Revista Ecos de Asia

Crónica del XXIII Salón del Manga de Barcelona II. Exposiciones

En un artículo anterior pudimos hacer una primera aproximación a lo que ha sido el XXIII Salón del Manga de Barcelona, a través de una panorámica sobre las actividades realizadas durante los cinco días que ha durado este evento. En esta ocasión, vamos a dirigir nuestra atención hacia las muy variadas exposiciones que se situaron en los distintos pabellones del evento.

En primer lugar, queremos destacar la exposición situada en el Palacio 5, junto a la zona de talleres y exhibiciones de robótica, ya que el tema de los robots fue el escogido para articular esta edición. Bajo el evocador título ¿Sueñan los mechas con ovejas eléctricas? se articulaba una exposición en torno a algunos de los autómatas más famosos de la ficción nipona, entre los que Mazinger Z acabó gozando de un protagonismo destacado.

Una de las vitrinas dedicadas a merchandising de la época del estreno de Mazinger Z.*

Aunque los robots han sido un elemento muy popular en la ficción desde comienzos del siglo XX, en Japón no fue hasta 1952 cuando realmente conectaron con el público, gracias al Astroboy de Osamu Tezuka. Desde entonces, se han convertido en un elemento muy característico de la ciencia ficción nipona, pero su influencia ha llegado más allá, estimulando la vocación científica en el País del Sol Naciente.

En este incremento de su popularidad dentro del manga y el anime, fue Mazinger Z de Gô Nagai quien dio un paso más allá dentro del género, inaugurando una larga e intensa tradición de mechas, robots gigantes tripulados por humanos que han protagonizado numerosas series, entre las que pueden destacarse títulos como Gundam, Neon Genesis Evangelion o Patlabor.

Paralelamente, desde la década de los setenta Japón se ha consolidado como una potencia mundial en el ámbito de la robótica, y este ha sido uno de los aspectos que han contribuido a percibir el país nipón como una sociedad hipertecnologizada. Los avances en esta materia aparecen regularmente tanto en webs especializadas como en informativos generalistas, precisamente, por la atracción que generan los robots y por esa sensación tan humana que transmiten de que, si la ficción se va haciendo realidad, cualquier cosa que imaginemos puede llegar a ser real.

Así pues, que la planta inferior del Palacio 5 estuviera dedicada a los robots, mediante esta exposición, talleres y charlas, estaba plenamente justificado. Resultaba especialmente llamativo, como adelantábamos, el protagonismo hegemónico de Mazinger Z, con numerosos posters de gran tamaño, pero también con infinidad de merchandising. Ello se debe a que, si en Japón tienen una larga trayectoria de animes de robots, la creación de Gô Nagai fue la que más ha trascendido en España, siendo uno de los primeros animes que se emitieron en televisión y allanando el terreno al posterior boom del manga.

De este modo, Mazinger Z se convirtió en el aglutinante que entroncaba con la tradición de animes robóticos, por un lado, y con una apelación nostálgica a los primerísimos estadios del desarrollo de la recepción de manga y anime en España. En este sentido, podemos poner en relación esta exposición con el homenaje a Alfredo Garrido del que hablamos en la primera parte de esta crónica, ya que buena parte del merchandising exhibido pertenecía a la época de la primera emisión de la serie. Así, no eran pocos los visitantes adultos que se sorprendían e ilusionaban al ver las caretas, cuadernos, cintas de casete, juguetes… que les retrotraían a su más tierna infancia.

Homenaje a Kenneos

Algunas de las ilustraciones que formaban la exposición de homenaje a la ilustradora Kenneos.*

Otra de las exposiciones destacadas del Salón fue la que rindió homenaje a la ilustradora española Kenneos, fallecida el pasado 2016 y autora del cartel de esta edición del evento a título póstumo.

La muestra reúne una serie de ilustraciones, en gran tamaño y a todo color, en las que aparecen dibujadas chicas de estilo moe, de rasgos especialmente dulcificados, en escenarios de fantasía con inspiraciones muy variadas, desde cuentos clásicos hasta la cultura otaku. Además, aparecen también algunas ilustraciones realizadas como referencia para videojuegos o animaciones, mostrando a algunos personajes con diferentes caracterizaciones o en diferentes posturas y puntos de vista.

