrez (133 Posts)

Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Máster de Estudios Avanzados en Hº del Arte y Máster en Formación de profesorado en Educación Secundaria por la misma universidad. Actualmente se encuentra ultimando su tesis doctoral acerca del coleccionismo de muñecas tradicionales japonesas.


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