La exposición se complementó con un homenaje, que tuvo lugar el primer día, en el que se honró la memoria de Kenneos, nombre artístico de Victoria Chamizo. Una afección coronaria truncó muy prematuramente (apenas contaba con veintiocho años) su prometedora carrera en el mundo de la ilustración y el cómic. El homenaje consistió en una mesa redonda, a la que asistieron la directora del Salón del Manga, Meritxell Puig, el comisario de exposiciones, Oriol Estrada, así como los padres de Kenneos y una representante de Ediciones Babylon, la editorial en la que aparecieron publicadas varias de sus obras en España: Caperucita Roja versión pop (2010), Alicia en el País de las Maravillas versión pop (2010), La dama de las nieves (2014) y El hada de cristal (2014). Todos ellos recordaron a Victoria y a Kenneos, a la mujer y a la artista, en el que posiblemente fue el momento más emotivo y duro de todo el Salón.

Además, destacaron la exitosa trayectoria de Kenneos, plagada de premios, pero sobre todo marcada por el especial reconocimiento que le suponía el hecho de trabajar y publicar en el mundo editorial japonés, en revistas como Otaccool o pixiv. Como bien destacaron sus padres, esta era una buena prueba del talento de Kenneos, que logró abrirse las puertas desde fecha temprana para publicar ilustraciones de estilo manga y estética moe/kawaii en la mismísima cuna de estos estilos.

También destacaron la calidad técnica de sus obras, no solamente en la vertiente artística y creativa de realizar los diseños y aplicar los colores, sino su interés por la tecnología que pudiera aplicarse a su trabajo para mejorar su arte. De este modo, recalcaron por ejemplo la gran resolución que utilizaba en sus ilustraciones, hecho que ha permitido seleccionar una para el cartel del XXIII Salón del Manga, ya que no perdía calidad a pesar de las enormes ampliaciones a las que se ven sometidos los materiales promocionales de este tipo de eventos. Del mismo modo, ello ha facilitado también la impresión de las reproducciones exhibidas en la muestra, lo que ha permitido a los visitantes apreciar con todo detalle la creatividad y el mimo que impregnan las obras de Kenneos.

Tamashii Nations World Tour 2017

Armadura de Caballeros del Zodiaco a escala real.*

En el Palacio 1, además del Taller de Gastronomía, la zona de restauración y un conjunto de stands comerciales, acogió también la prestigiosa muestra organizada por Tamashii Nations y Bandai dedicada al coleccionismo de figuras, uno de los aspectos preferidos por los aficionados del manga y el anime.

Ha sido especialmente en los últimos años cuando el coleccionismo de figuras ha cobrado mayor fuerza y se ha consolidado como una práctica independiente muy vinculada a este mundillo. Prueba de ello, por ejemplo, es la cada vez mayor importancia que desde los propios salones se da al control de la autenticidad de las figuras que se comercian en sus stands, llegando a clausurar algunos cuando se detecta que ofrecen falsificaciones o productos no oficiales.

Este año, consolidando esta tendencia, el Salón del Manga ha acogido la Tamashii Nations World Tour 2017, un espacio en el que se exhibían algunas de las figuras de mayor calidad de la colección Tamashii Nations, perteneciente a la empresa Bandai. Aunque la exposición en sí misma gozó de un gran éxito, haciendo que a determinadas horas de mayor afluencia fuese imposible acercarse a las vitrinas en las que se agrupaban temáticamente las figuras, lo que sin duda causó sensación fueron los photocalls preparados para la ocasión, tanto en los accesos al espacio delimitado para la exposición como en el interior.

Así, el visitante podía fotografiarse junto a una armadura a tamaño real de Los Caballeros del Zodiaco, junto a un Son Goku lanzando un Kame hame ha o junto a un Naruto, todos ellos situados en los accesos al recinto expositivo. En el interior, un pedestal con una gran balanza, símbolo de Libra en Los Caballeros del Zodiaco, daba la bienvenida a los visitantes, y en la salida, un enorme diorama con personajes de esta misma serie atraía a muchos curiosos. Sin embargo, los mayores éxitos fueron los montajes en los que los asistentes podían introducirse dentro de las llamas azules de un ataque de la serie Naruto, o subirse a una nube Kinton que sobrevolaba la Sagrada Familia junto a personajes de Dragon Ball, dando lugar a divertidas escenas.

100 años de anime

La exposición Cien años de anime acogió una notable concurrencia.*

La exposición conmemorativa del centenario del anime resultó, en nuestra opinión, ligeramente decepcionante. Consistió en una línea temporal, con distintos hitos marcados mediante paneles en los que se indicaban algunos de los estrenos más significativos con el objetivo de conformar un eje cronológico de este siglo. A ambos extremos, pantallas con proyecciones que permitían ver su evolución: al principio, algunos cortometrajes y fragmentos de las obras más antiguas, y al final, escenas procedentes del anime más moderno, de forma que se establecía un contrapunto entre ambas pantallas, poniendo de relevancia la larga evolución que este medio ha experimentado durante esta centuria.

Sin embargo, y aunque eran todos los que estaban, encontramos grandes carencias en el eje temporal. Se echó en falta, por ejemplo, una mayor representación del shôjo, que aunque tiende a quedar en un segundo plano, ha tenido una grandísima influencia. Quizás el principal problema fuese la falta de espacio, que limitaba muchísimo el desarrollo de esta y otras exposiciones.

A pesar de ello, la exposición resultaba bastante solvente y con un tono divulgativo que se adecuaba perfectamente al espíritu de las muestras que se realizan en el Salón del Manga. Prueba de ello es la enorme concurrencia que se detenía para leer los diferentes hitos buscando sus series de referencia, estableciéndose un diálogo cómplice entre la exposición y el espectador.

La embajada Keichô

Algunos de los objetos que podían verse en la exposición dedicada a la Embajada Keichô.*

Por el contrario, una gratísima sorpresa fue la exposición en torno a la embajada Keichô. Desde Ecos de Asia tenemos un cariño especial por este episodio de la historia japonesa (así como a su precedente, la Embajada Tenshô), que ya tuvimos ocasión de demostrar en nuestro número especial de la celebración del Año Dual España Japón en 2014.

Fue por este motivo por el que nos aproximamos con expectación a la muestra, situada en la planta superior del Pabellón 2, el área denominada como Espíritu de Japón. Dentro de esta planta, además, contaba con una situación privilegiada, junto al escenario de la sala de actos que atrajo la atención de gran cantidad de público durante la práctica totalidad del Salón. Ello favoreció que a lo largo de los cinco días fuesen muchos los asistentes que se acercaron a conocer este acontecimiento.

La Embajada Keichô tuvo lugar entre 1613/14 y 1620, en las postrimerías del denominado Siglo Ibérico. Fue promovida por Date Masamune, señor de Sendai, quien encomendó a un samurái de confianza, Hasekura Tsunenaga, la misión de viajar a Europa para establecer y reforzar lazos, por una parte, con España, de carácter comercial, y por otro lado, religiosos, con Roma. Sin embargo, el clima de persecuciones del cristianismo que había comenzado a desarrollarse en Japón hizo que ninguno de estos contactos prosperase, y aunque Hasekura y la expedición retornaron a Japón, algunos de los integrantes prefirieron quedarse en España, estableciéndose en una de las primeras localidades que pisaron, Coria del Río.

La exposición se componía de dos partes bien diferenciadas: una pared con paneles explicativos y multitud de reproducciones de las distintas representaciones pictóricas tanto de la embajada como de Hasekura Tsunenaga, y una vitrina con distintos objetos que servían para contextualizar la época y la coyuntura en la que se produjo esta embajada, así como para entender su desarrollo y su desenlace. Entre estas piezas, que se encontraban a caballo entre lo anecdótico y lo histórico artístico, pudieron verse katanas, sables españoles, monedas, mapas del Japón de la época, imágenes religiosas japonesas y hasta la maqueta a una escala reducida pero considerable de los galeones que comunicaban Japón con España en el siglo XVI.

También destacaban piezas como un fumie, una imagen religiosa cristiana utilizada en Japón para que los cristianos japoneses probasen que habían abandonado la fe cristiana, pisando estas piezas que representaban crucifixiones o figuras de la Virgen con el Niño.

Exposición de Bonsáis

Un año más, la Associació Catalana Amics del Bonsai ha reunido una colección de estos árboles en miniatura en una muestra que invita a realizar un recorrido por la naturaleza. Después del éxito de la exposición realizada el año pasado, que congregó a más de veinticinco mil personas, este año han vuelto a llevar a cabo esta iniciativa que ha sumergido a los asistentes en una de las artes más tradicionales, y a la vez más universalizadas, de la cultura nipona.

Fernando Casaus. Manga y mucho más

Vista del comienzo de la exposición dedicada a Fernando Casaus.*

Organizada en colaboración con la Escola Joso, el prestigioso centro de formación artística barcelonés, el XXIII Salón del Manga incluye una muestra dedicada al artista e ilustrador oscense Fernando Casaus, autor del cartel del Salón del Manga de 2007. Conmemorando, en cierta medida, la década transcurrida desde aquel trabajo, la exposición ha recogido una serie de láminas que muestran su trabajo como ilustrador, tanto con imágenes originales como con retratos de actores y personajes de obras de ficción.

Además, esta muestra se ha complementado con algunos de sus diseños para textiles, tanto camisetas para adulto como prendas infantiles, o incluso pijamas decorados con diseños kawaii.

A lo largo de esta selección de trabajos, ha quedado de manifiesto la innegable influencia japonesa recibida por Casaus. Desde la estética kawaii que mencionábamos, materializada en un pijama con un personaje femenino y aniñado de formas suaves y vistosos colores, hasta la influencia de iconos y personajes propios de la cultura japonesa, como el retrato de una chica disfrazada con una máscara de Anpanman, uno de los personajes de animación dirigidos a la infancia más populares en Japón.

Concept Art

Alumnos trabajando en las distintas interpretaciones de Link.*

La Escola Joso también organizaba una exposición propia, además de la de Fernando Casaus. Bajo el título de Concept Art, se mostraban algunos ejercicios realizados por los alumnos de la escuela para la asignatura de Arte Conceptual. De este modo, además de publicitarse como centro de formación artística, la iniciativa contribuía a dar visibilidad a los alumnos.

En esta misma línea, la exposición contaba con un gran panel central en blanco, donde algunos de los alumnos trabajaron durante los cinco días que duró el Salón. La temática para este panel era el personaje Link de la saga de videojuegos The Legend of Zelda, que cada uno de los jóvenes artistas interpretaba según su propio estilo, ofreciendo visiones muy originales sobre un personaje tan conocido y tan querido por el público asistente al Salón.

Exposición Zelda – Nintendo

Un visitante contempla la exposición de The legend of Zelda organizada por Nintendo.*

En el área de videojuegos gestionada por Nintendo, además de los numerosos espacios para probar las distintas novedades como Mario Odyssey, la versión para Nintendo Switch de The Elder Scrolls V: Skyrim o The Legend of Zelda: Breath of the Wild y photocalls con los personajes de estas series, también se incluyó una pequeña exposición centrada, precisamente, en The Legend of Zelda.

En la muestra podían contemplarse láminas que mostraban la evolución de los diseños de los distintos personajes, así como una cronología de los distintos títulos que conforman la saga. Esta exposición formaba parte de la intensa promoción que Nintendo ha realizado sobre el videojuego The Legend of Zelda: Breath of the Wild, lanzado a comienzos de este año como conmemoración del treinta aniversario de la saga, celebrado en 2016. Este nuevo título suponía una modernización de la franquicia, convirtiendo el mundo abierto en uno de sus principales atractivos.

Jirô Taniguchi. El poeta del manga

Inicio del recorrido por las obras de Jirô Taniguchi.*

Finalmente, se dedicó una exposición a la figura del mangaka Jirô Taniguchi, que nos dejó el pasado febrero. La forma en la que se lo homenajeó fue mediante una muestra de su trabajo, consistente en la reproducción de portadas y páginas de sus obras publicadas en España. Además, las distintas obras iban acompañadas de unas breves líneas, escritas por los miembros de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic, en las que algunos de los miembros de esta asociación ofrecieron algunas de sus impresiones sobre este mangaka excepcional.

En este paseo por las obras de Jirô Taniguchi tuvieron cabida desde sus clásicos costumbristas, como El almanaque de mi padre, Barrio Lejano o El caminante, pero también algunas de sus obras más arriesgadas, incursiones en el thriller con títulos como El rastreador o, incluso, en el western con su obra Sky Hawk. También estuvo presente La época de Botchan, el manga histórico en torno a la figura del escritor Natsume Sôseki que tuvimos ocasión de analizar en profundidad (aquí, aquí y aquí) en el especial que le dedicamos a Taniguchi tras su fallecimiento.

Cabe señalar la participación de Julio A. Gracia, antiguo colaborador de Ecos de Asia que realizó el comentario de la obra Los guardianes del Louvre. En mi caso, también pude aportar mi granito de arena, escribiendo unas líneas sobre Hotel Harbour View.

Con esto concluimos el repaso a las exposiciones que ha acogido el XXIII Salón del Manga de Barcelona. En las próximas entregas de esta crónica, repasaremos las principales novedades editoriales y audiovisuales que se dieron a conocer en las distintas presentaciones.

 

*Las fotografías pertenecen a la autora.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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